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Perdido por cho-chan

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Notas del capitulo:

-Wólfram esta embarazado- dijo la mujer de cabello verde mientras observaba el mundo arder a manos de los fans enardecidos y amantes del Yuuram….

No, mentira, Wólfram no está ni estuvo embarazado, sólo quería bromear un poco. Por cierto  ¿Qué piensan del mpreg? A mí me gusta leerlo pero nunca lo he escrito.

En fin, quiero agradecer a las personas que se toman tiempo de leer y comentar, me alegra mucho que exista alguien a quien le agrade esta historia. Responderé brevemente a los comentarios de ambas páginas:

1.- En fanfiction me dejaron un comentario bastante constructivo acerca de mi narrativa y como organizar mis ideas, muchas gracias a esta persona por ello. Ya he editado los capítulos anteriores, gracias de nuevo por tu comentario. También en esta página, si, esta historia tiene detalles de otras, no me había dado cuenta hasta que lo menciono esta persona, pero intentare tenga algo diferente a lo usual. No, Wolf no está embarazado.

2.- En amor yaoi: la rosa, gracias por leer y comentar. Leyna lo sabrás muy pronto me alegro te guste el fic. Any-chan muchas gracias por los 3 comentarios, me hicieron muy feliz, me encantan las lectoras como tú, me hacen el día, si he leído esos fanfics, como la mayoría de esta categoría. Yuram-chan creo que ya ni uñas has de tener por mi culpa…lo siento mucho…creo que para ser felices aún falta un poco. Monica Shibuya muchas gracias por leerme y comentar desde el principio. Xime aquí encontrarás la respuesta a ello, también amo full metal alchemist pero el elrincest (¿es así?) no me es particularmente llamativo, no tengo nada en contra de ello solo que el bastardo de Roy con el enano de Ed me atrae un poco más. Bueno, cada quien tiene sus preferencias….

Sin más que decir, recuerdo que –diálogos- son así, con negritas y comillas “pensamientos” y cambios de escena o.o.o.o

Los personajes pertenecen a su respectivo autor y nadie me paga un centavo por esta historia, es sólo una forma de distracción, relajación y práctica.

 

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-Wólfram está….- la mujer de cabellera verde pensó en sus siguientes palabras y terminó por hablar –…está muy débil y herido, aún debo analizar bien su condición- concluyó observando de nuevo el cuerpo que yacía dormido en la cama –me quedaré cuidándole esta noche- su mirada se dirigió hacia el rey de Shin Makoku –puede ir a descansar tranquilo, me aseguraré de que nada malo le suceda- le dedicó una leve sonrisa mientras los demás asentía y concordaban con ella.

Una vez estando sola en la habitación volvió a mirar al hombre que descansaba en la cama -¿Qué es lo que te han hecho?- su expresión volvió a denotar una profunda preocupación, sabía que había algo más que no podía explicar aun.

Sería un largo camino lleno de dificultades y oscuridad para el rey y el príncipe consorte, de eso estaba segura.

 

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Se sentía tranquilo, relajado y en paz consigo mismo; este pequeño instante donde su cuerpo tuvo la oportunidad de descanso que no se le había concedido desde hace mucho tiempo fue tan gratificante y placentero que deseo no tener que volver a abrir los ojos y volver a ese mundo lleno de oscuridad, persecuciones y muerte que le estaba esperando en su realidad.

Despertó de golpe al escuchar ruido proveniente de afuera de la cabaña, eran algunas voces, alguien se acercaba con prisa a ese lugar y detrás de él venían más personas.

 ¿Esas personas habían logrado darle alcance?

Rápidamente se incorporó de la cama, salió de la habitación y buscó la capa y la espada que había dejado en una silla cerca de la entrada, se colocó cada cosa encima y se quedó quieto por unos instantes. Estaban cerca, realmente cerca y al parecer eran más ruidosos de lo normal.

¿Acaso querían alertarle de que venían por él para darle oportunidad de escapar? Sí que eran tontos…o eran demasiado listos porque podría ser una trampa y quizá estarían estratégicamente situados en los alrededores, todo con el fin de capturarle y llevarle de vuelta ese lugar.

No lo permitiría, primero se suicidaría antes de dejarse capturar y arriesgarse a que volvieran a hacer eso con él.

Escuchó como alguien llamaba a  la puerta un par de veces, la insistencia de la persona se hizo  mayor y aumentaron los golpes en la puerta…Qué idiota era esta persona, la puerta no tenía seguro y prácticamente podría haber entrado sin necesidad de llamar primero.

Regresó a la habitación  con rapidez y permaneció detrás de la puerta de esta que se abría hacia el interior, les atacaría cuando entraran, no podía permitir que volvieran a seguirle; los mataría aquí y después huiría por la ventana de la habitación que se encontraba abierta. Observó de reojo esta mientras colocaba su mano sobre el mango de su espada, era un buen plan, esperaba no hubiese una trampa fuera. Se encomendaría a su suerte y si llegaba un punto en el cuál no tuviera escape entonces se quitaría la vida en ese lugar. No tenía nada porqué vivir  de cualquier modo, nadie le extrañaría ni lloraría por él.

La puerta fue abierta enseguida, como si la hubieran pateado con mucha fuerza.

-¡Wólfram!- escuchó un nombre que se le hizo extrañamente familiar, la persona recién ingresada a la cabaña continúo repitiéndolo varias veces, quizá no eran las personas que le habían seguido antes, probablemente buscaban a la persona que habitaba en este lugar o ese llamado era dirigido a alguien más.

No tenía caso que les atacara siendo esa la razón de su visita. Bajó la mano alejándola de la espada, no podía matar a personas inocentes. Escuchó pasos acercarse a la habitación, pediría disculpas por entrar a una propiedad ajena y explicaría de algún modo por qué esa persona que buscaban no se encontraba en este lugar. La puerta de la habitación que se encontraba cerrada fue abierta mostrando a un hombre joven, quizá apenas pasando los 20 años, este poseía un cabello de color negro como la noche.

¿Quién era él? ¿Por qué sentía que le conocía?

 

Matar…

Esa voz….

Mátalo…

¿De dónde viene?

Ahora, acaba con su vida…

¿Quién es?

Deprisa…

¿Porqué…

¡Mátalo!

 

Su cuerpo se movió instintivamente después de escuchar estas palabras dentro de su cabeza, desenfundo la espada, salió de su escondite y dirigió su ataque contra el recién ingresado a la habitación. Lamentablemente, fracaso en su intento de asesinato siendo detenido por alguien más.

Avanzó por un costado de ese hombre de cabellera castaña y se dirigió a la entrada, tenía que saber cuántos habían logrado encontrarle y matarles a la brevedad ya que había sido descubierto. Fue detenido por 3  hombres que se encontraban en la entrada. Uno de ellos de cabellera grisácea y uniforme militar color verde botella le cuestiono con algunas.

 ¿Acaso creía que iba a contestarle?

Observó el rostro lleno de frustración que colocó al no obtener respuesta. Jamás la obtendría, además, ni el mismo sabía quién era, no podría responder aunque quisiera.

Analizó su situación dedicándoles fugases miradas a todos los presentes, no parecían simples espadachines, eso podría apostarlo. Su mejor opción era atacar al hombre que logro bloquear su ataque y escapar por la ventana de la habitación, como inicialmente había planeado.

Aprovecharía para derribar a este hombre y matar a ese otro sujeto detrás de él que le provocaba un fuerte instinto asesino.

La pelea no fue fácil, de hecho, dudaba que pudiera ganarla de algún modo, necesitaba de una especie de milagro para ello, su cuerpo no aguantaría demasiado tiempo una lucha así. Odiaba admitirlo, pero este hombre de cabello castaño era increíblemente hábil en el manejo de la espada.

De repente, esa persona le llamo logrando que detuviera todo movimiento. Esta era su oportunidad, en una lucha jamás debes descuidarte de tu contrincante, este es un error fatal que puede costarte la vida misma.

Observó el rostro de ese hombre de cabello negro unos segundos, de verdad debía matarlo; esta era la persona indicada; era el responsable de todo, era un ser enteramente perverso y lleno de maldad pura que debía ser aniquilado de la faz de la tierra.

Su visión comenzaba a tornarse borrosa, quizá se desmayaría o moriría pronto, esperaba fuera la primera opción. Debía apresurarse, el momento era ahora y no podía darse el lujo de desperdiciar esta oportunidad.

Se enfocaría en acabarlo primero y después lidiaría con el otro sujeto; con rapidez avanzó de nuevo por un costado del de traje café en dirección a ese pelinegro, debía matarlo, quería matarlo.

Todo sonido comenzó a desvanecerse al igual que su vista, todo se tornó de color negro al igual que esos ojos que le miraban con preocupación.

 ¿Por qué se preocuparía por él si iba a matarle?

¿Acaso le conocía o simplemente tenía lástima por él?

Todo el escenario que recién se había oscurecido comenzó a tomar color volviéndose en un hermoso jardín lleno de flores de diferentes colores, cerca algunos árboles de frondoso follaje y un castillo al fondo.

¿Dónde estaba?

-Inocencia de Yuuri- escuchó una voz infantil hablar, giró su cuerpo buscando a la persona dueña de esta, encontró a una niña  de aproximadamente 12 años, con ojos y  cabello de un color castaño, rizado y hasta la altura de los hombros, de piel morena y vestida con un pantalón pesquero y una playera de color azul cielo en cuclillas observando un hueco de tierra, suponía que en ese lugar hubo flores con anterioridad, la infante miraba como si estas estuvieran plantadas ahí mismo, ella volteó su rostro y le observó dedicándole una cálida sonrisa –esta flor me gusta mucho- le comentó volviendo su vista a ese espacio vacío, quizá ella podía verlas y él no –al igual que esta otra- le escuchó volver a hablar y señalar un lugar diferente a donde antes había mencionado –hermoso Wólfram- dijo el nombre de otra flor - ¿sabes porque son mis favoritas?- volvió a mirarle con esa sonrisa –porque tienen el nombre de mis dos amados padres- enarcó una ceja con extrañeza, no entendía de que hablaba esta niña, pero por alguna razón le hacía sentir cierta nostalgia y un sentimiento de paz extraño.

¿Quién era ella?

 ¿Qué clase de flores eran las que se suponía estaban ahí? ¿Qué color tenían? ¿Por qué él no podía verlas?

Abrió su boca para hablar pero no logró articular palabra alguna, era como si hubiese perdido la capacidad de hacerlo. Acercó su mano al hombro de ella pero la menor comenzó a desvanecerse lentamente al igual que el entorno que le rodeaba. Todo volvió a oscurecerse.

Una voz comenzó a escucharse pero parecía muy lejana y apenas podía entenderle.

-¿Quién es?- preguntó girando en todas las direcciones buscando a la persona dueña de esa nueva voz, no podía ver nada alrededor, no había nadie ni nada más que él mismo rodeado de esa oscuridad.

-Wólfram- escuchó con mayor claridad –Wólfram- ese nombre de nuevo, era el que había mencionado esa persona de cabellera azabache con anterioridad.

Sintió repentinamente un peso extra en su cuerpo, unos brazos le rodearon por encima de los hombros y una voz masculina se escuchó cerca de su oído –Wólfram- volvió a escuchar ese nombre de nuevo, intentó apartar al recién llegado pero su cuerpo no se movió, por alguna razón, esta persona le daba una sensación extraña de tranquilidad, intentó mirarlo de reojo para identificarle pero esta persona no poseía rostro, solo un cabello de color castaño rojizo (que en el interior le parecía extraño e intuía que no era el color que debía poseer); aun así no se sintió asustado de él, el lugar comenzó a transformarse en una especie de pasillo, iluminado por varias antorchas colocadas en las paredes de piedra –estoy feliz….- ¿Cómo podía escucharse su voz si no poseía boca? –…pronto será nuestro primer aniversario, deberíamos salir unos días de vacaciones….- ninguno de los dos se movió de su sitio –gracias por estar conmigo a pesar de todo… - sintió algo en su interior removerse inquieto, su corazón comenzó a acelerarse ¿Qué era esta sensación? -te amo-

¿Quién era esta persona? ¿Por qué decía eso? ¿Por qué su corazón no dejaba de latir frenético ante esas palabras?

Todo volvió a desvanecerse y la extraña persona desapareció, el escenario comenzó a cambiar y se encontró entonces impedido de movilidad, observó sus brazos y la razón del porque no podía moverse, sus muñecas estaban atados con cadenas a la pared de piedra que se encontraba mohosa en algunas zonas, se encontraba de rodillas con los brazos extendidos a ambos lados, volvió su vista al frente, una reja metálica con partes oxidadas se encontraba completamente cerrada. Observó el alrededor, no había demasiado que mirar, salvo el plato con una especie de sopa o caldo un pan al parecer viejo y duro.

¿Qué lugar era este?

Un par de personas con unos mantos negros cubriendo sus cuerpos se acercaron a la reja, por la altura y complexión supuso que se trataban de dos hombres, uno de ellos saco una llave escondida en alguna parte de su cuerpo y abrió la puerta para poder ingresar en la vieja celda donde él se encontraba, no podía ver sus rostros, no sabía quiénes eran pero intuía que no harían nada bueno, escuchó algunas palabras dichas por estos, pero no logró entenderlos; se acercaron lentamente hacia él, se removió intentando liberarse de las cadenas que le apresaban pero era inútil.

¿Qué es lo que harían con él?

Sintió sus muñecas liberadas y un gran alivio mientras caía al frio suelo sin fuerzas, le sujetaron de los brazos y le colocaron de pie, apenas lograba sostenerse por ello, fue prácticamente arrastrado fuera de ese lugar.

Los hombres que se encontraban cada uno a su lado sosteniéndole comenzaron a distorsionarse y desaparecer, su cuerpo cayó de nuevo sin fuerzas. Permaneció inmóvil boca abajo y con la cabeza ligeramente inclinada a su costado derecho.

No tenía fuerzas, tampoco la voluntad de ponerse de nuevo de pie; se preguntó porque esos escenarios y personas habían aparecido de repente y se distorsionaban casi al instante ¿Eran sus recuerdos?  ¿Fragmentos de ellos?

Eso significaba qué él podría ser a quien llamaban Wólfram, quizá se equivocaba, pero esta podría ser su verdadera identidad. Si él era la persona en cuestión quería decir que tenía una hija ¿No es así? Y también había alguien que le amaba profundamente y a la cuál correspondía.

O tal vez, sólo era la manera en que su mente intentaba calmar su soledad y darle una pequeña esperanza.

Sintió un peso sobre su mano, como si alguien hubiera tomado, observó su diestra y notó que comenzó a resplandecer –cálido….- esa era la sensación que le brindaba ese toque, se sentía bien, era reconfortante; sin pensarlo esbozo una pequeña sonrisa sobre sus labios y cerró los ojos dejando que esa emoción recorriera su cuerpo.

Sus ojos se abrieron lentamente y con mucho pesar, lo primero que observó fue el techo de una cama con dosel; parpadeó un par de veces antes de desviar su mirada a un costado, había alguien ahí. Sus ojos se abrieron con gran sorpresa al darse cuenta de quién era esta persona que dormía sentado en una silla de madera y apoyado sobre el colchón de la cama mientras sujetaba su mano.

¡Mátalo!

Es él” pensó al instante y logró sentarse en la cama procurando no mover su mano para no despertarle, observó rápidamente el alrededor, la luz del día comenzaba a colarse por los enormes ventanales que se encontraban bastante retirados de la cama, la cama era demasiado grande para él sólo; era cómoda y poseía sábanas de seda en color hueso, al fondo había un ropero de madera y cerca del sujeto de cabello azabache había un mueble con un jarrón que tenía algunas flores en color amarillo. Usaría eso ya que no encontraba nada más de utilidad en las cercanías. Aunque también podría usar la almohada; debía elegir rápido.

Tomó lo más cercano a él, la almohada, la colocaría sobre el rostro contrario y haría presión sobre este para así poder concluir con su vida. Alejó su mano del agarre del cual era presa para poder sostener el objeto con ambas manos, lo acercó lentamente a su objetivo. No podía dejar pasar esta oportunidad de deshacerse del responsable de todo lo acontecido en su vida desde que tiene memoria de ello. La colocó sobre ese rostro durmiente y comenzó a hacer presión, sólo sería cuestión de algunos minutos para lograrlo, el sujeto debajo comenzó a removerse ante ello.

Falta poco” pensó pero la puerta fue abierta de improviso logrando captar su atención pero sin retirar sus manos de su objetivo. Se vio detenido de su actuar por el hombre de traje color caqui con el que había tenido un encuentro antes de perder la conciencia. Con velocidad el sujeto se acercó a ellos, le apartó con brusquedad tirándole en la cama y se colocó sobre él sujetando con fuerza sus muñecas manteniéndolas inmóviles, intentó apartarle pero la fuerza aplicada resultaba mayor a la suya, aún no había podido recuperar sus fuerzas del todo. El individuo le miró con una expresión cargada de furia.

-¡¿Qué es lo que tratabas de hacer?!- dijo colérico -¡¿Querías matar a Yuuri?! ¡¿Por qué?! ¡Él es t…-

-¡Conrad! ¡Basta!- el hombre que respondía a ese hombre sólo giró su rostro sin disminuir la presión de su agarre y su mirada se enfocó en la persona que se encontraba detrás de él –Estoy bien- contestó con la respiración un tanto agitada, producto de casi ser ahogado con una almohada.

-Él…- se vio de nuevo interceptado en sus palabras debido a la irrupción de algunos guardias y de los hombres más cercanos al rey, entre ellos Gunter, Gwendal y Yozak.

-¡¿Qué es lo que está sucediendo aquí?!- preguntó el hombre de cabello grisáceo atado en una coleta -¿Qué significa esto?- la visión del hombre se dirigió enseguida a la cama real dónde Conrad mantenía preso a Wólfram y este, por su parte, trataba de apartarse en vano.

Con celeridad el gobernante de Shin Makoku habló con nerviosismo –no sucede nada, bueno la verdad es qu….-

-Wólfram trató de asesinar a su majestad- respondió el segundo hijo de la ex maoh impidiendo que el pelinegro justificara de alguna forma los actos del rubio. Clavó su mirada de nuevo sobre el menor de sus hermanos, este dejó de forcejear y permaneció inmóvil con la mirada fija hacia un costado, poseía una expresión cargada de frustración y molestia por el resultado de los acontecimientos sucedidos.

-entiendo- contestó sin preguntar más el mayor de los hermanos, lo siguiente que diría le causaba mucho pesar en su corazón –llévenselo de aquí; por ahora, será confinado a una celda- los soldados presentes en la estancia  asintieron a la orden y se acercaron a la cama real. Conrad dejó de  sujetar al rubio, se apartó, levantó y dejó que los guardias se lo llevasen consigo.

-¡Esperen!- dijo de inmediato el gobernante -¡No pueden llevárselo! ¡Lo que sucedió fu…-

-Es suficiente- dijo Gwendal con una voz clara y firme sin dejar que continuase con su explicación –a partir de hoy, tiene prohibido verle o estar con él a solas- sentenció el hombre para después dar media vuelta y abandonar el dormitorio.

-pero…- intentó protestar pero una mano sobre su hombro le impidió hacerlo

-es lo mejor por ahora, majestad- le dedicó una pequeña sonrisa el hombre de cabellera castaña –él estará bien, Gwendal no permitiría que fuese tratado con brusquedad o torturado de ninguna forma-

Yuuri observó con impotencia el cómo su consorte era cargado por dos soldados por ambos brazos y llevado fuera de la habitación sin oponer ninguna resistencia.

 

 

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Gisela salió de esa habitación dentro del castillo de Pacto de Sangre y suspiró con cansancio. Se apoyó sobre la vieja puerta de madera y descanso unos segundos sobre esta.

Había tenido una semana muy ocupada desde que regresaron a Shin Makoku y se había enfocado solamente al cuidado de esta persona; lo hacía con gusto, adoraba su trabajo y ayudar a otros; más aún, amaba sentirse útil y poder ayudar al reino, sobre todo al rey.

Pero había ocasiones en las que no le agradaba tanto ser médico; la parte donde debía dar malas noticias no era su predilecta y el tener que ocultar esta información de su reciente descubrimiento la hacía sentir como la peor persona del mundo.

No es como si quisiera ocultarlo siempre, sabía que los demás se darían cuenta tarde o temprano y que harían toda clase de preguntas; las cuales, no podría responder completamente. Estaba estupefacta, aún ella misma no podía asimilar y creer aquello, no podía tampoco imaginar el rostro del rey Yuuri o el de la familia cuando se enteraran de la verdad.

Debía prepararse mentalmente para lo que vendría con esto; también visitaría a Anissina; quizá ella podría ayudarle a comprender en su totalidad, o en su mayoría, la situación actual del consorte real.

Escuchó una voz llamándole y de inmediato giró su vista en dirección a quien venía saludándole con una pequeña sonrisa. Ella devolvió el gesto, se colocó recta dejando de apoyarse sobre la puerta y giró su cuerpo en dirección a la persona que se acercaba quedando frente a él.

-Es bueno verle de nuevo, majestad Yuuri- saludó al recién llegado con una pequeña inclinación de su cuerpo como reverencia -¿Qué le trae por aquí?- preguntó irguiéndose y fingiendo no conocer el motivo que traía al rey de los demonios a esta parte del castillo, por supuesto que lo conocía; más sin embargo, era por esto mismo que no podía dejar avanzar más a su gobernante.

-He venido a ver a Wólfram- comentó sin rodeos el hombre frente a ella y cambiando su expresión a una más seria –tú sabes, quiero saber cómo se encuentra y además, deseo verle-

-lo siento mucho- contestó enseguida –pero me temo que no puedo dejarle hacer eso- la peliverde observó la expresión que el otro mantenía en su rostro, a pesar de sus palabras él se mantenía firme y serio ante el asunto, ella también lo haría y no le dejaría pasar aunque eso le costase la vida –él está bien, su cuerpo comienza a recuperarse y su semblante ha mejorado considerablemente- dijo sin moverse de su sitio –si es todo, debo pedirle que se retire-

-Gisela- el pelinegro se mantuvo en su sitio –te lo pido, por favor- en sus ojos notó la desesperación que el otro poseía por ver en persona a su consorte, la mujer suspiró con cansancio.

-puede verle, pero no hoy, podrá hacerlo en un par de días- su expresión se relajó y se permitió sonreírle – sea paciente hasta entonces-

El hombre de cabello negro relajó también su expresión -¿No podré verle antes?- obtuvo una negación con la cabeza por parte de la médico –está bien- suspiró con resignación –aunque es difícil no poder estar a su lado después de tanto tiempo….-

La mujer le sonrió con tristeza –tiene razón, pero ha esperado más tiempo para ello, un par de días más no serán nada en comparación a eso- observó a los ojos al otro –volverán a estar juntos como antes, hasta entonces debe mantenerse fuerte y ser muy paciente-

 

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Notas finales:

 

Dejaré el capítulo hasta aquí porque me tomo una semana entera escribirlo y demoraría aún más en subirlo; además son casi la 1 a.m. y no pienso mucho a esta hora. Realmente no tengo mucho tiempo para poder sentarme a escribir pero creo quedo un poco más largo de lo usual.

Espero haya sido de su agrado y también me den sus comentarios acerca de la historia; también acepto sugerencias. No soy la mejor escritora pero me esfuerzo en que sea claro y tenga una buena ortografía, me disculpo si hay algunos errores y términos mal dichos.

De nuevo, agradezco a quienes se toman el tiempo de leer y llegar hasta aquí.

En el próximo capítulo: Se conocerá más acerca de lo que le sucedió a Wólfram y de nuevo, él y Yuuri estarán frente a frente. No puedo adelantar más así que me despido por ahora.

¡Hasta el próximo capítulo!


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