Pesadilla vuelta realidad (parte 2)
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_VEGETA..._gritó preocupado.
Tal vez lo traicionó, pero eso no evitaba que aún lo amara y se preocupara por él. Quizás ya no podrían estar juntos, pero aún quería que el otro fuera feliz y se encontrara bien. Salió volando de regreso a su hogar, para saber qué le había ocurrido a ese joven que amaba.
***Aproximadamente una hora antes. (Casa de Goku)***
_Dentro de poco vuelvo_dijo Goku y salió, sabía que esa era la actitud que siempre tendría, pero eso le encantaba de él.
Vegeta se quedó ahí, recostado viendo al techo. De cierta manera lo llenaba de felicidad estar con él. Lo amaba. Ese chico distraído e infantil se robó su corazón, lo hacía reír, lo hacía sonrojarse, lo hacía dejar de llorar, se volvió parte de su vida. Quería formar una familia con él, ahora no, pero dentro de cinco o seis años tal vez. Se tocó el vientre, y una sonrisa y mirada soñadora se dibujaron en su rostro.
_"Algún día te daré un hijo, cabeza hueca"_pensaba.
Su felicidad se desvaneció al sentir una presencia conocida. Esa persona se encontraba cerca, demasiado cerca. La puerta se abrió y pudo observar a un sujeto alto, de piel verde claro, su cabello verde en una trenza, y ojos color amarillo-café, él sonrió con malicia al ver al saiyajin orgulloso.
_Vaya, vaya_dijo y se quitó un rastreador que usaba, lo apagó y lo colocó en la mesita a un lado de la esfera del dragón_Vegeta, no esperaba verte por aquí.
_¿Qué es lo que quieres?_preguntó al verlo ahí, se imaginaba lo peor, como que Freezer lo había encontrado o algo parecido.
_Vegeta, esas no son formas de hablar_dijo mientras daba un paso hacia adentro y cerraba la puerta.
_No me interesa, ahora dime, ¿qué demonios haces aquí?
_El gran Freezer me envió a las galaxias cercanas de aquí para buscar planetas, deshabitarlos y después venderlos. Hasta ahora no he encontrado ningún planeta decente y que valga la pena, pero este planeta al que llaman Tierra no está tan mal...
_Más te vale que te largues, insecto...
_Descuida, Veggie, no le haré nada a este planeta...
_¿Cómo que "Veggie", Zarbon?_preguntó cólerico, ni siquiera su pareja lo llamaba así.
_Yo soy el ser más hermoso del universo... pero aún así debo reconocer que siempre me pareciste lindo..._dijo seductoramente.
El más bajito palideció ante ese comentario. Su cuerpo se estremeció, sabía qué iba a pasar, otra vez viviría el mismo infierno.
_"Kakaroto..."_intentaba gritar, pero las palabras no salían de su garganta.
_Siempre sentí cierta atracción hacia ti, desde que eras un crío. El gran Freezer nos contó a Dodoria y a mí lo que te hacía, y eso sólo aumentó mi deseo de poseerte. Tardé dos años en llegar a este lugar, y bien lo voy a aprovechar. No le diré que estás aquí, serás sólo para mí. Volveré a su nave tan sólo termine contigo...
Después de decir eso, se acercó rápidamente a él, lo tomó de las manos con una sola de sus manos y lo tiró cuidadosamente a la cama para no romperla, se sentó abajo de la altura de su entrepierna, poco arriba de las rodillas, usó su brazo disponible para ahorcarlo levemente, para que no hablara, sólo respirara dificultosamente. Se inclinó hasta estar cerca de su rostro y lo comenzó a besar. De los ojos del príncipe comenzaban a caer lágrimas. No podía hacer nada, ese mastodonte que le triplicaba la estatura y que le doblaba la edad era mucho más fuerte que él. No podía ni gritar. Si su novio estuviera ahí podrían luchar juntos, y quizás así vencerlo. Pero no estaba, se encontraba solo. Cada lágrima que se deslizaba por su mejilla era limpiada con la lengua de Zarbon. Se sentía tan inútil, no era capaz ni de pronunciar palabra.
Pasaron los minutos, y el peliverde seguía en lo mismo. Quería saborear cada milímetro de esos labios tan finos y suaves. De pronto, la puerta se abrió y un chico de cabellos alborotados, que sostenía un hermoso ramo de flores entró. Goku palideció por completo a ver una dolorosa imagen. Vegeta estaba recostado en su cama, y un sujeto estaba recostado encima de él, besándolo.
El pelinegro se sintió traicionado, porque incluso cuando llegó no notaron su presencia y seguían en lo suyo. Su cuerpo estaba inmóvil, su alma se sentía vacía, su corazón se despedazaba lentamente, haciendo aún mayor su sufrimiento. De sus ojos caían pequeñas lágrimas. Soltó aquel ramo de flores, y éste cayó al suelo.
_¿Cómo pudiste haberme hecho esto, Vegeta?_dijo en susurro.
Los dos escucharon eso, así que el peliverde soltó un poco de su agarre para ver a aquel que había hablado. Lo vio y sonrió con cinismo, ya se imaginaba la relación que tenía con el príncipe de los saiyajin. Pudo ver como ese joven alto, se iba rápidamente y emprendía vuelo a quién sabe donde. Vegeta, al ver al de piel verde distraído, lo empujó y salió corriendo para poder alcanzarlo y explicarle el malentendido. Iba a comenzar a volar, pero aquel sujeto que era más alto que él lo sujetó con fuerza del pie, evitando que se fuera.
_¡Suéltame, maldito insecto!_gritó intentando zafarse de su agarre.
_¡No! ¡Tú te quedas aquí!_dijo molesto mientras lo lanzaba con fuerza contra el suelo.
El menor se puso de pie rápidamente, pero el otro le dio una fuerte patada mandándolo lejos. Se acercó a gran velocidad y lo tomó del cuello. El príncipe estaba muy herido, pero no se daría por vencido. Elevó su ki e intentó golpearlo, pero el mayor fue más veloz y le dio un fuerte rodillazo en el abdomen. Lo tomó de la playera y le dio un puñetazo en la cara, haciendo que le sangrara la nariz. Zarbon se tranquilizó un poco, dejando su enojo de lado. Sonrió lujuriosamente y, de un sólo movimiento, le arrancó toda su vestimenta, déjandolo desnudo.
Al pequeño le quedaban pocas fuerzas, pero necesitaba unos minutos para reponerse y poder pelear de nuevo. Fue recostado en el suelo por el mayor, y lo empezó a besar en los labios, después bajó al cuello y empezó a dejar lamidas y mordiditas que no dejaban marca. El menor se sentía mal, no podía contra él, era mucho más fuerte. Zarbon se detuvo y lo tomó con fuerza del cabello, lo atrajo a sí y se bajó aquella prenda que cubría su entrepierna. Una vez descubierta, lo obligó a introducirla en su boca.
_Gghgh_no podía hacer ni el más mínimo sonido entendible, aquel miembro era de proporciones considerables y lo estaba ahogando.
El peliverde lo sacó levemente, luego lo volvió a introducir, simulando embestidas, buscaba más placer a costa del menor. Luego de unos cuantos movimientos más, se vino dentro de la cavidad bucal de aquel joven.
_·Cof cof_tosió Vegeta cuando el mayor sacó su miembro de u boca, escupió parte de ese semen que se quedó ahí dentro, haciendo que unas cuantas gotas cayeran por la comisura de sus labios.
El mayor rápidamente le dio vuelta al menor, haciendo que su espalda estuviera contra su pecho. Sin preparación alguna, introdujo de una sola estocada su masculinidad.
_AAHHHHH_soltó un grito desgarrador. Lloraba a mares, sentía que su cuerpo se partía en dos, su alma era destrozada lentamente, su mente se nublaba, concentrando sólo el dolor.
El de piel verde, sin esperar, empezó a moverse, buscando más y más placer. Sangre comenzaba a escurrir de la entrada del menor, haciendo que el miembro del más alto resbalara con facilidad, lo que provocaba que se moviera más rápido. En resumen, el saiyajin sólo sentía dolor. Era insoportable, no podía evitar llorar ante tal tortura.
Luego de unas cuantas embestidas, el mayor se vino dentro del menor. Vegeta cayó rendido, su ki disminuyó a cero, sólo le quedaban pocas energías, sólo le quedaban para llorar. Zarbon salió del interior, se puso de pie, se cubrió su entrepierna con su ropa, entró a la pequeña y humilde vivienda y tomó su rastreador, y después salió volando. Su nave se encontraba cerca, llegó en dos minutos solamente, se subió en ella y cerró la compuerta, después ésta despegó del suelo y se perdió en el cielo, fue a reunirse con Freezer, tardaría dos años, pero esa sensación que tuvo al abusar del menor jamás se borrará.
Vegeta estaba en el suelo, inmóvil, adolorido, sangrando, y llorando. Fue violado por un sujeto enorme, pero, por increíble que parezca, eso no fue lo peor de su vida.
_Kakaroto..._murmuró usando de las pocas energías que le quedaban.
Lo perdió para siempre, jamás volvería a abrazarlo, a besarlo, a tenerlo cerca, verlo sonreír... ¿Y todo por qué? Por un mastodonte calenturiento que se atrevió a meterse entre ellos dos y creó un maldito malentendido. Ahora, ¿qué caso tenía vivir? Su mamá murió, no tiene amigos, no tiene a dónde ir, no tiene al amor de su vida junto a él... ¿Su peor pesadilla? Era perder a Goku, lo amaba con todo su corazón. Tenía pesadillas en las que recordaba cuando Freezer, esa maldita lagartija blanca, lo violaba una y otra vez. Pero eso no era lo peor que le podría pasar. Perdió a esa única persona que en verdad amaba, por la que daría su vida incluso sólo por verlo sonreír con esa "estúpida" sonrisa infantil. Ya no estarían juntos... Ahora, ¿qué más da si le daban dolores? ¿o si lo utilizaban como su juguete sexual? ¿o si se mataba de hambre? ¿o si se moría ese mismo instante? Ya no le importaba nada, perdió para toda la eternidad a esa persona tan especial en su vida. Perdió, al único con el que quería pasar el resto de su vida. Ese malentendido arruinó su felicidad, la única felicidad que le quedaba. Esa relación era la mejor que podría haber existido en toda la eternidad, era verdadero amor. Amor sincero, verdadero, puro... Y ahora ya no lo tendría... ya no existiría para él...
Lentamente cerró los ojos, no quería ver ya nada, no quería oler nada, no quería escuchar nada... ya no quería sentir nada... Se sentía simple, tan asquerosamente simple, idiota, sin gracia... pero con unas infinitas ganas de que ese joven de cabellos alborotados no lo abandonara. Lamentablemente, ese chico se sentía traicionando, y, probablemente, jamás lo perdonaría.
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