Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

HanChul - Hello Daddy (?) por Fanboy08

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tada! estoy de vuelta despues de sobrevivir a la tesis jajaja se que quizas este capitulo parezca muy random y quizas lo es pero sentia que no podia dar un salto en la historia sin agregar esto. 

De momento les dejo las canciones que yo escuche mientras escribia el capitulo =)

https://www.youtube.com/watch?v=UIP-zCxb6t8

https://www.youtube.com/watch?v=6syt-72CXEI

https://www.youtube.com/watch?v=EdBym7kv2IM

Tambien el link a mi FB donde puedo estar en mayor contacto sobre las actualizaciones =)

https://www.facebook.com/Fanboy08

Capitulo XI


 


Camino pesadamente entre la obscuridad del pasillo que va de una habitación a la otra. Mis ojos apenas pueden mantenerse abiertos pero ese agudo sonido no me deja descansar por más que lo he intentado. ¿Cuántas noches van? Ni siquiera recuerdo.


 


Veo la luz que proviene desde la puerta abierta de la habitación que está casi al final del pasillo y al llegar al umbral de la puerta soy recibido por el silencio y la imagen de una espalda fina moviéndose al ritmo de una suave respiración que igualmente hace subir y bajar su cabello color chocolate que sobrepasa ligeramente sus hombros. Una sonrisa ligera se refleja en mis labios y susurro.


 


-Vaya, parece que lo tienes todo controlado – veo como se sobresalta ligeramente y una de sus manos se apoya en el barandal de la cuna que tiene enfrente. Me acerco un poco, me preocupa su salud pues puede que el cansancio este debilitando su cuerpo. Aunque siempre se muestre fuerte no hace mucho salimos del hospital después de que diera a luz a nuestro primer bebé.


 


-¿Te sientes bien? No es necesario que te esfuerces demasiado, necesitas descansar y a mí no me molesta… -trate de poner mi mano sobre su hombro para que diera la vuelta pero se alejo bruscamente de mí aferrándose a algo contra el pecho-


 


-¡No! ¡Aléjate! –fruncí el ceño realmente preocupado, cada poro de mi piel y cada sentido ahora estaban despiertos y en alerta.


 


Puse mis manos en sus hombros y pese a sus intentos de alejarme nuevamente le hice girar para verme a la cara. Ahí estaban de nuevo esos ojos llenos de lágrimas, hinchados al igual que sus labios temblorosos. Me miraba con tanta furia y dolor que mi pecho se estremeció.


 


Fue peor aun cuando dirigí mi vista a su pecho y ahí, entre sus brazos estaba solamente una sabana mal doblada que asemejaba la forma de un bebé.


 


-¡Tú me lo quitaste! ¡Por tu culpa mi bebé se fue! -me gritaba a todo pulmón mientras avanzaba empujándome hasta un rincón de la habitación. Me sentí débil y el aire me hacía falta, como si con cada sollozo se llevara parte de mi aire; como si la habitación se hiciera cada vez más chica y me estrujara tratando de llevarse hasta mi último aliento.


 


Todo me daba vueltas y lo único que escuchaba era el llanto de Heechul que se hacía cada vez más fuerte, más molesto, distorsionándose en la obscuridad detrás de mis parpados ahora cerrados. 


 


De pronto sentí cada poro de mi piel erizarse junto con un silencio absoluto. No quería abrir los ojos pero un impulso casi enfermo me hizo hacerlo.


 


Todo había cambiado, ni siquiera estábamos en la habitación de hace un par de segundos; yo estaba de pie, vestido con mi traje negro como cualquier día de oficina pero todo era blanco alrededor, parecía más la habitación de un hospital. Frente a mi había una puerta con un cristal que daba vista al interior en donde yacía sobre la cama un demacrado Heechul conectado a un tubo en su brazo y un aparato en su dedo. Miraba fijamente hacia mi dirección mientras una enfermera en el otro extremo de la cama sostenía un bulto en brazos que por el llanto era seguro un bebé. Ella hablaba y le acercaba al pequeño pero él simplemente le ignoraba y me veía fijamente a los ojos.


 


Me sentía helado por lo vacía de su mirada, como si perforara mi alma sin palabras. Simplemente basto una negativa mas por parte de Heechul para que la enfermera saliera con el bebe de la habitación y sin poder evitarlo la seguí hasta encontrarse con otra mujer a pocos metros, a quien le entrego al bebé que se supone es de Heechul.


 


-Es una lástima que no quisiera despedirse. Ni siquiera lo vio


 


- Así es mejor.


 


- - - - - - -


 


Había pasado una de las peores noches de mi vida. No era la peor solo porque aun me faltan varias noches por delante y no sé qué es lo que me espera en estos siete días que restan. Con solo tres noches pasadas desde la noticia mis pesadillas han ido empeorando.


 


- ¿Me estas escuchando?


 


- Ah. Disculpa, estoy algo distraído.


 


- Te pregunte si ya habías comprado el boleto


 


- Ayer, en realidad mi secretaria lo hizo – escuche un pequeño chillido de emoción, de verdad no dejaba de ser un niño a pesar de que ahora tiene veintiséis años y es gerente en una empresa de renombre.


 


- Sera genial, recordaremos los viejos tiempos y no tienes idea de lo buenos que son los clubes ahora, nada que ver con hace cinco años. – ahí estaba de nuevo el Zhou Mi adulto que se escondía baja la máscara de santo.


 


- Ja, no cambias enserio. Pero bueno, en siete días mas estaré por allá – le dije cortando la conversación de quien sabe cuánto tiempo, pero por el calor en mi oído derecho supongo que es bastante.  


 


Después de despedirnos solté un largo suspiro mientras me acomodaba con la espada recta en la silla de mi oficina.  Mire los papeles tendidos frente a mí en el escritorio y pase una mano por mi sien. 


 


Han pasado casi seis años desde la última vez que estuve en corea y el hecho de tener que volver me pone tenso, me trae toda una serie de sentimientos contradictorios. Por un lado la tristeza, por otro la emoción y las dudas.  No puedo negar que en todo este tiempo  no he dejado de pensar en el, pero saberlo tan lejos me brindaba un poco de paz al menos para seguir mi día a día.  Ahora la empresa de mi tío a crecido tanto que una empresa coreana quiere firmar un convenio para volverse socia y soy yo quien debe viajar a corea a visitar a la otra empresa y posiblemente cerrar el trato.


 


Aunque no he sabido nada de él en estos años no se si estoy listo para verlo de nuevo, no sé si estoy listo para verlo con alguien más a su lado, incluso gracias a estos nuevos sueños el miedo me hace pensar en otras posibilidades que me hacen erizar la piel de solo imaginarlas.


 


Sacudo la cabeza y miro por la ventana de mi oficina al cielo, ese que en este momento está ligeramente nublado y seguramente más tarde dará paso a una tormenta parecida a la que habita en mi cabeza desde que tuve el boleto de avión en mis manos. 


 


- ¿Quién diría que después de tantos años volvería a Seúl?


 


- - - - - - -


 


- Ya te dije que no lo hare, deja de insistir Donghae – caminaba a toda prisa con los brazos cruzados en mi pecho  tratando de quitarme de encima a Hae que me perseguía por todo el edificio desde la oficina de Gunhee hasta la salida que daba a la calle.


 


Para mi mala suerte había llegado cuando ambos habían terminado  una reunión de negocios por computadora con el novio de Donghae.  Los dos me habían mandado a llamar para convencerme de apoyar a la compañía  en un momento de crisis, o al menos ese era el pretexto con el cual querían obligarme a aceptar volver a corea para trabajar en SM como el nuevo diseñador.


 


En algún otro momento hace 6 años hubiera aceptado sin pensarlo, sin embargo ahora no veo la necesidad de hacerlo. Cada vez mi nombre, o al menos el nombre que utilizo como diseñador, es más reconocido en otras partes del mundo y no solo en Japón.  Tenía una vida ya construida aquí junto a mi pequeña Hannim y aunque la idea de volver algún día a visitar a mis amigos y a mi hermana siempre fue una opción, jamás lo fue el volver para comenzar una vida allá.


 


Mientras esperaba un taxi que me llevara a casa Donghae no se despegaba de mi lado. No era un secreto que aprovechaba cualquier oportunidad para volver a corea a ver a Hyukjae, como ahora sabemos que se llama el heredero de los Lee, tampoco lo eran sus deseos de casarse con él y lo posesivo que podía volverse cada que el otro salía mencionado en la prensa.  Desde que todo mundo fue capaz de conocer el rostro de su pareja habían llovido notas con supuestas noticias que iban desde lo destacado de su visión como apoyo a su padre, el CEO de SM,  hasta supuestas fotos donde se le veía en situaciones “románticas” con miembros de la alta sociedad coreana.


 


- Piénsalo por favor… - Fue lo último que escuche de su boca antes de cerrar la puerta del taxi. Todo el camino me dedique a ver a través de la ventana con mi brazo recargado en el alfeizar del auto.


 


Pensar en volver a corea me había dejado lleno de preguntas, ¿estoy listo para volver? Claramente no, pero ¿Qué tal si no es para siempre?


 


Mi hermana ni siquiera conoce a mi hija, yo no he visto al pequeño Henry en persona y estoy seguro que Hanni estaría encantada de jugar con él.  Si hablamos de lo profesional esto sería una ventaja enorme, a kyary y a mí nos va excelente con nuestro proyecto pero debo admitir que estoy un poco aburrido de la ropa esponjosa y sobrecargada de accesorios.


 


Doy un largo y pesado suspiro mientras me incorporo en el asiento puesto que ya hemos llegado a mi destino. Pago el total al taxista y a los pocos minutos estoy en el elevador que va hasta el piso donde esta mi departamento. Al entrar soy recibido por la voz más dulce que exista y los pasos acelerados de mi pequeña que llega corriendo a abrazarme.


 


-¡Omma! ¿Cómo te fue con el tío Gunhee? – la levanto del suelo y la aprieto entre mis brazos mientras me mira con sus pequeños ojos llenos de brillo, sonrió ligeramente mientras acaricio su cabello y levanto una ceja mirándola.


 


- ¿Como sabes que fui con el tío Gunhee? – su sonrisa traviesa me dice que ella es cómplice de las ideas del par de locos a los que llama tíos.


 


Mi pequeña me sorprende cada día desde que nació. Afortunadamente no es igual de explosiva que yo pero no pudo evitar ese carácter decidido y un poco caprichoso mío. A veces ella ha llegado a ser más adulta que yo pese tener solo  cinco años.


 


Tenerla a ella es como tener un pequeño pedazo de Hangeng, es el recuerdo de todo el amor que hubo entre nosotros y con cada año que pasa me atrevo a pensar que se va pareciendo más a su padre. No he tenido el valor de hablarle de él y ella parece no tener preguntas pero estoy seguro que pronto llegaran las dudas a su cabecita y me duele el corazón de solo pensar en que le diré.


 


Niego un par de veces con la cabeza mientras acaricio su cabello y beso su frente mientras caminamos hasta nuestra habitación.


 


-¿Qué te parecen unas vacaciones para ir a ver a tus tíos y a tu primo Henry?- como si hubiera dicho las palabras mágicas ella llena mi cara de besos mientras me cuenta todas las cosas que quiere hacer y me hace prometer que llevaremos a su pequeño gato de peluche con nosotros.


 


Nos sentamos en la cama mientras vemos una de nuestras películas favoritas y la escucho decir que yo soy más bonito que Elsa. Saco mi celular para mandar un par de mensajes mientras ella está atenta a la pantalla.


 


“- ¿Cuándo es el viaje?


- ¡¿Aceptas?! Gracias, gracias, gracias.


- Aun no he dicho que si.


-Anda Hyung, no sabes lo mucho que esto nos ayudaría…


-Tengo mis condiciones.


- Lo que sea, tu solo pídelo.


- Entonces acepto”.


 


Después de darle mis condiciones y de que fueran aceptadas sin ninguna objeción me dedique a abrazar a mi hija mientras cantábamos a todo pulmón una de las canciones principales entre risas y alegría.


 


 


- ¿Quién diría que después de tantos años volvería a Seúl?


 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).