Por primera vez en mucho tiempo respiraba tranquilo, aquella noche se sentía un ambiente mucho más feliz y un castaño de ojos esmeraldas miraba el cielo nocturno con una sonrisa en su rostro, ya no era necesario pedir a la luna milagros, pues ya tenía lo que tanto había deseado, regreso al salón y se quedó observando desde la puerta que da al balcón, dentro su hermano y su prometido charlaban animadamente mientras veían un álbum de fotos, Misaki solo pudo sonreír ante la vista de su felicidad completa, su sonrisa cambio por una mueca de fastidio cuando al acercarse se dio cuenta que el álbum que ellos veían era uno de su infancia
-¡nii-san! ¡No muestres esas fotos!- grito un sonrojado y avergonzado Misaki
-pero si te ves tan lindo de pequeño –se burló Akihiko
-tú te callas
-no quiero
-Usagui-san para de molestarme
-¿y si no?
-pues si no paras no tendremos se…-Misaki se congelo al darse cuenta lo que iba a decir y en donde lo iba a decir, mientras su hermano que miraba en un principio divertido la discusión, enrojeció y le dedico a Akihiko una mirada que podría matar a cualquiera
-Mi-ta-ki, mi-taki-el balbuceo de Mahiro saco a todos del incomodo momento que se había formado, el niño se acercaba hacia el castaño cuando un peli plata se interpuso en el camino abrazando posesivamente a Misaki
-no, aléjate, él es mío
-Usagui-san madura, es un niño
-pero se quiere llevar a MI Misaki
-arg es un niño y es mi sobrino, madura
-¿y si no qué?- lo dijo con la intención de molestar al castaño por lo que casi había dicho
-ahh, ya cállate, eres imposible, -dicho esto se soltó del abrazo de Akihiko y tomo a Mahiro en sus brazos camino al comedor donde ya se encontraba servida la cena, Akihiko y Takahiro lo siguieron este último con la mirada fija en el albino, apoyaba a su hermanito, pero recordar cómo se había enterado de su relación y la idea de que eso pasaba más seguido de lo que le gustaría, le estaban molestando a sobremanera, la cena en cambio transcurrió más tranquila de lo que se esperaba, fue una conversación agradable llana de recuerdos y buenos momentos, a pesar de ello, Akihiko que se encontraba sentado junto a su prometido, no desaprovechaba oportunidad para pasear su mano alrededor de todo el muslo de su pareja y de vez en cuando, cuando no lo veían, susurrarle lo ansioso que estaba de llegar a casa, Misaki por su parte no podía hacer más que sonrojarse pues aunque no lo admitiera el también lo deseaba
-¿seguros que no quieren quedarse? Ya es muy tarde y el viaje es bastante largo-pregunto Manami, Misaki miro a su pareja mordió su propio labio inferior, quería ir a casa, pero, su hermano recién lo aceptaba y quería pasar tiempo con él
-gracias por la invitación pero tenemos asuntos pendientes en casa, será en una próxima ocasión-respondió tranquilamente el albino, tomando de la mano a su pareja, se sentía orgulloso de poder al fin mostrarle al mundo quien era el muchacho que había robado su corazón
-bueno nos vemos luego-se despidieron de Takahiro y su familia, tomaron un taxi hacia su departamento, iban conversando sobre todo lo ocurrido, Misaki regañaba a su prometido por ciertas acciones y este no hacia otra cosa que reír con los tiernos gestos de su pareja, al subir, a unos pocos pasos del departamento empezaron a besarse con deseo…
-Usami sensei, al fin vuelve, lo he estado buscando por todas partes ¿Cómo se atreve a irse sin entregar su manuscrito? ¡Y bloqueo mi número! Espero que tenga una buena explicación y que se ponga a trabajar de inmediato- la pelirroja gritaba furiosa, fuera de sí, tan rápido a que apenas lograban entenderle
-Aikawa-san, cálmese por favor, creo que fue mi culpa, un poco, al entretener a Usagui-san-dijo muy apenado el oji verde
-Misaki-kun no te preocupes, todo es culpa del irresponsable que no entrega su trabajo antes de irse-Aikawa comenzó a golpear con su cartera a Akihiko y cuando este levanto su mano para protegerse de los golpes ella pudo notar el anillo brillando en su mano, paro al instante, mirando de Misaki a Akihiko-¡¿se van a casar y no pensaban decirme nada!?
-Aikawa-san ya váyase, estamos cansados y queremos dormir-dijoAkihiko molesto por la interrupción de la pelirroja, Misaki le miro incrédulo, sabía que lo que decía era falso y que lo último que haría esa noche era dormir
-de acuerdo, me voy, yo también estoy cansada, pero ¡quiero el manuscrito mañana temprano! y tenemos una conferencia sobre su último libro a las 8:00 y espero que no ponga problemas, felicidades Misaki-golpeo con su cartera una vez más al albino y se retiro
-no deberías causarle tantos problemas-reprocho el castaño a su pareja mientras entraban
-yo no hago nada, ella exagera demasiado
-¿tú crees? ¿Ya terminaste el manuscrito?
-lo hare después, ahora tengo planes mucho mejores-mientras hablaba se acercaba al castaño quien a su vez retrocedía
-no, no haremos nada hasta que acabes- se avergonzó cuando lo dijo pero aun así no bacilo con sus palabras, el mayor ignoro la orden del castaño y se siguió acercándose peligrosamente pero cuando estaba a punto de besarlo el castaño se movió a un lado haciendo que el albino estuviera a punto de caer
-Misaki-se quejó con tono lastimero el mayor, el castaño nombrado casi no logra reprimir la sonrisa que curvo las esquinas de sus labios ante el puchero del ojos lila, se miraron fijamente durante unos segundos, uno con mirada inquisitiva y el otro deseando no arrepentirse ante lo que se proponía vamos Misaki, debes calmarte, Usagui-san se convertirá en tu esposo, no puedes actuar toda la vida como un niño a pesar de su pequeña auto-reprimenda, aun no avanzaba hacia aquel hombre que lo miraba con una sonrisa entre coqueta y risueña- sé que tienes algo que decirme-el albino hablo con una voz suave y seductora
-etto, yo, veras-le costaba hablar, su vergüenza seguía atormentándolo, luego de un par de respiraciones profundas respondió-si terminas tu manuscrito y me prometes que trabajaras sin darle problemas a Aikawa-san yo… dormiré contigo todas las noches-a pesar de que el castaño sabía que serían muy pocas las noches en las que en realidad dormiriá, pero, aunque no lo admitiera, le gustaba dormir entre los brazos de su ahora prometido, lo hacía sentirse protegido
En el rostro de Akihiko se dibujó una sonrisa maliciosa pero sincera, la propuesta de su novio le parecía adorable y muy tentadora, acercándose lentamente le dio un leve beso en la mejilla y susurro-de acuerdo, empezamos esta noche, vamos a la habitación-el albino había tomado la mano de su novio dispuesto a llevarlo a la habitación pero este lo interrumpió
-no, tienes que terminar tu trabajo, yo estoy cansado, me voy a dormir –muy deprisa paso junto al mayor dándole un suave beso en la mejilla y murmurando un buenas noches, Akihiko resignado subió a su estudio deseando acabar lo antes posible para ir con su amado
Misaki se encontraba en medio de las mantas de la gran cama del cuarto de su novio, a pesar de haber subido hace ya unas 3 horas no lograba dormir, el reloj marcaba las 2:17am y su prometido no aparecía, había intentado dormir, pensando que Usagui-san llegaría pronto pero, en ese momento ya estaba preocupado ¿le habrá pasado algo? No sabía que tan largo era el trabajo que debía escribir, pero no le gustaba nada la idea de su novio levantado a tan altas horas de la noche, a la vez se sentía irritado consigo mismo por no dejar a Usagui trabajar tranquilo, lleno de frustración hacia sí, tomo un par de mantas del borde de la cama y salió a buscar al albino, cuando estuvo en frente de la puerta del estudio dio unos suaves golpecitos
-Usagui-san, ¿estás bien?- espero unos segundos sin obtener respuesta, así que decidió entrar, al entrar vio al escritor dormido sobre papeles esparcidos por el escritorio y junto a él su portátil, el castaño no sabía si ya había terminado pero no iba a permitir que siguiera así, al menos por esa noche, se acercó y toco suavemente su hombro-Usagui-san, despierta- vio con ternura como aquellas orbes lilas se abrían con confusión, sorpresa y molestia y luego como los labios se curvaban en una tenue sonrisa al darse cuenta de quien lo despertaba
-Misaki ¿paso algo? ¿Estás bien?
-etto, si, es solo que… te quedaste dormido y…
-¿sí?
-no me gusta que pases la noche afuera, es decir aquí en el estudio-un enorme sonrojo adorno todo su rostro tras pronunciar estas palabras
-¿me extrañabas?-el albino aprovechó para burlarse de su joven amante
-baka, me preocupo por ti y de todas formas te burlas de mi-hizo un pequeño puchero que enterneció a el mayor
-bueno, ¿me perdonas?
-baka, vamos a dormir-el sonrojo del menor aumentaba con cada segundo que pasaba
-si-Akihiko beso lentamente al castaño degustando sus labios, al acabar acaricio lentamente su mejilla y susurro-¿tienes idea de cuánto te amo y lo feliz que me haces?
-baka-Misaki escondía su sonrojo en el hombro de su prometido – ¿terminaste tu trabajo?- desvió el tema el castaño
-sí, estoy agotado
Se fueron a dormir, pasando la primera noche del resto de sus vidas en una tranquila felicidad; en la mañana despertaron por los gritos de cierta pelirroja estrazada
-¡sensei! ¡Son las 7:30 le dije que teníamos una reunión a las 8:00! ¡¿Por qué no está listo!? ¡Y desbloquee de una vez mi número! ¡¿Al menos acabo el manuscrito?!
-Aikawa, quiere dejar de molestarnos tan temprano y si, termine el dichoso manuscrito-el escritor molesto volvió a envolverse en las mantas, el menor también se escondió en las mantas avergonzado de que la pelirroja los encontrara juntos, esta, reparo en la presencia del menor en la habitación y sonrió para sus adentros, pero, su enojo era mayor
-¡sensei! Apúrese, voy por el manuscrito, lo veo abajo en 5 minutos-una vez la editora salió de la habitación, Misaki también salió de su escondite
-ve y alístate
-no, esa mujer arruino mi despertar junto a Misaki
-baka, cumple con tu trabajo, es parte del trato
-está bien, está bien, pero primero, dame mi beso de buenos días
-eh etto, yo eh,- el sonrojo volvió a su rostro y el mayor cumplió dicho beso, beso que fue anhelante de algo más –eh yo, voy a, a preparar el desayuno
Misaki se encontraba en la cocina preparando algo rápido y sencillo, cuando los gritos empezaron de nuevo
-no, voy a desayunar con Misaki, así eso no encaje en su horario
-¡sensei! ¡Ya vamos tarde! ¡Esto es muy importante!
-no me importa, Misaki lo es más
-¡sensei! ¡Por favor! –aquella joven pelirroja parecía a punto de llorar, esa rueda de prensa era muy importante para la empresa y su puesto de editora estaba en juego
-emm Usagui-san, yo eh, te puedo empacar el desayuno- interrumpió el castaño al ver la desesperación de la editora
-¿no te molesta desayunar solo?- tanto su expresión como su voz se habían suavizado al oír a su joven prometido
-no te preocupes, estaré bien y nos vemos en unas pocas horas
-¿lo prometes?- Misaki solto una leve risa antes de contestar
-lo prometo, vete ya
-de acuerdo-accedió con un suspiro el albino. La editora respiró aliviada, que esos dos se casaran facilitaría su trabajo, Akihiko le dio un casto beso, antes de que él y su editora salieran del lugar
Las siguientes 3 horas transcurrieron lentamente para ambos jóvenes, Misaki se encargó de los quehaceres del departamento, mientras que Akihiko se ocupaba de la aburrida conferencia, los dos se pensaban mutuamente, después de terminada la limpieza Misaki decidió que aún era muy temprano para preparar el almuerzo, así que quizo entretenerse un rato mirando televisión, de lo cual se arrepintió casi al instante, en el programa de entretenimiento, una joven hablaba del ultimo chisme que se creó tras la rueda de prensa, de cierto escritor ganador de diversos premios
-como pueden observar en esta foto, el gran sensei, Usami Akihiko, si no está casado, esta, por lo menos comprometido como lo afirma el anillo en su dedo ¿Quién será su prometida o su esposa?….
Misaki palideció y miro su propia mano, al igual que su anillo el anillo, como pudo olvidar Usagui-san el anillo, arg de seguro lo hizo a propósito, ah ya me aseguraré de que invente algo para que esto pase de ser visto el castaño estaba muy nervioso, las palabras prometida y esposa resonaban una y otra vez en su mente, claro que creen que es una chica, no pueden saber que me casaré con él, eso acabará su carrera, Misaki se quedó observando al vacío, perdido en sus pensamientos, por eso cuando el timbre sonó, cayo asustado del sillón, fue corriendo pensando que era Usagui-san de quien se trataba, necesitaba de su consuelo, de su apoyo, de su amor, debido a eso no pudo evitar la decepción en su rostro cuando al abrir fue a Isaka-san a quien vio
-chibi-tan ¿no te alegras de verme?-Misaki respiro hondo intentando calmarse
-Isaka-san, que gusto verle, Usagui-san no se encuentra
-lo sé, quería hablar contigo- aquel hombre hablaba con un tono que Misaki no pudo definir
-eh ¿conmigo?
-si
-está bien, pase -se sentaron en el sillón donde hace un momento se encontraba el castaño -¿quiere algo de tomar?
-no gracias
-eh ¿de qué quería hablar?
-pues veras Misaki me enteré de una noticia bastante interesante y necesito pedirte un favor
-¿en qué puedo ayudarlo?
-necesito que canceles tu compromiso con Akihiko
-continuara