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Perdido por cho-chan

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí estoy de nuevo con este fanfic un poco antes del tiempo mencionado….

 ¡Muchísimas gracias a quienes se toman la molestia de leer y comentar! Me hace feliz le guste a alguien lo que escribo.

Antes que nada, quiero aclarar unas cosillas más, en el capítulo anterior mencione que me preguntaron si habrá dolor físico, sí, me lo preguntaron, pero estoy segura de que la pregunta era porque la persona que la hizo no quería ver algo así en el fic, lamento la confusión.

No quiero mencionar mucho acerca de la trama, pero solo diré que Wólfram no fue violado, no me gusta el tema de la violación al menos, no escribirlo yo misma; al igual que no me gusta escribir shota y otros géneros. Espero esto pueda responder a un comentario que me hicieron.

También como dije en el capítulo pasado, hago esto como una forma de distracción y relajación, sin fin de lucro y como práctica gramatical.  Me disculpo sinceramente si es que hay faltas de ortografía o términos mal dichos.

Me sorprende también que, en una de las páginas donde lo publico tenga más aceptación que en la otra. De nuevo, agradezco a quienes leen y comentan, sobre todo a estos últimos porque me motivan y me alegran el día con sus comentarios.

Poco a poco iré revelando los sucesos y misterios que desenvuelven la trama y espero sorprender y lograr emocionar a alguien con este fanfic.

Por cierto, me estoy viendo por quinta vez la serie para poder tener una idea de las personalidades  y eso; cuando escribo este fanfic escucho canciones de D Gray Man y Full Metal Alchemist ¿a alguien más le gustan? Sé que no tenía nada que ver pero quería mencionarlo.

Diálogos -guiones - pensamientos en negritas y "comillas", cambios de escena en o.o.o.

En fin, espero disfruten el capítulo.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

Este lugar era tranquilo, demasiado en su opinión; pero eso le agradaba. Estaba feliz de poder dejar de huir de esas personas misteriosas que quería capturarle a como diera lugar. Había pasado bastantes días desde que había logrado escapar de aquel lugar y ahora agradecía el tener unos instantes para poder descansar.

Esta pequeña cabaña abandonada en medio del bosque se había vuelto en un maravilloso refugio para él gracias a su lejana ubicación. No supo el cómo había llegado hasta ese lugar pero se sintió aliviado de hacerlo.

En este sitio no se encontraba nadie, más sin embargo, el lugar lucía impecablemente limpio. Quizá la persona (o personas) que anteriormente habitaba aquí habían decidido mudarse a otro sitio más poblado, simplemente lo habían abandonado o habían muerto hace no mucho tiempo. No sabía la razón pero lo agradecía profundamente. Si el dueño de la cabaña regresaba por alguna razón se disculparía con él y pediría su ayuda por un par de días; en lo que lograba recuperar fuerzas para continuar con su camino.

Aunque,siendo honesto consigo mismo, estaba cansado, quería dejar de huir y poder vivir o morir tranquilamente. Seguramente, sería la segunda la que se le cumpliría en cualquier momento; su cuerpo se encontraba en exceso herido y agotado, mientras que su mente no ayudaba en nada, esta se encontraba nublada y sin recuerdo alguno. No podía recordar quién era, donde vivía o si tenía una familia. No, no poseía ninguna memoria salvo la de escapar de ese horrible lugar y ser perseguido sin descanso por hombres encapuchados y misteriosos.

Había algo más, podía recordarlo un poco…algo… ¿Pero que era?

Lo pensó durante unos instantes pero al final no había nada más, su mente no lograba traer de vuelta esa cosa tan importante que permanecía fija en lo más profundo de su ser, quizá lo recordaría después, estaba seguro, era algo que siempre tenía presente cuando veía a alguien nuevo frente a él. Era como si su instinto le alertara por si acaso llegaba a ver a esa persona.

Se retiró la capa y la capucha en color negro que le robó a uno de sus perseguidores y la dejó en una silla cercana junto con la espada que también había hurtado de esas personas. Era increíble que fuera tan hábil en el manejo de esta; podría ser que, antes de perder sus recuerdos, hubiera sido un soldado o algo similar; o tal vez, la supervivencia hacía maravillas.

Caminó dentro de la cabaña inspeccionando el lugar con la vista primero; no había mucho que mirar, una estantería con libros, un viejo sofá en color verde olivo, una chimenea en el medio y un par de puertas de madera a los costados. Suspiró con cansancio, debía buscar algo con que limpiar y tratar sus heridas; se acercó a una de las puertas y se asomó con precaución, no había nadie; entró con más tranquilidad y pudo visualizar, al pie de la cama, un viejo baúl, lo abrió y encontró varios brebajes medicinales y ungüentos; la persona que vivía aquí podría haberse dedicado a la herbolaria, o simplemente le gustaba como pasatiempo. También encontró en este mismo lugar algunos vendajes limpios, tomó algunos, dejandolos sobre la cama para poder inspeccionar el armario detrás de sí; encontró algo de ropa limpia, la tomó y la probó sobre su cuerpo por encima de la que traía puesta; esta era un poco más grande a su medida pero la usaría; no tenía otra opción, la que vestía justo en este momento estaba realmente sucia y parecían harapos. Solo traía puesto un viejo y gastado pantalón azul marino junto con una playera (antes blanca, ahora gris) desgarrada de las mangas largas y con un aspecto deplorable.

Salió de la habitación dejando la puerta abierta y llevando consigo lo encontrado que podía serle útil; caminó en dirección a la otra puerta al lado contrario de dónde recien había salido y la abrió; adentro había una pequeña cocina con una mesa redonda de madera en el centro y un par de sillas de madera. Colocó los vendajes y los ungüentos en la mesa y buscó un cuenco y agua para limpiar las heridas. Una vez que tuvo todo listo comenzó con su labor, era lo mejor que podía hacer con lo que tenía y con lo poco que conocía. Retiró su playera dejándola caer al suelo y limpió con cuidado las zonas abiertas con un trapo que encontró ahí mismo, sobre todo en el vientre donde poseía un corte horizontal de aproximadamente diez centímetros, las puntadas que tenía en este no se habían abierto; menos mal, no quería tener que coserse (de nuevo) él mismo; colocó las pomadas y las vendas con cuidado esbozando muecas de dolor en el proceso.

Una vez hubo terminado, se retiró el resto de prendas que quedaban sobre su cuerpo y se vistió con la ropa encontrada momentos atrás; una playera de manga corta y cuello redondo en color verde pistacho y un pantalón color beige. Recogió todo y lo acomodó de nuevo en su lugar, regresó a la cocina y tomó la ropa que tiro descuidadamente al suelo; la tiraría o quemaría en la chimenea, no podía (ni quería) volver a usarla de todos modos.

Como supuso, la ropa nueva que se colocó le quedaba grande; aunque esto era mejor a nada. Tomó un largo suspiro y se dirigió a la habitación donde se recostó con cuidado sobre la cama. Dormiría un poco para recuperarse y después podría buscar algo de comer.

Cerró los ojos tratando de recordar algo sobre sí mismo, pero nada venía a su mente. Odiaba todo esto.

¿Qué había hecho para vivir de esta forma? ¿Por qué no le dejaban morir en paz?

No lo sabía, pero quería averiguarlo, a su mente vino ese recuerdo; quizá si mataba a esa persona podría saber quién era o de dónde venía. Mataría a la persona que le atormentaba en sus pesadillas y culpaba por su situación actual.

¿Cuál era su nombre?

No recordaba, sólo conocía el color de sus ojos y de su cabello que eran similares; junto a esa sonrisa que no podía borrar de su mente.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

-¡Majestad por favor espere!- se escuchó una voz detrás de sí, pero no le intereso, llegar a su destino era lo único que ocupaba su mente en estos momentos. Había sido así desde que el barco arribó a puerto hace un par de días en pequeño Cimarrón. Sólo se detenía para dormir, comer y descansar un poco; no quería perder demasiado tiempo en esas cosas pero era forzado a ello por sus acompañantes, quienes se encontraban preocupados por él.

Yuuri lo agradecía, pero estar preocupados por él no era algo en lo que deberían enfocarse en este instante.

¡Deberían enfocarse en encontrar a Wólfram!

Estaba tan cerca que casi no podía contener la emoción que le embargaba el hecho de reencontrarse con su cónyuge. La gente de la aldea les había comentado haber visto a un chico de cabello rubio pasar por este sendero hace días, según les dijeron, se encontraba herido y caminaba con mucha dificultad; aunque quisieron ayudarle, rápidamente se puso a la defensiva y escapó del lugar; sin embargo, era probable que se encontrara cerca. Les dijeron también que había una posibilidad de que el herborista que vivía en medio de la montaña supiera de él o le hubiese visto pasar. Incluso, que Wólfram estuviera en estos momentos donde el hombre vivía.

¡Tenía que verlo!

-¡Majestad no es por ahí!- escuchó la voz de Yozak cerca, observó de reojo al hombre de cabello naranja alcanzarle -Debe tomar este sendero, sígame- se adelantó en su propio caballo seguido muy de cerca del rey demonio; detrás de ellos venían Conrad y Gwendal, sabía que ambos tenían la misma esperanza de que su hermano estuviera con vida al igual que él mismo, aunque el mayor no quisiera admitirlo y dijera que debía ser alguien con apariencia similar. Detrás, Gisela los acompañaba (a petición suya, si Wólfram estaba con vida pudiera ser que se encontrara herido, como los aldeanos rectificaron y necesitaría los conocimientos y cuidados de la médico); Gunter y Murata también venían con ellos.

Continuaron cabalgando por un rato hasta que el camino lleno de árboles y vegetación se hizo más frondoso y les hizo imposible el continuar a caballo. Yuuri bajo enseguida del animal que le habían proporcionado hace días para su movilidad; no podía llevar a su fiel Ao consigo a tierras humanas, así que Yozak se había encargado de conseguir algunos para ellos en este país.

Corrió lo más rápido que pudo siguiendo las indicaciones del espía de pelo naranja que venía detrás de él junto con el resto.

"Ya casi" pensó para sí mismo sin detenerse ni un instante hasta que llegó a una vieja cabaña casi a la cima y rodeada de naturaleza; los rayos del sol estaban a punto de acabarse y dar paso a la oscuridad de la noche, no le importó, así como tampoco le importó ser llamado por sus acompañantes; tan sólo corrió hasta la puerta de esta y tocó varias veces con desesperación sin obtener respuesta.

Se sintió frustrado y decidió que era mejor entrar de una buena vez con o sin permiso, hubiera o no alguien dentro. Empujó la puerta con fuerza y esta se abrió al instante mostrando el interior en completa oscuridad; no tenía cerrojo ni nada, así que se adentró a pesar de las advertencias que le fueron dadas y llamó a su esposo en voz audible -¡Wólfram!- recorrió con la mirada el lugar, sintió un gran vacío al ver que nadie se encontraba en esta; se dirigió hacia la habitación cuya puerta se encontraba ligeramente abierta y entró sin darse cuenta de que, detrás de esta, alguien estaba a punto de matarle.

Conrad logró alcanzarle, empujarle a un lado y detener el ataque que estaba por asesinar al rey demonio. Yuuri cayó al suelo y se giró al instante al observar lo que había sucedido. Su atacante había pasado por un lado del segundo hijo de la ex maoh y planeaba marcharse al ver su asesinato frustrado. El pelinegro se levantó rápidamente y salió detrás del castaño para poder ver mejor lo que sucedía. El misterioso encapuchado se encontraba siendo detenido por Yozak, Gwendal y Gunter en la entrada impidiéndole el escape; Conrad se colocó detrás de ese ser ayudando a ello; esta persona estaba acorralada sin posibilidad de escape.

-¡¿Quién eres?!- exigió saber el hijo mayor de la ex maoh -¡Responde!- gritó de nuevo dando un par de paso hacia delante, el misterioso encapuchado dio uno hacia atrás -¿No piensas hablar?- el hombre arrugó el entrecejo con molestia al no obtener ninguna respuesta.

La persona que mantenía cubierta su cabeza y cuerpo ya no se movió, permaneció en su sitio por varios instantes hasta que decidió que lo mejor era atacar al castaño, probablemente, había decidido enfrentar a quien se encontraba solo y huir por la ventana de la habitación.

Obviamente, esto no sería tan fácil cuando por oponente tenía al mejor espadachín de Shin Makoku.

Conrad bloqueo su ataque al instante; sus espadas se encontraron e iniciaron una lucha en la cual un solo error les llevaría a la derrota; estaban en igualdad de habilidades; los demás presentes permanecieron expectantes y se apartaron del lugar reducido en espacio; el pelinegro gobernante se mantuvo en su sitio, sólo observando con detalle la pelea; fue entonces que se dio cuenta de algo extraño, el agresor se movía con cierta inestabilidad en su cuerpo.

¿Se encontraba herido?

-¡Espera Conrad!- el mencionado observó de reojo a su cuñado por un instante y detuvo su ataque con la espada; el encapuchado vio una oportunidad en esto, volvió a pasar por un costado del hombre de traje militar color caqui y se dirigió con su espada lista para asesinar a quien había detenido la lucha, iba a matarlo, a como diera lugar. Yuuri preparó a Morgif para bloquear el ataque que estaba por recibir cuando de repente, la persona se detuvo y cayó al suelo frente a él.

-¡Yuuri!- le llamo Conrad y corrió hacia él con una expresión de preocupación en su rostro.

-Estoy bien- contestó observando a la persona debajo de él, se agachó de inmediato por un costado de la persona que yacía en el suelo llevando una de sus manos hacia la cabeza de esta, le retiró la capucha sin tomar en cuenta la advertencia de no hacerlo y abrió con gran sorpresa los ojos al observar el cabello que se asomaba por debajo. Era rubio y ligeramente largo.

Rápidamente giró el cuerpo inconsciente para poder observar mejor su rostro con la poca luz que se colaba por las ventanas -No puede ser…- menciono casi en un susurro al darse cuenta de quién era esta persona -es él…- algunas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas -estas vivo- esbozó una pequeña sonrisa, inclinó su cuerpo hacia el contrario y se apoyó sobre su pecho sin aplastarle rodeando el cuerpo con sus brazos -Wólfram…Wólfram- repitió varias veces ese nombre, ese que mencionaba todas las noches y días de su vida.

Era cierto, estaba con vida, no pudo evitar llorar sin contenerse, una enorme alegría y sensación de alivio comenzó a invadirle. Su vida había regresado de nuevo, podría volver a vivir y respirar en un mundo de color que regresaba a él después de más de 3 años de completo dolor.

Su amado consorte estaría de vuelta a su lado y esta vez, no lo perdería de nuevo.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

Gwendal observó con detenimiento el cuerpo recostado sobre la cama que era revisado por Gisela en estos instantes. No podía creer lo que sus ojos veían, este parecía ser uno de esos sueños que frecuentemente tenía, uno en dónde Wólfram estuviera con vida; no podía ser real que en verdad su pequeño hermanito estuviera justo frente a él.

Wólfram parecía pálido, más delgado de lo que antes fue y bastante demacrado; hasta su cabello había perdido brillo y lucía un largo por debajo de los hombros. Era la misma persona pero parecía al mismo tiempo ser una completamente diferente.

¿Qué había pasado en realidad? ¿En dónde había estado todo este tiempo? ¿Quién había convertido al mazoku más orgulloso de Shin Makoku en esto?

Muchas preguntas vinieron a su mente pero las respuestas solo podrían ser contestadas por su hermano al despertar. Tendría que investigar todo este asunto también. No dejaría con vida al responsable (o responsables) de cometer tal atrocidad; los mataría con sus propias manos después de someterlos a un terrible sufrimiento; eso era lo mínimo que se pudieran merecer.

-¿Cómo esta Gisela?- su vista se dirigió al pelinegro que se encontraba sentado por un lado de la cama con una expresión de preocupación. El rey había cambiado demasiado en estos años, se había convertido en un hombre serio, distante, taciturno y que rara vez se alegraba de corazón por algo. Definitivamente necesitaba a Wólfram consigo. Se imaginó en su situación, el perder a la persona que amaba tanto frente a sus ojos y tener que vivir con ello durante años. Él no podría hacerlo, admiraba la fortaleza del rey mantenía en esta situación y el haber sobrellevado de alguna u otra forma su vida después de perderlo. Claro que amaba a su pequeño hermano y le había dolido en el alma la noticia de su muerte, pero no podía comparar su dolor con el suyo.

El rey era admirable, pero ahora, podría vivir de nuevo y recuperar esa sonrisa sincera que en años no había mostrado.

-tiene fiebre; le he suministrado medicamento así que por ahora estará bien, pero sería mejor regresar cuanto antes-dijo con una expresión seria en su rostro -deberíamos partir mañana a primera hora, le llevaremos con cuidado- la mujer de cabello verde observó al resto de presentes en la habitación (a excepción de Yozak quien vigilaba en la entrada) -necesitaré ayuda para transportarlo- Conrad y Gwendal se ofrecieron a llevarle.

-¿De verdad se encuentra bien?- preguntó el gobernante, la mujer desvío su mirada hacia un costado mordiendo su labio inferior -¿Gisela?-

-Su fiebre bajará y recuperará la conciencia, pero debemos tratar sus heridas adecuadamente….- La mujer esbozó una mueca de tristeza aún sin atreverse a mirar a su rey -¿Quién podría hacer algo así?...- preguntó más para sí misma que para el resto.

-¿Hacer que cosa?- Yuuri se preocupó de nuevo al igual que los demás, Gwendal sentía que algo mucho peor estaría por venir con lo siguiente que la medico mencionara -¿De qué hablas?-

-Wólfram esta….-

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.

 

Notas finales:

Bueno, hasta aquí llega este capítulo, de nuevo muchísimas gracias a quienes leen y comentan, si tienen alguna duda, comentario, etc. háganmelo saber, responderé con todo gusto a ello.

Estoy consciente de que no soy la mejor escritora y que quizá mi trama no sea taaan entretenida ni interesante, que quizá la gente prefiere algo diferente; pero  aun así me esfuerzo en esto esperando exista una persona a la que le agraden mis ideas.

Continuaré con este fanfic hasta su final, trataré de hacerlo poco a poco y en mis tiempos libres. Cada capítulo me lleva 3 días más o menos porque pienso mucho en que escribir y cómo manejarlo además de que no siempre tengo tiempo de ello. Son casi la 1 a.m.  Y ya no sé qué escribo….

En fin, gracias por haber llegado hasta aquí, espero me sigan leyendo en el próximo capítulo, dónde Wólfram despertará y habrá una gran sorpresa.

 


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