--En el patio--
-¡Espera Shiro-kun!- lo llamé haciendo que se girara hacia mí poniéndome levemente colorado-.
-¿Sí?- me preguntó-.
-E-esto...- intentaba decir, pero las palabras no me salían de mi garganta y tartamudeaba hasta que no aguanté más y solté todo de golpe- Shiro-kun te quería decir que si querrías jugar conmigo hoy por la tarde en el mismo parque que jugamos ayer- le decía entusiasmado esperando que aceptara la propuesta-.
-¿Eh?-se detuvo pensando en una respuesta- c-claro que me gus...-me contestaba cuando fuimos interrumpido por una maestra-.
-Vosotros doooos ¿qué estáis haciendo? - nos llamó la profesora desde lejos haciendo que nos giráramos hacia ella para después acercarse hasta donde estábamos- el patio se ha acabado así que tenéis que ir a clase- se agachó sonriéndonos a ambos-.
-S-sí señorita- asentimos los dos para justo después empezar a correr hacia nuestras respectivas clases-.
-No corráis que os podéis caer- nos advirtió la profesora, aunque no la hicimos ningún caso siguiendo corriendo-.
-Kazuo- me llamó Shiro mientras entrabamos por la puerta de la escuela-.
-¿Sí?- pregunté-.
-Me encantaría- me dijo seguramente refiriéndose a lo de vernos en el parque hoy- pues nos vemos esta tarde en el parque más o menos a la misma hora que nos conocimos ayer, ¿vale? y ahora ¡adiós! - se despidió entrando en su clase extrañándome un poco ya que aún faltaba otro patio antes de acabar clases-.
-Bueno, qué más da- pensé entrando en mi clase-.
--Al acabar las clases--
-Bueno chicos, por hoy terminamos, nos vemos mañana, ¿de acuerdo? - nos decía la señorita dándonos permiso para irnos-.
-Bueno chicos- me dirigía a los que estaban sentados a mi lado mientras recogía mis cosas- ¡nos vemos mañana! - me despedí de todos saliendo afuera encontrándome con mi madre que me esperaba para irnos a casa-.
Después de despedirme de la señorita junto a mi madre para que viera que no me iba solo a casa, nos dirigimos ambos hacia casa lentamente hablando de lo que qué tal el día y que qué habíamos hecho cada uno, le conté a ella que me encontré a un chico en la escuela con el que jugué ayer y ella me dijo que había para comer.
-Uff*- suspiré mientras girábamos una calle pensando de nuevo en la razón por la que Shiro me dijo que nos veríamos directamente en el parque esta tarde. Resulta que hoy tenía la revisión del médico anual porque hace apenas unos días había sido su cumpleaños por lo que se fue temprano para ir al médico- que ganas de que sea por la tarde...-pensaba para poder ver a Komiya de nuevo-.
Ya al llegar a casa, me fui a mi cuarto a quitarme el uniforme y me puse ropa normal de calle.
-¡Kazuo, la comida ya está lista!- me llamó mi madre-.
-¡Siiiiiii, ahora vengo!- le contesté para luego dirigirme a la cocina y empezar a comer-.
Después de comer, pensé en ir a hacer tiempo visitando a Kousuke ya que todavía faltaba mucho tiempo para que fuese la hora en la que había quedado con Shiro en el parque por lo que me despedí de mi madre y me fui directamente hacia casa de mi amigo.
--En casa de Kousuke--
*Ding Dong*
Toqué el timbre de la puerta exterior esperando a que me abrieran tal cómo hice ayer.
-¿Sí? quién es? -preguntó esta vez el padre de Kousuke, Fujiwara-san, al mismo tiempo que abría la puerta de la casa-.
-¡Buenas tardes Fujiwara-san, he venido de visita a ver Kousuke! ¿Puedo pasar? - pregunté adecuadamente cómo siempre-.
-¡Oh, Kazuo-kun! claro! pasa pasa...- decía viniendo hasta donde estaba abriéndome así la puerta del jardín y guiándome hasta dentro de la casa- Kousuke está en su habitación descansando, yo ahora iré a la cocina a prepararos el almuerzo así que adelante- dijo yéndose a la cocina dándome paso libre para que fuese a la habitación por mi propia cuenta-.
*Toc Toc*
Toqué la puerta para después abrirla- Kousuke, adivina quién ha venido a verte-dije entrando en la habitación-.
-¡Kazuo!- me llamó sentándose en la cama al verme-¿qué tal?- me preguntó-.
-Bien y supongo que tú estás mejor- me senté en la cama directamente sin preocuparme de si molestaba a Kousuke o si me enfermaba porque parecía que él estuviese mucho mejor que ayer-.
-¡Si, acertaste! ya estoy bien pero mis padres son unos quisquillosos y quieren que me quede en la cama hasta mañana por lo que no podré ir a jugar contigo- dijo poniendo una cara de fastidio-.
-Bueno, para jugar siempre habrá más días, mañana por ejemplo ya podrás salir ¿no? - intenté que dejará de hacer esa cara-.
-Si pero...Uff*- suspiró con fastidio para después dirigirme una mirada entre como de diversión y de sospecha- además, tienes que admitir que estás un poco feliz de que no pueda salir hoy para que puedas tener un rato a solas con tu tan querido Shiro-kun- me sonreía maliciosamente y divertidamente haciéndome sonrojar levemente por lo que había dicho-.
-¡N-no es verdad!- intenté excusarme-.
-¿Sí? y por qué esa sonrisa e felicidad en tu rostro Kazuo?- dijo levantando una ceja con una mirada victoriosa-.
-E-eh n-no uff*... vale, tienes razón, estoy un poco feliz, pero n-no es por...-decía cuando fui interrumpido-.
-¡No sirve el mentirme Kazuo! ¿quién te crees que soy? - decía victorioso haciendo que aceptara mi derrota- bueno, pasando a otro tema ¿qué tal el día...- me preguntaba cuando tocaron la puerta de la habitación-.
-Kousuke, Kazuo, os traigo la merienda- entró en la habitación el padre de Kousuke dejándonos en la mesita de noche una bandeja con 2 zumos y dos sándwiches-.
-Muchas gracias- agradecimos ambos a la vez-.
Después de que el padre de Kousuke saliera de la habitación empecé a explicarle lo que había pasado hoy en clase mientras merendábamos perdiendo así la noción del tiempo.
--Después de mucho tiempo--
-Así que Shiro va a nuestra guardería, eso no me lo esperaba- me decía el pelinegro terminándose su sándwich-.
-Dímelo a mí jejejeje y al parecer su cumple fue hace unos días, ¿estará bien que le haga un regalo de cumpleaños atrasado? - le preguntaba-.
-Sí digo yo, vamos, ¿qué niño en su sano juicio rechazaría un regalo por muy atrasado que sea? - dijo para después acabarse su zumo-.
-Si pero la pregunta es, ¿qué le regalo? - pregunté poniéndome en una postura pensativa-.
-Por cierto, Kazuo ¿a qué hora habías quedado con Shiro? - me preguntó haciendo que dejara de pensar en el regalo que quería comprarle-.
-A las 5:30 por qué lo di...- giré la cabeza hacia el reloj de la habitación de Kousuke para mirar qué hora era- ¡¿Qué?!- me levanté de golpe de su cama al ver qué hora era-¡Mierda, son las cinco y media! adiós Kousuke, nos vemos mañana en clase!- me despedí de él si escuchar su respuesta bajando por las escaleras a toda pastilla encontrándome con la madre de Kousuke en frente de la puerta-.
-Oh Kaz...-decía cuando la interrumpí mientras corría-.
-¡Adiós Fujiwara-san!- salí de la casa de Kousuke y me dirigí a toda prisa por las calles hacia el mismo parque que ayer-.
--Al llegar al parque--
-Ah* Por fin Ah*- jadeaba cansado apoyándome en mis propias rodillas por la carrera que había hecho hace unos momentos- Shiro debe estar enfadado conmigo seguro- me puse recto y empecé a buscar a Komiya con mi vista hasta que lo encontré, lo cual no fue muy difícil ya que no había casi nadie y todos estaban en la parte donde había pistas para jugar con el balón mientras que Komiya estaba en la caja de arena. El haberlo encontrado y saber que no se había ido y me había esperado me puso muy contento, pero al ver quién estaba a su lado hizo que mi sangre hirviera, me sentía tan furioso que mi rostro reflejó ese enfado de inmediato, los mismos chicos que ayer molestaron a Komiya justo ahora, estaban a su lado molestándolo de nuevo-Serán...- fui corriendo a toda prisa hacia donde estaban para detenerlos escuchando así lo que esos niñatos le estaban diciendo a Shiro-kun dejándome sin palabras-.
-¡Los niños cómo tu no merecen ser felices y tener gente a su lado, la gente cómo tu deben ser desgraciados y estar solos por siempre!- dijo el líder por así decirlo del grupo pisoteando los restos de un castillo de arena que seguramente había hecho Shiro-kun mientras me esperaba- ayer oí a mi madre hablando con la vecina, ¿sabes? ¡decían que tu madre era una puta y que tu naciste de un engaño! jajaja- le dio una patada en el estómago al pelinegro mientras este sólo lloraba sin parar- Eres un llorón cómo siempre eh, ayer sólo te libraste porque tuviste ese guardaespaldas idiota contigo, pero hoy no te librarás- decía refiriéndose a mi seguramente haciendo que mi enfado aumentara por momentos-.
-¡ah! y no solo es que tu madre sea una puta, mi madre me dijo que tu padre la maltrata y a ti tam...- decía haciendo llorar a Komiya hasta un punto en el que no lo pude aguantar más y estallé-.
-¡Cállate de una vez!- grité tirándome encima suya dándole un puñetazo al chico que había dicho eso con todas mis fuerzas tirándolo al suelo-.
-¡¿Se puede saber que estás haciendo?!- me preguntó con los ojos llorosos por el golpe-.
-¡Para de decir mentiras ya!- le dije furioso porque no soportaba que dijeran mentiras así sobre la família de Komiya-.
-¡No son mentiras! es verdad- dijo el otro seguidor del del centro-.
-¿Eh?- me giré hacia Shiro el cual no dijo nada-.
-¿Lo ves? ni siquiera él lo niega así que es verdad-.
-¡Me da igual! no me creeré nada hasta que él me diga que sea verdad así que para mí vosotros estáis mintiendo- les señalé mientras Shiro me agarraba con fuerza la camiseta por detrás-.
-K-kazuo...- me agarró con más fuerza Komiya-.
-Además ¿por qué debería de creer a una panda de simios neandertales?- pregunté haciéndome el listillos
-Maldito... ¡Hyaaaa!- vino hacia mí el líder de la panda de simios me pegó un puñetazo tirándome al suelo-.
-¡Auch! Ahora verás- me levanté y le devolví el golpe tirándolo al suelo y así, empezando una pelea entre yo y esos tres chicos-.
Después de estar peleándome con ellos durante varios minutos acabé perdiendo solo por ser una persona contra tres ya que, aunque yo era el que más golpeado estaba, los otros tres no se libraron y también acabaron medio golpeados. El único aquí que no tenía ningún golpe ni moratón era Shiro, el cual protegí a toda costa de esos matones y estuvo llorando todo el rato mientras me peleaba.
-Venga, vámonos, la próxima vez ya sabrán con quién se meten- decía el líder yéndose del parque seguido de los otros dos-.
-K-kazuo ¿estás bien? - me preguntó arrodillándose en el suelo a mi lado. En ese mismo momento, tenía moretones por todo el cuerpo, la cara incluida, me encontraba tumbado en el suelo hecho polvo por la paliza que me habían dado hace unos momentos-.
-S-sí, así que deja de llorar, ¿vale? - le decía intentando que parara de llorar, aunque al parecer, fue inútil ya que en vez de que parase de llorar hice que llorara todavía más- ¡heeey! ¿qué te he dicho? - me levanté con todas las fuerzas que me quedaban poniéndome de pie al lado de Shiro-.
-L-lo siento es que... ¡Buaaaaaaaaah!- lloraba y lloraba Shiro sin detenerse- e-es que... ellos t-tienen sniff* razón sniff* yo seguramente e-estaré sólo sniff*- lloraba sin parar-.
-No llores más, ¿de acuerdo? siempre me tendrás a tu lado pase lo que pase-le dije sonriendo haciendo que abriera sus ojos y dejara de llorar- Así mejor, no debes de llorar más ¿vale?- le decía intentando calmarlo poniéndome sentimental también- no estarás sólo nunca porque yo...- decía cuando me di cuenta de algo- sí, yo te quiero- dije cuando me acordé del drama que miraba ayer mi madre sobre como los amantes se daban un beso por lo que imitando esa escena, junté nuestros labios haciendo sonrojar a Komiya y que parase de llorar-.
-¿Eh?- pronunció sorprendido al separarnos, en ese momento ambos estábamos sonrojados hasta las cejas desviando nuestras miradas-.
-¡Shiro!- se oyó de repente la voz que reconocí cómo la de la madre de Shiro haciendo que nos separáramos de inmediato por la vergüenza ya que estábamos abrazados-.
-¡M-mamá!- dijo sonrojado Komiya mirando a su madre para después volverse a girar hacia mí-¡n-nos vemos mañana Kazuo!- se despidió de mí sin llegar a escuchar mi respuesta dirigiéndose hacia su madre para irse juntos de la mano-.
-A-adiós... - contesté tocándome los labios con los cuales había besado a Shiro haciéndome recordar lo que acababa de pasar de nuevo sonrojándome de nuevo- s-será mejor que me vaya a casa-empezé a dirigirme hacia mi casa-.
En ese mismo momento, pensaba que tan solo era el principio de toda la felicidad que estaba por venir y que podría estar más y más días con Komiya, viviendo el día a día a su lado divirtiéndome y jugando con él con una sonrisa, que equivocado que estaba. Al día siguiente, su madre murió en un accidente de tráfico en frente de Shiro, no pude pensar en cómo se debía sentir Komiya en ese mismo momento. En el funeral, se lo pasó llorando todo el tiempo mientras su padre, el cual había visto por primera vez, no mostraba ningún rastro de tristeza en absoluto. Ya cuando pensaba que no podría ser peor, el padre de Komiya pidió un traslado según mi madre por lo que Shiro unos días después del funeral se mudó muy lejos y no volví a saber nada de él.
*Fin del Flashback*
CONTINUARÁ!!