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It's Gotta Be You por RingogoShiroyama

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Notas del capitulo:

Holaaaaa ya vine~ me tardé mucho lo sé, lo siento T_T

Pero escribí algo largo y aquí se conoce un poco de la historia de Jiyong :'D así que espero que les guste~

Jiyong miraba hacia todas partes, tratando de encontrar con la mirada a Seunghyun. Se sentía un poco incómodo estando ahí, pero no había otro lugar en donde buscarlo. Aunque… ¿realmente necesitaba buscarlo? Jiyong miró la mesa frente a él y frunció el ceño. ¿Qué estaba haciendo ahí? Faltaba poco para que dieran las doce y entonces sería lunes. Eso significaba tener que levantarse temprano e ir a trabajar. ¿Por qué demonios estaba en un club tratando de buscar a un hombre que acababa de conocer el día anterior y que probablemente ni se acordaba de él?

-          Agh, si seré estúpido –Se cruzó de brazos y se quedó mirando la mesa un momento, hasta que recordó la razón por la que estaba buscando a Seunghyun. Su cara se puso roja en un instante.

Había llegado al club sin pensar demasiado, solamente sabía que quería ver a aquel hombre otra vez, y no precisamente para platicar juntos…

-          ¡No! –Ji le dio un golpe a la mesa con su puño– Yo no soy así, yo no ando por la vida buscando… buscando… sexo –cerró los ojos fuertemente– con cualquiera que se me aparezca delante. Pero… –los volvió a abrir y miró a toda la gente que estaba en la pista de baile– eso solo ha pasado con Seunghyun…

Los observó a todos, hombres y mujeres, pero ninguno era tan guapo como Seunghyun. Ninguno lo hacía sentir lo que sintió al ver al mayor a los ojos por primera vez. Aunque tampoco era como si hubiera sentido algo especial… simplemente se había quedado atontado.

-          Ah, qué es esto –sonrió nerviosamente– no estoy enamorado de Seunghyun ni nada parecido… apenas lo conocí ayer… debe ser solo atracción. Sí, eso es. Y se me pasara en cuanto me olvide de él, mejor me voy de aquí antes de que se haga más tarde.

Puso unas monedas sobre la mesa para luego levantarse de su asiento y caminar en dirección a la salida. Tuvo que pasar por la pista de baile y dejar que todos lo empujaran mientras él intentaba abrirse camino, hasta que por fin llegó a la puerta. Antes de salir se volteó y dio una última mirada a todo el lugar, pero las pequeñas esperanzas que le quedaban aún de ver a Seunghyun se esfumaron cuando no lo encontró.

Abrió la puerta y salió del club. El aire que pegó en su rostro se sentía bastante frío, así que comenzó a correr en dirección a su departamento. No sabía por qué, pero sentía que corriendo iba a olvidarse de Seung, al menos por un rato, así que apenas comenzó no se detuvo hasta llegar a su destino.

Nunca se dio cuenta de que un segundo antes de que empezara a correr, Seunghyun había estado a punto de tocar su hombro.

 

 ---

 

Jiyong abrió los ojos de golpe y lo primero que vio fue el techo de su habitación.

-          Agh, maldita sea –Llevó sus manos hasta su cara y se talló un poco. Acababa de tener el mejor y a la vez el peor sueño de su vida.

Suspiró y se quedó mirando el techo unos minutos más. No podía creer que había soñado con Seunghyun, y encima un sueño bastante pervertido. Estaba claro de que algo había hecho mal en su vida pasada para estar siendo castigado de esa manera, ¡solo lo había visto una vez! Además el tipo casi lo había violado.

-          Estúpido Seunghyun, te odio –Se levantó de su cama y caminó hasta el baño pisando muy fuerte. Cuando llegó se metió y cerró la puerta de golpe.

Se sentía muy enojado consigo mismo. No entendía qué le pasaba, ni si quiera con su antiguo novio había tenido ese tipo de sueños, y ahora un extraño llegaba de la nada para meterse a su cabeza y no querer salir. ¿Cómo le hacía esa gente que iba a clubes todo el tiempo y tenía sexo sin protección? Definitivamente él no estaba hecho para ser ese tipo de persona.

Se bañó con agua fría para intentar despejar su mente. Se vistió con uno de los trajes elegantes que había tenido que comprar cuando comenzó a trabajar en esa tienda departamental, y se puso una corbata roja. Peinó muy bien su cabello rubio y se echó un poco de su colonia favorita. Salió del baño y caminó por su departamento hasta llegar a la sala, y tomó su pequeña bolsita negra donde, por lo general, llevaba su cartera, sus llaves, su celular y algunos recipientes con comida que había preparado el día anterior. Sin embargo ese día su bolsita estaría muy liviana. Se le había olvidado preparar comida el domingo, así que tendría que ir a comer a alguno de esos lugares de comida rápida. Y tampoco podría desayunar, pues el haber estado hasta tarde en ese club y luego haber corrido hasta su casa habían causado que se despertara un poco tarde, por lo que ya no le daba tiempo de desayunar.

-          Estúpido Seunghyun, todo es tu culpa, te odio, espero no volver a verte nunca más –Caminó muy enojado hasta la puerta y salió para luego cerrarla azotándola.

Ese era un mal día, un muy mal día. Esperaba que no se pusiera peor.

Llegó hasta el estacionamiento del edificio donde vivía y caminó hasta su carro. Sacó las llaves de su bolsita y abrió la puerta, se metió y volvió a azotar la puerta. Lanzó su bolsita al asiento del copiloto y después dejó caer su cabeza sobre el volante, golpeándose la frente con éste.

Soltó un quejido y se levantó. No podía seguir así. Ni si quiera sabía por qué estaba molesto. ¿Acaso era porque no pudo ver a Seunghyun de nuevo en el club?

-          ¡No! Yo no necesito de ese estúpido, solo fue un idiota que me encontré en el club y… no volveré a ir ahí nunca jamás. Eso es. Ahora Jiyong, mueve tus lindas manos o llegarás tarde a trabajar.

Encendió su carro y salió del estacionamiento. El día se veía bastante bien, estaba soleado pero no lo suficiente como para morir de calor. Jiyong sonrió y comenzó a manejar en dirección a la tienda departamental donde trabajaba. Era una tienda bastante grande, tenía 4 pisos y vendían de todo tipo de cosas. Ropa, calzado, muebles, dulces, aparatos electrodomésticos, incluso tenían una sección donde había instrumentos musicales. El nombre de la tienda era bastante reconocido en Seúl, ahí iba a comprar solo la gente que tuviera dinero. Era una tienda elegante, para gente elegante. Y Ji se sentía bastante afortunado de poder trabajar ahí. Su sueldo le alcanzaba para llevar una buena vida, vivir en un edificio casi de lujo, tener un carro elegante e incluso podía comprarse algunas cosas caras de vez en cuando. No era millonario, pero vivía bien con el dinero que tenía.

Además el departamento donde trabajaba la agradaba bastante. Era el departamento de calzado para damas. Algunas veces iban a la tienda personas famosas, celebridades mujeres a las que les encantaba ir a probarse zapatos con Jiyong. Una de las chicas que siempre iba era Lee Chaerin. Ella era una famosa cantante y rapera de un grupo de chicas, y se había vuelto amiga de Jiyong desde el primer momento en que hablaron. Chaerin siempre le decía que con él podía platicar y reírse como si estuviera con sus amigas, y eso a Ji le agradaba, aunque también lo hacía sentir un poco incómodo. No era como si él fuera una chica, era hombre, estaba seguro de eso. Tampoco era afeminado como muchos de los chicos gays que había en el mundo. Tal vez era un poco delicado y se preocupaba por su imagen más que la mayoría de los chicos, pero no caminaba tratando de parecer mujer, ni tampoco hablaba tratando de parecer mujer, y mucho menos tenía gestos de mujer. Él era un macho… gay, pero macho a fin de cuentas.

El trabajo no estaba muy lejos de su casa además era temprano y no había mucho tráfico así que llegó en poco tiempo. Entró al estacionamiento presentando su tarjeta de trabajador y buscó un lugar. Se estacionó, tomó su bolsita negra y salió de su carro.

-          Bien, hoy será un buen día. No más pensar en aquel idiota, ni si quiera recuerdo su nombre. Es hora de ir a trabajar y ser feliz –Sonrió y comenzó a caminar hacia la puerta que conectaba el estacionamiento con la entrada a la tienda.

Faltaba una media hora para que la tienda abriera, pero los empleados tenían que estar ahí desde temprano para revisar que todo estuviera en orden antes de que los clientes llegaran.

Jiyong entró a la tienda y se dirigió a su sección, saludando a varios compañeros en el camino. Subió por el elevador hasta el segundo piso y apenas las puertas se abrieron, vio a lo lejos a su mejor amigo. Dong Youngbae tenía los audífonos puestos y estaba moviéndose animadamente mientras acomodaba algunas prendas de su sección. Bae estaba en el departamento de lencería. A muchas chicas les incomodaba llegar y ver a un hombre preguntándoles qué talla de sostén necesitaban, pero una vez que conocían a Youngbae se daban cuenta de que era un buen chico. No era pervertido y en ningún momento las trataba mal, simplemente hacía su trabajo. Claro que también había una chica ahí, Belle, la compañera de Bae, y algunas mujeres preferían irse con ella.

Sus secciones estaban una al lado de la otra. Saludó a Youngbae con la mano y éste le regresó el saludo sonriendo, para luego seguir acomodando los ganchos con las prendas. Jiyong se movió hacia donde estaba la caja registradora y se agachó para dejar su bolsita en un pequeño cajón que había en el mueble. Se incorporó con una sonrisa, listo para empezar a revisar que todo estuviera en orden, pero apenas su vista se posó en las dos personas que estaban caminando en la sección de ropa para dama, justo frente a su sección, la sonrisa se borró de su rostro y sus ojos se ampliaron.

Se quedó parado ahí, detrás de la caja registradora y sin moverse ni un centímetro, tal vez incluso sin respirar. La ropa para dama estaba del otro lado del pasillo central, había un largo tramo de piso de azulejo color durazno separando su sección de aquella otra, pero de todos modos estaban de frente. Y ahora, el gerente estaba platicando felizmente con un hombre vestido de traje negro y corbata roja, al igual que él y que Youngbae. Jiyong sintió que comenzaba a sudar frío. Reconocería a ese estúpido donde fuera. Estaba vestido mucho más elegantemente que el sábado, pero de todos modos se veía terriblemente guapo. Su cabello negro estaba peinado hacia atrás perfectamente, se veía como un adonis… era un dios griego, una estatua, una obra de arte. Dejavu…

-          ¡Hey, Jiyong! –Ji vio al gerente haciéndole señas desde el otro lado del pasillo para que se acercara.

Lentamente salió de atrás de la caja registradora y comenzó a caminar hacia ellos dos. Fijó su vista en Seunghyun y éste le sonrió, le sonrió muy seductoramente.

Llegó hasta donde estaban y se paró delante de Seunghyun, sin apartar su mirada. Ambos estaban viéndose fijamente, Seung sonriendo y Jiyong sintiendo que su corazón se iba a salir.

-          Jiyong ¿qué te pasa? –Escuchó la voz de su jefe hablándole– ¿Por qué miras así al chico? ¿Acaso ya se conocen?

-          No –Seunghyun se apresuró en contestar, pero sin borrar su sonrisa– Es la primera vez que nos vemos.

-          De ser así, Jiyong, te presento a Choi Seunghyun. Él es nuevo y será tu compañero de ahora en adelante, estará trabajando en la sección de ropa para dama, espero que se lleven bien.

Ji escuchó al gerente hablar, pero al mismo tiempo sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago. ¿Por qué Seunghyun había dicho eso? ¿Realmente no se acordaba de él? Y si era sí, ¿por qué le estaba sonriendo? ¿Le sonreía así a todo el mundo?

-          Seunghyun, él es Kwon Jiyong.

-          Kwon Jiyong… –Sintió que sus piernas flaqueaban. Escuchar su nombre con la voz de Seunghyun era simplemente el paraíso– Es un gusto conocerte.

El pelinegro movió su mano y la dejó frente a Jiyong. Claramente quería estrechar manos con él, ¿qué debía hacer? No estaba seguro de sobrevivir si tocaba su mano, apenas podía respirar estando tan cerca. Sintió una mirada extraña de parte del jefe y supo que tenía que hacerlo. No podía quedarse ahí como idiota, tenía que estrechar su mano con Seunghyun, al parecer iban a ser compañeros.

Lentamente movió su brazo y tomó la mano de Seung. Lo hizo muy suavemente y tratando de no tocarlo mucho, pero se sorprendió cuando sintió un fuerte apretón en su mano. Y el muy estúpido seguía sonriéndole como si nada.

-          Bien, ya falta poco para abrir –El gerente miró su reloj– Seunghyun, si tienes alguna duda sobre cualquier cosa puedes buscarme, pero también puedes preguntarle a Jiyong, él es uno de nuestros mejores empleados –El hombre sonrió y Ji lo miró y le sonrió de regreso, no podía ignorar un cumplido como ese– Nos vemos entonces.

El jefe se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la sección de Bae. Jiyong quiso darse la vuelta e irse a su sección, pero entonces se dio cuenta de que su mano y la de Seunghyun seguían juntas. Miró al pelinegro y éste seguía sonriéndole y sin soltar su mano. ¿Qué debía hacer? Optó por decir lo primero que se le vino a la mente.

-          Bueno –Se aclaró la garganta– Si necesitas algo… p-puedes preguntarme, estoy ahí enfrente… espero que te vaya bien en tu primer día… Seunghyun.

Intentó soltar su mano y darse la vuelta nuevamente, pero su mano no fue liberada y un jalón en su brazo hizo que quedara mucho más cerca de Seunghyun que antes. Vio como el estúpido se agachaba un poco y se acercaba a su rostro. Su corazón se aceleró mucho más, por un momento pensó que iba a besarlo, hasta que se desvió hacia su lado izquierdo y escuchó esa grave voz directo en su oído.

-          Me gusta como suena mi nombre con tu voz, Jiyong… pero creo que me gustará más cuando te escuche gemir mi nombre, la vez pasada no lo hiciste –Ji abrió sus ojos como platos y sintió sus mejillas muy calientes. Se quedó quieto, otra vez sin respirar, esperando, pero Seunghyun no dijo nada más. Ninguno de los dos se movía.

-          ¿D-de qué hablas? ¿Ahora sí te acuerdas de mí y no es la primera vez que nos vemos? –Frunció el ceño y escuchó una risa, una hermosa risa.

-          Hay que aparentar Ji… ¿O es que acaso querías decirle a tu jefe “Sí, nos conocimos hace dos días en un club y tuvimos sexo”? –Jiyong se puso más rojo aún y se alejó de inmediato del pelinegro.

-          ¿Q-qué estás haciendo aquí?

-          Trabajar, ¿no es obvio? Yo también tengo que trabajar para vivir. No sabía que tú trabajabas aquí –Seunghyun sonrió y Jiyong decidió que era momento de alejarse de ahí.

-          N-no te me acerques.

Después de decir eso se dio la vuelta y casi corrió hasta su sección.

 

 ---

 

-          Bae, ya no puedo vivir así –Jiyong puso su mano en su frente y suspiró.

-          ¿Qué pasa Bro? – Ambos estaban en un pequeño restaurante japonés que estaba cruzando la calle, frente a la tienda donde trabajaban.

-          Ese estúpido de Seunghyun.

-          ¿Seunghyun?... ¿El chico nuevo?

-          Sí, ese. Es un estúpido, no paró de mirarme todo el día desde que llegó, lo odio – Ji tomó sus palillos y se llevó a la boca un poco de fideos. Había pedido un tazón grande de ramen.

-          Tal vez le gustas.

Jiyong comenzó a toser cuando los fideos bajaron por el lugar equivocado en su garganta. Bae se asustó y empezó a darle palmadas en la espalda, hasta que por fin sintió que podía respirar normalmente de nuevo.

-          Dong Youngbae –Miró a su mejor amigo– No vuelvas a decir eso. Está claro que yo no le gusto a ese estúpido –Se sintió algo triste al decir eso y no sabía por qué, pero era la verdad. Si le gustara a ese idiota, tal vez… tal vez le habría dado su número de teléfono.

-          ¿Cómo sabes? Si te acaba de conocer y ya se te queda viendo debe ser por algo.

Ji se quedó callado. No le había contado a Bae sobre cómo había conocido a Seunghyun, y no planeaba hacerlo.

Terminaron de comer en silencio y regresaron a trabajar. Había una chica buscando lencería y Belle estaba atendiendo a alguien más, así que Youngbae fue directamente hacia ella. En cambio en la sección de zapatos no había nadie. En todo lo que iba del día solo había llegado una clienta. En general no había mucha gente en la tienda, era un lunes muy aburrido.

Jiyong suspiró y observó algunos de los zapatos de exhibición. Había muchos y muy bonitos. Si él fuera mujer definitivamente los usaría todos. Tenían zapatillas con tacón de hasta 15 cm, no sabía cómo las chicas podían caminar con esas cosas. También tenían tenis y había muchos diseños de Jeremy Scott. Había unos que le gustaban mucho, eran muy bonitos, eran de color amarillo con rosa y azul y tenían unas…

-          Hey –Ji se quedó quieto en su lugar. Podría reconocer la voz de ese idiota en cualquier parte– Esto es aburrido, ¿no crees? No hay nada de gente.

-          ¿Qué haces aquí? –Seunghyun estaba a su lado, pero Jiyong no lo miró.

-          Vine a hablar contigo porque estoy aburrido, no hay clientes.

-          Ah…

-          ¿Dónde está el baño?

-          Por allá – Jiyong se movió y señaló una puerta que estaba justo al lado de la sección de ropa para dama.

-          Oh, ¿ese es el baño?

-          Sí, tiene un letrero. ¿Eres idiota o qué? –Ji volteó enojado a ver al pelinegro y lo vio sonriendo. Ni si quiera sabía por qué estaba enojado.

-          Acompáñame al baño.

-          ¿Q-qué?

La sonrisa de Seunghyun se hizo más grande. De repente su muñeca se vio aprisionada por la mano de Seunghyun, y Ji comenzó a ser arrastrado en dirección al baño.

-          ¡O-oye suéltame!

Seunghyun lo ignoró y continuó jalándolo hasta que llegaron al baño. Igual que el resto de la tienda, estaba vacío. Jiyong tragó saliva y comenzó a preocuparse por sentirse expectante. Eso no estaba bien, tenía que salir del baño antes de que pasara algo de lo que se arrepentiría después. Aunque tal vez también podría arrepentirse de salir de ahí…

Seung abrió la puerta de uno de los cubículos y lo empujó casi delicadamente para que entrara. Y un instante después, la puerta estaba cerrada y el pelinegro estaba adentro junto con él, aprisionándolo contra la pared y besando su cuello.

-          Hmm –Ji cerró los ojos y movió su cabeza hacia un costado dándole más espacio a Seunghyun. Su cuerpo reaccionaba solo.

-          ¿Por qué te fuiste corriendo ayer cuando estaba a punto de hablarte? –Seung le susurró, con los labios todavía pegados a la piel de su cuello– Podríamos haber disfrutado de esto mucho antes.

Sus brazos también reaccionaron solos y subieron hasta agarrar el saco de Seunghyun por los costados. El pelinegro se alejó un poco y sonrió, comenzando a quitarse el saco. Cuando lo hizo, lo dobló perfectamente y lo puso sobre una tablita que había dentro del cubículo. Después de eso se acercó a Jiyong otra vez, y despacio empezó a desabrocharle el pantalón.

-          No sé qué tienes Jiyong… pero me vuelves loco solo con verte. Desde ese día en el club, no pude quitarte la vista de encima hasta que por fin me acerqué a ti.

Volvió a besar su cuello, lentamente y como si quisiera dejarle marcas, esperaba que no lo hiciera. Ji estaba seguro de que su cara estaba roja de nuevo, eso significaba que sí le gustaba a Seunghyun, aunque tal vez solo físicamente…

-          Ah…

Su pantalón y su ropa interior habían caído al piso, y Seunghyun estaba tocando su trasero mientras le besaba el cuello. ¿Qué debía hacer? Si lo dejaba seguir, probablemente harían eso muchas veces más… y para ser sincero, no le desagradaba la idea. Y eso era lo que más le molestaba, sentirse como adolescente con las hormonas alborotadas queriendo sexo todo el tiempo, la diferencia era que él solo quería a Seunghyun.

De repente sintió un dedo en su interior.

-          ¡Ahmm! – Cerró los ojos y llevó su cabeza hacia atrás mientras subía sus brazos de nuevo para agarrarse de la camisa de Seung.

Rápidamente otros dos dedos se añadieron y Jiyong sintió sus piernas flaquear. Era increíble que eso le pasara solo con sus dedos, ¿qué clase de poder extraño tenía este hombre sobre él?

-          Date la vuelta Jiyongie…

Su voz era tan grave, él sería perfecto para una de esas hot lines, cualquiera podría correrse solo con escucharlo hablar…

-          ¡Ah! –Su mejilla quedó pegada contra la fría pared, al igual que sus manos, mientras Seunghyun lo penetraba de una estocada. ¿En qué momento se había volteado? ¿En qué momento Seung se había quitado el pantalón?

-          Hmm… ¿te gusta así, Yongie? –Las embestidas eran fuertes y certeras. El pelinegro pegó su pecho a la espalda de Jiyong y rodeó su cuerpo con uno de sus brazos, sosteniéndolo firmemente, mientras su otra mano se movía para darle atención– Me voy a hacer adicto a ti si seguimos haciendo esto Yongie…

Jiyong no contestó. Si abría la boca seguramente comenzaría a gemir como loco, no podía hacer eso en el trabajo.

Los labios de Seunghyun volvieron a besar su cuello, mientras lo penetraba y le daba atención a su miembro con una de sus manos. En su espalda podía sentir el pecho de Seung, moviéndose rápidamente debido a su respiración, se sentía tan bien, sus cuerpos juntos y uno de los brazos de Seunghyun sosteniéndolo por la cintura, tan protectoramente…

Comenzó a sentir un cosquilleo en su estómago y al mismo tiempo algo cálido en su pecho. Seung lo embistió un par de veces más y apretó el agarre en su cintura, y eso fue todo lo que Jiyong necesito.

-          ¡Ahh Seung!

Terminó en la mano del pelinegro, y un segundo después sintió la esencia de éste en su interior mientras escuchaba un gemido con su nombre justo al lado de su oído.

Ambos se quedaron quietos en la misma posición, tratando de calmar sus respiraciones. Y de la nada, Jiyong sintió un pequeño beso en su mejilla. Abrió los ojos de inmediato, pero así de sorpresivamente como sintió esos labios en su piel, así dejó de sentirlos. Al igual que el brazo desapareció de su cintura. Estaba a punto de voltearse cuando escuchó el sonido del papel de baño. Y un momento después Seunghyun salió de él y comenzó a limpiar lo que estaba resbalando por sus piernas.

Jiyong no sabía si debía sentirse feliz o avergonzado. ¿Quién te limpiaba después de haber tenido sexo?

Cuando Seung terminó de limpiarlo, Ji escuchó el sonido de la ropa subiendo. Sin embargo no era la suya, era la del pelinegro. Así que él hizo lo mismo. Subió su ropa interior, y estaba a punto de subir sus pantalones cuando las manos de Seunghyun lo hicieron primero. Jiyong seguía dándole la espalda así que Seung no podía ver su rostro y estaba agradecido por eso. Seguramente estaba como un tomate.

-          Listo –Sus pantalones estaban en su sitio, incluso le había abrochado el cinturón. Ji se volteó y vio a Seunghyun sonriendo levemente – Ya quedaste precioso como un muñeco otra vez.

Los ojos de ambos se ensancharon por las palabras de Seung. Él mismo parecía sorprendido de lo que había dicho. Se quedaron mirándose por un momento hasta que Seunghyun se volteó para tomar su saco.

Jiyong abrió la puerta del cubículo y salió hacia los lavamanos. Se mojó las manos para arreglarse un poco el cabello y quitarse las pequeñas gotitas de sudor que tenía en la cara. Por el espejo vio que Seunghyun estaba parado detrás de él, mirando al piso con expresión confundida.

-          ¿Pasa algo? –Los ojos del pelinegro subieron inmediatamente y sus miradas se encontraron en el espejo.

-          No… no, nada –Pero la expresión de que algo estaba mal seguía en el rostro de Seung.

Jiyong se dio la vuelta lentamente y lo miró.

-          ¿No… no te… gustó? –No sabía por qué, pero sentía la necesidad de preguntar eso. Aun cuando le daba vergüenza.

Vio a Seunghyun sonreír de nuevo y de alguna manera se tranquilizó un poco.

-          Tendría que estar loco para que no me hubiera gustado –Seunghyun se acercó a él y sus rostros quedaron muy cerca– Ahora trabajamos juntos Yongie… no creo poder contenerme teniéndote tan cerca. Mira esto, es mi primer día y ya terminamos aquí.

-          Eso fue tu culpa –Ji sintió sus mejillas arder.

-          Tal vez… pero es que creo que simplemente no puedo resistirme a ti.

El pelinegro se alejó abruptamente y le sonrió, para luego salir del baño como si nada, dejando a Jiyong con el ceño fruncido y totalmente rojo, y con un sentimiento extraño creciendo en su pecho. Seguía siendo un estúpido.

Notas finales:

:B

¿Se dieron cuenta de que aún no se han besado? ;_____; xD


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