Tuvieron que llamar a una ambulancia para poder llevarlo al hospital, Jiraiya miraba desde las puertas principales. Miraba como su esposa se metía junto con su nieto a la ambulancia.
-¡Escuché que se metió en una pelea y perdió!
No podían faltar los comentarios sobre lo ocurrido, y claramente no podían faltar los rumores. Esos que tanto odiaba.
Él sabía que Naruto no era muy querido en la comunidad, tenía uno o dos amigos cercanos. Los demás eran compañeros con quienes le gustaba estar un tiempo, luego de eso estaba gran parte del internado. Los conocidos.
-Yo escuché que se golpeó la cabeza al correr, qué patético.
No pudo aguantar más. Dio órdenes a los maestros para que 'controlaran' a los alumnos y se fue.
Dos personas lo siguieron.
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Cuando entró a su oficina no cerró la puerta, pero de todos modos escuchó como cerraba.
-Jiraiya-san...
-¿Neji?, ¿qué haces aquí?
-Yo también estoy aquí. -Dijo molesta otra voz.
-Lo sé Sasuke.
-¿Qué tiene Naruto...? Nunca lo había visto así, estaba pálido.
El adulto se sentó e hizo un ademán para que ellos lo hicieran también.
-Sinceramente no lo sé, la única que podría saberlo es Tsunade o Shizune. Pero espero que no sea nada grave.
-Vómito sangre, debe ser algo grave. -Insistió el azabache.
-Ahí tenemos al ganador del optimismo.
-Soy realista. Ustedes deberían también.
El azabache salió de la habitación, resignado.
También le dolía pensar en el rubio postrado, conectado a máquinas y más... ¡Pero debía ser realista! No podía lamentarse por él, tenía que hacer algo.
XSasuke POVX
Caminé por los pasillos rápidamente, esquivando a varias chicas que se interponían en mi camino. Tsk. Molestas.
-Oi.
Le toqué el hombro a la chica que antes estaba hablando con el pervertido y con Naruto.
-¿Sí? -Me miró confundida y por suerte parecía no interesarle. Incluso podría llegar a ser mi amiga.
-¿Dónde está la habitación de Naruto?
La chica miró a ambos lados y luego se acercó a mi oído.
-Sigueme, no quiero que Neji se entere. Al pobre lo acosa todo el día, no creo que lo pueda soportar las noches también.
Gruñí en mi interior, golpeando a un pequeño Neji.
-Ese tal Neji... ¿Hace cuánto conoce a Naruto?
-... -Miró el techo confundida mientras nos adentrabamos cada vez más en los pasillos que daban a las habitaciones.- Naruto fue quien se presentó. Lo hizo conmigo también, y creo que lo ha hecho con todos...
Siguió mirando el techo, ahora con una sonrisa melancólica.
-... Y aún así no lo aceptan... -Murmuró.- De todos modos, creo que eso fue hace un par de años... Um... Realmente no recuerdo. Disculpa.
-No te preocupes, con eso basta.
XNormal POVX
Pronto llegaron a la habitación del rubio, de la cual salía una estruendosa música según Sasuke.
TenTen tocó la puerta varias veces, pero al notar que aún nadie salía decidió gritar.
-¡Kiba, abre la puerta! -Inmediatamente se cortó la música y de la pequeña habitación salió el castaño con un genio de los mil demonios.- ¿Te saltaste las clases de nuevo? Cuando llegue Naruto te va a regañar.
-No me importa-- ¿cuando llegue?, ¿dónde fue?
-Al hospital. -Respondió secamente el azabache abriéndose paso.
La habitación estaba dividida drásticamente. Un lado estaba bastante desordenado con papeles en el suelo y demás, mientras que la otra prácticamente estaba perfecta.
-... Tsk.
Se acercó al lado ordenado, cierta parte le llamó la atención.
Papeles desordenados por todas partes, la mayoría estaban tachados con equis rojas en el medio, otros estaban destrozados en pedazos.
Tomó uno y lo dio vuelta para verlo mejor, ese no tenía nada.
-¿Qué es esto? -Realmente no esperaba respuesta, dado que ya sabía parte de ella.
-Son dibujos de Naruto. -El castaño se acercó y le quitó el papel de las manos.- Wow... Nunca me había dejado verlos, son hermosos...
-Sí, pero el que tienes en las manos no precisamente.
Kiba lo observó mejor.
Sangre en las puerta y ventanas de un auto; un cuerpo atravesaba la ventana del frente, una mujer pelirroja.
Su cara no tenía bastantes detalles, es más, el dibujo no se parecía a nada de lo que había dibujado antes.
-Es tan... Oscuro.
Siguió observado, más allá del auto había un hombre dado vuelta, su cuerpo bastante mal herido: le faltaba un brazo y estaba cubierto de sangre, se la veía un hueso del tobillo.
-...
El dibujo expresaba tantas cosas a la vez, tantas cosas en un solo trozo de papel que pasó desapercibido un pequeño niño rubio escondido entre los brazos del hombre rubio.
-De verdad es terrorífico...
Lo dio vuelta, una fecha.
-¿10 de octubre?, ¿será cuando lo dibujó?
-No sé, pero ese es el cumpleaños de Naruto. ¿No sale entre año?
-...No, no aparece nada.
-¿Ya terminaron de espiar las cosas de Naruto? -Interrumpió TenTen, que ahora tenía afirmado a Neji.
Los chicos asintieron algo estupefacientes, los dibujos del rubio eran de cosas vivas: animales, paisajes o gente divirtiéndose, no accidentes de tráfico.
Los cuatro caminaron fuera de la habitación.
-Tendremos que esperar y preguntarle a Jiraiya-san...
-¿Qué? ¿Por qué?
-Naruto esta en el hospital Neji, ya te lo había dicho.
La castaña golpeó a su compañero con un gesto alegre. Los otros dos sonrieron levemente.
XEn el HospitalX
Tsunade entró apresuradamente junto con los médicos de primeros auxilios, el rubio que yacía en la camilla seguía inconsciente.
-¡¿Cómo está la presión?! -Decir que estaba llamada era poco. Su nieto era lo único que le quedaba, aparte de su marido, claro esta. No podría soportar perder a alguien nuevamente.
-Estable doctora Tsunade, no se preocupe estará bien.
A pesar de querer atender a su familiar los otros médicos no la dejaron, dejándola fuera de la sala de emergencia.
-¡Dejenme entrar desgraciados!, ¡yo quiero saber que le está pasando!
Golpeaba la puerta con fuerza descomunal. Cuando pudo abrir un poco observó como a su pequeño nieto lo conectaban a una máquina de oxígeno además de estar conectado a ciertos medicamentos.
-¡Tsunade-sama! -Su compañera y mejor amiga corrió para sacarla de ahí.
La adulta estaba pálida, sus manos temblaban por el estrés y la ansiedad.
-Tsunade-sama, él estará bien. Tranquila.
-No Shizune, no estará bien... ¡¿no lo viste?! ¡Apenas puede respirar por su cuenta! No está bien.
-P-Per--
-No puedo perderlo Shizune, ese lo único que me queda después de Jiraiya. No soportaría perderlo, no después de perder a Minato y a Kushina...
La rubia comenzó a sollozar apoyada sobre la azabache.
Nunca la había visto en tal estado, de verdad debía ser algo malo.
X2 meses despuésX
La suave brisa que entraba por la pequeña ventana lo relajaba, tenía tanto sueño... Los medicamentos que le daban le producía eso... Un sueño gigantesco.
-Naru, ¿estás bien? -Tsunade entró a la habitación, ojos rojos. El rubio hizo una mueca de preocupación.
-Obaa-chan, ya pasaron dos meses. No puedes seguir llorando-- o tomando.
La mujer lo observó estupefacta.
-No he estado bebiendo--
-Huelo el alcohol hasta aquí.
-A pesar de estar tan sedado sigues siendo un diablillo.
-Haha...
Hubo un pequeño silencio, uno muy cómodo.
-El lunes podrás volver si quieres, Jiraiya está tomando medidas.
-Claro que quiero volver...
-Bien, pero sabes que deberás ausentarte ciertos días, por los exámenes.
-Lo sé...
Otro silencio.
-Obaa-chan, ¿crees que me acepten como estoy ahora? ¿Tendré a mis amigos a mi lado...?
Nunca lo había visto así, no desde que sus padres habían muerto.
Estaba tan triste, sus ojos no desprendían esa alegría característica de él.
-Claro que sí, Naru. ¿Por qué no deberían?
-Porque estoy calvo...
-Naru...
-¡Es verdad!
Lo miró con simpatía. Era cierto, los tratamientos le habían quitado la mayoría de su cabello. Solo le quedaban mechones que caían.
-Yo te quiero así, y no quiero a cualquiera.
Ambos sonrieron.
-...Gracias.
-De nada pequeño.
XLunesX
Estaba fuera del establecimiento. Tenía un gorro puesto sobre su cabeza. Ya no le quedaba ni un solo cabello.
-... Qué gracioso, estoy nervioso haha...
-Si no quieres entrar está bien, podemos darte educación en el hospital. Estarás más tiempo con Konohamaru.
-Konohamaru está bien... Lo dejarán salir en una semana o dos. -Sonrió.
Konohamaru fue el chico que conoció el primer día, él tenía un osteosarcoma, pero llevaba años peleando contra él.
Desde que tenía tres años. Y por fin lo había podido vencer.
-Bueno, te visitará. Shizune me contó lo triste que estaba ayer, y hoy también. Ni siquiera quería timar su medicamento.
-... -Sonrió levemente.- Bueno, hora de entrar.