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El único en mi vida (PAUSADO) En proceso de edición por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

¡Hola!

Perdón por no actualizar, pero en serio no tuve tiempo (la prepa es horrible, duermo tres horas diarias) pero prácticamente pasé, sólo debo ir a presentar, y aunque saque 0, ya pasé ^-^

100 reviews!!! Mi sueño hecho realidad :D

 

Quiero dedicar este capítulo (sé que no es muy bueno, pero le dediqué mucho tiempo para que quedara bien)  a Veku, quien fue el primero en apoyar esta historia, siendo mi primer review, y que me hizo el honor de ser el review 100 :'D Te quiero mucho.

También quiero dedicarlo a Nat Ssj, mi amiga que conocí hace poco XD pero que ya le tomé mucho cariño.

A todos los que me enviaron comentarios, que me apoyaron y me ayudaron a mejorar, como CelesNicole, y los Anónimos. (Perdón si no puedo mencionar a todos aquí, lo haré, lo prometo, en el próximo cap).

También a ti, sí, a ti que estás leyendo esto, porque sin tu apoyo no podría haber progresado.

33

Reencuentro

 

 

La nave llegó, y el pelilila sonrió. Su sorpresa se agrandó al verlo ahí, a su padre. Sí que se parecía mucho a Gohan, y eso a la vez lo hacía sentir un poco de nostalgia. Tomó una bocanada de aire, y se acercó a él. Pero antes de poder pronunciar una palabra, todos los amigos de Goku se acercaron a él para poder abrazarlo o siquiera saber cómo había estado. Aquel misterioso muchacho de ojos azules se pudo percatar de que aquel hombre de cabellera en forma de flama estaba distante, como si no le importara en lo más mínimo que su pareja haya vuelto luego de tanto tiempo y que pudo haber muerto.

Volteó de nuevo a ver a Goku, se acercó más y ambos compartieron miradas.

—Necesito hablar con usted—dijo con voz seria. El pelinegro lo vio de la misma manera, se quedaron unos segundos en esa posición, preocupando levemente a los demás presentes por su reacción al ver a ese muchacho, todos excepto Vegeta, quien gruñía hacia sus adentros.

—Sí, está bien—sonreía de medio lado, al parecer le interesaba muy en el fondo saber qué es lo que tenía que decir aquel joven extraño.

—Pero lo que tengo que decirle es en privado—aclaró.

—¡¿Por qué demonios sólo le puedes decir a Kakarotto?!—preguntó colérico el príncipe de los saiyajin. Sentía que la sangre le hervía de los celos al ver el “atrevimiento” de aquel muchacho con su propiedad.

—Bien, como quieras—dijo el pelinegro de cabellos alborotados ignorando la reacción del de cabellera en forma de flama.

Ambos guerreros volaron hacia el otro extremo del cráter que se formó cuando la nave de Goku se impactó en el suelo. Una vez ahí, el pelilila pudo comenzar a hablar, claro que antes tuvo que dar una bocanada de aire para tomar el valor suficiente para confesarle aquello que necesitaba decirle con urgencia.

—Necesito que se transforme en súper saiyajin…

 

***

 

Todos estaban confundidos por la petición de aquel pelilila, no comprendían el por qué ese afán de ocultar tantas cosas y, además, querer hablar a solas con Goku. Sólo observaban a lo lejos. Hasta que aquel pelinegro expulsó una onda de energía, una onda de ki dorado lo cubría y su cabello se tornó rubio.

—¿Por qué el cabello de Goku se puso de ese color?—preguntaba Bulma en voz alta al ver el cambio en aquel hombre.

—Mi papá se convirtió en un súper saiyajin—dijo Gohan mientras veía de nuevo a su padre con aquel cambio.

Los presentes estaban asombrados. Su sorpresa se agrandó al ver a aquel pelilila también convertirse.

—Ya vieron, también puede convertirse en un súper saiyajin—dijo Yamcha.

Esto fue demasiado para el príncipe. Empezó a gruñir al ver tal escena. Verlos ahí, juntos, hablando de quién sabe qué cosa, solos, y que se haya atrevido a sobresalir antes que él logrando aquella transformación.

Estaba consciente de que no podía ser un saiyajin puro por su cabellera lila o sus ojos azules, ni siquiera hallaba una explicación fuera de que es un híbrido, pero no quitaba el hecho de que se haya atrevido a humillarlo de ese modo. Y lo peor era que estaba hablando plácidamente con su Kakarotto.

Ellos empezaron a pelear, lo que fue la gota que derramó el vaso. Él solía entrenar con Goku cuando eran jóvenes, ir codo a codo… Le hervía la sangre de los celos al ver cada movimiento en el cual se acercaba más a aquel pelinegro que era rubio ahora…

 

***

 

Goku no entendía aquella petición, pero aun así la acató. Aumentó su ki y su cabellera adquirió aquella tonalidad dorada.

—Vaya, se parece mucho a mí cuando me transformo—dijo, desconcertando al más alto.

El menor elevó su ki, imitando al mayor. Sus ojos se volvieron color esmeralda, y un aura lo rodeó. Su cabello se erizó mientras cambiaba de color. Logró transformarse frente al otro súper saiyajin.

—¿Eh?—Goku se sorprendió por la apariencia del joven—. Tienes razón, nos parecemos mucho.

—Señor—hizo una pausa y suspiró—. Con su permiso—tomó rápidamente su espada y se lanzó contra él, estuvo a unos cuantos centímetros de atacar a su cuello, pero se detuvo—. ¿Eh? ¿Por qué no esquivó mi ataque?

—Porque no sentí malas intenciones. Sabía que te detendrías.

—Entiendo—sonrió de medio lado—. Esta vez no me detendré—aclaró y lo volvió a atacar con todas sus fuerzas.

Fue inútil, por más que se esforzara aquel hombre era superior, logró detener cada uno con su dedo índice. El menor se detuvo, lanzó la espada hacia arriba, dejó volvió a su estado normal e inclinó su torso, para que la espada cayera en su espalda en aquella base que llevaba.

—Es tal como me lo dijeron; no, es  más que eso—dijo. Aquel hombre regresó a la normalidad, dejando apreciar su cabellera azabache. El menor vio hacia el suelo y suspiró—. Esto me demuestra que puedo confiar en usted… Necesito que sepa algo de suma importancia, por favor, le pido que me escuche. En esta época, dentro de tres años, el día doce de mayo, a las diez de la mañana, en una isla que está a nueve kilómetros de la Capital del Sur, dos individuos muy poderosos aparecerán. Serán muy peligrosos y nadie los dominará, todos creerán que esos monstruos no son de este planeta. Matarán a todos los que se interpongan en su camino. Yamcha, Ten Shin Han, Piccolo, Krillin… todos serán cruelmente asesinados por ellos…

—¿De quién se trata? ¿Son extraterrestres?

—No, son androides súper dotados hechos en este mundo, conocidos como humanos cibernéticos, hechos por uno de los científicos locos de la Patrulla Roja, el doctor Maki Hero.

—¿La Patrulla Roja? ¿La misma a la que me enfrenté cuando era niño?

—Así es. Al parecer el doctor Maki se escondió en unas montañas donde pudo construir a los androides…

—¿Y qué pasará conmigo?

—Usted será afectado por una enfermedad muy rara del corazón que le causará la muerte. Actualmente no existe una cura para ello—le explicó.

—¡Qué mala suerte! Me hubiera gustado pelear contra esos androides…

—En el futuro se encontró una cura para esa enfermedad, aquí está su medicina. Tómela si se empieza a sentir mal—le entregó un pequeño frasquito.

—¿Eh? ¿En el futuro?

—Así es. Me llamo Trunks, y he venido del futuro, a unos 20 años de esta época, para advertirle sobre los androides en una nave que construyó Bulma.

—¿Veinte años?—exclamó sorprendido el de cabellera azabache.

—Así es. En mi tiempo… Gohan murió, y con ello logré convertirme por primera vez en súper saiyajin—habló con dolor. Miró hacia abajo y en un flashazo, a su mente volvieron todos aquellos recuerdos de lo sucedido, de su infancia junto con aquel que cuidó de él día y noche, de sus entrenamientos, de la primera vez que se unieron en cuerpo y alma, y del terrible momento en el cual lo encontró sin vida.

Las lágrimas, por más que quisiera evitarlo, cayeron. Y el azabache lo notó.

—¿Estás bien?

—Sí, es sólo que… Me dolió mucho que lo mataran, eso es todo. Debo admitir que me sentí culpable, después de todo si me hubiera podido transformar en súper saiyajin antes, él seguiría con vida…

—Hay algo que aún no entiendo… ¿Cómo es posible que seas un saiyajin?

—Bueno… Mi sangre saiyajin se debe a que Vegeta es mi padre—dijo levantando la mirada y viéndolo con determinación.

—Aighhh—se sorprendió ante esa declaración. Sus ojos estaban demasiado abiertos, no podía creer eso que escuchó—. ¿Vegeta es tu padre?—volteó a ver hacia donde estaba el príncipe, y luego a Trunks, alternó la mirada viendo a padre e hijo—. Es increíble que ese gruñón de Vegeta haya tenido otro hijo—dijo con una sonrisa torcida, aun sin creerlo. Luego las cosas se acomodaron en su mente, donde pudo asimilar bien las cosas—. ¿Eso quiere decir que… que tú… que tú…?

—Así es. Usted es mi padre.

—¡AAIGGGHHH!—cayó de espaldas al suelo por la sorpresa, mientras el menor lo veía con una media sonrisa.

Se quedó ahí tirado unos cuantos segundos más, terminando de pensar en lo que le acababa de decir. ¿Él, con otro hijo? ¿Vegeta y él tuvieron un nuevo bebé? Volteó a ver por última vez al príncipe, y se incorporó.

—Ahora que lo mencionas, tienen mucho parecido—dijo más calmado.

—Corro mucho riesgo al decirle esto, le pido que tenga discreción. Las cosas deben darse de forma natural, sin influencia externa. Por favor, no le diga nada a nadie, podría desaparecer de este planeta…

—Está bien, no le diré nada a Vegeta ni a nadie…

—Gracias. Si me disculpa, tengo que volver a mi época, no puedo dejar a Bulma y a mi hija solas…

—¿¡Hija!?

—Así es. Heredé la capacidad de mi padre, y tuve una hija de Gohan—dijo avergonzado.

—Así que… así que… —un extraño gesto se formó en su rostro. Las palabras no salían de su garganta, sólo sonidos extraños.

—Reiterando con los androides… Le pido que por favor haga algo. La esperanza de Gohan, de Bulma, de todos está en usted. Dele a este planeta la tranquilidad que se merece—pidió.

—Sí—decidió olvidar el asunto que le extrañó, y hablar con determinación.

—Bien. Es momento de que me marche…—sacó una cápsula y la arrojó, para que apareciera su máquina del tiempo.

—Espera…—el menor estaba dispuesto a irse, pero la voz de Goku lo hizo voltear. El pelinegro se acercó a él y lo abrazó, causando que el menor se sorprendiera, pero que a la vez le transmitiera una calidez que lo hacía sentir bien—. Cuídate mucho, hijo. Te prometo que haré todo lo posible por salvar a este planeta.

Una vez finalizó aquel abrazo, el pelilila subió a su nave y la echó a andar. Antes de desaparecer de esa línea temporal, murmuró un “Adiós, papá” viendo a Vegeta.

 

***

 

Eso era el colmo. Ese insecto se había ido, no sin antes recibir un abrazo de su Kakarotto. Era demasiado, lo peor fue que el más alto fue quien tuvo la iniciativa.  El príncipe apretaba sus puños con fuerza, a tal punto de hacerse sangrar.

Goku se dirigió hacia donde estaban sus amigos.

“¿Quién era él?”, “¿Qué te dijo?”, “¿De qué hablaron?”… preguntas como esas no se hicieron esperar.

—Deberías decirle a todos lo que te dijo. Es mejor prepararnos para la llegada de esos androides—dijo Piccolo.

“¿Eh? ¿Androides?”, se escuchó al unísono.

—Piccolo, ¿escuchaste todo?—preguntó viéndolo.

—Así es. Y es mejor alertar a todos por si lo que dijo es verdad.

—Tienes razón.

 

El pelinegro de cabellera alborotada les explicó aquello que le dijo ese joven pelilila, claro que omitiendo detalles como su nombre y quién es. Como era de esperarse, dudaban de que lo que dijo fuera verdad.

—Pues yo entrenaré por si ese sujeto dice la verdad. No dejaré que me maten sin dar batalla—habló el de piel verdosa.

—Piccolo tiene razón—dijo Krillin—, no podemos quedarnos con los brazos cruzados, ¿qué tal si dice la verdad?

Todos lo analizaron unos segundos, tenía la razón. ¿Qué tal si el joven misterioso tenía razón, y ellos lo ignoran y ponen en peligro la vida humana? Pero, ¿y si no era cierto?, bueno, ese ya no es problema, pues el entrenamiento los volvería más fuertes en caso de que necesiten enfrentar a un enemigo más adelante.

—Goku, quiero preguntarte algo. ¿Qué es lo que estuviste haciendo todo este tiempo? ¿Por qué no mataste a Freezer? ¿Sabías que él casi nos mata?—le recriminó la peliazul.

—Tranquila, Bulma, yo no dejaría que nada de eso les pasara. Cuando escapé de Namekusei, estaba muy herido. Tomé la primera nave que encontré, pero no fijé muy bien el rumbo y fui a parar a un planeta llamado Yadara. Ahí había sujetos que no eran muy fuertes, pero tenían técnicas sorprendentes. Sólo pudieron enseñarme una, la teletransportacion. Sentí el ki de Freezer en la Tierra, y pensaba teletransportarme, pero no lo hice porque sentí un ki que los vencía—les explicó.

—¿De verdad, papá?

—Así es.

—¿Cómo podemos saber si dices la verdad, Kakarotto?—habló el príncipe con voz grave, intentando contener toda la ira que sentía por lo que sus ojos presenciaron hace unos segundos.

—Pues…—colocó sus dedos en su frente, desapareció y a los pocos segundos su ser se hizo presente.

—¿Acaso piensas engañarnos con tu velocidad, insecto?—escupía cada palabra con cierto odio, aunque por dentro las cosas que realmente querían salir eran “¿Por qué demonios te atreviste a abandonarnos? ¿Por qué demonios te abrazaste con ese insecto? Pudiste regresar antes. ¿Por qué no dejaste que ese dragón te regresara a la Tierra? ¿Acaso no valemos lo suficiente para ti, sabandija?...”

El pelinegro sonrió, mostró unas gafas de sol de marco rojo.

—Son del Maestro Roshi… Entonces sí se teletransportó, Kame House está muy lejos—aclaró Krillin.

—Creo que deberíamos entrenar—dijo Goku con más seriedad mientras Krillin se ponía las gafas—, algo me dice que él decía la verdad, y no podemos dejar que esos androides destruyan todo.

—¿Y por qué no buscan el lugar donde se esconde el doctor Maki y lo destruyen? Así la Tierra estará a salvo—dijo con entusiasmo la peliazul.

—Tú haz eso, y yo te mato—la amenazó el príncipe.

—Yo también quiero conocerlos y luchar con ellos—dijo el saiyajin criado en la Tierra.

—Está decidido. Nos vemos en tres años—apoyó el nameku.

—Piccolo, ¿entrenarías con Gohan y conmigo?

—Te advierto que no pienso jugar.

—Bien. ¿Y tú, Krillin?

—Yo entrenaré a mi ritmo con el Maestro Roshi, jamás podría seguirles el paso.

—Bien. Entonces nos vemos en tres años—declaró el pelinegro. Él, Piccolo y Gohan empezaron a levitar. Ten Shin Han y Chaoz se fueron volando, dejando sólo a Yamcha, Bulma, Krillin y a Vegeta en ese lugar.

Goku ni siquiera se había tomado la molestia de preguntarle a Vegeta si quería entrenar con él, claro que de todos modos no iba a aceptar, pero sintió en el fondo cierta ofensa porque no lo hizo.

Los tres guerreros estaban a unos treinta metros de altura, pero Goku bajó y se puso de pie frente al príncipe.

—Casi lo olvido. Vegeta, espero que tengas un hijo sano—dijo y se fue.

—¿Qué me dijo?—pensó sorprendido el príncipe.

—Vegeta, ¿vas a tener un bebé con Goku?—preguntó con sorpresa el más bajito, logrando regresar a la realidad al pelinegro.

—Eso no es de tu incumbencia, maldito insecto—le gritó y se fue volando lo más rápido posible.

 

***

 

¿Qué fue eso? ¿Por qué le dijo eso? ¿Acaso le estaba insinuando que tuvieran otro hijo?

Las preguntas rondaban en su mente mientras surcaba los cielos. Sus mejillas estaban de un color carmín tan sólo de pensar la idea de entregarse de nuevo, tener una noche de pasión, para poder tener otro hijo. Se detuvo en el aire, intentando no ilusionarse.

Aunque le tuviera cierto cariño especial, tenía que admitir que Kakarotto era un idiota.

¿Por qué el sugeriría hacer el amor, para tener un bebé, si conociéndolo lo más probable es que siga creyendo en la cigüeña a pesar de ver cuando nació Gohan?

¿Acaso “maduró” en el tiempo que estuvo en el espacio?

No, eso era imposible. Ese guerrero no podría haber sido capaz de insinuársele…

¿O sí?

 

 

***

 

La noche cayó. Vegeta, luego de agobiarse con pensamientos, fue a ver a Bulma a la Corporación Cápsula para pedirle de la forma más amable que por favor le construyera una Cámara de Gravedad para entrenar y así salvar a todos los habitantes de ese planeta.

 

^^^Flash Back^^^

 

—Escúchenme bien, par de sabandijas inútiles—gritó el príncipe viendo a padre e hija en su laboratorio—. Quiero que construyan una Cámara de Gravedad para que entrene lo más antes posible, o yo mismo los convertiré en cenizas.

—Vegeta, cálmate—intentaba tranquilizarlo la peliazul.

—Yo seré quien acabe con esos malditos androides. Más les vale que la tengan lo más pronto posible—le dijo con rabia y salió volando por la ventana.

—Estará lista en tres días…—gritó el doctor Brief al ver a aquel guerrero temperamental irse.

 

^^^Fin del Flash Back^^^

 

 

Mientras tanto, Goku finalizaba el entrenamiento con su hijo y su amigo de piel verdosa. Terminaron antes puesto que el pelinegro le había dicho que quería pasar tiempo con su familia, pero mañana entrenarían duramente.

Mientras volaban de regreso a su casa, el menor no pudo evitar acercarse más a su padre, hasta que lo abrazó. El mayor correspondió al abrazo mientras le acariciaba la cabellera.

—Gohan, no llores…

 

***

Padre e hijo hablaron durante el trayecto, el de cabellera alborotada se sintió un poco culpable, su hijo lo había extrañado demasiado. Pero su único consuelo es que estaba bien y ahora no se separarían.

El menor se quedó dormido, era pasada de la media noche y el cansancio que tenía era demasiado. Goku lo recostó en su cama y se fue a la habitación que compartía con Vegeta. Tomó una ducha antes con agua tibia, para quitarse todo el sudor de su cuerpo. Se vistió con una playera sin mangas y se quedó en ropa interior. Dio un bostezo y se recostó en la cama. Su príncipe estaba dormido, recostado de lado dándole la espalda.

Se acercó y le besó la mejilla, le dijo un “Buenas noches, Geta” y se acomodó en su lado del colchón. Cerró los ojos.

Pero los volvió a abrir cuando sintió sus labios apresados por otros que los devoraban salvajemente. Con dificultad intentó seguirle el paso a su príncipe, pero le era casi imposible.

 

***

 

Vegeta estaba dispuesto a encender sus instintos. Por eso lo besaba de esa manera tan salvaje y bestial, característica de un saiyajin que no quiso aplicar antes para evitar terminar lastimándolo. Se sentó en su abdomen mientras realizaba su labor, introdujo su lengua en su cavidad bucal y saboreó cada rincón de esta, compartiendo fluidos que le parecían un elixir delicioso.

Pasó a otro nivel, moviendo sus caderas, rozando su miembro con intenciones de despertarlo. Quería dejarlo con deseos carnales, después de todo su sangre saiyajin luego sería la que lo guiara con aquellos instintos.

Bajó su boca a su cuello, donde delineó con su lengua. Se dirigió a su oreja, donde mordió con delicadeza el lóbulo. Volteó a ver a los ojos de su pareja, y vio que sus parpados estaban casi cerrados, pero tenía un sonrojo pronunciado en sus mejillas.

—Vegeta…—murmuró el menor.

—¿Hace cuánto que no duermes, Kakarotto?—preguntó el príncipe con voz ronca y grave.

—Tres días—susurró. El príncipe cerró los ojos con frustración, se acomodó y quedó recostado sobre el pecho de su pareja, escuchando el latir acelerado de su corazón.

No tardó mucho en quedarse dormido a causa de los días en los cuales se privó del sueño. El más bajito se quedó pensando, se puso de pie y caminó hacia la habitación de Gohan. Él estaba casi en la misma condición, el entrenamiento arduo sí que le había afectado.

Se sentó en la orilla de la cama y le acarició la cabellera, logrando que se despertara.

—Papá—dijo adormilado viendo la silueta de su padre contra la luz de la luna llena que se proyectaba desde la ventana.

—Gohan… descansa…—se acercó, unió su frente con la de él y se alejó, con intenciones de regresar a su habitación.

Pero…

No lo hizo…

Decidió volar a un lugar que hace tanto no visitaba. Llegó a una meseta a la cual iba cuando era niño, antes de conocer a Goku. Se recostó ahí, sintiendo la frialdad y la incomodidad de las rocas. Cerró los ojos, intentando conciliar el sueño, el cual apareció en pocos minutos.

 

 

—Vegeta, ¿tenemos un trato?—decía aquel sujeto que tenía piel blanca y apariencia de reptil. Se Encontraba sentado en una cama, recargado en la cabecera de ésta, a su lado estaba el príncipe oculto bajo las sábanas blancas, pero había algo que no concordaba con ese ambiente, y eran las manchas rojas que estaban en la tela que lo cubría, además del pequeño sollozo y los diminutos quejidos que inundaban la habitación.

—Sí—dijo titubeante el menor, su voz se escuchaba entrecortada a causa de dolor.

—Bien, mi príncipe—pasó su dedo por su boca, lo lamió, y luego lo deslizó por la columna vertebral del mejor.

 

 

 

Vegeta despertó, su respiración se encontraba agitada y su cuerpo temblaba, su piel estaba helada, pero de su frente escurrían algunas gotas de sudor. Difícilmente pasó saliva, y sintió la presión en su pecho. Tantos años habían pasado de eso, y su mente le jugó mal, regresándole ese momento en el cual las cosas se tornaron distintas. Estaba a punto de olvidarlo, pero ahora lo tenía de nuevo presente en su cabeza.

—¿Cómo se supone que se lo explicaré a Kakarotto?—murmuró.

Notas finales:

-Vegeta estaba celoso porque ese sexy pelilila abrazó a Goku jeje (^-^)7

-Iban a tener su sensual noche... pero a Goku se le ocurrió no dormir y se quedó dormido XD (Pobre Veggie)

-Goku le llamó "Geta", kya a mi me gusta ese apodo, es lindo.

-Vegeta tuvo un sueo raro, más bien un recuerdo, sobre Freezer. ¿De qué trato hablaban? ¿Por qué tanto afán en olvidarlo? ¿Por qué le costará mucho trabajo explicarle a Goku? ¿Qué tan grave es?

 

Jeje ^-^7 Me tardé añales en actualizar, pero ya casi son vacaciones :D y me regalarán  una laptop (Creo que llenaré el escritorio con documentos de word de fics yaoi XD la ventaja es que sé cifrarlos con contraseña para que no los lean)

 

Gracias por acompañarme en toda esta trayectoria y apoyar esta historia que, a pesar de no ser de las mejores, le dieron una oportunidad.

Gracias por meses de compañía

Su amiga

Lili


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