CAPITULO V
No sé si es solo mi imaginación o verdaderamente todo se vuelve insoportable. El calor, el ruido, los olores, pero sobre todo el dolor en mi cuerpo que a veces parece matarme y luego desaparece como si nunca hubiera existido.
Probablemente al doctor Shingdong se le olvido mencionar que este segundo mes seria de los peores. ¿Pero cómo podría el saberlo? El jamás habría sabido que justo el día de la pasarela con el profesor Jo Kwon a la coordinadora de facultad, la profesora Jessica, se le ocurriera la magnífica idea de llevarla a cabo en un salón que no solo no estaba en nuestro edificio sino que además la dichosa presentación tendría un valor especial para la evaluación de final de semestre.
Si, en pocas palabras en esta presentación me jugaba el titulo y si la información que Taeyeon, la asistente de la coordinadora, me dio era correcta, también me jugaba una carta de recomendación firmada por la misma universidad la cual podría asegurarme un trabajo en cualquier empresa importante en el ramo de la moda en corea. Por si no fuera suficiente presión, Kibum no llega y ya casi es la hora de la presentación.
Suspiro con pesadez poniendo una mano en mi espalda baja para tratar de calmar el dolor, mientras espero a Bum justo en la puerta de la universidad, probablemente se perdería si le pidiera llegar por su cuenta.
-Heechullie! –Volteo hacia la derecha y lo veo corriendo hasta llegar frente a mi completamente agitado- lo siento tanto por llegar tarde pero enserio que está lejos la parada de autobús de aquí
-¡Deja de quejarte y camina si no quieres que entonces si te haga lamentarlo!–lo tomo de la muñeca y aunque este agitado lo llevo a jalones caminando lo más rápido que puedo, no tenemos tiempo que perder.
-¡Ya Heechul! No corras que en tu estado te puede hacer daño- me sujeta bien la mano y camina a la par conmigo mientras me dedica una de esas sonrisas infantiles de siempre. Conozco a Kibum desde hace aproximadamente tres años, solo un poco menos que a Siwon.
-Tranquilo Bummie, pero de todas formas muchas gracias por aceptar ser mi modelo y venir aunque tenias clases – le sonreí y es que estamos cada vez más cerca del salón de la pasarela y los nervios empiezan a aparecer.
-No es ninguna molestia después de todo…
-Ya te dije que no te preocupes –lo interrumpí antes de que dijera algo más, me irrita que sea tan buena persona que siempre se culpa por todo- en todo caso la culpa es de Siwon ¿no crees? –bromeé y cuando estuvimos frente a la puerta lo empuje dentro para comenzar.
-Este definitivamente será un largo día…- pensé mientras dejaba salir un suspiro al ver el caos que había dentro.
“ * “ * “
El evento tardo más de lo planeado, aparentemente no había un ganador aun, puesto que la coordinadora hizo un análisis verdaderamente completo. Esa mujer es una perfeccionista fastidiosa.
-¡Aish! ¡No puedo creer que incluso haya revisado cada costura de cada una de las prendas! –solté todo el aire de mis pulmones mientras dejaba que mi cuerpo se relajara en el sillón de la sala, puesto que estaba tan cansado que ni siquiera quise llegar a la cama. Mire al techo mientras trataba de encontrarle una razón al enorme peso que ahora sentía sobre mí, sobre mis hombros.
Mi meta. Mi única motivación desde que llegue a Seúl desde Hoengseong para estudiar ha sido la de trabajar en SM entertainment la mejor casa productora de todo corea y estoy seguro que con mi talento y esa carta podría tener las puertas abiertas para ser reconocido en toda Asia. Acaricio mi vientre suavemente mientras siento un poco de nauseas llegar a mi
– ¿Y ahora? ¿De verdad podre lograrlo ahora?
No soporto más y me levanto para caminar torpemente hasta el baño y dejarme caer de rodillas frente al inodoro. Es asqueroso sentir como el vomito sale de mi boca y deja ese sabor amargo, es verdaderamente desagradable. Lo siento por Kibum quien me llevo a comer en cuanto salimos de la universidad porque le dije que moría de hambre, desperdicio su dinero en algo que vomité casi en cuanto llegué.
Mi cuerpo pesa tanto que a veces me pregunto si lo que tendré dentro es un bebé o un elefante. Me levanto con dificultad y me dirijo al lavamanos para enjuagar los restos de vomito de mi rostro, me miro en el espejo detenidamente y lo que veo aun no lo creo
-¿Tan mal me he puesto solo por un embarazo? -No, sé que no solo es eso. Mi cara se ve pálida aunque con una especie de brillo que ni yo mismo puedo describir, mi piel sigue suave pero es opacada por las ojeras en mis ojos, este definitivamente no soy yo, admito que sigo siendo apuesto pero simplemente no luzco como siempre. Decido salgo del baño y camino hasta llegar a la sala y tomar el teléfono, solo hay una persona con la cual puedo reír incluso en esta situación y de verdad lo necesito. Tanta soledad y tristeza están acabando conmigo y si sigo así terminare aun peor.
Uno, dos, tres tonos hasta que escucho la alegre voz del otro lado.
-Heechullie! – sonrío ante la manera dramática en como lo menciona, pero escucho una voz al fondo que me hace sonreír aun mas
-¡Yah Gunhee! ¡Pásamelo! –reconocí su voz alegre y juguetona, debo admitir que la idea de esos dos juntos sin mi me sorprende-
-Jajaja Puff ¿qué rayos hacen ustedes dos juntos? ¿No se supone que tu estas en Taiwán?
-Chullie~ no seas cruel, estoy de vacaciones y decidí visitar al amargado de Gunhee y ¡¿tú crees que el muy idiota se atrevió a cerrar la puerta en mi cara cuando llegue a su departamento?!
-¡Eran las tres de la mañana! Nadie toca el timbre como loco en Japón a las tres de la mañana – la interrumpió él a ella en esta ocasión-
-¿Cuánto tiempo llevas en Japón Puff?
-Una maldita semana, la he tenido que soportar toda una semana… - reí cuando quien me respondió fue Gunhee y no ella pero luego no pude evitar carcajear cuando escuche como se quejaba de los golpes que muy seguro ella le estaba dando por haberse quejado-
-“¡Yah bruja horrenda!” “¡cállate maldito enano!” – la guerra de insultos estaba apenas comenzando, cualquiera se preguntaría como es que ellos dos son amigos y sinceramente algunas veces yo mismo me he preguntado lo mismo. Pero así son ellos, desde la primaria no han cambiado en ese aspecto, hasta me atrevo a pensar que cada insulto entre ellos es una forma de demostrarse cariño y que inevitablemente esos dos acabaran juntos.
Después de un buen rato carcajeándome de las ofensas que se decían y cuando por fin recobraron la calma pudimos tener una conversación normal, claro que no les hable de mi estado. Supe que Puff se graduaría en la misma temporada que yo y que de hecho había ido a Japón porque una empresa le había pedido una entrevista en persona y aprovecho para ver a Gunhee y quedarse unos días. También supe que Gunhee se había graduado recién gracias a que su carrera era un poco más corta que las nuestras. ¿Qué tienen en común una estudiante de finanzas y un diseñador de modas? Un mercadologo.
-Chullie~ ¿por qué no vienes a vernos?~
-Claro Puff, saldré en el siguiente vuelo a Japón – le dije sarcásticamente, no soy pobre pero tampoco tengo el dinero para darme el lujo de ir a cualquier lugar cuando se me antoje, creo que ahora menos.
-¡Tonto! Jajaja no ahora, pero ¿Qué tal cuando termines la universidad? Podrías venir a trabajar aquí y así estaríamos juntos de nuevo los tres
-No lo sé, no es tan fácil…
Y en realidad no había pensado en la posibilidad de irme de Seúl, mucho menos de corea. Aquí está mi hermana, que es la única familia que me queda y aunque no ha sido la mejor al menos me apoya y soporta mi ya de por sí difícil personalidad. ¿Pero de verdad puedo seguir aquí después de todo lo que he pasado con Hangeng?
El se irá, me dejará sólo con todos los recuerdos de lo que fuimos y cada que pase por uno de los lugares donde fuimos felices, donde sonreímos, cada una de esas veces dolerá. Dolerá su ausencia ¿seré capaz de soportarlo y ver crecer a mi bebé en este lugar, en esta casa que está llena de tristeza?
“ * “
-Si no te comes eso, te juro que lo voy a tirar dentro de tus pantalones…- ese olor era asqueroso, no puedo simplemente soportarlo. De todas las cosas que Kibum pudo haber pedido, justo pidió ese pastel de chocolate que desde que lo vi en el menú me revolvió el estomago y ahora que lo tengo de frente de verdad siento que voy a vomitar.
-Debiste decirme antes que no escogiera el de chocolate –hizo un feo puchero mientras devoraba el pastel, después de todo nadie querría arruinar un pastel “tan delicioso” y menos que se lo metiera en los pantalones.
-Te lo dije dos veces ¿acaso eres sordo?- si, en cuanto lo vio lo quiso y le dije que ni de broma lo pidiera e incluso cuando el mesero llego a tomar nuestras ordenes le dije claramente “ni se te ocurra pedir el de chocolate…” y aun así lo pidió.
Era un caso perdido con el adicto a los dulces llamado Kibum, pero aun así le agradecía que me haya invitado a comer de nuevo. Este lugar es realmente bueno y ni siquiera lo conocía, quizás porque está en el segundo piso de un edificio o quizás porque por desgracia no está en uno de los mejores lugares de la ciudad. En el piso de abajo hay un restaurante de barbacoas y técnicamente toda esta calle está llena de bares y lugares donde beber alcohol. Me pregunto ¿Qué hace una cafetería aquí?
Mientras yo comía mi flan de queso y un té de moras y Kibum bebía la malteada de fresas que recién le habían servido aprovechamos para platicar acerca del evento de la semana pasada.
-Y… ¿ya pensaste en que empresa pedirás trabajo cuando ganes el concurso? –esbozo sonriente.
-Bummie aun no sé si ganare, aunque es obvio que soy el mejor prefiero no confiarme –sonreí de medio lado tratando de verme lo mas altanero y seguro posible. por desgracia por dentro no estaba tan seguro, de hecho tuve bastantes problemas debido al cambio de modelos, tuve que cambiar el diseño para que se ajustara lo mejor posible a Kibum y su personalidad, además de que claro, tenía que entrar en el concepto que el profesor había dado.
-¡Vamos Heechul! Tu diseño era grandioso y en cuanto me puse el traje me sentí más atractivo que nunca. Dudo mucho que alguien pueda ganarte – hizo un puchero gracioso tratando de parecer molesto, asi que jale con fuerza sus labios con una de mis manos y lo solté para luego escucharlo quejar por lo que había hecho.
-Jajaja no puedes quejarte de que haga eso cuando eres tu quien pone esa cara tan horrible
-Yah…. Mejor dime, ¿qué piensas hacer cuando termines la carrera?
-Es obvio que trabajar Kibum, no puedo vivir de lo que mi hermana me da por siempre y menos con mi bebe en camino – me miro expectante, aparentemente mi respuesta no lo hacía feliz. Suspire y luego di un sorbo a mi té- no es tan fácil tomar una decisión, al menos no ahora…
Después de un rato decidimos que era hora de partir antes que fuera realmente peligroso. Afortunadamente solo tendríamos que esperar afuera del local por un rato hasta que él viniera por nosotros, después de todo no dejaría que su amado novio anduviera por esas calles a esa hora.
En medio de nuestra cacería por ver su auto mis ojos se fijaron en la negra chamarra de cuero de un chico acompañado de otras tres personas. Lo mire fijamente sabiendo de sobra que no me vería desde el otro lado de la calle y menos porque aparentemente mente iba lo suficientemente entretenido con la chica a su lado a la cual tenía bastante bien sujetada. Sentí mis ojos arder y picar pero bufe sonriendo de medio lado sin despegar la mirada de ellos hasta que por fin se perdieron entre la multitud.
-“¿Eres feliz ahora?” –el ruido de las llantas detenerse y la mano de Kibum sobre mi hombro me hicieron despegar la mirada del punto en el que Hangeng desapareció de mi vista
-¿Nos vamos?
-Si – subí junto a Kibum en la parte trasera y una vez dentro lo saludo como de costumbre con un beso en los labios para después cerrar la puerta y partir hacia mi departamento-
-Oye Hee ¿Qué paso hace un momento? Fue como si te hubieras ido de este planeta en un segundo- me miraba un curioso y al mismo tiempo preocupado Kibum.
-Nada en realidad…. Pero creo que ya sé que debo hacer… -le sonreí sinceramente y después simplemente deje que mirada ser perdiera en el reflejo de la luna a través de la ventana. Pase mis manos cariñosamente por mi vientre mientras escuchaba el silencioso llanto de mi corazón rompiéndose.