La persona que recibió el mensaje estaba oculta tras la delgada pared, Jungkook apretó el aparato entre sus manos sudorosas. Claro que había escuchado todo, de principio a fin. Mentiría si dijera que no le sorprendió. Jimin, su Hyung y amigo sentía atracción por él. ¿Cómo responder ante los sentimientos de Jimin? Estaba seguro que no sentía esa clase de cariño hacia Jimin. Y era más que obvio que lo apreciaba, por supuesto, era como su hermano, su compañero, parte de su segunda familia. Lo quería tanto como a todos los demás miembros de Bangtan. Y no quería lastimarlo, aunque parece que ya lo hace. Incluso sin desearlo, ya lo hace.
Pero... tenía que hacer algo con los sentimientos del mayor. ¿Rechazarlo...? Pero él ni si quiera se había declarado. Tal vez no decir nada si él no hacía nada. Si Jimin nunca declaraba sus sentimientos sería lo mejor... ¿no? Era egoísta y lo sabía, pero tal vez y sólo tal vez era lo mejor para los dos. No lastimaría de más al castaño y no se sentiría culpable. Egoísta, por supuesto.
Es lo mejor, sé seguía convenciendo.
Sí, sólo es un crío. Ahora tendría mucho para pensar.
—Por cierto, ¿de dónde sacas el autocontrol para entrar a la ducha junto a Kook? —Escuchó preguntar a V—. Eh, pero si eres un pervertido, Jimin —afirmó con una sonrisa burlona e insinuante. El maknae enrojeció ante tales palabras y decidió que ya había escuchado bastante. Se marchó a su habitación compartida con el líder. Joder, estaba más que sonrojado, parecía tomate maduro.
Por otra parte, Taehyung fue bien recibido con un fuerte golpe en el hombro, que poco le importó, mientras se regocijaba entre carcajadas, burlas para Jimin. ¿Es necesario decir lo avergonzado que se sentía el castaño? ¿Por qué de repente tenía tanto calor?
Una semana le tomó a Jimin decidir lo que haría con Jungkook.
Y una semana le tomó a Jungkook decidir no hacer nada con los sentimientos de Jimin.
Una semana le tomó a Jungkook hacer que Jimin le volviera a dirigir la palabra.
Y una semana le tomó a Jimin volver a hablar con Jungkook.
Todo continuaba igual, aquel transcurso no había cambiado. Durante dos semanas lo único que cambió fue que Jimin ahora se apoyaba en V. Lloraba abrazado a él cada que vez tenía que ser rechazado y tener que presenciar escenas cariñosas entre Junkook y V. Qué ironía. Ser consolado por la persona por la que no puede complacer a las fans junto al chico que le gusta. Pero su amigo no era para nada él culpable, al contrario.
Taehyung le pidió a Jin que cambiarán de habitación para que pudiera estar junto a Jimin.
—¿Estás seguro de esto, Tae? ¿Hobie no se molestará? —Jimin y V se encontraban en la habitación que ahora compartirían. Arreglaban las cosas de Taehyung para que se instalara.
—¿Por qué J-hope estaría molesto por esto? —Detuvo el movimiento de sus manos que doblaban cuidadosamente su ropa. Se encontraba sentado en la que ahora sería su cama. Jimin lo imitó, dejó de doblar la ropa ajena, levantando la vista para encontrarse con la de su amigo, el más bajo también estaba sentado en su cama, frente a V.
—También soy tu amigo, también puedo saber cosas sobre ti. Sé que son pareja. —dijo sin rodeos. 1er segundo, sorprendido; 2o segundo, sonriendo. Más un Jimin orgulloso de su hazaña.
—Bueno, ya que lo sabes, tengo que pedirte que guardes el secreto por ahora. Lo revelaremos todo a su debido tiempo. Y por J-hope no tienes que preocuparte, él mismo me sugirió esto —le informo con una sonrisa en la boca, para continuar lo que hacía.
Jimin le debía ya demasiado a su amigo, pensaba que no viviría suficiente para devolvérselo. Agradecía infinitamente un amigo así. Además de lo cálido, es totalmente gracioso y divertido estar con él. El mejor.
—Parece que tendré que amenazar a Hobie para que te cuide bien.
Una pequeña risa salió del más alto.
—Está bien. Pero no lo asustes mucho, no me quiero quedar sin pareja —bromeó—. Y otra cosa.
—Dime.
—Sólo yo puedo llamarlo Hobie.
—Jajaja. —Jimin no pudo evitar burlarse—. Entendido, señorito "sólo yo puedo llamarlo Hobie"... Si es que aún eres señorito. —Otra risa y Jimin ganó un premio de una mirada afilada. Aun así, V no podía ocultar ese sonrojo.
ㅎㅅㅎ
Cámara detectada a la izquierda, Jungkook a la derecha. La cámara se acerca a donde se encuentran. Jimin se acerca a Jungkook. Contacto físico. Estómago bombardeado de asquerosas mariposas. Cámara prácticamente encima de ellos. V llegando por su izquierda. Y sabe lo que tiene que hacer.
—Jungkook~
El maknae ríe nerviosamente al castaño.
—Oh, nuestro Jungkookie es tan lindo.
Otra risita nerviosa. Jimin deshace el contacto. V ha llegado cerca del maknae. Contacto físico entre los adversos. Las asquerosas mariposas han muerto. Movimientos extraños, típicos de V. Risa divertida de Jungkook. Atención para el alíen. Salida discreta de Jimin.
El trabajo está hecho...
De nuevo...
Está asquerosamente hecho otra vez.
Odia a las aberraciones que se crean en su estómago con tan sólo acercarse a él. Odia aún más a la persona que lo interpreto como 'sentir mariposas'. ¡Ja, sí, claro! Más bien cucarachas molestas y extrañamente agradables.
Espera que V no tarde mucho esta vez. Piensa que tal vez es hora de terminar con esas 'mariposas'... Si tan sólo existiera un médicamente para esa enfermedad... Déficit de Jungkook, así lo llamara de ahora en adelante. Necesita una cura para esa enfermedad. Sus científicos personales están en proceso de encontrar esa cura que ponga fin a todo. Espera eficiencia allí dentro.
Minutos después de que los maknaes no paraban de hacer más que tonterías, el camarógrafo se hartó y decidió irse a grabar cosas más interesantes que un par de adolescentes raros. V pensaba que no era necesario grabarlos a toda hora para los conocidos Bangtan Bomb, pero no había qué hacer al respecto.
V soltó un gran suspiro y la cara de Jungkook se contrajo en preocupación. V había comenzado a caminar en la dirección donde Jimin salió, pero una mano rodeó su muñeca, impidiéndole seguir caminando.
—¿Vas con Jimin? —El más grande frunció el ceño.
—No es necesaria esa pregunta. Por otro lado, yo te preguntaré a ti: ¿Qué vas a hacer con los sentimientos de Jimin? —Lo odiaba. Jungkook odiaba tanto que V se comportara de esa forma, tan despectiva y amenazadora. Y eso lo enfadaba también.
—Eso es algo entre él y yo, no tienes que meterte —imitó el tono amenazador del mayor.
V apretó con mucha fuerza el puño y sus nudillos se tornaron blancos al escuchar esa respuesta. Le enrabiaba que el menor fuera tan despreocupado y rebelde. Se liberó bruscamente en el agarre que lo tenía y le dirigió una mirada inyectada en furia.
—Sólo te advierto que si Jimin sale más lastimado de lo que ya está, voy a olvidar que somos amigos y te haré pagar por cada lágrima que derrame por ti.
El mayor salió de la sala de ensayos furioso, esta vez se dirigió a la dirección contraria.
Y Jungkook no pudo evitar sentirse culpable. Sabía que Jimin sufría, pero nunca se le ocurrió pensar a qué grado.
Había visto por dónde había salido Jimin, y sus pies comenzaron a seguir aquella dirección. Unos cuantos pasos y vislumbró al castaño recargado en la pared del pasillo. Su mirada se concentraba en el techo y sus manos estaban escondidas en los bolsillos de su pantalón apretado. No negaría que ese atuendo le quedaba de lo mejor.
Sacudió aquellos extraños pensamientos y se acercó sigilosamente al mayor, se posicionó a su lado, recargándose igualmente en la pared. Miró a la sorprendida mirada del castaño cuando se hubo percatado de su presencia y se giró para ver lo que estaba haciendo. Le dedicó una pequeña sonrisa y dirigió la vista al techo como Jimin lo estaba haciendo.
Jimin no volvió a mirar al techo. Agacho la cabeza y se mantuvo mirando el lustre suelo blanco. Observó de reojo que Jungkook también colocó las manos en sus bolsillos. Un incómodo silencio se hizo presente (al menos para Jimin) y de nuevo Jimin no sabía qué hacer con lo que sentía en su estómago.
—Hyung... —Los vellos de sus brazos se erizaron al escuchar ese tono en su voz. No sabía cómo clasificarlo.
—¿Hmm? —No levantó la mirada, en cambio pudo sentir la contaría sobre su nuca.
—¿Podemos ensayar juntos el canto? Me gustaría que me ayudes con mis agudos.
El nerviosismo del castaño se hizo presente. Hacía mucho que no practicaban sólo los dos. Dudó por un segundo, pero al final acepto aquella propuesta.
—Está bien.