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Un pintor, un casanova, un proxeneta y una prostituta por Kisaki

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Notas del capitulo:

Hola! es raro verem por aqui tan pronto ¿no?, no ha pasado ni dos semanas desde mi ultima actualizacion y de nuevo estoy aqui para dejar la continuacion de este Fic que tenia ya medio abandonado jajaja.

 

de nuevo y como siempre actualizo tarde (02:25 A.M en España) pero no queria irme sin subir el capitulo despues de estar todo el dia corrigiendo asi que nada, espero que lo disfruteis como siempre y hoy en especial mas.

 

¿que mejor manera de celebrar la saluda de Ugly que con la actualizacion de un fic?

 

—Paris, 1911—

“Lo más grande que te puede ocurrir es que ames, y seas correspondido.

Escucho ruido que provenía desde fuera de la habitación. Seguramente en ese momento él estaría guardando todos los apuntes y materiales de estudio en su cartera mientras corría frenéticamente por todo el apartamento para asegurase de que no se olvidaba nada. Era la música que escuchaba cada día antes de levantarse.

La puerta se abrió de repente dejando ver aquellas hebras rubias revolotear por toda la habitación en busca de otras cosas necesarias para su jornada del día.

— ¿Ya te vas?

—Si no lo hago llegare tarde de nuevo. Volveré antes del medio día así que si quieres podemos comer juntos, deje los 2000 francos que me pediste anoche encima de la mesa…— Noto ese incomodo silencio que había entre ambos siempre que le pedía dinero y este se lo daba, sin embargo el conocía bien como evadir esos incómodos momentos.

Aun desnudo salió de entre las sabanas y acercándose hasta él lo rodeo entre sus brazos hasta sentir que su delgado cuerpo se estremeció por el roce y ver como la punta de sus orejas comenzaba a ponerse de color rojo. Sabía que a su compañero se le hacía cada vez más difícil dejarle el dinero que le pedía, ya que cada vez era más frecuente que eso sucediera, pero aun así sabia como jugar bien sus cartas para que esa incomodidad desapareciera y el rubio pronto se olvidara de  ello pronto.

—Gracias, te lo compensare. Lo prometo…

—Me conformo con que estés aquí por las noches.

Estuvieron en aquella posición al menos 2 minutos más antes de que el menor se diera cuenta de que el tiempo corría y si no se movía rápido volvería a llegar tarde a la universidad donde estudiaba leyes. Tras observar como el pequeño cuerpo del rubio correteo un poco mas por la casa volvió a quedarse solo como cada mañana en aquel enorme piso que compartía con su actual pareja, aunque ciertamente no podía quejarse.

Estaba viviendo la gran vida gracias a aquel joven muchacho y lo sabía. Siempre fue un chico atractivo y desde los 14 años que su cuerpo de niño comenzó a cambiar por uno de hombre se dedicaba a aquel tipo de estafa. Primero seleccionaba a su víctima, se aseguraba que fuera de familia acomodada y prefería siempre a personas jóvenes sin apenas experiencia, aunque también había estado con viejas joyas que daban mucho mucho dinero por un amante como él. El siguiente paso era acercarse hasta su victima de manera casual, “como si el destino nos hubiera unido” era una frase que escuchaba mucho de parte de sus “clientes”, porque así era, su manera de trabajar es como si nada fuera premeditado, aunque la realidad es que todo estaba cuidadosamente estudiado antes del encuentro. Él los consideraba después de todo clientes. Brindaba de buena compañía y aun de mejor sexo a aquellas personas perdidas en la vida que necesitan un poco de cariño u acción en su vida a cambio de un módico precio y unos cuantos regalos.

Tras el primer encuentro casual el número de encuentros fortuitos se incrementarían hasta que ambos entablaran una amistad especial que acabaría en una relación, la cual no llegaba nunca a alcanzar los 6 meses de duración. Una vez cumplido el tiempo se encargaba de desaparecer  adoptando un nuevo nombre y una nueva vida lista para su siguiente víctima. Igual que un vagabundo no tenia casa propia o lugar fijo donde quedarse, sin embargo bebía en copas de plata y vestía con ropas de oro, por lo que prefería que se le describiera como un alma errante.

Hacía ya 7 meses que había comenzado a “salir “con su actual víctima, por lo que sabía perfectamente que en esta ocasión estaba sobrepasando el tiempo predeterminado y que debía de comenzar a buscar un nuevo lugar donde actuar y buscar algún nuevo cliente, sin embargo había algo más que le ataba a aquella ciudad y estaba haciendo que se estuviera relajando en su modus operandis y no era la persona con la que ahora compartía lecho, no. Su nombre era Uruha y era una prostituta del suburbio.

Normalmente era él quien siempre engatusaba y seducía a personas como él, sin embargo le llego a sorprender la manera tan rápida y eficaz que tuvo el castaño de hacer que callera en sus redes. No era solo por el sexo, aunque debía admitir que Uruha era increíblemente bueno con sus piernas y su boca, era porque de cierta manera se veía reflejado en aquel hermoso hombre. Uruha y él eran lo mismo, sin embargo Uruha creaba esa necesidad de calidez y amor que a veces a él le faltaba y por ello se había vuelto completamente adicto a él.

Cuando termino de ducharse y arreglarse se acerco hasta la mesa de madera de la cocina y, como el rubio le había dicho, vio el dinero que le dejo junto con un plato de tostadas francesas  y zumo de naranja. No era por ser desagradecido, pero lo cierto es que le incomodaban aquel tipo de gestos de amor que el rubio le demostraba algunas veces, solo cuando estaba frente a él se mostraba amoroso, sin embargo mientras no estuvieran juntos ese tipo de actos eran innecesarios, si un reloj suizo de oro no había llegado a cautivar su corazón no lo harían unas tostadas quemadas.

Tomo el dinero de la mesa y tiró la comida a la basura antes de salir del apartamento hacia la cafetería que solía frecuentar cada mañana, sin embargo ese día no era como uno cualquiera. Ese día era uno de esos donde tenía aquel tipo de cita especial con aquella persona.

Llego hasta el local una media hora después de salir de casa y como siempre vio a aquel hombre de pelo negro sentado en la mesa de siempre mientras tomaba café solo y  leía el periódico pacientemente. Una vez se acerco hasta él se sentó justo en el asiento de enfrente esperando que este así notara su presencia, cosa que no llego a suceder.

—Como te dije, tengo el dinero— Comento molesto antes de tomar aquel sobre y ponerlo sobre la mesa esperando así obtener su atención.

—En este momento Uruha está ocupado— le dio aquella noticia sin ni si quiera apartar la mirada del maldito periódico y, por si fuera poco, este paso a la siguiente pagina como si no le interesar lo que estaban hablando.

Dejándose llevar por la molestia del momento  bajo las páginas de aquel periódico de un manotazo haciendo así que sus miradas se cruzaran.

— ¿Cómo que ocupado?, te dije que reservaras la mañana para mí.

—No tenías el dinero y además es un cliente Vip— Si le cabreo saber que este ni si quiera había reservado su turno que dijera que ese cliente que usurpaba su puesto era “vip” le termino por cabrear aun mas.

—Me importa una mierda que sea Vip o como si es el mismísimo Rey, sabes que solo tengo hasta medio día.

Aquel gesto por su parte pareció cabrear al moreno cuando dirigió una mirada fría y directa hacia él, realmente pensó que iba a echarlo o incluso golpearlo antes de volver a poner su periódico al derecho y mirar de nuevo lo que allí estaba escrito.

—Solo espera 20 minutos mas y será todo tuyo chico— Su voz era pausada y tranquila aunque su mirada fue demasiado paralizadora— pero su vuelves a  molestarme te rompo las piernas bonito de cara.

***

—Me encantan sus visitas Kai-sama, pero ¿no se aburre de solo dibujarme?

—Pintarte es todo el placer que necesito Uruha.

Posar para Kai se había convertido en una costumbre casi diaria desde los últimos 5 años donde el joven artista solo asistía a su lecho con interés en que modelara para él de determinadas maneras, pero contadas eran las ocasiones en las que el alto moreno le hubiera puesto sus manos de nuevo encima como en aquella noche en la que se conocieron.

—Llevas mucho tiempo pintándome, pero jamás me has enseñado ninguno de los cuadros en los que yo salga— susurro antes de dar un largo suspiro mirando hacia la ventana. Al parecer el día iba a ser de nuevo nublado y frio.

—Solo es un lienzo lo que estoy pintando con tu imagen Uruha, pero aun no está terminado…

— ¿Es que acaso seré tu “Réquiem” de Mozzar *?, ¿Tu “Adoración de los magos” de Da Vinci? — El tono de sus preguntas sonaba un tanto burlesco e incluso soltó una leve risotada, pero el pintor no mostro sonrisa alguna y por el contrario su rostro permaneció serio y sereno con su mirada clavada en aquel cuaderno donde dibujaba sus bocetos.

—Eres mi obra maestra Uruha, y las obras maestras tardan un tiempo antes de ver la luz. — No pudo evitar sentir un leve calor en sus mejillas que tiñeron las mismas de un leve tono carmesí, y solo entonces vio aquella amable sonrisa en el rostro del moreno. Al parecer avergonzarlo era la única manera que tenia aquel pintor de divertirse— Para ser un chico de los bajos fondos y un prostituto sabes mucho sobre arte. Me sorprende.

—Que sea una prostituta no tiene nada que ver con que sea un inculto Kai-sama, Es cierto que antes era un pobre chico huérfano sin donde caerme muerto, pero Aoi me salvo. Me dio comida, un techo bajo el que dormir y me enseño a leer y escribir. Según él la verdadera manera de conquistar a un hombre no es por su mirada ni por su paladar, si no por su cerebro. Alguien que puede hablar de cualquier cosa pero que guarda los modales, alguien con quien poder cumplir todas y cada una de sus fantasías, ya sea follar por el culo o dibujar una obra maestra— Era su turno de burlarse cosa que hizo reír de nuevo al moreno.

—Hablas de Aoi como si fuera tu salvador.

—Y lo fue, de no ser por el ahora mismo estaría muerto.

La manera fría e indiferente en la que dijo que probablemente de no haber conocido a su proxeneta estaría muerto le helo la sangre ya que al parecer para el castaño no había nada de “raro” o malo en que el mayor se estuviese aprovechando de su cuerpo para hacerse de oro a costa de la creencia del menor de que le debía la vida. No es que realmente pensara que Aoi fuera un hombre sin escrúpulos, sabía que cuidaba bien de Uruha y que le daba libertades de salir y regresar cuando quisiera, pero eso no cambiaba el hecho de que sintiera lastima por el muchacho.

— ¿Nunca pensaste en dejar ese tipo de trabajos?, ¿decirle a Aoi que quieres dejarlo y hacer una vida distinta a esta?

—Yo no sabría sobrevivir ahí afuera de otra manera que no fuera esta Kai-sama, nadie quiere a los desechos sociales como yo.

—Eso no es cierto, eres alguien inteligente Uruha además de muy hermoso, aunque eso no hace falta que te lo diga para que lo sepas, pero eso no es lo único bueno que tienes. Cuando me sentía perdido tú fuiste esa luz al final del túnel, siempre fuiste amable conmigo aunque pensarás que solo te quería por tu cuerpo y no hay un solo minuto de entre los que he pasado contigo en lo que hubiera deseado estar en otro lugar. — Examino como las mejillas del castaño se tiñeron de una leve tonalidad rosada que le hacía ver de una manera increíblemente angelical— No pensaba decírtelo hasta que se acercara un poco más la fecha pero en Abril me iré de Paris Uruha. Un amigo en Chicago  me ofreció exponer mis cuadros en su galería y pretendo presentar mi obra terminada allí. Me gustaría que vinieras conmigo Uruha, desearía que pudieras  contemplar con tus propios ojos la belleza que hay en ti.

—Kai yo…— El sonido de la puerta siendo tocada con los nudillos seguido de un “Se termino el tiempo” interrumpió la conversación que ambos estaban manteniendo.

Rápidamente el pintor comenzó a recoger sus pertenencias sabiendo que el castaño no le daría una respuesta en ese momento. Lentamente se acerco hasta él depositando un suave beso en su mejilla antes de abrir la puerta de salida donde pudo ver a un moreno que conocía bien y el que probablemente sería el siguiente cliente de Uruha.

—No necesito una respuesta ahora Uruha. Solo pido que lo pienses. — Una vez dicho eso agarro su abrigo  y su paraguas para marcharse. Aun era invierno y los días soleados no abundaban en Paris a aquellas alturas de febrero, sin embargo un mes y medio pasaba realmente volando.

— ¿Pensar?, ¿en qué tiene que pensar Kai? — Observaba como el pintor iba descendiendo las escaleras sin contestar a su pregunta por lo que hizo un leve gesto al castaño con su mano donde le indicaba una hora y salió corriendo tras aquel hombre que ya prácticamente conocía bien.

—No esperaba que volvieras tan pronto. Cada vez tus visitas son más frecuentes Reita-sama.

—Te dije que volvería— sin mediar palabras se adelanto unos pasos antes de sujetar firmemente al castaño entre sus brazos y besar sus labios apasionadamente. Nada tenía que ver esos besos con los que compartía con su víctima, los besos que compartía con Uruha eran apasionados, violentos y llenos de erotismo. El castaño tenía una habilidad bastante parecida o incluso mejor que la suya y era saber engatusar a sus clientes con sus buenos dotes de amantes y eso era algo que a él había logrado cautivarle. Estaba cansado de inexpertos en el ámbito sexual, estaba cansado de satisfacer sin quedar satisfecho. Él deseaba ese exótico y excitable cuerpo que le dejaba completamente agotado con solo unos minutos entre sus muslos y es que si a algo era adicto era a ellos — ¿Quién era él?, Aoi comento algo de que era VIP.

— ¿Kai-sama?, él es un cliente especial. — Al observar como el rubio frunció el ceño por su respuesta solo pudo sonreír al ver lo infantil que solía parecer cuando parecía ponerse celoso, cosa que no lograba realmente comprender sabiendo cual era su profesión— Pero tranquilo, Kai-sama es un cliente un tanto especial.  Muy rara vez busca sexo y se pasa horas dibujando. A veces incluso prefiero el sexo, es menos agotador. Ven cielo, sabes que el tiempo aquí es oro y tú y yo sabemos perfectamente que no es para hablar para lo que vienes ¿o sí?

—Para hablar ya tengo a Ruki. Lo que busco contigo es otra cosa totalmente diferente. — Noto de nuevo como los anchos brazos de aquel hombre 3 años más joven que él  alrededor de su cuerpo mientras sus finos labios rozaban la piel de su cuello. Lo cierto es que de cierta manera entre él y ese muchacho había demasiadas similitudes.  Ambos tenían “trabajos” de dudable reputación, ambos llegaban a engañar y vender su cuerpo de distintas maneras solo por dinero y a ambos les era imposible vivir una vida normal, lejos de todo aquello a lo que estaban acostumbrados y era por eso mismo que  veces rondaba por su cabeza la misma pregunta que le había echo antes su cliente especial.

—Reita-sama… ¿alguna vez ha pensado en dejar su modo de vida?, ¿nunca ha llegado a enamorarse de ninguna de esas personas tanto como para desear dejar este estilo de vida? — Al parecer aquella pregunta tomo por sorpresa al rubio y noto como abandono su cuello para mirarlo interrogante— ¿no te gustaría algo como enamorarte de ese chico con el que estas ahora y abandonarlo todo para continuar con él?

— ¿Enamorarme de Ruki?, ¿a qué viene esa pregunta?  

—Me dijiste que normalmente aguantas 6 meses con ellos antes de irte, pero cuento 7 meses desde que viniste por primera vez, ¿quizás estés comenzando a sentir algo más por Ruki?  — Escucho una leve risotada por parte del menor y le miro sin saber del porque de su risa.

—Perdona, no quise ser descortés pero no pude evitarlo. Me sorprende que tu precisamente me preguntes algo como eso, pero no, no es Ruki el que me hace permanecer aquí aun — Sintió la suave caricia en su mentón — Dime Uruha-san… ¿alguna vez se ha enamorado de algún cliente?, ¿ha pensado dejarlo todo por alguien?

Dudo en responder a las preguntas del rubio y en realidad es que ni si quiera sabia porque había formulado aquella pregunta en primer lugar, quizás era la curiosidad de saber qué pensaría otra persona en su misma situación si se le presentaba la ocasión o quizás era el hecho de ver como ese joven que el rubio había engatusado sufría de amor de la misma manera dolorosa de la que sufría él al no ser correspondido y dar todo su cuerpo y alma por aquella persona.

—De mi primer cliente…yo me enamore de él — ambos guardaron silencio durante unos incómodos segundos antes de que tomara el rostro del rubio entre sus manos y le mirara a los ojos— Reita-sama, debe sentirse realmente afortunado de tener a alguien como Ruki a su lado. Él te ama como ni si quiera puede imaginarlo y sería muy inconsciente de su parte mirar hacia otro lado cuando  él lo está dando todo por ti— noto cuando el más joven fue a responder seguramente de manera desinteresada a lo que estaba diciendo, sin embargo él se sentía en la necesidad de abrirle los ojos para  que pudiera ser feliz — crees que no se da cuenta de lo que realmente haces, pero estoy seguro que sabe perfectamente en que gastas el dinero que te da cada semana, estoy seguro que sabe perfectamente que solo le ves como un montón de dinero fácil y estoy seguro que sabe perfectamente que solo lo estas utilizando , pero te ama Reita, te ama y es por eso que está permitiendo que le hagas todo eso…por que quizás así piensa que podrá permanecer más tiempo a tu lado. Tienes suerte de tener a  alguien que te ama de esa manera Reita…no lo desperdicies.

—Es gracioso— Escucho decir entonces a aquel rubio que  endureció el gesto de su rostro al mismo tiempo que tomo las finas manos del castaño para alejarlas de su cara— es gracioso que una prostituta me dé lecciones de amor y moral cuando lo único que tu quieres de mi es el dinero al igual que yo lo único que quiero de él es el dinero. El dinero es lo que mueve el mundo y él podrá tenerme mientras siga teniendo dinero igual que yo seguiré visitándote mientras tenga dinero. El amor  es para los cuentos de hadas Uruha-san, ¿o a caso si te dijera que es por ti por lo que aun continúo por Ruki me aceptarías y lo dejarías todo por mí?

En aquel momento no pudo evitar sentirse como un estúpido al olvidar que después de todo él era igual al rubio y que de la misma manera él no dejaría su trabajo o dejaría tocarse por alguien que no pagara por ello el rubio tampoco llegaría a enamorarse de uno de sus “clientes” sin poder sacarle nada a cambio, sin embargo si había algo que le diferenciaba de aquel muchacho y era que él si había conocido la sensación de estar enamorado, él si había experimentado aquella sensación de querer dejarlo todo por esa persona y por lo tanto le hacía sentir más humano y menos objeto.  

—Lo lamento Reita-sama, tiene toda la razón. No debo olvidar que usted es solo un cliente al igual que yo soy solo alguien que abre las piernas para usted. No volveré a olvidar mi lugar en esta relación.

No noto la expresión que el rubio puso tras su contestación, o más bien no quiso verla al pasar por su lado y dirigirse hacia la habitación donde normalmente  ambos mantenían sus encuentros, sin embargo de haberse fijado en aquellos ojos habría notado sin duda alguna un profundo dolor. El dolor de un corazón tan quebrado como lo estaba el suyo propio.

 

***

El tintineante sonido de la cucharilla tocando las paredes de aquella taza de porcelana era lo único sonido que envolvía aquella habitación. El joven pintor observaba detenidamente cada gesto o mueca que la cara de aquel hombre que se sentaba justo delante de él pudiera mostrar, sin embargo tras 2 largos minutos en los que aun aguardaba por alguna respuesta el moreno no decía ninguna palabra y tan solo removía incesantemente el contenido de aquella taza de café.

—Si el dinero es el problema te prometo pagarte mensualmente como hasta ahora lo he hecho. — Aun ni una sola palabra y, aunque se consideraba un hombre paciente, ahora no estaba tan seguro de poder continuar tranquilo— Solo necesito saber si lo dejarías marcharse si es lo que él quisiera Aoi…

—Yo no soy ningún monstruo Kai, no retengo a Uruha como si fuera mi esclavo ni tampoco le obligo a hacer cosas que no quiere.

—Pero le gestionas a los clientes y  cobras por sus trabajos. Eso tiene un nombre Aoi y sabes perfectamente cuál es. — No pudo evitar decir aquello aunque se prometió a sí mismo no enfadar al moreno cuando le pidiera aquello y realmente llego a temer por su propia vida cuando observo aquella mirada seria y penetrante.

— ¿Qué respondió Uruha cuando se lo propusiste?

— ¿Eh? — Le tomo por sorpresa la pregunta del moreno y observo entonces como llevo la pequeña taza hasta sus secos labios y bebió el contenido de manera pausada — Él…él no me contesto. Le pedí que lo pensara pero supongo que quien tiene la última palabra eres tú. Aoi, estoy dispuesto a seguir pagando por Uruha lo que queda de mi vida o pagar la cantidad que tú me pidas, te daré el 70% de lo que saque por mis cuadros pero deja que Uruha sea libre…

Miro a aquellos pozos negros con suplica  y rezaba aunque fuera ateo por que el moreno accediera. Miro como dejo la pequeña taza de porcelana sobre el pequeño platito y como después tomo el pañuelo de tela que había a su derecha para limpiar la comisura de sus labios.

—Déjame saber la respuesta de Uruha cuando te la de y yo te prometo que lo pensare. — tras escuchar la respuesta del moreno no pudo evitar que aquel hoyuelo saliera a la luz. Tenía ganas de correr y abrazar al moreno, sin embargo sabia que este era bastante reacio a que le tocara por lo que solo puso asentir agradecido.  No sabía si Uruha estaría dispuesto a ir con él, pero tenía la esperanza de que así fuera y de esa manera pudiera ver si obra maestra. Aquel cuadro que había inspirado su musa, la misma que le había hecho conocer el amor…

 

***

Llego a su casa más  temprano de lo que era habitual y por ello no le sorprendió no ver a Reita allí. Dejo su bolso sobre la mesa del comedor y saludo al pequeño  y revoltoso chihuahua que no paraba de caminar alrededor de sus piernas posándose solo a dos patas esperando por que le tomara en brazos.

—Ya estoy en casa Koron-chan.

Se sentía bastante solitario tener que saludar solo a su pequeño perro, sin embargo al menos se sentía afortunado de tener a alguien a quien saludar.

Camino hasta la cocina pensando que quizás no era mala idea preparar esta vez él el almuerzo aprovechando que era una de las pocas veces que llegaba a casa antes de las 14:00. El almuerzo siempre era cosa de Reita y por las noches solían salir a fuera a cenar o simplemente tomaban algo rápido debido a que las noches las dedicaban única y completamente a ellos. Era el único momento del día en el que ambos se encerraban dentro de aquellas cuatro paredes y disfrutaban de la compañía del otro. Era el único momento del día en el que realmente lo sentía suyo.

No es que fuera realmente un buen cocinero, y en realidad debía de reconocer que Reita se manejaba mejor que él entre fogones, pero le gustaba tener aquellos gestos con el rubio de vez en cuando.

Fue a desechar los restos al cubo de basura cuando vio en él lo que se suponía que era el desayuno que dejo preparado para el rubio, y es que aunque a él le gustaba tener ese tipo de gestos con el rubio sabía perfectamente que Reita ni si quiera mostraba interés cuando él se daba la vuelta siendo ese el resultado. Ya ni si quiera se molestaba o le dolía saber que el rubio solo mostraba cariño cuando estaba frente a él. Sabía perfectamente que Reita no le amaba realmente y se dio cuenta hacia ya bastantes meses que solo estaba con él por su dinero, sin embargo no le importaba, o eso quería creer.

Escucho las pequeñas patitas de su perro correr al escuchar el sonido de las llaves y se aligero en tirar los restos y cerrar bien el cubo antes de volver hacia la hoya para freír las verduras mientras la pasta seguía cociéndose.

— ¿Ruki?, vaya hoy has venido temprano.

—Falto el profesor de última hora. — Su contestación había sido seca y cortante y eso fue algo que perfectamente noto el rubio antes de acercarse a darle un beso donde el de menor estatura volvió su rostro disimuladamente para esquivar sus labios.

— ¿Te paso algo?, ¿estás enojado conmigo por algo?

Dudo durante unos segundos en contestarle la verdad. Que estaba cansado de que todo lo que se suponía sentir por él fuera falso ,que estaba cansado de fingir que no sabía que realmente todo era una treta para sacarle el dinero, que estaba cansado de que lejos de él se comportara de manera tan distinta…Que estaba cansado de ser el único que demostraba algo en aquella relación…

—No…es solo que estoy demasiado cansado. Solo eso.

—Bueno, en ese caso deja esto— noto el pecho del rubio contra su espalda y sintió a continuación como este tomo el cuchillo que agarraba con su mano derecha para hacerlo dejarlo sobre la mesa— y ve a descansar un rato. Te avisare cuando esté listo y almorzaremos juntos, ¿Qué te parece? Y quizás luego podríamos ir a dar un paseo e ir a esa exposición de la que me hablaste la última vez y quizás ir a cenar a ese restaurante que tanto te gusta…hace tiempo que no vamos.

Era el plan perfecto, como todos los planes que solían tener durante los últimos 6 meses en los que comenzaron a vivir juntos, sin embargo eran planes donde solo él disfrutaba. Sabía perfectamente que a Reita no disfrutaba con el arte y que normalmente apenas comía cuando salían a comer. Sabía perfectamente que aunque sonara como los planes perfectos el rubio nunca disfrutaba realmente de ellos por lo que lo que debía ser una velada perfecta de pareja solo era un mero teatro.

— ¿Por qué no hacemos algo que te guste a ti mejor?- Aquella pregunta pareció sorprender al rubio e incluso pareció que le dejo sin palabras durante un momento antes de comenzar a reír.

— ¿Pero qué tonterías dices? Me gusta ir contigo a los sitios que te gustan Ruki, no necesito nada más mientras este contigo.

Quería creer en sus palabras. De verdad que quería…pero era difícil hacerlo cuando uno habría los ojos y era consciente de la situación.

—Avísame  para comer. Creo que me echare un rato.

Volvió a alejarse del contacto que el rubio intento tener con él y se dirigió directamente hacia la habitación que compartía con su pareja echándose sobre la mullida cama. No es que realmente estuviera cansado de todo a tal punto de querer dejar aquella toxica relación, en realidad lo que deseaba es que todo aquello hubiera sido realidad al menos durante los meses que le quedaban aun de libertad antes de que su padre le obligara a casarse. Siempre quiso vivir el amor de un cuento de hadas, sin embargo al parecer los cuentos no eran más que puro teatro.

Continuara…

 

Notas finales:

*Las obras descritas en el fic fueron las obras inacabadas pero que a dia de hoy se consideran verdaderas obras de arte de alguno de los mejores artistas /musicos del mundo, por lo que Uruha se refiere a si su pintura que, aun sin acabar, se considerara obra mestra. 

Y esto es todo por hoy, ¿que pensais del desarrollo que esta teniendo la historia? ¿que pensais que pasara?

Lo cierto es que siendo este el capitulo nº2 este fic constara de tan solo 3 capitulos mas, por lo que no queda mucho para su fin, sin embargo creo que  tiene una gran carga emocional, por lo que no hara falta mas capitulos para emocionar.

Espero que os haya gustado y como siempre espero vuestros Rv ^^

Bye bye!


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