Capítulo VIII
- Yo… estoy embarazado - los mire fijamente mientras mordí mi labio ligeramente. Estaba nervioso y sus ojos abiertos y cejas alzadas con obvia sorpresa me hacían sentir peor. Todo estuvo en silencio durante a lo mucho un minuto, un largo minuto que pareció eterno.
- ¿Qué?... – se miraron entre ellos y luego a mi mientras acariciaba inconscientemente mi vientre.
- Eso quiere decir que….o por dios ¡VOY A SER TIO! – de un salto tenia a Gunhee abrazándome y luego revolviendo mi cabello animadamente pero fuimos interrumpidos por Puff casi de inmediato cuando nos separo para tomarme de los hombros.
- ¿Quién es el padre? ¿Donde lo conociste? ¿Ya lo sabe? ¿Por qué no está contigo? – debo admitir que esperaba que sus reacciones fueran opuestas. Imaginaba a Gunhee histérico con su complejo de hermano mayor y a Puff saltando de felicidad. Pero quien se jalaba los cabellos en un intento por comprender si era una broma o real era ella y no él.
- Ahh~ Habla Heechul, ¿Quién se atrevió a tocar a mi bebé~? – me agito varias veces con fuerza aunque no la necesaria para lastimarme, mientras hacia el mismo drama que mi hermana había hecho por teléfono. Parecía una niña haciendo un berrinche porque sus padres no quisieron decirle cual sería su sorpresa de cumpleaños.
Fue inevitable para mis labios pasar de una sonrisa a una curva de tristeza. Era obvio que ahora tenía que decirles la verdad a mis mejores amigos pero tengo miedo de que dejen de quererme después de saber las terribles cosas que hice. Sus palabras son interrumpidas por un silencio casi invisible y mis lágrimas que silenciosamente resbalan por mis mejillas.
- Verán…- Ahora ambos están de nuevo sentados frente a mí escuchando atentamente– la verdad es que desde hace casi dos años estuve viviendo con alguien… y esa persona es el padre de mi bebé…si, lo sabe, pero él no cree que sea suyo..
- ¡¿Qué?! –fui interrumpido por el grito de ambos boquiabiertos y fingiendo ahogarse de indignación-¿Acaso el maldito te dejó así sin más? ¿Pero qué porquería tiene en la cabeza? ¡aish! Pero me las va a pagar…
- En realidad fue mi culpa que todo esto pasara… –interrumpí las mil y un maldiciones que Puff soltaba y el monologo de lo que según el mismo Gunhee haría con Hangeng.
Ambos me miraron largo tiempo y después de un gran suspiro me abrazaron como un par de padres abrazan a su hijo
- Shh… no digas eso Chullie. Tú no tienes la culpa de nada.
- Claro que tengo la culpa Puff –Salí de entre sus brazos por mucho que me pesara. Me senté en el sofá con los codos en mis rodillas y mi cabeza entre mis manos. De verdad no quiero tener que decirles. A veces me cuesta creer que fui capaz de tanto.
- Cuando me mude a Seúl… deje de ser el Heechul que ustedes conocían. Estaba solo en la gran ciudad. Sin amigos ni familia ni alguien que me conociera o que le importara mi existencia… -mis ojos arden y estoy seguro que se dieron cuenta del nudo en mi garganta cuando mi voz se quebró hace un instante.
– Todo el tiempo me sentía solo y se me hizo fácil simplemente salir a cualquier bar y sentirme un poco querido – en este punto era inevitable que mis lágrimas cayeran. Pase mi mano por mis mejillas limpiándolas para tratar de recuperar el poco de dignidad que aún me queda.
- Cuando el padre de mi bebé me conoció yo ya había tocado fondo. Todos los días terminaba en la cama de alguien diferente, completamente borracho. No sé cómo se enamoro de mi, de esa persona tan podrida que era…– recordé la noche en que me salvo en medio de un callejón junto a un bar. Como me llevo hasta mi casa y como me cuido hasta el día siguiente. Recordé cada una de las veces que lo rechace y que terminaba sacándome de nuevo de un bar antes de terminar teniendo sexo con algún otro desconocido.
- Al principio no quería enamorarme de él. Pero fue tan bueno conmigo que no pude evitarlo… -cerré los ojos y vi su rostro sonriéndome mientras me decía lo hermoso que era. Vi al viejo yo que terminaba gritándole cada que lo sacaba de un lugar. Recordé las palabras crueles que le decía.
- Yo fui muy malo con él muchas veces. Incluso cuando ya éramos novios me escapaba y me encontraba en malas situaciones pero nunca se quejaba, nunca me reprochaba nada - lo hice por lo menos cinco veces hasta que logro restaurar mi autoestima y hacerme sentir como una persona de nuevo, ya no como la basura que veía en el espejo cada noche mientras se “disfrazaba” con una peluca pelirroja y ropa provocativa.
- Y ahora estoy pagando por haberlo hecho sufrir tantas veces…- en cuanto sentí de nuevo los brazos de ambos rodearme deje que el llanto saliera sin pena ni control. Les pedí perdón tantas veces como me fue posible. Nunca les había dicho como me sentía estando solo en Seúl. Nunca les hable de los fantasmas del pasado que me atormentaban cada día. Incluso ahora, aun no puedo contarles sobre ellos. No quiero que sufran más por mí.
- Tranquilo Hee… piensa en tu bebé, además no estás solo, nos tienes a nosotros…
Después de un largo rato abrazados y cuando por fin recupere la calma escuche un enorme suspiro de alivio de ambos.
- Bueno, después de todo no tendremos que rogar por nuestras vidas por haberle dicho que estaba gordito jaja –escuche ambas carcajadas a lo cual solo pude responder con mi ceño fruncido y un ligero puchero.
- Ya, Gunhee idiota, que yo estaré gordo pero al menos soy hermoso, no como tú. Pobres de sus hijos –los señale a ambos con dos dedos- por su bien, espero que se parezcan a Puff…
- ¡¿QUE?!
“ * “
- Bien joven Kim, yo soy el doctor Sungmin - por fin después de dos días de haber llegado a Japón pude asistir a la cita con el médico que el doctor Shingdong me recomendó. Lo observe detenidamente y no pude evitar pensar que tenia la misma mirada tierna que un conejito. Es mayor que yo pero incluso puedo decir que se ve más joven.
- ¿Qué le parece si vamos a la camilla a ver cómo va ese bebé? –me guio hasta la camilla, aunque su consultorio era más pequeño que el del doctor Shin y no era un problema encontrarla.
De nuevo la rutina de aplicar el gel y ver a través del monitor a mi bebé era la misma. Sonreí embelesado con la imagen y no fue hasta que el doctor hablo que despegue mi mirada de ella.
-Todo parece estar normal, pero dígame ¿Cómo sintió el viaje? ¿Sintió alguna irregularidad?
-En realidad no sentí nada, fue tranquilo y aun cuando llegue lo único que tengo es un molesto exceso de antojos.
-Eso es normal, ¿Es su primer embarazo?
-Sí, y probablemente el único –sonreí de la manera más sincera que pude.
-Bueno, entonces creo que es momento de hablar acerca de lo que viene para ustedes – me ayudo a ponerme de pie y a caminar de vuelta a su escritorio.
-Usted ahora está pasando por el cuarto mes, casi principios del quinto y como el doctor Shin probablemente le dijo, los embarazos en hombres son más peligrosos además de más cortos que el de una mujer.
Por un momento me tense pensando en todo lo que me diría el doctor. Quizás me advertiría sobre los riesgos para mí y mi pequeño pero no quería escuchar malas noticias. Sentí de pronto como su mano cubría la mía cálidamente y como me sonreía de manera tranquila, tanto que me hizo dejar a un lado mis preocupaciones.
-Está por demás decir los riesgos de su embarazo, pero por lo que ahora puedo ver todo va muy bien y ni usted ni el bebé corren peligro – suspire aliviado.
-Su cuerpo ahora no parece el de un hombre embarazado. Podría incluso pasar por alguien ligeramente lleno, sin embargo durante los meses siguientes habrá un incremento en el tamaño de su vientre bastante significativo. También es muy probable que presente cambios de humor bastante marcados que pueden ir de alegría a tristeza en un segundo. Todo eso es normal y es causa de las hormonas, al igual que el hambre y los pies hinchados.
-Supongo que serán unos meses bastante complicados… jaja
-Sí pero… –el ruido de la puerta abriéndose de golpe interrumpió al doctor y segundos después una cabecita castaña atravesándola y corriendo a los brazos del doctor aparecieron.
- ¡Omma!¡ Appa no me deja jugar con su celular! –el niño clavo su pequeña carita en el pecho del doctor Sungmin mientras que el solo le daba palmadas en la espalda.
-Xiumin, ya sabes que no tienes permiso de tomar el celular de appa después de que rompiste su viejo celular por hacer berrinche… - el doctor me miro y sonrió para después llenar de besos la cara del pequeño.
-Siempre es difícil ser padres joven Kim. Pero no hay ningún sentimiento que se le compare a la felicidad de tener a tu hijo entre tus brazos por primera vez… -después de presentarme a su hijo un hombre alto y de cabello ligeramente ondulado entro por la puerta también con un pequeño de no más de un año en brazos.
-Xiumin no vuelvas a salir corriendo así, no sabes lo preocupado que estaba de no encontrarte. Además sabes que no puedes interrumpir el trabajo de tu omma. –aquel hombre regañaba al pequeño pero en su rostro no se veía molestia, más bien la preocupación que el mismo había dicho sentir.
-No te preocupes cielo –el doctor Sungmin le sonrió al que aparentemente era su esposo y luego miro severamente al pequeño- y tu pequeño, tu y yo tendremos una seria platica cuando lleguemos a la casa…
Casi podía sentir pena por el niño, pero entonces me puse en el lugar de su padre y me di cuenta que yo me habría puesto igual e incluso peor si mi pequeño se desapareciera así como así en un lugar tan grande como este hospital.
-…Este mundo está lleno de gente mala…- apreté los puños pensando en las peores cosas que podrían pasar. Pero justo a tiempo la voz del doctor llamándome me saco de mis pensamientos negativos.
-Lo siento Heechul, el es mi esposo Kyuhyun y ellos son nuestros hijos. El mayor es Xiumin y el más pequeño se llama Sandeul.
Después de despedirme de toda la familia y de haber fijado la fecha para mi siguiente consulta me dirigí de nuevo al departamento de Puff.
Mientras iba mirando por la ventana del subterráneo y escuchando musica con mis audifonos mi mente dio mil vueltas en todo lo que había dicho el doctor. Faltaba cada vez menos para que mi bebé naciera. ¿Se parecería a mí o se parecería a Hangeng? ¿Tendríamos la misma personalidad? Porque de ser así ya podía imaginarme nuestras discusiones. Aun después de casi cinco meses aun no sabía cómo le llamaría. ¿Y si es niña? ¿O si es niño?...
Frote mi vientre y casi puedo jurar que sentí como se movía buscando mi mano.
-No te preocupes amor, Omma trabajara muy duro para que tú siempre seas muy feliz…