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Olvidé que ante todo te amaba... por Hana No Eien

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Notas del fanfic:

Esto es para el mes MuraAka

espero sea de su agrado y se entienda, encuentro que esta un poco confuso y raro.

no sé quería escribir algo mas bonito pero esto fe lo que quedo al final, despues de borrar incontables veces.

 

 Te deje

 Así, sin explicaciones pues no quería darte excusas, nada justificaba lo que estaba haciendo, por lo que preferí callar y que mis acciones te hiciesen saber de mi decisión.

 Sabes…

 Aun no logro entender, la razón por la que te abandono, tal vez es porque me encuentro impactado con mis propios sentimientos, estos llenos de rabia y rencor. Sin embargo no es tu culpa, ¿Cómo podría serlo? Si me has dado más de lo que me merezco, más de lo que imagine algún día recibir.

 

.

 

.

 

.

 

Aka-chin, tu eres demasiado, eres muy profundo y una persona como yo jamás podría estar al lado de alguien así, simplemente por el hecho de que yo soy muy débil, muy simple y muy poco. Las personas complicadas me desesperan y aunque siento una gran atracción por ellas, terminan por aburrirme. Oh, claro, debe ser eso lo que ocurrió, yo termine aburriéndome de Aka-chin.

 Podían ser palabras crueles pero el peli morado no parecía tener duda de aquello, a que otro sentimiento podría asociar su sentir, simplemente lo considero aburrimiento. Aun así, no dejaba de dar vueltas, estando en un parque, completamente solo, mirando cualquier punto como si no hubiera prisa, tal vez su mundo se encontraba detenido. Había compromisos, estaba su trabajo, en el cual seguramente lo despedirían por tomarse unos días libres, pero a él no le importaba, todo dejaba de tener sentido con la ruptura de una relación de varios años.

 Seguramente tú me guardas rencor Aka-chin, debes hacerlo, después de todo la persona en la que más confiaba acaba de defraudarte, traicionarte y todas esas acciones que tanto detestas en las personas…No fui diferente a ellos –una sonrisa se apodero en sus labios– Te lastime y me mostré tal cual soy, aquel ser despreciable en el cual no se debe confiar, si pudiera ver tus rostro en este momento estoy seguro de que vería unos ojos lagrime antes y una expresión de aflicción, ¡No! Espera, ese no sería Aka-chin, pues él no demuestra debilidad. Entonces sería  una mirada desafiante y una expresión de calma, tan típico del emperador…No sabes cuánto me molesta eso de ti.

Tomo su chaqueta, la cual había dejado en uno de los juegos y comenzó a dar vueltas por las calles, no había lugar tranquilo para él, y ciertamente ya le había perdido el interés a mantener un monologo, como si eso arreglara su situación, más bien se veía patético.

 Las personas a su alrededor, le parecían tan estúpidas, le daban ganas de sacarlas a todas de allí, pero eso sería una estupidez, vas por una calle, es normal encontrar a tanta gente, por lo que querer una calle vacía para tu comodidad es una locura. Las risas, los chillidos y esos sonidos tan molestos que hace la gente al hablar, lo desesperaban. Él quería tranquilidad y con toda esa multitud caminante era imposible conseguirla, por mucho que se sumiera en sus pensamientos. Lo mejor era ir a casa, pero eso le molestaba más aun, pues a lo que le llamaba “casa” era ese departamento que pagaba el pelirrojo para ellos. Tenía que admitirlo, no tenía lugar a donde ir, tal vez sus amigos, mas no quería que estos preguntaran la razón de su visita y mucho menos que se metieran en su problema con Akashi. Solo le quedaba seguir vagando por las calles.

Opto último por entrar a una tienda cualquiera, para comprar algo de comer, hace días no lo hacía de la forma correcta y es que con la mente tan ocupada se le olvidaba hasta eso. Miro los dulces desde las vitrina y no se le antojo ninguno, simplemente no tenía ganas de atascarse de golosinas como solía hacerlo. Parecía todo un drama lo que hacía, irse sin decir nada, vagar por calles y no comer nada, todo apuntaba a un berrinche de un niño, pero esta vez era diferente, Murasakibara de verdad sentía que era el fin. No iba a cambiar su decisión, por más que pensase que más tarde pudiera arrepentirse.

Tarde o temprano iba a pasar, esta relación no tenía futuro, es mejor cortar desde ahora, no importa si me arrepiento, ya lo decidí.

Siguió su camino nuevamente, ya oscurecía y quisiera o no, tenía que buscar un lugar donde quedarse, un hotel no era opción puesto no traía suficiente dinero consigo, por lo que tendría que quedarse en casa de uno de sus amigos o volver al departamento junto al pelirrojo. Lo último le parecía imposible por lo que de malas ganas llego al departamento de la persona que sentía que no lo juzgaría, es más no se involucraría en eso.

Al llegar cierto peli negro sorprendido, lo hizo pasar y lo dejo pasar esa noche, sin hacerle preguntas ni nada, solo lo dejo estar.

 El peli morado esa noche, cayó rendido de cansancio inmediatamente. Himuro solo suspiro ante la escena del más alto dormido en su sofá, fuese lo que fuese su amigo grandulón otra vez la había embarrado, no imaginaba que pudo haber ocurrido, pero de algo estaba seguro, el más alto debía tener culpa.

 Tomo un poco de la comida que yacía en la mesa, no se sabe en qué momento Himuro se fue, puesto él se había despertado algo bastante tarde, pero agradecía la atención de su amigo al dejarle que comer. Una vez hecho esto, volvía al sofá y se recostaba, queriendo sumirse nuevamente en el sueño. Más eso le resultaba difícil después de dormir 12 horas continuas, por lo que terminaba por revisar algo que había estado evitando desde hace bastante, su celular. Revisaba por si había algún mensaje o llamada, pero nada. Al parecer al pelirrojo le daba igual lo que pudiese ocurrir con él, lo que terminaba por enfadarlo más haciendo que por impulso arrojar el aparato al suelo.

 que nunca saldrías detrás de mí implorando que me quede a tu lado, pero al menos esperaba otra reacción por tu parte Aka-chin, lo que sea menos tu indiferencia… ¡se supone que el que debería estar molesto soy yo! ¡El que debería ignorarlo debo ser yo!

Intentaba calmarse y pensar con más claridad, ¿Qué estaría pasando por la mente del pelirrojo? No podía simplemente no sentir nada, o al menos de eso se quería convencer él. La persona que había iniciado todo esto por una estupidez, pero que a pesar de todo no se arrepentía.

Recogió el celular del suelo y con ganas de marcarle al pelirrojo, opto mejor por enviarle un mensaje, no se atrevía a escuchar su voz, si lo hacía quizás podría arrepentirse, por lo que sin saber mucho que escribirle, solo puso un “¿Estas bien con esto?, preferí no decir nada, pues sigo molesto con todo esto, no debiste tratarme así Aka-chin…yo, bueno, las cosas ya no se pueden arreglar” envió y esperando una respuesta inmediata se quedó toda la tarde, esperando a que el otro se dignara a contestarle.

Entre esas horas sin saber qué hacer, escucho a su amigo llegar. Le miro con desinterés, no tenía ganas de hablar y esperaba que el tampoco.

–Y bien, dime Atsushi ¿hasta cuándo piensas estar así? Digo no es que me incomode o quiera entrometerme en tus cosas pero al menos un saludo me bastaría.

–Muro-chin no molestes por favor, solo quiero que me dejes quedarme hasta.

– ¿hasta cuándo? ¿Hasta que soluciones tus problemas con el señorito pelirrojo? Mira Atsushi, se lo que sea que haya pasado deberías arreglarlo, tú te puedes quedar cuanto lo desees, no hay problema, somos amigos, pero no quiero que cada vez que se peleen vengas a pedir aojamiento. No eres un niño que puede huir cada vez que le venga en gana.

No estaba molesto, ciertamente la visita de Atsushi no modificaba sus planes, lo que le exasperaba era que su amigo no madurara, no era primera vez que hacía esto.

–Esta vez no es lo mismo muro-chin –respondía con la cabeza gacha– Esta vez es definitivo, yo termine con Aka-chin…

El peli negro se vio un poco sorprendido ante la seriedad con la que decía tales palabras, más aún no las creía posible.

–No digas esas cosas con tal determinación Atsushi, lo que estás pasando podría ser simplemente algo pasajero, quien sabe mañana quieras volver a los brazos de tu amado Aka-chin –lo último lo decía con algo de ironía, mientras tomaba asiento y se acomodaba para escuchar la respuesta del más alto.

–Le hice mucho daño, es imposible, él debe guardarme rencor y sabes muro-chin es mejor así, porque si esto continuara él podría salir más lastimado.

–Porque no eres un poco más sincero contigo Atsushi, el que tiene miedo de salir lastimado eres tú, te cansaste y prefieres huir, eso lo puedo saber porque te conozco, así que podrías dejar de temer tanto y volver con él.

–Ya te dije que es imposible…mientras tenga estos sentimientos de rabia hacia Aka-chin no me atrevería a volver, además a él no le importa nada, le da igual si todo acaba ¿por qué debería ser yo quien vuelva? Yo elegí esto muro-chin.

–Si estás bien con eso, no hay problema, solo asegúrate de mantenerte firme y no flaquear Atsushi, una vez que uno toma una decisión no hay vuelta atrás ¿no?

Y diciendo esas últimas palabras salió del departamento, dejando solo al peli morado pues creía que era lo mejor.

Atsushi no le importo nada, solo estaba expectante a alguna acción de Seijurou, que este llamara o viniera hasta allí para buscarlo, mostrando un interés por arreglar las cosas, y no es que esto fuera a cambiar las cosas, pero al menos haría sentirse mejor.

Porque sabe que dentro de tanta rabia, esta ese cálido sentimiento que le provoca Akashi, sabe que a pesar de que todo este por acabar hay amor y uno muy grande. Quizás después de lo que hizo ya no pueda permanecer a su lado, aun así no dejara de estar al pendiente de él, eso jamás.

Siente que se contradice con lo que dice, hace y piensa pero es que no es fácil, cuando se trata de la persona que consideras más importante en su vida.

Solo me gustaría saber si yo llegue a significar tanto para Aka-chin como el llego a ser para mí.

Los días transcurrieron y el siguió quedándose donde Himuro sin salir o decir más de lo necesario a su amigo, este tampoco pregunto más, asumió que Murasakibara se estaba dando el tiempo para pensar, ya que al principio veía esto como una simple pelea de pareja, ahora entendía que era algo más serio.

Murasakibara reviso nuevamente su celular y como se esperaba, no había ningún mensaje del pelirrojo. Lo que termino por agotar su paciencia, no quería sentirse más así, pendiente de lo que hiciera el otro. Se sentía más que sofocado por la situación, aquella que el mismo creo y que de repente se arrepentía puesto cierta parte de él extrañaba a su amor.

Termino por salir del departamento apresuradamente, buscando un lugar que le hiciese sentir menos sofocado, estar entre esas cuatro paredes ya le parecía encierro, aunque estuviera allí por voluntad propia.

Recorrió varios lugares sin saber exactamente donde quería estar, al final se quedó sentado en uno de los juegos de un parque, importándole poco si los niños querían ocupar el lugar, pues sabía no se atreverían a decir mucho, con su apariencia creía intimidarlos incluso, la verdad poco le importaba. Lugares como esos eran los que le parecían mejor, aunque el ya no fuese un niño, debía admitir que le gustaba estar allí. Sentirse menos perdido.

Al igual que al principio, ya oscurecía y tenía que volver ¿A dónde? Pues al único lugar que lo aceptaban en esos momentos.

– ¡Atsushi!

Creyó oír una voz, una suave y armoniosa voz, la reconocería siempre, más lo ignoró puesto creía imposible que él estuviese allí, que después de días lo haya encontrado.

Aun así solo para cerciorarse volteo a mirar atrás, encontrándose con la figura del pelirrojo, atrás de él un auto negro muy lujoso, seguro de la empresa.

–Aka-chin…–pronuncio despacio, casi sin oírse, como un susurro.

Bajo la mirada inmediatamente, sin saber porque, por alguna razón no podía permanecer mirándole a los ojos. Era extraño, no sentía culpa él estaba en lo correcto, tenía sus razones. Sin embargo algo le impedía mirar descaradamente al más bajo.

–Para empezar quiero disculparme por no haberte contestado antes Atsushi, tuve ciertos problemas y hace poco vi tu mensaje, pensé que lo más apropiado era responderte dando la cara y no a través de palabras escritas que me demuestran solamente cobardía de tu parte… por eso estoy aquí.

El más alto solo guardo silencio, las palabras firmes y la expresión calmada de Akashi lo hacían sentirse pequeño, sin saber que responderle, sin mirarlo, ciertamente era difícil con la imponente presencia del otro. Además de que este denotaba tanta seguridad, que llegaba a sentirse intimidado incluso.

–No hay mucho que decir Aka-chin, fue por eso que solo te envié un mensaje yo…

–Tanto querías evitar enfrentarme ¿por qué? Fuiste tú quien decidió esto, fuiste tú quién se molestó sin motivo aparente y comenzó a evitarme, para decir después que esto terminaba, no entiendo tu punto.

–De verdad no lo entiendes Aka-chin –dijo con algo de sarcasmo– aunque eso era obvio, nunca sabrías nada acerca de mi a no ser que te lo dijera.

–Sigues molesto por lo que veo, pensé que podíamos arreglar las cosas, pero por lo que veo te niegas hasta verme a la cara, Atsushi  mírame  a los ojos cuando respondas por favor

–Aka-chin déjame solo, no quiero lastimarte, por favor márchate.

Intentaba calmarse, de pronto sintió una necesidad de reclamarle al pelirrojo, pero luego pensaba que no valía la pena, no quería terminar de una manera hiriente.

–Ese día dijiste que no querías hacerme daño ¿a qué te referías? Sabes cuánto he pensado en esto, por más que le doy vueltas no entiendo tu molestia. ¿Te cansaste de mí? ¿Es eso? –pregunto levantando un poco la voz.

Le dolía pensar que fuera de esa manera, no entendía al peli morado, sin embargo imaginaba que era su culpa, sabía que no era fácil permanecer a su lado, que era complicado y que podía terminar alejando a las personas de su lado por su forma de ser. Aun así quería escucharlo de la boca de Murasakibara, no importa si eso terminaba destruyéndolo.

–Así es, me canse Aka-chin, no puedo permanecer más a tu lado. Estoy harto de sentirme así…no soportaría hacerte daño, ya ves cómo me comporto, ya ves que no soy digno de tanta confianza, así que deja de…

–He aguantado tus caprichos, cada uno hasta ahora, yo también debería estar cansado Atsushi, sin embargo sigo dispuesto a estar a tu lado, con esto me demuestras que no te importa dejarlo, que no ha valido la pena… dime si es así, estoy en lo correcto.

–No tiene sentido, alguien como yo jamás podría estar a tu lado, por eso es mejor dejarlo.

Las palabras salían tan fácil de su boca, pero a medida que se daba cuenta de lo que significaban, comenzaba a sentirse desesperado, como si de repente quisiera cambiarlas. Había tanta confusión dentro de su mente, se encontraba exasperado e irritado.

Por su parte el pelirrojo solo guardo silencio, meditando aquellas palabras, la final terminaba siendo siempre igual, perdiendo lo que más quería. Llegaba a ser ridículo pero esta escena no era tan desconocida para él. Todos, absolutamente todos terminaban por dejarlo, fuese diferente el motivo, poco importaba.

–Resultaste ser igual que los demás –dijo para sí mismo– Atsushi gracias por todo, no insistiré, si es tu decisión, entonces no puedo cambiarla, eres libre… estoy seguro que todo este tiempo te sentiste prisionero de mí ¿no? Pues ahora puedes hacer lo que te venga en gana.

El peli morado absorto en sus pensamientos, alcanzo a entender la magnitud de las palabras del pelirrojo, levanto la vista y en vez de encontrar un Akashi molesto, se encontró con uno bastante triste, con una expresión de clara decepción. Y es que él sabía que lo estaba traicionando, quizás no de la manera romántica, pero si a la confianza que le otro le había brindado.

El otro subió al vehículo y se marchó, ya no había nada más que hablar, oficialmente habían terminado.

Atsushi no supo si sonreír o llorar ante la escena reciente, por alguna razón le causaba gracia que todo haya sucedido tan rápido, y más que fuera el quien lo provocara. De repente los recuerdos vinieron a su mente, trayendo consigo aquellas promesas que el mismo había hecho, esas que no pudo cumplir.

"Estaré a tu lado Aka-chin, quizás ellos no saben ver lo hermoso que eres, lo especial que eres, pero yo no, yo me quedare contigo hasta el final, sin importar nada, así que confía."

Por un momento pareció reaccionar y poder alejar esos sentimientos malos que tenía consigo, como si hubiera despertado y se hubiese dado cuenta de lo que había estado haciendo.

Una lagrima bajo por su mejilla, y el sin poder entenderlo, las ganas de gritar o llorar como un niño pequeño lo amenazaban.

Se había dado cuenta que había perdido a la persona que más quería en este mundo, y que entre esto le había causado daño.

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 Hoy nuevamente pienso en todo el daño que te hice, sabes Aka-chin, aun no me lo creo, me parece imposible que todo haya acabado así, el tiempo pasa y yo seguiré atrapado en aquella escena, en donde no medí mis palabras, en donde hubiera sido mucho mejor callar. A veces te veo pasar cerca de mí y no soy capaz de mirarte a los ojos, la culpa me persigue.

 Sé que me guardas rencor, que debes estar odiándome, después de todo te mentí, no sabes cuánto lamento eso, pues tu confiaste tanto en mí, te abriste de manera sincera y lo diste todo, mientras yo te deje ir a la primer oportunidad.

Pero estoy feliz, tú viniste a mí a pesar de todo, demostrando que si te importaba lo nuestro, y eso es lo importante. Ahora me toca a mí hacer algo por recuperarte, puesto aun no me resigno, aunque no sé si me atreva a dirigirte la palabra de nuevo.

 

Aka-chin me aceptaría de nuevo, o me terminarías rechazando, me pregunto…

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Siento que mas que un one shot esto parece el fragmento o pedazo de algo, me quedo raro ._. 

Igual disfrute escribiendolo, y hace tiempo no subia nada, por lo que estaba nerviosa, espero se haya entendido y no sé. Me alegra haber podido participar al final en el mes MuraAka, la shipp que sea ha vuelto una de mis favoritas así dejando a otras. Pero aun así me sigue costando mucho escribirla.

 

Siento que Murasakibara me quedo muy Ooc, no sé como que lo cambie demasiado, o al darle otra perspectiva me aleje del classico Murasakibara.


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