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Together... amor, verano y parejas por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Hola, bienvenidos a todos de regreso a este loco mundo ^^/

Yugi-oh! No me pertenece si fuera así esto lo estrían viendo como capítulos en televisión.

Las canciones tampoco me pertenecen.

Pasarse por mi página de face, porfa, un like me ayudaría mucho  https://www.facebook.com/pages/DanyNeko/786629491430778?ref=hl

En el capítulo anterior

─ ¿Qué pasa contigo? tienes tu propia vida, no puedes acaparar a Yugi ─le regañó con el ceño fruncido, jalando el brazo de Yugi hacia ella.

─Puedo si quiero, Yugi es mío ─dijo sin ningún tipo de vergüenza.

─ ¡Atem! ─regañó el menor, con el rostro totalmente rojo. Tea lo miraba entre sorprendida y triste.

─ ¿Pero tú que te crees?    

Los ojos color violeta y vino  de ambos tricolores se enfrentaron. Yami miraba intensamente a su igual y este suspiró.

─Lo siento Rebecca ─jaló su brazo de vuelta con cuidado ─Atem es mi novio ─declaró al fin.

Atrás, Kurumi soltó un chillido de emoción. Ukyo resopló. Joey gritó algo como “Ja! Gané la apuesta!” Y Tristán y Duke gruñeron decepcionados.

Luego de eso hubo un silencio mortal

-o-o-o-o-o-o-

─ ¡¿Qué cosa?! ─chilló la rubia.

─Rayos, y yo que pensaba que Yugi tenía buenos pulmones ─dijo Ukyo de la nada, sobándose el oído izquierdo.

Muchos de los presentes soltaron la risa, Rebecca infló las mejillas molesta.

─Pero tu…

─No deberías hacerla enojar, nii-chan ─dijo Yugi cerrando los ojos.

Rebecca parpadeó tres veces ─ ¿onni-chan? Creí que eras hijo único ─dijo Rebecca.

─Es ahijado de mi tío, crecimos juntos desde que éramos bebes ─le explicó ─pero ese no es el tema, Rebecca ¿Qué estás haciendo aquí?

─Mi abuelo y yo llegamos temprano ─dijo la rubia ─llegamos a tu casa, el señor Motou me dijo que te encontraría aquí.

─Ya veo, discúlpame por no recibirte en casa, pero no nos dijeron cuando llegarían.

─Bueno, se supone que iba a ser sorpresa… pero menuda sorpresa me he llevado yo ─susurró ella, ladeando el cuerpo y cruzándose de brazos, acusándolo con la mirada.

A Yugi le bajó una gota por la sien ante eso ─gomen… pero, no voy a mentir u ocultar… que él es la persona que más quiero en el mundo ─se sinceró.

Rebecca lo miró a los ojos durante un minuto, sin embargo finalmente se convenció al verte el ardor en las orbes violetas, sus ojos quemaban con la misma pasión de enfrentar un duelo, la rubia simplemente sonrió, llevando ambas manos a su espalda ─supongo que no hay nada que hacer… felicidades ─susurró pasando por el lado del tricolor mayor hacia la castaña.

─ ¿Qué es todo este alboroto? ─dijo una nueva voz.

─ ¡¿Seto?! ─Joey se dio la vuelta instintivamente al oírlo.

─Hermano ─Mokuba corrió hacia él con una sonrisa ─creí que estabas en la oficina arreglando ese asunto.

─Ya terminé con eso ─le respondió.

─ ¿de qué hablas? ─preguntó el rubio a Mokuba.

─ ¿No se los has dicho? ─preguntó el pelinegro a su hermano quien simplemente desvió la mirada con un bufido.

─ ¿Decirnos qué? ─volvió a preguntar el rubio.

─Seto-nii-san tiene que regresar a la preparatoria y terminar el último curso ─informó el pelinegro ─así que estará en la escuela con ustedes este año. Hubo un “¡¿Eh?!” general ─son políticas de la empresa y varios socios, a pesar de que Seto recibió educación especial desde que era niño… no entiendo que más les da un certificado ─se encogió de hombros

─Es suficiente, Mokuba ─acalló Seto.

Joey soltó la risa y Mokuba lo siguió casi enseguida, el castaño ladeo el cuerpo, frunciendo el ceño.

 

Ese fue un día de lo más peculiar.

 

Más tarde.

─ ¿Por qué no me lo había dicho? ─reclamó el rubio, tumbado en la gran cama, cubierto a penas por una pantaloneta verde y las suaves sabanas de algodón.

─No hay una razón ─dijo el CEO, saliendo del baño en una sudadera blanca, el pecho descubierto y sacudiéndose el cabello ligeramente húmedo de unas pocas gotas de agua.

─No deberías guardarme secretos como ese ─insistió.

─No hice tal cosa, simplemente no se me había ocurrido comentártelo ─respondió el de ojos azules, tumbándose en la cama al lado de su novio. Recostando su rostro en la palma de su mano para observarlo.

Joey lo miró a los ojos ─ ¿por qué me miras así?

Seto sonrió de lado ─estás muy apetecible así ¿sabes? ─inclinó su rostro sobre el de Joey, juntando sus narices ─ ¿quieres provocarme? ─deslizó su mano por el pecho descubierto del rubio, erizando la piel blanca de inmediato ─cachorro.

Joey se sonrojó ─duermo así por el calor, no por otra cosa ─rebatió el rubio, cerrando los ojos y desviando la mirada con orgullo.

─ ¿Estás seguro? ─insistió el castaño, fastidiando alrededor de uno de los pezones del oji-dorado ─tu cuerpo dice otra cosa, cachorro ─jaló el botoncito rosa con delicadeza, provocando un respingo en su pareja ─ ¿Qué pasa? ¿El cachorrito está en calor? ─le susurró a la oreja antes de morder el lóbulo de la misma.

─Eso te iba a preguntarte, neko. Tú fuiste a mojarte el pelo no yo ─le regresó de la misma manera, tratando de no ceder.

─El calor te tiene irritado perrito ─lamió el borde de la oreja.

─ ¿No será que tu estas de mejor humor de lo usual?

Seto volvió a sonreír de lado ─ ¿y cómo no? Solo imaginar la cantidad de cosas que podría hacerte cuando entremos al colegio ─le dijo al oído ─tomarte en los baños, encerrarte en el garaje donde se guardan los implementos de deporte, hacerte mío en la azotea ─contó subiéndose en el rubio ─hay tantas posibilidades que muero por explotar… contigo ─mordió su cuello, dejándole una marca roja. El rostro de Joey estaba rojo por todas esas insinuaciones.

─Seto ─gimió el rubio, regresándole la mordida en el cuello del castaño.

─ ¿El cachorro quiere jugar?

─Quiero jugar con mi gatito ¿hay algún problema? ─le regresó, dándoles la vuelta para ponerse sobre él ─debería ponerte un cascabel mi neko ─deslizó sus manos por el pecho del castaño.

─Pues yo te pondré una correa a ti ─le regresó, dejándose mimar por las manos del rubio mientras recorría su espalda con las manos, yendo a parar en los glúteos de Joey, lo cuales masajeó con delicadeza, apretando la suave piel ─y así todos sabrán que me perteneces.

─Baka arrogante ─sonrió el rubio, estampándole un beso en los labios ─definidamente la escuela será más interesante… teniéndote de vuelta con nosotros… conmigo.

-o-

Yami iba junto a Yugi, Ryou y Malik en el autobús que iba a la antigua casa del tricolor. Iban en los asientos de atrás: el mayor junto a la ventana, Yugi a su lado mirando al ventanal, seguido Ryou -jugando con los cabellos del tricolor- y a su lado Malik.

─Entonces Yugi ¿cómo era tu casa? ─preguntó el albino, paseando su mano derecha por el cabello de Yugi.

Bakura y Marik habían pasado de ir y se encontraban en la casa de los albinos, jugando toda clase de videojuegos disponibles en la casa.

─Era bastante grande, casi como una finca… creo que tenía unas 10 habitaciones sino mal recuerdo ─evocó con una sonrisa ─tenía tres pisos y un sótano muy amplio: en el tercer piso estaba mi cuarto y los de mis primos, en el segundo el de mis padres y mis tíos, en el primero estaba el cuarto del abuelo junto a sala, la cocina, el comedor, el cuarto de juegos y en el sótano había una especie de biblioteca aunque casi nunca bajaba.

─Wow ─musitó Malik sorprendido ─espera ¿qué no se habían mudado allí luego del… accidente de tus padres?

─Sí, pero antes la tenían como casa de verano… íbamos en vacaciones ─respondió

─El patio era muy amplio y estaba delimitado por una verja que daba a un enorme bosque ─gesticuló con sus manos ─aunque había un par de barrotes sueltos por los que Uky-nii y yo nos escapábamos de vez en cuando con Darkness al bosque ─soltó una risilla.

─ ¿Se escapaban? ─preguntó el albino con una ceja arqueada.

─Cuando los adultos se iban y dejaban a cargo a Akari-nee solíamos irnos a jugar al bosque él y yo para no molestara y que se encargara solo de sus hermanos ─respondió sereno.

─Jajajaj ─los dos hikaris soltaron la risa.

─No muy lejos en el bosque corría un rio como de metro y medio de profundidad, en el verano íbamos prácticamente todos los días a nadar ─relató con una sonrisa ─mayormente íbamos los dos solo, aunque veces hacíamos día de campo todos juntos, o incluso una fogata nocturna… montones de luciérnagas se juntaban y era precioso.

─Se nota que tenían muchas formas de divertirse allá ─comentó el egipcio.

─Sí, pero a veces estar en una casa tan grande, junto a un bosque puede llegar a dar miedo… sobre todo cuando tienes una amplia capacidad sensorial y un hermano que le gustaba molestarte contándote historias de fantasmas y cosas así ─susurró lo último con molestia, pero fue perfectamente escuchado

─ ¿Ukyo te hacía eso? ─preguntó Ryou extrañado.

─Claro que no… Shinsuke nii-san lo hacía ─dijo, desviando la mirada  la ventana. Yami le rodeó los hombros con un brazo y automáticamente el menor se recargó en él.

Siguieron conversando en lo que el autobús llegaba a su parada, bajaron y Yugi los guió hasta el que alguna vez fue su hogar, claramente era muy grande, a su derecha limitaba con una finca sin embargo había mucho espacio intermedio, cercado por la verja blanca y un muro de arbustos. La casa estaba pintada de color crema por fuera y se le notaba lo espacioso, el patio frontal tenía un gran jardín con una enorme variedad de flores y arbustos, había una hamaca colgada entre los cimientos de la terraza y una silla columpio.

La verja estaba abierta y Ukyo estaba junto con varias cajas a 5 metros de la puerta, en cuanto vio entrar al oji-amatista sonrió feliz ─ ¡Yugi!

Con una bella sonrisa Yugi corrió el poco tramo que lo separaba del peli-verde y se abrazó a su cuello ─Hola Uky-nii ─rozó su mejilla contra la del mayor antes de soltarlo ─ ¿Cómo estás?

─Feliz de verte, tesoro ─le respondió el abrazo, besando su frente ─ya te echaba de menos.

─Y yo  ti ─le respondió.

─Hola chicos ─saludó a los otros dos hikaris… y a Yami ya porque tocaba.

Los tres regresaron el saludo.

─Vaya, no te cortabas nada al decir que era grande ─dijo Malik, girando a ver la caa.

─Jijiji se los dije ─respondió el tricolor con una risilla ─vamos dentro para que la vean ─tomó la mano de Yami para guiarlos al interior pero no dio ni dos pasos ─oh, lo siento ¿Uky-nii, necesitas ayuda? ─ofreció al ver las cajas que estaban fuera.

─No te preocupes por eso Yugi, adelántense, enseguida los alcanzo ─dijo el peliverde, tomando dos cajas.

Yugi hizo un puchero, soltándola mano de su novio para acercarse a su hermano ─no seas así ─le reclamó, tomando una de las cajas que había cogido el mayor ─deja que te ayude ─le brindó una linda sonrisa.

Ukyo sintió las mejillas calentarse por lo que simplemente asintió, bajando la cabeza para ocultar su rostro y tomó otra caja antes de caminar hacia el interior de la casa.
Yugi lo miró extrañado, ladeando la cabeza al no comprender su reacción pero decidió pasarlo por alto y seguirlo. Ryou y Malik se miraron entre sí, soltando una risilla nerviosa al captar aquello, tomó cada quien una caja y los siguieron, igual que Yami.

Dejaron su carga en la sala donde Jun y Shon estaban acomodando los últimos muebles ─Hola chicos ─saludaron, poniendo el sofá contra la pared.

Los recién llegados devolvieron el saludo.

La sala estaba pintada de color terracota por dentro, las luces eran de color dorado lo que daba un ambiente más cálido y hogareño, en la sala y comedor se vislumbraban unos elegantes candelabros discretos que complementaban muy bien la iluminación y decoración del lugar. Los muebles y mesas estaban bien acomodados y nada parecía fuera de su lugar más allá de las cajas, seguramente que contenían las pertenecías de los tres muchachos.

─ ¿Vivías aquí? ─preguntó en voz baja Yami, paseando la mirada por todo el lugar, igual que Ryou y Malik.

─Sí ─respondió el lugar.

─ ¿Sabes algo Yuu? Nadie había comprado esta casa desde entonces ─le dijo Ukyo, acercándosele.

─ ¿En serio? ─cuestionó asombrado.

─Créelo, a mi padrino le costó lo suyo conseguirla ─le guiñó un ojo.

Yugi parpadeó un par de veces, aparentemente pensando algo, luego sonrió ─eso significa que todas las cosas que se quedaron en la casa siguen aquí.

Ukyo asintió ─es lo más probable, aun no la he revisado a fondo ¿vamos a ver el cuarto de juegos? ─propuso, sabiendo de antemano cual sería la reacción del oji-amatista.

Los ojos de Yugi brillaron ─ ¡Sí! ─afirmó, caminando por el corredor hacía la puerta que daba al patio trasero.

Ukyo soltó una risilla con los ojos cerrados ─adoro esa actitud suya ─fue tras él.

─Yugi, espéranos ─Ryou fue tras ellos, seguido de Malik y Yami.

El oji-amatista abrió una de las puertas, adentrándose a una habitación pintada de color durazno, estaba vacía salvo por unas pocas repisas con cajas polvorientas sobre ellas, un pequeño banquillo con escaleras y una pelota de futbol a medio inflar olvidado en un rincón.

─ ¿Y está habitación…? ─preguntó Malik.

Yugi se paró en el centro del cuarto y dio un giro sobre sí mismo para mirarlos ─este era nuestro cuarto de juegos, aquí guardábamos casi todos nuestros juguetes, el piso era de una alfombra muy acolchonada y teníamos toda clase de cosas, una pequeña resbaladilla e incluso un caballito de madera.

Ukyo tomó aquel banquillo y se subió en él para tomar una de las cajas en las repisas ─mira esto Yugi ─el tricolor se volteó a verlo. Ukyo le sopló a la caja para limpiarle un poco el polvo ─es nuestro viejo monopolio ─explicó risueño.

Yugi igual sonrió ─También está el tablero de ajedrez ─señaló arriba.

─Tantas horas que pasamos jugando aquí ¿no es verdad? ─le sonrió nostálgico el peli-verde.

─Sí… tanto tiempo ─le imitó el tricolor, suspirando ─chicos, vamos arriba ¿no quieren ver las habitaciones? ─propuso el tricolor.

─Sí, vamos ─afirmó Ryou.

Yugi se adelantó de regreso a la sala para tomar las escaleras con Yami siguiéndole el paso muy de cerca. Ukyo dejó la caja donde estaba y tomó el viejo balón antes de salir, cuando pasó por la sala se lo lanzó a Jun diciendo algo que sonó a ‘deberíamos inflarlo’ y siguió a los demás.

Al llegar a la segunda planta Yugi se detuvo frente a una de las puertas con una mirada diferente.

─ ¿Sucede algo malo, aibou? ─le preguntó Yami al notar aquel cambio.

─Yugi ─susurró Ukyo al terminar de subir las escalas ─ese era el cuarto de tus padres ¿verdad ototo? ─dijo condescendiente, parándose a su espalda para poner sus manos sobre los hombros del menor ─ ¿quieres entrar? ─le propuso al oído, inclinándose a su altura, mirándole dulcemente.

─Yooo… ─titubeó, mirando la puerta. Estiró su mano derecha dudativamente hacia el pomo de la puerta sin llegar a tomarlo realmente.

Sin decir una palabra, Yami se acercó para tomar la mano izquierda de Yugi. Este sencillo acto le brindó al menor el valor suficiente como para girar la perilla y adentrarse en aquella habitación que, para él, estaba llena de recuerdos llena de recuerdos.

Ukyo fue quien encendió la luz del cuarto, Yugi caminó sin detenerse hasta la cama, cubierta de plástico para evitar el polvo, a los pies de esta había un pequeño mueble con almohadones que era un cofre. Yugi retiró la cubierta de la cama y se sentó en ella, inhalando profundo… casi podía sentir aquella calidez de cuando era pequeño y llegaba a acostarse entre medio de sus padres, recibiendo todo el amor y calor de ambos.

─Mamá… papá ─musitó.

Ukyo se acercó a cofre que estaba a los pies de la cama y lo abrió, echando una mirada dentro.

─Parece que no hay nada aquí.

─ ¿qué esperabas encontrar? ─preguntó el egipcio.

─No lo sé… quizás una vieja fotografía, o algo así ─se encogió de hombros ─Yugi no tienes fotos de tus padres ¿no es así?

El oji-amatista negó con la cabeza ─mi tía se quedó con los álbumes familiares y nunca me dejó tener ninguna ─bajó la cabeza ─dijo que no lo merecía ─susurró.

─Olvídate de esa tontería ─reclamó el oji-naranja ─esa señora tiene un problema en la cabeza, te he dicho siempre que no debes prestarle atención ─lo tomó de los hombros ─tu eres alguien especial y no debes dejar que nadie te convenza de lo contrario ─le miró directo a los ojos.

Yugi volteó a verlo con sus pupilas temblando ─ ¿lo dices enserio? ─musitó.

─Claro ─asintió ─ ¿verdad? ─volteó a ver a Yami, Ryou y Malik.

─Por supuesto ─afirmaron ambos hikaris, sonriéndole a Yugi.

─Ya deberías saberlo, hikari ─Yami se sentó a su lado, pasando un brazo por la espalda del menor, atrayéndolo hacía sí, besando su frente.

─Gracias chicos, lo siento ─se limpió la esquina del ojo con el dorso de la mano ─estar aquí me pone algo nostálgico ─se excusó, sonriendo levemente con los ojos cerrados.

─Vamos ¿no quieres ver tu antiguo cuarto? ─Yugi asintió.

Siguieron recorriendo hasta las siguientes escaleras ─Mi padrino cogió ese cuarto ─señaló otra de las puertas del segundo piso.

─Ese era el de tia Kasumi ¿no es verdad?

─Sí, supongo que no les sería nada agradable ocupar el cuarto que antes compartía con Naomi ─dijo simplemente, encogiéndose de hombros.

─Es lo más normal, creo yo ─respondió Yugi, rascándose la mejilla con el dedo índice.

─ ¿Y tú ya escogiste tu cuarto? ─preguntó el tricolor, subiendo una vez más las escaleras.

─No, aun no… ¿y si cojo el tuyo? ─le preguntó con una mirada pícara.

─ ¿qué? ─Yugi se sobresaltó.

─Jajajaja, después de todo, siempre que me quedaba a pasar la noche dormía allí.

─ ¿Cómo? ─gruñó Yami.

Yugi tragó grueso ─si, bueno, la primera vez que te quedaste a dormir mi tío te dijo que ocuparas el cuarto de invitados que estaba al lado de la mía pero esa noche jugamos hasta el cansancio así que nos quedamos dormidos y nos dejaron toda la noche en mi cuarto ─recordó el menor ─y luego de eso cogiste la costumbre de dormir en mi habitación.

Yami bufó enfurruñado para sus adentros al escuchar aquello, Yugi abrió una de la puerta de una habitación y entró con una sonrisa nostálgica, las paredes eran de un color pálido ya por los años que llevaba pero que se notaba había sido azul rey, la cama de plaza y media estaba en una esquina pegada a las paredes, en la esquina contraria había un armario de madera y varias repisas con un viejo peluche de un perrito empolvado, igual que una caja con algún juego de mesa.

─ ¿Este era tu cuarto Yugi? Es genial ─dijo Malik, adentrándose con Ryou en el cuarto.

─Se nota ─le susurró Yami al oído ─aún se percibe la dulce energía que dejaste en este lugar ─le dijo con ternura.

─Yami ─musitó sonrojado, mirándole apenado.

─ ¿Te acuerdas de haber dejado algo aquí? ─le preguntó Ukyo a modo de burla. Yugi se lo pensó un poco y luego sonrió, caminó hasta el centro del cuarto y contó las tablas de madera del piso entonces le dio una patada a una de ellas, la cual se levantó ─ ¿qué haces?

Yugi se arrodilló a retirar la tabla y dejo ver que estaba hueca esa parte del suelo. Allí había un cofrecito color cobre, el cual sacó antes de volver a acomodar la tabla, luego tomó el cofre en manos para sentarse en su cama, a la que Ukyo ya le había retirado el forro.

─ ¿Qué es eso Yugi? ─preguntó Ryou, acercándose al tricolor mientras Yami y Ukyo se sentaban a su lado.

─Es una cajita que me regaló mi papá de pequeño, guardaba aquí cosas importantes para mi ─del reverso tomó una llavecita que estaba atada  al cofre y lo abrió. Encontró varias cartas algo amarillentas pero bien mantenidas para los años que debían tener guardadas ─mira esto Uky-nii ¿te recuerda algo? ─le pasó las cartas dejando al descubierto otros objetos pequeños como un par de medallas.

─Waaaa ¿guardaste estas? ─preguntó sumamente avergonzado y sonrojado el peliverde al leer la primera de las cartas y reconocer su letra de cuando era niño.

─Claro ─asintió sonriente ─después de todo me las escribiste tu ─le miró tiernamente.

─Quiero ver ─Ryou le arrebató las cartas a Ukyo, ojeándolas con Malik.

─E-esperen ─tartamudeó el oji-naranja.

─Mira esta ─sacó del cofrecito una gargantilla de color verde pastel con baches plateados, similar a la que Yugi usaba pero se amarraba por detrás.

─ ¡Oye! Sabía que tú te habías quedado con mi correa ─acusó risueño, tomando el objeto.

─Ow, esto es tan tierno ─exclamó el albino, luego de haber leído las cartas ─ ¿estas son del tipo de actividades que ponen a hacer en primaria durante San Valentín ¿cierto?

─Sí ─afirmó Yugi ─cada año él hacia una para mí y yo una para él ─Ukyo besó la frente de Yugi bajo los ojos asesinos de Yami.

─ ¿Y esa correa? ─preguntó ahora Malik.

Yugi llevó una mano a su propia gargantilla ─al principio era Uky-nii, quien las usaba, él me pegó el hábito cuando me regaló una cuando tenía 6 que era de color… ─hizo una pausa, recordando ─lila con blanco, y yo le di una amarillo con naranja, pero esta era la primera que usaba… creo que te la regaló mi tío ¿cierto? Ahora mismo no recuerdo porque rayos me la quedé yo ─terminó con unas risillas.

Yami tenía que luchar contra el impulso de quitarse su gargantilla.

Ukyo abrazó a Yugi ─tomaré la habitación de al lado, y veré que ni Jun ni Shon cojan esta ─le dijo suavemente ─cuando quieras venir a pasar un día aquí siempre tendrás tu cuarto, yo mismo me encargaré de arreglarlo ¿le quieres dejar el color azul? ─Yugi asintió ─así será.

─Gracias onii-chan ─le sonrió ─ ¡Chicos, vamos al rio! ─propuso de la nada.

─ ¿Quieres ir ahora? ─Ukyo parpadeó tres veces. Yugi asintió. El peliverde largó un suspiro ─como tú quieras tesoro, vamos ─le sonrió.

Cuando Uky se levantó, el cofre se tambaleó y algo cayó al piso.   

─ ¿Qué es eso? ─Yami recogió una cajita y se la enseñó a Yugi.

─No lo sé, no es mío ─Yugi la tomó, era una cajita de terciopelo magenta, bastante ligera, luego de pensarlo un poco Yugi la abrió… Su mandíbula casi bajó al suelo… dentro había dos anillos de oro blanco.

─Wow ¿qué son? ─preguntó Malik.

─Son… son… son los anillos de boda de mis padres ─reveló el menor ─ ¿pero por qué están aquí? ─miró al peliverde.

─A mí no me mires, tesoro ─Ukyo levantó las manos en defensa ─deberías preguntarle más bien a Akari-nee ─aconsejó ─llévatelos, creo que mi madrina así lo querría ─tomó uno de los anillos para deslizarlo en el dedo anular del tricolor, mirándolo a los ojos, provocando un tenue sonrojo en sus mejillas.

Yami resopló. Ryou y Malik se miraron entre sí al notar el -más que obvio- desagrado del faraón por la situación, casi se podía sentir la magia de las sombras emerger de él.

─Etto ¿no íbamos al rio? ─recordó Ryou.

─Sí ─Yugi se quitó el anillo de la mano y lo guardó en la cajita, asegurándola en su bolsillo ─ ¡Vamos! ─sonrió, aunque se le notaba algo forzado.

Bajaron de regreso a la primera planta y salieron por la puerta trasera para ir al amplio patio.

─ ¿Eso es una piscina? ─preguntó Ryou al ver una gran lona que cubría parte del patio trasero.

─Sí ─afirmó Yugi.

─ ¿Por qué tener una piscina en casa si tienen un rio a relativamente poco camino? ─consultó Malik.

Ukyo bufó ─es que a la señora Naomi no le gustaba meterse a un rio donde había peces “y quien sabe que otras criaturas” ─se mofó con una pésima imitación de voz femenina ─por eso convenció a mi padrino de poner una piscina en casa ─rodó los ojos.

Yugi se acercó a la verja del patio trasero y movió un barrote que estaba flojo hasta poder zafarlo ─era por aquí por donde salíamos cuando nos escapábamos ─dijo el tricolor, pasando por aquel espacio, seguido de Ryou.

─Sí, era tan divertido ─dijo Ukyo, saltando para agarrarse de la parte alta y volarse la verja ─ujuu ─expresó divertido al aterrizar con las rodillas flexionadas del otro lado ─eso estuvo bien.

─Eres un presumido ─le molestó Yugi, empujándole con la cadera juguetonamente.

Malik imitó a Ukyo, con gran facilidad, incluso Yami los siguió. Yugi se sonrojó al ver la agilidad con la que su yami realizaba aquello ¡¿qué le pasaba últimamente?!

Siguieron caminando unos 10 minutos hasta que se toparon con la corriente de agua, enmarcado por caminos de piedrecillas, se veía el fondo gracias a que el agua era sumamente transparente.

─Vaya, el aire aquí se siente más puro ─dijo Ryou ─es un lugar encantador, ya veo porque les gustaba venir aquí ─dijo a Yugi.

─Sí, veníamos prácticamente todos los días de verano ¿verdad, tesoro? ─Yugi afirmó ─Nos salíamos a mediodía, luego de almorzar y pasábamos aquí toda la tarde, nos salíamos del agua cuando empezaba a bajar el sol y nos subíamos a las ramas de los árboles para secarnos un rato antes de vestirnos y regresar al ocaso, prácticamente para la cena ─contó con una risilla.

─Jejeje ─Yugi se llevó una mano a la nuca, riendo nerviosamente, luego se acercó a arrodillarse al borde del rio y tomó un poco de agua entre sus manos ─Uky-nii ─lo llamó, el peliverde se acercó ─toma ─con una risita, Yugi le lanzó agua a Ukyo.

─ ¡No, Yugi! ─Ukyo se hizo para atrás, interponiendo sus manos frente a su rostro ─ ¡Tuuuuu… pequeño diablillo con cara de ángel! ─le recriminó, salpicándole también un poco de agua.

─Jajajaja no ─Yugi se levantó, dando una vuelta para reclinarse en su espalda ─no lo harás jajaja.

Ryou y Malik no podían sino reír ante los infantiles jugueteos de Yugi. Incluso Yami sonrió de lado al ver que Yugi mojaba al peliverde.

─No, pero te tengo ─aprovechando que Yugi se le había recargado, Ukyo le rodeó los muslos con las manos y se levantó, cargándolo en su espalda.

─ ¡kya!, no, bájame Uky-nii ─pataleó Yugi.

─Hmmm… ─hizo cómo que pensaba ─no, no quiero ─dijo sin más dando un pequeño brinco en su lugar para acomodarlo mejor sobre sí y luego empezó a caminar.

─ ¿pretendes llevarme así todo el camino?

─Puede ser ─no se detuvo, los demás lo siguieron.

Yugi infló las mejillas ─ ¡Que me bajes, onii-chan! ─reclamó, moviéndose con más empeño.

─Nop… quédate quieto ─le apretó suavemente los muslos para que se aquietara.

Yugi frunció el ceño, empujó con sus brazos los hombros del peli-verde y echándose para atrás, provocando que Ukyo perdiera el equilibrio por lo que le soltó las piernas. Yugi estuvo a punto de caer de espaldas pero Yami lo sostuvo, acomodándolo al estilo nupcial entre sus brazos.

─Yami ─susurró, abriendo los ojos que había cerrado al sentir que caía, ruborizándose fuertemente. Ukyo estaba sentado en el piso, sobándose la espalda con los ojos cerrados.

─Ten más cuidado aibou, pudiste hacerte daño ─le dijo el mayor, teniéndolo aun en sus brazos.

─ ¿Puedes oír las campanas? ─preguntó Malik a Ryou.

─Sí, de un momento a otro caerán pétalos de rosa sobre ellos en cámara lenta ─le siguió cómplice el albino con una risilla.

Los ojos de Yugi temblaron, viendo a Yami como hechizado y alzó el rostro a punto de besarlo hasta que el carraspeo de Ukyo acabó con el romántico momento.

Yami parpadeó tres veces y ladeó el rostro con los ojos cerrados, soltando un ligero carraspeo antes de bajar a Yugi con delicadeza.

─Uhh, momento incomodo ─susurró Ryou.

Malik rió ─Bakura es mala influencia para ti ─bromeó. Ryou se ruborizó.

-o-

Regresaron a la casa, encontrándose con Jun, Shon y Tsubasa. Todos se sentaron en la terraza a tomar limonada y conversar un rato.

─Padrino, en verano deberíamos irnos de paseo todos juntos ¿no crees? ¡Vacaciones familiares! ─dijo de la nada el peliverde, pasando un brazo por los hombros de Yugi, pues él estaba sentado en la silla columpio con ambos tricolores, quedando Yugi en medio.

─Esa es una gran idea ─admitió el peliazul ─cuando todos salgan de vacaciones podremos planear eso mejor ¿A dónde podríamos ir?

─ ¡Al mar! ─dijeron Ukyo y Yugi a la vez con emoción. El tricolor se sobresaltó al notar su reacción y se volvió a sentar en su lugar con pena, cosa que provocó la sonrisa de su novio y de su hermano, así como de sus amigos.

Tsubasa soltó una risilla ─tal como cuando eran niños.

El momento se interrumpió por el sonar de un teléfono.

Yugi sacó su celular ─Mochi, mochi… Hola Kurumi ¿Qué sucede?... ¿en serio?... Amm, bueno está bien, supongo… no, estoy con Uky-nii y mi tío… bien, bien, pasaré por allá cuando regresemos a la casa… sí, nos vemos.

─ ¿Sucede algo? ─le preguntó Ukyo.

Yugi se quedó un momento pensativo ─ ¿me harías un favor, Uky-nii? ─el peliverde asintió y Yugi se le acercó al oído para decirle algo. Ukyo asintió varias veces antes de que Yugi terminara de hablarle.

─Por su puesto, tesoro ¿por la mañana?

─Sí, como a las diez ─afirmó Yugi.

─De acuerdo ─le guiñó un ojo, compartiendo risas con el tricolor.

…Continuara… xD 

Notas finales:

^^ Hola mis amores ¿qué tal están?
Espero que les haya gustado este capítulo mis niños, no tengo mucho que decir en esta ocasión pues me ahogo en talleres y exámenes.

¿Para que creen que llamó Kurumi y que idea tiene Yugi? ;)

Saludos! Ja ne! 

Aquí estoy porque eh venido
Porque eh venido, aquí estoy
Y si no le gusta mi canto
Como eh venido. Me voy! 


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