Ya estaba bastante avanzada la mañana plagada de aquel aire frio invernal de la temporada, el pelirrojo con llamativas orejas de zorro seguía roncando sobre su cama, no obstante el mismo ambiente gélido de su alrededor lo forzó a despertarse de su cómodo sueño para buscar algo con que calentarse, o su particular caso, a “alguien” con quien calentarse, por lo que sonrió divertidamente por la ante la idea y sin perder su posición original de dormido boca comenzó a mover su brazo perezosamente por el lecho…
-¿Bonnie?…- Bostezo Foxy perezosamente buscando con el brazo al susodicho con el brazo, percatándose con el tacto de que no había nadie ahí -O no… ¡BONNIE!-
Reacciono alarmado el zorro, despabilándose al momento para finalmente incorporarse y darse cuenta que efectivamente su muchacho peli-morado no estaba a su lado, se vistió rápidamente y busco al menor por la choza, pero no había señales de vida de Bonnie, cosa que lo preocupo mucho más ya que eso significaba que el menor había salido al bosque, sin perder ni un segundo y detenerse a buscarse algo con que abrigarse para evitar congelarse en el exterior, salió a toda prisa de la cabaña, no paraba de pensar preocupado en que su “conejito” estaba en peligro y que nunca se perdonaría si algo malo le pasara, pero al mismo tiempo no dejaba de cuestionarse a sí mismo los motivos por los que el curandero oji-rubí tuviera que alejarse de su lado.
-¡Mierda! ¿Que hice mal?… ¿Lo lastime demaciado? ¿Lo asuste?... Por los dioses Bonnie donde estas-
Se decía a sí mismo en pensamientos del pelirrojo corriendo como alma que llevaba el diablo por la blancuzca y congelada espesura boscosa, usando todos sus sentidos para dar con el rastro de su curandero, deseando con todo su ser que no fuera de vuelta al pueblo por temor a él, se muriera congelado o peor, que alguno otro hombre-bestia se encontrara con su “conejito” antes que él, mientras que por otro lado del bosque, no muy lejos de donde se encontraba…
-¡Mierda! Llevamos todo la mañana buscando y nada- Se quejó Candy pateando un montón de nieve -No nos quedara de otra, moriremos de hambre este invierno si no conseguimos algo rápido, tendremos que cazar en vez de ver a quien estafamos o le robamos-
-¡Que! Pero somos pesimos cazadores, no agarraríamos ni un resfriado aun que nos lo propusiéramos- Replico con fastidio Sugar cruzándose de brazos
-Ya se, pero si no intentamos eso nos moriremos de hambre…- Agrego su gemela con tono firme, pero a su hermano el discurso le entraba por un oído y le entraba por el otro, francamente era muy perezoso y no le gustaba nada la idea de su hermana mayor, desvió la mirada con fastidio para seguir ignorado a la felina, sin embargo toda su atención y pensamiento se vieron atrapados por una figura humana de atrayente de cabellera purpura que caminaba con algo de dificultad entre la nieve y los árboles, no muy lejos de donde se encontraban ellos
-Pero mira que cosita más linda tenemos por aca…- Murmuro malicioso el peli-azul notando que se trataba de un humano, uno muy lindo y llamativo en su opinión
-¿Qué cosa?-
-Nada hermanita- Reacciono el chico-gato, antes de que su hermana se diera cuanta de la presencia del humano agrego rápidamente -Oye Candy, que tal si nos separamos para cazar, asi abarcaremos más espacio y sera más facil encontrar algo de comer-
-Mmmm… Es buena idea- Dijo la chica-gata analizando lo dijo por su hermano -Entonces yo ire por la derecha y tu por la izquierda, nos vemos en un par de horas- Continuo señalando dichas direcciones y para la alegría del gato, a él le toco ir por donde vio al desconocido
-Claro, te vere luego- Dijo disimulando la gran sonrisa maliciosa de alegría que poblaba su rostro
-No te vayas a meter en problemas-
Advirtio la gemela empezando a caminar para alejarse, algo en la sugerencia de su hermano, así como la gran sonrisa de este no le daba mucha confianza, pero francamente le daba igual, siempre y cuando no acabara muerta o la embarrara a ella en un problema serio, le importaba muy poco lo que hiciera el peli-azulado idiota que tenía por hermano menor, mientras que este al ver que su hermana mayor ya se había alejado lo suficiente como para no molestarlo, se fue por su lado para observar más de cerca al humano, ya espiándolo más de cerca se dio cuenta que el desconocido peli-morado era más atrayente de lo que se apreciaba de lejos y además parecía ser tan dócil por la forma en la que temblaba ante el frio y la manera en la que se movía con cierta dificultad entre la nieve, que no pudo resistirse a acercarse a este con el máximo de los sigilos, mientras que Bonnie por su parte, metida en silencio todas las cosas que había hecho y que está ahora se daban entorno a su persona, se sentía mal por irse sin decirle nada a Foxy, pero tenía que saber si zorro estaba vivo, muerto o si se había olvidado de él y por eso nunca volvió, era la única forma de quitarse ese peso de que lo había traicionado de la espalda, pero sus ideas se veían interrumpidas constantemente por las ráfagas de aire helado que le congelaban hasta los huesos, ya que al despertar y caer en cuenta de lo que hizo solo acato a separarse del mayor, con el cuidado de no despertarlo ya que no quería darle más problemas, vestirse lo más rápido que podía y salir rápidamente de la choza, no sin antes quitarse los vendajes que cubrían sus ojos, todo a su alrededor era borroso de lejos, pero de cerca su visión se encontraba considerablemente mejor, por lo que con esa poca visibilidad empezó su búsqueda, orientándose con dificultad entre la nieve y la vegetación, pero en su prisa no se llevó consigo ningún tipo de abrigo que lo protegiera del frio y en esos momento comenzaba a lamentar esa precipitada decisión.
-Demonios… No debi salir asi nada más, me estoy congelando, quizas deberia…- Pensó Bonnie abrazándose a sí mismo a la vez que salía vapor blanco con cada bocana de aire que tomaba -No, no voy a volver, no hasta encontrar a zorro primero…- Se dijo a si mismo negando con la cabeza para seguir hacia delante, sin darse cuenta de que alguien desconocido se acercaba poco a poco
-¡Hola!- Saludo enérgicamente el chico peli-azul con atributos de gato saltando delante del peli-morado
-¡Wooh!- Reacciono el oji-rojo tomando una distancia seguro, ya que el desconocido muchacho estaba demasiado cerca de él ara preguntar alarmado -¿Quién eres?-
-Disculpa no quise asustarte, soy Sugar…- Dijo con una fingida sonrisa de disculpa
-Descuida, no pasa nada- Comento ya algo calmado para seguir con su camino, estaba aún muy disgustado y no tenía mucho interés en conocer a nuevos hombres-bestias
-¿Y tu quien eres? ¿No te vas a presentar tambien?- Reprocho el gato al ver que era ignorado,
-Oh si… perdona… Soy Bonnie- Se presente sin mucho interés y sin detener su paso
-Un placer- Comento siguiendo muy de cerca al curandero, notando que esta caminaba con algo de torpeza y dudando de la dirección por la que iba pregunto sin titubeos -¿Estas perdido verdad?-
-Eemm… no, claro que no- Respondió algo desconfiado -Se por donde voy-
-Pues a mi me pareces que si estas perdido- Dijo Sugar confiado adelantándose el peli-morado que solo suspiro molesto y desvió la mirada -Anda, no me tengas miedo de mi, no te voy a hacer nada, solo quiero ayudarte-
-No gracias… Ya tuve suficiente ayuda de extraños por un tiempo- Respondió Bonnie secamente comenzando a caminar más presuroso
-Tampoco tienes que ser grosero…-
-Por favor dejame solo- Interrumpió apartando al muchacho para ser el ahora el que iba adelantado, pero en vez de evitar al chico-gato empezó a perseguirlo con más insistencia y también muy molesto -Dije que por favor me dejaras solo-
-¿Y si no me da la gana que?- Replico altanero el gato peli-azul agarrando del brazo al oji-rubí, deteniendo su paso -¿Qué no sabes lo peligroso que es para un humano andar solo por este bosque? Nunca sabes que clase de bestia te podrias encontrar-
-Dejame tranquilo…- Desafío el curandero zafándose del agarre, aunque ya se había puesto notablemente nervioso por el otro
-Ya lo escuchaste, no quiere nada de ti…-
-Quien jode aho…- Se quejó refunfuñando el felino volteándose rápidamente para ver quien interrumpía su intento de “conquisto”, pero se mordió su propia lengua al ver que se trataba de un molesto pelirrojo que lo superaba en tamaño, estatura, con los brazos cruzados, gruñendo amenazadoramente y lo miraba con intensiones homicidas -¡PUTA MADRE!.....Quiero decir…… Ejem… Ho-Hola Foxy… cu-cuanto tiempo sin ver…-
-…- El aludido no dijo nada solo siguió mirando se esa manera tan siniestra eh intimidante el felino quien acato al acto el mensaje del mayor que se resumía en un “Largate o te mato pendejo”, por lo que empezó alejarse muy lentamente del sorprendido peli-morado y por ende del peligroso pelirrojo, pero no sin antes agarrar por el hombro al felino y enterrarle las garras para dar una simple advertencia -Si te vuelvo a ver cerca de “mi Bonnie”, te cobrare de una vez todas las que me debes, pequeña alimaña… Ahora… Pierdete gato-
Tras decir esto soltó su agarrare dejando una sangrante y un tanto severa herida en el hombro del chico-gato, quien salió huyendo lo más rápido que le permitieran las piernas, una cosa era el Foxy hace años cuando era un niño al que podían robarle o ponerle trampas a manera de bromas muy crueles, y otra muy distinta era el Foxy ahora adulto que era extremadamente agresivo con los extraños y que ya le había dado al felino y su hermana unas mortales golpizas solo rondar cerca de donde vive, así que lo mejor que el gato montés podía hacer en ese momento era huir por su vida y obedecer la amenaza del pelirrojo, quien observaba gruñendo aún muy molesto como la figura del felino se desaparecía entre los árboles, no le quitaría la vista de encima hasta asegurarse de estuviera muy lejos.
-Ese hijo puta… solo hacer problemas…- Mascullo Foxy observando como el felino se alejaba para luego acercarse al más joven -¿Bonnie estas bien? ¿Te lastimo?-
-Si estoy bien…- Respondió Bonnie cohibido, hasta ese momento solo se había limitado a permanecer con la mirada clavada en el suelo, sentía mucha vergüenza y tristeza en ese momento, no quería mirar de frente al mayor después de haberse ido sin decir nada
-¿En que estabas pensando cuando saliste así? Es demasiado peligroso con este clima y con ese tipo de mal viviente rondando- Regaño el zorro pero con un tono de preocupación en su voz y en su rostro a la vez que se acercaba al peli-morado con la intensión de abrazarlo, pero este se apartó, preocupando aún más al pelirrojo
-Tenía que hacerlo…- Respondió entristecido, dudoso de seguir hablando pero aun así continuo -¿Recuerdas al zorro del que te hable?-
-Eemm… si…- Contesto rascándose nerviosamente la nuca
-Pues le hice una promesa muy importante… Le prometí ser su pareja y yo siempre cumplo con mis promesas- Dijo nervioso el oji-rubí permaneciendo cabizbajo
-Aún recuerda esa noche…- Pensó muy alegre el zorro abriendo los ojos de par en par ante la sorpresa de que su curandero tuviera tan presente aquel momento del pasado
-Pero han pasado 10 años desde la última vez que lo vi y entonces apareciste tú, siendo tan amable y protegiéndome sin ranzón…- Explico aún más nervioso llevándose ambas manos al rostro para evitar romper a sollozar delante del oji-miel -Comencé a quererte a ti y por eso hice lo de anoche… ¿Pero y mi promesa que?... Por eso me salí Foxy, para a buscar al zorro… Pero y si él ya está muerto o me olvido… O está vivo y lo traicione… De ser así ¿Qué voy hacer cuando lo vea?-
-Bonnie…- Susurro volviéndose a acercar al menor, satisfecho de que este no lo rechazara de nuevo
-Estoy tan confundido, no sé qué estoy haciendo realmente…-
-…- El zorro se limitó a observar lo abrumado que parecía estar el menor, se sentía tan mal de ver a Bonnie en ese estado que ya no se lo podía callar más, así que armándose de toda su fuerza de voluntad pronuncio aquello que por tanto tiempo se guardó -Yo soy zorro…-
Los sollozos de Bonnie se detuvieron al segundo que escucho esa declaración, seguido por un largo minuto de silencio en el que el peli-morado se dignó a mirar por primera vez el rostro del pelirrojo que lo salvo, era complicado ya que sus múltiples llantos dificultaba su ya dañada visión, pero al acercarse un poco más a él y tenerlo frente a frente pudo observar con detenimiento y claridad todos los detalles de las facciones del mayor, asombrándose de sobre manera al identificar que aquella cara que miraba era las misma que la del zorro que conoció tantos años atrás, solo mucho más maduro, mientras que el oji-miel por su parte se encontraba suspenso de ver las reacciones del menor, sin embargo el que este no dejara de mirarlo con esa intensa curiosidad y sorpresa, sin decir nada, lo comenzaba a poner nervioso, por lo que decidió romper el silencio.
-Yo soy tu zorro…- Volvió a pronunciar Foxy ahora con su dorada mirada clavada en la rojiza del menor, quien al fin reacciono al escuchar por segunda vez la voz del pelirrojo, tomo el rostro de este para observar con más detenimiento lo que su maltratada vista le permitía ver
-Por los dioses… Si eres tú…- Balbuceo asombrado reconociendo al fin el rostro del zorro en Foxy, más maduro y sobrio, pero era su zorro, era tan inmensa la sorpresa que se quedó estático de nuevo para asimilar lo que estaba ocurriendo, pero solo duro un par de segundos
-Bonnie yo…- Intento hablar y rodear con sus brazos al oji-rubí con la clara intención el abrazo a su ser amado, pero en vez de eso fue portado con brusquedad y recibió buen puñetazo en su mejilla izquierda, cortesía de un muy molesto Bonnie
-¡IDIOTA!- Grito a todo pulmón mientras le daba el puñetazo, acababa de enfurecerse de sobre manera
-¡AAH! ¡Coño!...... Tienes la mano pesada mi conejito- Se quejó a la vez que se sobaba le mejilla golpeada
-Nada de “mi conejito”- Reclamo dándole un empujón al oji-miel -Tengo todo este lio en la cabeza, sintiéndome miserable… pensando que traicione a mi zorro ¡Y ERAS TÚ TODO ESTE TIEMPO!-
-Escuchame por favor…-
-¡No! Acaso tienes un idea de todo lo que eh soportado…- Interrumpió a la vez que volvía a sollozar pero esta vez de rabia -Aguantando que todo el mundo fuera cruel con mi familia y conmigo… Por esperar que volvieras, poniéndome cada vez más y más triste porque no aparecías… creyendo tal vez que te olvidaste de mi… o que algo malo te paso y que estabas muerto…-
-Si lo se…- Contesto Foxy tranquilo acercándose el más joven para limpiarle múltiples lagrimas que aun corrían por su rostro con ambas manos -A veces iba a obcervarte, casi siempre de lejos y de noche… y me dolía no ser capaz de ayudarte sin causarte más problemas por ello, por eso espere a madurar… a ser lo suficientemente fuerte para cuidarte y ver por ti… Pero creo que me demore demasiado…-
-Entonces… ¿Por qué?- Replico Bonnie tratando de calmarse -¿Por qué no me dijiste que eras tú desde un principio?-
-Por miedo…- Fue todo lo que dijo antes de empezar a explicar con un tono de enfado en su voz -Yo… Yo iba hacer las cosas bien esa noche, iba ir a buscarte a tu casa, hablaría con tus hermanos y te llevaría conmigo, ya era tiempo pero… Esos idiotas me jodieron los planes y perdí el control cuando los vi atacarte… tu tenías tanto miedo de ellos… y de mí…- Susurro esto último con tono entristecido recordando la cara de terror que Bonnie tenía justo antes de desmayarse en el momento que lo salvo
-Foxy…- Murmuro el oji-rubí ya completamente tranquilo y comprensivo, analizando lo que acababa de escuchar
-Yo no sería capaz de vivir sabiendo que me temes… y que me rechazarías por ese mismo miedo… - Continuo apartándose un poco del más joven, ya que se sentía como un idiota por no haberle dijo la verdad desde un principio y evitarse todo ese problema -Lo siento… Realmente lo siento…-
Finalizo permaneciendo cabizbajo, pensando que su “conejito” lo odiaba, aguardando a que a escuchar más reclamos justificados del menor, sabía que se merecía que Bonnie estuviera enojado con él, por ocultarle su identidad, espera cualquier tipo reprimenda de parte del oji-rubí, cualquier cosa… menos aquella calidez que sentía envolver su anatomía, un abrazo fuerte y firme de Bonnie, quien por su parte apretaba más el ya estrecho abrazo para estar lo más cerca posible de su “zorro”, había esperado demasiado tiempo ese momento como para dejarlo pasar, si estaba molesto por el tiempo que Foxy guardo silencio, pero podía comprender perfectamente porque lo hizo, él mismo aceptaba que le tuvo cierto temor al mayor los primeros días que estuvieron juntos, así que no podía estar enojado con el oji-miel para siempre, por eso solo atino a abrazarlo con todas sus fuerzas, ya que al fin tenia al frente al ser que más adoraba en todo el mundo desde la niñez y del cual no quería volver a separarse nunca, que aquel acto cariñoso tan repentino de parte del curandero hizo que Foxy sintiera todo su ser estremecer, sin pensarlo ni un segundo correspondió aquel gesto con todas su fuerzas, hundiendo su rostros en el cuello del más joven de los dos para inhalar profundamente su dulce aroma que emanaba de la piel de este, no quería bajo ninguna circunstancia romper ese contacto físico tan cálido, tener a Bonnie así era un sueño, tomando ese abrazo como un aliento para seguir adelante, el pelirrojo pronuncio con seguridad…
-Bonnie… ¿Aun quieres ser mi pareja?- Pregunto Foxy estrechando aún más el ya apretado abrazo
-Claro que si…- Respondió Bonnie en susurro suave, hundiendo su rostro en el pecho del pelirrojo
-Te amo “mi conejito”- Exclamo contento apartándose un poco para disponerse a darle un beso en los labios al más joven
-Te amo “mi zorro”- Respondió frenando con uno de sus dedos el beso del mayor -Hey, no vuelvas a ocultarme un secreto-
-Nunca más, me quedo de lección-
Dijo sonriente el zorro haciendo una pequeña mueca divertida, Bonnie solo rio ligeramente ante esa careta para luego tomar entre sus manos el rostro del mayor para besarlo con ternura en la boca, en roce muy sutil al principio que el oji-miel iba volviendo más húmedo y apasionado conforme lo iba dominando, no obstante rompió aquel contacto cuando percibió que los labios de su ahora “pareja” estaban sumamente fríos, de hecho el cuerpo de Bonnie y propio estaba bastante helados y temblorosos, se habían olvidado por completo por ese momento en pleno invierno y que ambos salieron sin abrigos o algo que les ayudara a entrar en calor y mantenerlo, por lo que con una sonrisa socarrona que evidenciaba lo feliz que estaba de que su “conejito” no lo odiaba como pensaba, cargo rápidamente en brazos al peli-morado, aunque este protestara un poco sonrojándose al extremo pero luego solo se abrazó a su cuello, para llevárselo consigo a casa, ahora el hogar de ambos.
Al mismo tiempo que esto ocurría, en el poblado de montaña un muy molesto y muy hastiado joven-oso reunía toda la paciencia que podía para soportar la desesperante compañía de sus amigas Mangle y Chelsea, sobre todo que ahora que no hacían otra cosa que acaparar la atención de Bonbon, ya que no hacían otra cosa que acosar al oji-verde con sus insistentes preguntes sobre todo lo que miraban a su alrededor, ya que para ambas chicas, que dicho sea de paso usaban capuchas para evitar que los lugareños descubrieran sus características animales, todo lo que miraban en la plaza del pueblo era extraño y nuevo, Bonbon con su personalidad amable de costumbre no dudaba en atender todas las interrogantes de la loba y la pajarita con una gran sonrisa y buena disposición, aun que intentaba también permanecer cerca de Fred, pero aquellas chicas que actuaban más como niñitas curiosas no se lo permitían, más para Fred, que parecía haber quedado completamente de lado, la situación era insoportable, quería conocer todo en el pueblo pero teniendo a Bonbon solamente para él y después seguir intentando acercarse al peli-celeste con las otras dos ahí simplemente no se podía, maldecía en sus adentros el momento en que sus amigas lo pillaron saliendo del bosque…
-Estúpida Mangle, porque siempre tiene que estar metiendo las narices donde no la llaman y Chelsea haciéndole segunda en todo, si tan solo pudiera deshacerme de ellas por algunas horas yo podría…- Se quejó Fred en sus propios pensamientos observando de lejos como en par de chicas acaparaban al peli-celeste con sus insistentes preguntas sobre las cosas que ocurrían a su alrededor a las que Bonbon parecía querer apartarse un poco de ellas sin mucho éxito, pero se salió de sus ideas cuando sintió que alguien lo abrazaba con bastante fuerza de uno de sus piernas, cuando se giró para ver descubrió al pequeño Child -Oh… Hola… Child- Saludo el oso oji-azul como sin ganas, hasta que noto por lo hinchado de los ojitos oscuros de este que estuvo llorando -¿Oye niño estas bien?…-
-Si estoy bien…- Dijo el pequeño Child tratando de esconder su rostro en las ropas del mayor, este por su parte mira intrigado al menor hasta que unas risitas maliciosas llamaron su atención, vio que a lo lejos a unos cuantos de los chicos que vio la noche que conoció a Child y a Bonbon y como estos se marchaban atemorizados al reconocerlo
-Con que se trata de eso…- “Lo que daría por poder volver a rugirles a esa bola de pendejos” Maldijo en sus interiores entendiendo que otra vez el pequeño objeto de acoso por parte de los chicos mayores -Mira Child, quedate cerca mío y no te seguirán molestando ¿De acuerdo?- Rasco con cariño la cabeza del pequeño como a manera de consuelo
-De acuerdo…- Respondió el pequeño oji-oscuro tallándose los ojos para parar de llorar sin mucho éxito
-Hey, limpiate esa cara, mira que los grandes machos alfa no lloramos- Le dijo el oso castaño colocándose de cuquillas para estar a la altura del menor
-Pero… yo no soy grande…ni alfa… aún soy pequeño- Respondió el niño ya parando de llorar por completo, haciendo un pequeño puchero de enfado por ser tan pequeño, el más pequeño del pueblo de hecho
-Jejeje… Pero estas creciendo, no te quedaras chiquito para siempre- Rio divertido de ver la cara del menor al mismo tiempo que le picaba una mejilla, sacándole al fin una sonrisa al niño, pero dicha acción hizo que se le viniera una idea que solucionaría algunos de los problemas del oso -De hecho… conozco a algunas personas que adoran de los niños chiquitos- Comento a la vez que se incorporaba y cargaba al niño en sus brazos
-¿Ah, de verdad?-
-Mira Child, te voy a presentar a un par de amigas…-
-¿También son del bosque?-
-Así es y son muy divertidas, les encanta jugar con los niños pequeños como tú-
-¡Genial!-
-Ojala y este niño tenga mejillas muy resistentes-
Medito Fred en sus adentros ligeramente preocupado por la seguridad del pequeño, mientras que él pequeño en sus brazos exclamaba emocionado lo mucho que le emocionada la idea de jugar con alguien y que ese juego no implicara asustarlo, encerrarlo en una bodega o en una caja, acosarlo o maltratarlo de alguna de las muchas formas con que su hermano y los otros niños mayores del pueblo usaban como juego, pero comenzó a cuestionarse a sí mismo que tan buena idea sería cuando el oso oji-azulado lo escondió tras de su espalda como si fuera un regalo sorpresa indicándole que no dijeran nada, ya estando a junto a su grupo de amigos que se encontraban caminando con dirección a salir del pueblo…
-¿Chicas estan muy ocupadas?- Saludo el oso con una pequeña sonrisa maliciosa, cosa que no les dio confianza a las chicas y confundió un poco a oji-verde
-Si, Bonbon nos esta…-
-Por que les voy a presentar a alguien- El oso interrumpió abruptamente a la pajarita que se le quedo mirando desconfiada
-…… ¿Presentarles a alguien?- Cuestiono extrañado Bonbon mirando de reojo al mayor
-Este pequeñito adorable es Child, es un amigo de Bonbon y mío- Dijo contento mostrando finalmente al niño que escondía en sus espaldas, quien inmediata se encogió en hombros algo intimidado por ser el centro de atención de todas las miradas -No seas tímido Child, saluda-
-Eemm…. Hola…- Dijo dudoso moviendo la manita, basto solo eso para que las chicas dos chicas estallaran de emoción y le hicieran prácticamente arrancados al asustado sobresaltado niño de los brazos del mayor
-¡AAAAAH!! ¡PERO SI ES EL CACHORRITO HUMANO MÁS LINDO QUE EH VISTO NUNCA!- Gritaba Mangle contenta abrazando al pobre Child posesivamente
-Creo que es el primero que vemos Mangle…- Comento Chelsea divertida a la vez que jugaba y apretujaba con las mejillas del pequeño -Pero eres una lindura-
-Mi cara… Duele… No pellizquen por favor…- Intento hablar asustado el niñito intentando quitarse
-¡PERFECTO! La distracción está funcionando- Celebro Fred en sus adentros al mismo tiempo que se acercaba disimuladamente a Bonbon que miraba la escena divertido, aun no podía evitar sentir un poco de pena por el pequeño castaño que parecía querer salir huyendo de los mimos de la pajarita y la lobita -Perdoname por esto Child, te prometo que algún dia te voy a devolver el favor…-
-Oh… por los dioses, chicas no lo traten así, es un niño no un juguete- Advirtió Bonbon nervioso y preocupante por su amiguito hasta que el oso lo tomo de la mano y lo forzaba a caminar junto a él de regreso a casa
-Dejalas, no le aran nada malo- Tranquilizo Fred sin detener su paso -Vámonos, dejemos que dé se diviertan con el niño-
-Pero y Child…-
-Ellas lo cuidaran muy bien- “O eso espero…”
Pensó Fred ligeramente preocupado mirando por el rabillo del ojo como Mangle y Chelsea tenían toda su atención completamente dirigida en el pobre Child al que ahora apretujaban sus mejillas y le deban más afecto del que el niño esperaba recibir, mientras él seguía su camino de vuelta a casa llevando casi a rastras a un muy preocupado, que no dejaba de inquietarse por el bienes de su amiguito, mientras que en el centro del pueblo, Vincent se encontraba haciendo un par de diligencias para su familia, caminaba con pasos pesados por una de las múltiples calles tratando de ignorar el bullicio a su alrededor, sin embargo no importara por donde caminara, sentía que era objeto de las miradas de todos sus vecinos y murmuraban al verlo pasar, “Sigue creyendo que los hombres-bestia son reales, esta demente” y “Ataco sin motivo a unos chicos, es un loco violento” entre cosas eran algunas de las frases que alcanzaba a escuchar…
-Con que así se sentía el idiota de el trio de disque curanderos cuando veían por acá… Es una mierda…- Meditaba Vincent distraído y bufando molesto por las habladurías a su alrededor, aunque sus ideas se pausaron cuando chocó contra alguien -Fijate por donde…… ¿Scott?-
-Eemm… Hola Vincent… Disculpame…- Saludo nerviosamente el aludido -Oye los chicos me dijeron que los ayudaste con un problema, gracias por eso-
-No fue nada…- Dijo chasqueando la lengua con su actitud altanera de siempre -Además, no lo hice por ellos, si no por ti, porque me lo pediste-
-Ejem… Bueno… Yo me tengo que ir, tengo mucho por hacer- Dijo cabizbajo dándose vuelta para marcharse rápidamente, prefería no ver ni tratar con el oji-purpura ya que recodaba lo mal que salió su intento fallido de confesión y eso lo hacía sentir miserable
-¿Es muy importante lo que tienes que hacer?- Lo detuvo en seco tomándolo del hombro -Porque tengo algo que hablar contigo-
-Pues… La verdad…-
-Pero no aquí-
Murmuro el oji-morado notando que aun más personas de la comunidad los miraban, tanto a Vincent por su presunta demencia como a Scott por conservar una amistad con los curanderos, definitivamente el dicho “Pueblo pequeño, infierno grande” y aquellos aldeanos tan tradicionales mirarían con malos ojos cualquier comportamiento que consideraban “no apropiado” entre varones, esta podrían terminar metidos en un problema serio alguien los escuchaba, por lo que agarrando con brusquedad el brazo de Scott, se lo llevo por uno de las muchas callejuelas hasta adentrase en lo más de una por la que no pasaba ni un alma, seguro de que nadie los observaba ni espiaba Vincent comento con un tono serio…
-Listo, aquí nadie nos oirá-
-¿De qué quieres hablar Vincent?- Cuestiono aun decaído, sin ver al mayor
-Scott… ¿Ayer realmente me ibas pedir solo ese favor de cuidar a tu primo?- Inquirió cruzando de brazos con una pose seria y fría
-Aah… Pues si… Era solo eso- Tartamudeo nerviosamente el pelinegro
-¿En serio?- Volvió a cuestionar aún más serio y acercándose más al menor -Porque a mí me dio la impresión de que me dirías otra cosa-
-¡Pues era solo eso!- Exclamo aun más entristesido y en voz alta intento, alejarse del mayor sin mucho éxito ya que su espalda choco contra pared
-…… ¿Seguro?-
-Si…-
-Por qué te vez tan triste entonces-
-No estoy tristes, estoy serio…-
-¡No es cierto!- Reacciono ahora Vincent molesto, acorralando al peli-oscuro colocando ambos brazos con violencia contra pared -¿Por qué mierdas estas asi de entristecido? ¿Qué te hice? ¿Qué es lo que me quieres decir?-
-……- Scott no dijo nada, solo se abrumo por la reacciono del mayor, queria hablar pero inmediatamente se le hacia un nudo en la garganta y aquellos pensamientos negativos volvian a acumularse su cabeza -Cómo no voy a estar triste si sé que me rechazaras si abro la boca ¡Por los dioses! Deja de hacerme preguntas y hacerme sentir peor-
-Y ahora te callas- Reclamo Vincent sacando al oji-castaño de sus ideas y sobresaltándolo aún más -¡Anda! Dime de una vez que me ibas a decir –
Pero Scott no dijo ni una palabra, solo permanecía cohibido y muy asustado, clavando sus ojos en piso para que Vincent no pudiera ver el pánico del que era presa en ese momento, este observando que el oji-castaño no se dignaba a pronunciar palabra alguna comenzó a pensar que tal vez mal interpreto todo o que los chicos a los que ayudo solo se burlaron de él.
-Mierda… Sabía que esos mocosos mentían- Pensó ya fastidiado separándose del menor -Olvidalo Scott… Lamento haberte molestado-
-Vincent…-
-Esto fue un desperdicio de tiempo… Como si alguien me fuera a amar a mí… A la mierda la promesa, esos mocosos se van a acordar de mí el resto de sus…-
Un solo segundo basto para cambiarlo todo, para cambiar los pensamientos y sentimientos de Vincent, el segundo que a Scott le tomo reunir el coraje suficiente para atrapar el cuello del mayor justo cuando se separaba de él y forzándolo a salirse de sus pensamiento negativos, lo besarlo directo en los labios, un contacto bucal impulso y torpe que duro apenas un parpadeo, dejando al castaño alarmado y con la mente en blanco tras romperse el beso, mientras que el pelinegro soltó su agarre y volvió a perder su mirada en el suelo del frio callejón para susurrar entristecido un único par de palabras…
-Te quiero…-
CONTINUARA…