Capítulo II
- “Esto es el colmo, de nuevo Heechul llega tarde y para colmo me miente. Apenas ayer cuando salíamos de la universidad me dijo que iría a casa de su compañero Leeteuk a terminar un trabajo muy importante de la universidad y resulta que me encontré a ese chico la misma tarde en el centro comercial sin él y cuando le pregunte sobre el supuesto trabajo me dijo que no había ninguno. Pero esta vez no se saldrá con la suya”
Hangeng estaba en clase de contabilidad aún ideando la manera de seguir a Heechul puesto que él parecía tener un sexto sentido para cuando alguien esconde algo o lo sigue. Definitivamente encontraría la razón por la que Hee le mentía, no quería ser paranoico pero por desgracia no era la primera vez que lo hacía y no siempre eran por razones inocentes.
En realidad él y Hangeng se habían conocido en la universidad hace 2 años y casi como si de cuento de hadas se tratase, donde el amor surgió a primera vista, pero más tarde tuvieron un encuentro en condiciones completamente opuestas el cual hizo pedazos esa idea del romance perfecto.
-“tanta belleza debe ser un pecado” recuerdo que incluso pensé eso cuando conocí a Heechul
*Flashback*
-¿Hola, disculpa que sea tan repentino, sé que no me conoces y yo tampoco a ti pero podrías ayudarme? –Un hermoso muchacho de cabello a la altura de los hombros y piel lechosa lo sorprendió saliendo de la nada, mientras caminaba por el pasillo de la universidad, y hablándole sin ninguna formalidad, dejándolo sin habla
- No es nada difícil, solo necesito un modelo para una clase y creo que tu serias perfecto –le dio una sonrisa tan resplandeciente y dulce que no pudo negarse y lo siguiente que sabía era que estaba en otro salón poniéndose un traje bastante único que le había dado el joven que lo intercepto.
-Por cierto… -gritaba del otro lado de la cortina que resguardaba la intimidad de Hangeng para vestirse- Me llamo Heechul
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Las luces lastimaban sus ojos y ciertamente aun se preguntaba que estaba haciendo en ese lugar hasta que vio a su amigo Zhou Mi o Mimi como solían decirle, volver de la barra con dos tarros de cerveza y dos chicas hermosas con él.
Odiaba admitir que había sido débil y había aceptado ir a ese bar con el fin de dejar de pensar en ese chico llamado Heechul, pues desde que lo conoció hace una semana no lo había podido borrar de sus pensamientos. Mientras los demás en su mesa reían a carcajadas en medio de la música intensa sonando, sus ojos se dirigieron casi en un instante al cuerpo de un chico delgado de cabello ligeramente largo y rojizo.
-“aquí estas de nuevo ¿eh?...”–susurró para sí mismo-
Si bien no solía visitar ese lugar a menudo como su amigo, por lo menos de vez en cuando y cuando su horario escolar lo permitía lo acompañaba para beber un poco y olvidarse del estrés de la universidad. No era la primera vez que veía a ese joven en el bar, podía reconocerlo a simple vista por su cabello y por su andar lleno de seguridad y sensualidad lo cual dejaba en claro su razón de estar ahí, pues cada noche llegaba sin compañía pero nunca salía solo.
*Fin Flashback*
La última clase había dado fin al igual que los pensamientos dentro de la cabeza de Hangeng así que decidió poner en marcha su plan y la única manera que encontró de no ser descubierto era seguirlo acompañado de alguien y termino obligando a uno de sus amigos que no era conocido por Heechul, así podría tener como pretexto haber acompañado a Zhou Mi a cualquier lugar que viera cerca de donde estuviesen.
Lo siguieron durante un largo tiempo mientras al mismo tiempo buscaban inconscientes un lugar que les sirviera de pretexto, sin embargo Hangeng al verlo entrar a una zona de departamentos comenzaba a preocuparse de haber sido un paranoico, pues bien podría estar yendo a casa de algún compañero de la facultad o de algún familiar, hasta que se detuvo de golpe al ver a la distancia un auto conocido estacionado fuera del departamento donde Heechul tocaba en la puerta.
-este lugar… espera… -¿qué acaso este no es el departamento de Siwon?-
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Caminaba solo por las calles de Seúl, sin rumbo fijo y sin mirar a nadie en el camino, apenas prestando atención al momento de cruzar las calles o a los objetos con los cuales pudiera tropezar. Faltaba poco para que el sol se ocultara lo cual indicaba que llevaba por lo menos 3 horas caminando y aunque estaba cansado algo dentro de él lo mantenía caminando hasta llegar a un parque bastante retirado del centro y su bullicio.
Cuando se dio cuenta del lugar en el que estaba y que este se encontraba vacío, dirigió completamente su atención a un árbol que se encontraba escondido detrás de unos arbustos, era apenas visible pero él sabía de su existencia. Camino y atravesó aquella barrera hasta llegar a él e inmediatamente posando sus manos en aquella marca en el tronco de dicho árbol. Aquella que había hecho hace apenas un año con Heechul mientras se juraban amor.
“- te prometo jamás dejarte…
-te prometo jamás engañarte…
-te prometo que siempre te amare… “
Gruesas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos mientras su mirada se mantenía en ese dibujo que el mismo había hecho. Un paraguas que dentro llevaba grabado Hangeng y Heechul a cada lado del que era el bastón.
Sin vergüenza de ser visto, pues sabía que estaba seguro tras los arbustos, dejo que su alma se desmoronara y el llanto fluyera libremente. Sería la única vez que dejaría salir toda la frustración de su roto corazón. Había soportado tantas veces las ganas de llorar años atrás cuando por primera vez vio a Heechul con otro.
*Flash back*
Llevaba seis meses conviviendo con Heechul, pues cada que este necesitaba un modelo para su clase le pedía el favor a él. Así fue como supo que estudiaba diseño de modas y también descubrió el talento que este poseía pues solo una vez tomo sus medidas y a partir de esa vez no necesito hacerlo de nuevo, cada prenda que Hangeng usaba le quedaba a la perfección y no solo en cuanto a talla, si no que aunque el estilo cambiara a petición del profesor Heechul siempre lograba que se ajustara a su estilo propio.
Un día sin querer lo descubrió discutiendo con un chico alto y bien parecido en el baño de la planta baja de su facultad, lo cual al principio lo desconcertó, pero luego entendió pues aparentemente el otro joven estudiaba también en esa área.
Ese mismo día llego al aula donde seria la evaluación de Hee y en cuanto entro fue recibido por la sonrisa del chico quien lo tomo del brazo y lo llevo a su vestidor.
-Tienes 10 minutos Hannie- de nuevo lo llamaba por ese apodo que aunque al principio le avergonzaba ya se había acostumbrado- recuerda que aun necesito peinarte y maquillarte
-ya lo sé Hee...-comencé a desnudarme cuando una pregunta llego a mi mente y sin darme cuenta salió de mis labios- por cierto, lo de esta tarde…lo siento –en verdad estaba apenado de no haber notado su presencia pero llevaba mis audífonos puestos para escuchar un poco de música antes de un examen, además, desde hace poco me di cuenta que mis sentimientos por Heechul eran diferentes a una amistad y debo admitir que sentí un poco de celos al verlo con otro- ¿Está todo bien? Quiero decir, tu y ese chico…
-es solo es un amigo…–sonaba ligeramente molesto pero como si tratara de ocultarlo- un amigo muy entrometido…
-ahh…- Hangeng estaba terminando de vestirse y no pudo evitar seguir hablando, dejando que todo pensamiento o duda fuera respondido- parecía bastante molesto… en realidad pensé que era tu novio.
-ja… -sentí el sarcasmo en esa simple risa falsa y escuché un susurro casi inaudible de no ser por estar a punto de salir del vestidor- como si alguien pudiera amarme…
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-vamos Han ¡anímate! – de nuevo estoy en este lugar con Mimi y juro que quiero divertirme pero no puedo, por más que quiero no puedo sacar de mi mente las palabras de Hee, y algo en mi pecho duele al recordar la tristeza en su voz.
Mis ojos buscan sin querer esa cabellera pelirroja y lo encuentran, sentado de espaldas a nosotros y concentrado en la botella sobre su mesa. De nuevo bebe sin control y de nuevo un par de tipos insisten en acompañarlo pero por primera vez lo veo negarse. Un tipo más osado no pide permiso y se sienta junto a él robándole el poco espacio personal que tenia y este molesto lo empuja lejos de él.
-“parece ser que hoy no estás de buenas eh…"
Realmente me sorprendió la forma en que sin vergüenza ni problema tomo la botella y la bebió entera directamente, jamás creí que alguien con una apariencia tan cuidada pudiera ser tan salvaje.
Aquel joven molesto se levanto tambaleante y camino hasta salir del lugar sin darse cuenta que un par de chicos, incluido al que empujo lo siguieron, pero alguien más si y se miro preocupado en el instante en que salieron.
-disculpa Mimi, tengo que ir al baño
Se disculpo con Zhou Mi y sin más se dirigió fuera del bar, busco de nuevo con la mirada al chico pelirrojo pero no lo encontró, hasta que escucho algo parecido a botellas cayendo, justo en el callejón que daba a la puerta de entrada de personal del bar.
Entro en el callejón y vio como 2 chicos tenían acorralado al pelirrojo contra la pared, completamente borracho sin fuerzas si quiera para sostenerse.
-Hey ustedes déjenlo en paz ¿no ven que ni siquiera está consciente?- trato de ver el rostro del muchacho pero su cabello le cubría bastante bien en medio de la oscuridad-
-mejor largate chinito... –le dijo un chico ligeramente más alto y delgado pero musculoso mientras le daba un empujón en señal de pelea.
Hangeng solo lo miraba fijamente y al ser empujado susurro- ja…más vale que te disculpes y te vayas…
-¿acaso vas a golpearme? ¿Crees que le tengo miedo a un debilucho como tú? – dijo prepotente y a punto de volver a empujar a Hangeng quien tomo su brazo y como si de un peluche se tratase lo hizo caer sobre sí mismo dejando sorprendido al otro chico.
Después un par de golpes por parte de Hangeng los buscapleitos salieron corriendo dejándolos solos. En ese momento Hangeng se acerco al joven que ahora estaba sentado en el suelo y aun sin poder mirar su cara.
-¿Estás bien? ¿Te hicieron daño?
- Estoy bien, ahora vete, ¡déjame solo! – su aliento apestaba a alcohol y sus manos se agitaban en el aire tratando de alejarlo.
-“esa voz…” - Heechul… ¿eres tú? - “…todas esas noches, ¿eras tú?”- pensó y retiro el cabello de su rostro blanco y sus mejillas rojas probablemente por causa del alcohol, además de sus ojos acuosos a punto de llorar.
-hm…-bufó con una sonrisa llena de ironía- te dije que nadie podría amarme…
*Fin Flash back*
Limpiaba sus lágrimas mientras recobraba la compostura. De nuevo miro la marca mientras buscaba en el bolsillo de su pantalón.
- dime como… ¿cómo puedo cumplir mi promesa si tu no cumpliste la tuya?...