Haruno abrió los ojos como platos, no podía creer lo que había salido de los labios de su pequeño sobrino. Dio unos cuantos pasos hacia atrás, tal vez entonces si los habían descubierto, si eso era cierto, aun estaba en peligro y no solo el, también sus otros sobrinos. Necesitaba avisarle a su hermana, tenían que tomar acciones lo mas rápido posible o de lo contrario sería demasiado tarde. Se movió hasta la puerta coloco su mano sobre la perilla y antes de abrirla escucho un pequeño sollozo procedente de la cama. Haruno la aferro aun mas fuerte mientras una idea llegaba a su mente.
De simplemente pensarlo se sintió desolada, no podía creer que en un segundo todo lo que habían construido se derrumbara. La perspectiva de despedirse de sus sobrinos y de volver a quedarse sola en aquella casa la hizo derramar algunas lagrimas, le recordaba el vacio que había experimentado cuando volvió después de perder a su prometido, era un sentimiento de pérdida insoportable que tal vez sería aun peor al ver a los chicos huir. El saber que estarían en algún lugar solos y con la constante sensación de ser perseguidos, sin un instante de paz. Volvió su mirada al menor y la furia la invadió. NO, no permitiría que volvieran a sufrir, no permitirá que se los quitaran, ni que les quitaran su felicidad. Tal como lo había dicho nadie tenía derecho a arruinarles su vida. Era su decisión hacer lo que hiciera falta para salir de esta situación.
Cuando por fin abrió la puerta y salió estuvo a punto de caerse al chocar con alguien que la sostuvo de los brazos para evitar que cayera. Al subir la vista, Haruno se llevo otra sorpresa; Christ era quien la sostenía con un semblante preocupado y de querer una explicación a lo que estaba sucediendo
-Christ-kun ¿qué haces aquí? -no recordaba que Takako hubiera hablado con el
-¿dónde está Haruichi? -su voz no tenía nada que ver con su expresión, usaba un tono calmado
-adentro pero ¿cómo supiste? ¿quién te dejo pasar? -Christ comenzó a moverse hacia el interior de la habitación
-solo me entere y mi padre trabaja aquí, así que no fue muy difícil que me dejaran pasar. Quiero saber ¿qué paso? -se acerco hacia el menor, lo evaluó mientras lo recorría con la mirada su expresión se volvía mas angustiada y no era para menos, por más que te estuvieras preparando para atender ese tipo de emergencias, no dejaba de ser impactante ver a la persona que más te importa en una cama de hospital -Haruno-san ¿por qué no me avisaron en cuanto paso?
-es un poco complicado -reconoció la mujer
-¿tiene que ver con el pasado de Haruichi? ¿eso que oculta? -Haruno parpadeo, era sorprendente cuanto había aprendido a conocerlo en tan poco tiempo
-s...si, no me corresponde a mi hablarte de ese tema pero es un asunto delicado y si no lo resolvemos... Tendrían que irse -Christ no había despegado los ojos de su pequeño pero en cuanto la mujer hablo de esa posibilidad, los abrió hasta el límite y volteo a verlo -este podría no ser un simple accidente, por eso no te lo dijimos. Porque en realidad no estamos muy seguras de las circunstancias para que Haru-chan terminara aquí. No queremos involucrarte y ponerte en peligro…
-asumiré el riesgo que sea pero no pienso separarme de Haruichi. Yo me quedare a su lado mientras ustedes puedan dar orden a lo que está pasando y si es posible solucionarlo
Había tanta determinación en aquellos ojos que Haruno supo al instante que no había más que hacer. Asintió con la cabeza, le explico lo poco que sabia acerca del accidente y las condiciones del menor y salió para resolver toda esa situación. En cuanto avanzo un pasillo más saco su teléfono y marco un número, era una persona tranquila pero eso no quitaba que tuviera sus contactos y personas que pudieran ayudarla
-Haruno ¡cuánto tiempo!
-Hola Shirakawa, si mucho tiempo, sé que es repentino pero necesito pedirte un favor
-el que quieras, tu solo dime
-necesito averiguar si la familia Furuya tiene sus narices metidas aquí en Nagasaki
-¿algún aspecto en especial?
-sobretodo personal pero también me interesa saber si tienen algún negocio o algo en este lugar
-no va a ser muy difícil, te tendré listo un informe para hoy en la noche.
-¿en serio? ¿me lo tendrías para esta noche?
-Haruno, tengo mucho tiempo conociéndote como para saber cuando algo te preocupa. Tendrás esa información en la noche.
-no sé cómo agradecerte Shirakawa, eres el mejor
-jeje eso ya lo sé, un pastel no me caería mal
-dalo por hecho
-entonces me pondré a trabajar
-gracias otra vez
Justo en ese momento, Takako doblo la esquina del pasillo y se encontró con su hermana recargada en la pared con el celular en la frente y los ojos cerrado, al instante se sintió alarmada
-Haruno, ¿Qué haces aquí? Y ¿Haruichi? – solo volteo la cabeza para verla
-esta… igual.
-y ¿por qué lo dejaste?
-porque no está solo –Takako ladeo la cabeza sin entender
-Christ-kun está con el
-¿Qué? ¿Cómo lo supo? ¿Por qué se lo permitiste? Sabes el riesgo que estamos corriendo, no podemos involucrar a nadie más
-Christ ya está involucrado, sus ojos no mienten. Además me dijo que estaba dispuesto a asumir el riesgo, que no piensa dejarlo.
-no sé cómo tomarlo y no quiero desgastarme pensándolo. ¿Con quién hablabas?
-con Shirakawa, Haruichi menciono el nombre de Furuya. –Takako apretó los puños temiendo lo peor -Le pedí que averigüe sobre la familia, solo así podremos saber que está pasando, de otro modo la angustia se va a prolongar y no estaremos preparadas en caso que sea cierto
-esto es ridículo, en serio ridículo, no puedo entender cómo podemos tener tan mala suerte –Haruno solo se encogió de hombros, ella tampoco lo entendía –una de las dos debería volver a casa, deben estar sumamente angustiados.
-ya lo creo y querrán verlo
-pero hasta que Shirakawa no tenga la información ellos no pueden salir. –Takako consulto su reloj –para estas horas Mei ya debió volver, el sabrá manejar la situación o por lo menos controlarla.
…
Mei frunció el seño ante el comentario de Miyuki, no entendía por qué iba hacia la cocina cuando el cuarto de Kuramochi estaba en la otra dirección pero no se detuvo tenía que ocuparse de Eijun, sabia lo mal que debía de estar, Haruichi mas que su amigo era casi como su hermano. En cuanto entro al cuarto vio a Eijun hecho bolita en su cama, temblaba ligeramente y se aferraba a la almohada. Narumiya apretó los labios, estaba peor de lo que se imaginaba. No se movió de su lugar mientras tenia apretada la perilla del cuarto, reacciono cuando la voz de Sawamura salió en un susurro
-¿hay alguna noticia? Si no, vete de aquí Youichi -Mei camino hacia la cama y lo tomo de una mano y lo levanto con suavidad
-no soy Youichi
Al instante Eijun se volteo para darse cuenta que se trataba de Mei, se le abrazo con fuerza y comenzó a sollozar una vez más, Mei lo apretó contra su pecho no podía imaginar el dolor que debía estar sintiendo. Sawamura restregaba su cara contra el pecho del mayor mientras sollozaba y murmuraba, Narumiya no entendía gran cosa, solo palabras aisladas como Haruichi, su culpa y algo de no volver. Conociendo como concia al menor se imagino por donde iba todo eso
-oye cálmate, Haruichi va a volver. Y nada de esto es tu culpa.
-pero ¿y si Furuya ya nos encontró? No podremos quedarnos, tendremos que volver a huir. Además si esto le pasó a Haruchi por orden de los Furuya entonces es completamente mi culpa
-Eijun ya basta, nada de esto es tu culpa, tu defendiste a tu amigo, de no haberlo hecho entonces no hubieras sido tu, ¿cómo puedes pensar que esto es tu culpa? Tal vez solo fue un terrible accidente
-yo no quiero irme de aquí y quiero que Haruchi este conmigo, el no puede dejarme, sino ¿quién me va a detener de decir tonterías?
-jijiji ya, ya, tranquilo Eijun, Haruichi no se va a ir a ningún lado y antes de lo que te des cuenta estará aquí corrigiéndote. Esta vez Haruichi va a necesitar mucho de ti y si tú te pones así no podrás ayudarlo. -Eijun sorbió fuerte mientras hacía puchero
-supongo que tienes razón, quiero verlo y mis tías no nos dejaron acompañarlas
-fue una medida de seguridad, estoy seguro que una vez que se sepa qué fue lo que exactamente paso vas a poder visitarlo
-¿eso crees?
-si, estoy completamente seguro. Así que deja ya de llorar que no me gusta verte así
Con los pulgares le limpio las lágrimas y le dedico una mirada tranquilizadora mientras se inclino para besar los labios del menor, lo había extrañado en esas semanas que estuvo lejos y no le había agradado para nada regresar y encontrarlo en semejantes condiciones. La primera vez que lo había visto se enamoro de su sonrisa y del brillo en sus ojos y que esa expresión no estuviera en su rostro no solo le preocupaba sino que le dolía. Cuando se separaron el menor reprimió un puchero
-debes de pensar que soy de lo peor
-¿ahora de qué hablas?
-pues de que con todo esto no te he podido decir que eres increíble y eres campeón nacional. El numero uno de todo Japón. ¡Muchas Felicidades Mei!
Mei parpadeo un instante mientras contemplaba el rostro de Eijun, muchas personas se lo habían dicho en las últimas 24 horas pero que saliera de los labios de esa persona valía muchísimo más que si el mismísimo primer ministro se lo hubiera dicho. Le sonrió y lo volvió a atraer para besarlo una vez más.