Capitulo X
No podía creerlo. Lee Donghae, el torpe muchacho con cara de pez resulta ser nada más y nada menos que el novio del hijo del dueño de SM ENTERTAIMENT, una de las agencias más importantes en corea. Y por si fuera poco también es becario de la sucursal de la compañía en Japón, gracias a su novio. Definitivamente el mundo es muy pequeño. Todo lo que me dijo hace dos semanas lo habría tomado como una broma de no haber sido que hoy está aquí sentado en la junta de presentación de la campaña para la cual fue modelo.
Cuando escuche el rumor de “la clase especial” en la universidad no lo creí, ni siquiera cuando el mismo Siwon me lo conto por segunda vez.
Aparentemente en mi universidad hay una carrera especial a la cual solo la elite de la elite coreana tiene acceso. Hijos de empresarios millonarios y cuyas empresas son conocidas alrededor del mundo.
Pero solo existe como un mito puesto que nadie sabe con exactitud quiénes son alumnos de esa carrera. Habían demasiados rumores, algunos decían que a diferencia de los demás alumnos que compartían profesores dentro de la misma facultad, ellos tenían maestros privados. Otros decían que ellos iniciaban clases una hora antes que todos llegaran y salían dos horas después, incluso llegue a escuchar que ellos tenían un aula propia dentro del edificio central que era cerrada con una llave que cada uno de ellos tenía y que solo el director sabía cuál era ese salón.
Al final todos eran rumores para mí y ahora resulta que es real, el hijo del CEO de SM estudia allí y que el chico sentado frente a mí es su novio.
-¡Ja! esto debe ser una broma…
Escucho a Gunhee hablar con los ejecutivos, lo mismo de siempre. Le presenta una a una las fotos y elogian mi trabajo mientras me piden opiniones acerca de donde utilizar cada una. Honestamente no estoy muy concentrado, todo el día me he sentido inquieto.
Hoy en la mañana mi bebé me pateo muy fuerte y no ha parado de moverse en todo el día; además estamos en pleno invierno y mi cuerpo está ardiendo bajo el delgado blazer negro que estoy usando. Me abanico ligeramente con una de las carpetas que me dio Gunhee, estoy seguro que es algo importante pero ¿Qué más da? Tengo calor y esos malditos no paran de hablar.
-¿Por qué dejaron de hablar y ahora me ven a mi? ¿Se habrán dado cuenta que estoy arruinando la dichosa carpeta?...
-Así que, ¿cuáles son sus planes para mañana joven Kim?
-¿Eh? –bien, por la mirada de Gunhee solo él se dio cuenta de mi “travesura”
-Sí, ya sabe. Mañana es navidad y si no tienen planes queríamos invitarlos a la fiesta anual de nuestra empresa –el señor Lee Jinki nos sonrió como siempre y después de un par de apretones de mano nos retiramos. Es un agradable hombre coreano de no más de 50 años que habla un japonés malditamente bueno, aunque después de todo lleva años viviendo aquí así que es normal.
El camino a casa es más tranquilo, por fin mi bebe dejo de moverse y patear de un lado a otro. Ahora puedo pensar tranquilamente mientras acaricio mi vientre.
-¿Es mi imaginación u hoy estoy más hinchado que de costumbre?
Ha sido un largo camino el que he tenido que recorrer a lo largo de estos meses. Aun hay noches en las que me despierto y busco a Hangeng junto a mí en la cama, pero ya no está. Los primeros días no pude evitar llorar en medio de la soledad de mi habitación, recordando su voz y su calor, todas las palabras bonitas que me decía cada noche mientras estábamos recostados. Sin embargo es mi bebé quien ahora me da fuerzas para seguir adelante.
De vuelta a casa pasamos por un par de cosas al supermercado, incluyendo un par de cosas para cuando nazca mi pequeño y algunas golosinas para mí y para Puff por recomendación de Gunhee. Estoy seguro que no quiere pasar otra noche en vela buscando comida para alguno de nuestros caprichos. Después de todo ahora vivimos los tres juntos.
“ + “ + “
-Heechul… -escucho un suave susurro mientras duermo ¿De quién es esa voz?
-Heechul… - ahí está de nuevo, pero se siente un poco más cerca. Suena familiar, dulce y tranquila.
-Heenim…
-¡Hannie!-abro los ojos de golpe al mismo tiempo que me siento en la cama y es entonces que me doy cuenta de lo agitada de mi respiración. Fue solo un sueño. Coloco mi mano en mi pecho que sube y baja acelerado pero de golpe un dolor intenso en mi vientre me hace gritar aun más.
Me aferro a las sabanas con una mano mientras la otra está en mi vientre, tratando inútilmente de parar el dolor. Gunhee y Puff entran acelerados en mi habitación y no puedo responder a ninguna pregunta porque el dolor es tan intenso que mis lágrimas caen y me cuesta respirar.
-Hh por dios chullie ¡creo que ya es hora!- Con cuidado Gunhee me sostiene en brazos y Puff corre delante de nosotros abriéndonos las puertas hasta llegar al auto. Ella y yo vamos en la parte trasera mientras Gunhee conduce lo más rápido que puede al hospital.
Entre las contracciones y mis intentos por respirar como me habían enseñado en clases un terrible miedo empezaba a correr por mis venas. Sentía mi sudor y manos frías mientras miles de preguntas pasaban por mi mente.
-Tranquilo, ya casi llegamos. Solo un poco más –Puff sostenía mi mano y limpiaba el sudor de mi frente y las lagrimas de mis ojos. No imagine que sería tan doloroso este momento y no solo porque físicamente sentí que me desgarraba, además estaba la punzada en mi corazón que me recordaba que Hangeng no estaba conmigo en este momento tan importante.
En la entrada nos esperaban ya un par de enfermeros y una camilla y en cuestión de segundos yo ya estaba siendo preparado para entrar al quirófano. De nuevo sentí el miedo en cada poro de mi piel erizándolo y mis labios al igual que mis manos temblaban.
Una enfermera me dio su mano y acaricio mi frente mientras esperábamos unos minutos al doctor y aunque no podía entender lo que decía, sus ojos me recordaban a los de mi hermana cuando me abrazaba después de una pesadilla cuando mis padres no estaban cuando yo tenía como 5 años. Unos minutos después y para mi suerte el doctor Sungmin apareció y me explico la situación.
-Tus signos vitales son estables pero como ya te había dicho que el embarazo en hombres es diferente, así que tendremos que hacerte una cesárea –lo único a lo que pude atinar fue a asentir con la cabeza y después dos enfermeros más me llevaban con rumbo al quirófano. Íbamos lado a lado, ellos casi corriendo y yo en la camilla en medio de contracciones y quejidos.
- Tenemos suerte de que aun no me iba a casa. De no haber estado hubiera sido más complicado para el otro doctor por no saber tu historial.- soy ateo pero en este momento era capaz de darle las gracias a todos los dioses que existieran por haber hecho que el Dr. Sungmin estuviera aquí.
“ * “ * “
“-Te prometo jamás dejarte…
-Te prometo jamás engañarte…
-Te prometo que siempre te amare… “
-Entonces ¿por qué no estás a mi lado ahora? ¿Para qué me diste alas si luego me las arrancaste?...
Estoy seguro que aunque mis dientes están chocando en este momento nadie se da cuenta. No veo a través de la manta que separa mi pecho de la parte inferior de mi cuerpo pero siento cada movimiento, no es necesario ver para darme cuenta que ya han cortado mi piel y que es solo cuestión de segundos para que saquen a mi bebé. Tengo una extraña mezcla de nervios y emoción.
Me sujeto de la camilla a falta de la mano de alguno de mis amigos. A ellos no se les permite entrar a quirófano. De nuevo estoy solo y siento como todo se me viene encima como balde de agua.
-Hangeng te dejo, convéncete de que no volverán a estar juntos y ten un poco de dignidad Heechul. Debes odiarlo, olvidarlo, borrarlo de tu vida y de la de este bebé.
La voz en mi cabeza mezclada con el sonido del metal y las maquinas a mi alrededor me erizan la piel acompañando a un agudo dolor de cabeza. Después de la inyección que me pusieron antes de empezar la operación creo que es lo único que posiblemente puede dolerme, aunque maldita sea como dolió esa inyección. Cada segundo se intensifica en mis oídos el ruido, casi podría jurar que escucho el latir del corazón de cada persona en este maldito lugar.
Pero de repente todo quedó en silencio. El mundo a mí alrededor se detuvo y solo pude escuchar una hermosa melodía que era casi susurrada en mis oídos. Era la dulce voz de mi bebé.
-Felicidades Heechul, es una hermosa niña – mordí mi labio ligeramente esperando con ansias el momento en que pudiera ver su pequeña carita. Debían llevársela a revisión y yo aun no sería llevado a la habitación hasta que cerraran la herida.
Aun cuando espere por conocerla ocho largos meses, los minutos que me separan de tenerla entre mis brazos me parecen eternos.
“ * “ * “
Estoy en una habitación compartida con otras mujeres y donceles que al igual que yo dieron a luz, solo que yo soy el único al que aun no le entregan a su bebé. Gunhee y Puff están a mi lado felicitándome y por celular poniendo al corriente de la buena noticia a mi hermana, a Kibum y a Siwon.
La puerta se abre dejando ver a un cansado pero sonriente Dr. Sungmin con un pequeño bulto rosa entre sus brazos. Mi sonrisa se hace más grande con cada paso que se acerca a mí.
-Feliz navidad~ aquí viene la nueva miembro de la familia Kim~ -canturrea ligeramente mientras la pone entre mis brazos.
Miro fijamente su pequeño rostro y de nuevo siento una punzada en mi pecho y mis ojos se llenan de lágrimas mientras la acurruco entre mis brazos tratando de no moverme demasiado. Me inclino un poco y beso su pequeña frente, luego la separo suavemente para que los demás puedan verla mejor.
-Es tan pequeñita – susurra Puff y sonríe mientras acaricia delicadamente su carita.
-¿Ya sabes cómo se llamará? Podrías llamarle Taemin o Sohee –ahora es Gunhee quien habla después de tomarnos varias fotografías con su celular.
-No, su nombre es Hannim… - creo que la vida nos está jugando una especie de broma o quizás todo es por algo. Los mismos ojos, los mismos labios, solo el color de tu piel y cabello son iguales a los mios.
-¿Quién diría que serias idéntica a él?