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10 Años de soledad. por LeonSmith

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Notas del capitulo:

Hola gente, vengo con un nuevo capítulo del fic. He estado un poco confundido estos días, bastante tentado a abandonarlo (es un poco deprimente la falta de lectores, además que me enamoré de otro personaje). Sin embargo, se me haría mal plan para las personas que si lo leen, espero y se animen a comentar algo a propósito de esto. Sería bastante importante para mí. Después hablamos de esto, por mientras a leer éste capítulo suculento.

Un saludo muy especial a lucy49. 

[ — Déjame decirte una cosa, Anthony Thompson . . . – Ben, transformado en Rath, se mostraba amenazante frente a su chico -  tú y yo teníamos un trato.

 — Pero Ben . . . – Tony trató de tranquilizarlo.

 — No hay excusas para tu traición – levantó al mayor con una sola mano – Tú te quedarás a mi lado, ¡no dejaré que seas un plomero!

 — Benny, por favor . . . yo necesito poder ayudarte . . .

 — Yo soy Ben Tennyson, no necesito la ayuda de nadie.

 — Pero . . .

 — ¡Se acabó la charla! – Rath lanzó al ojinegro por los aires.

 — ¡Ben!

 — ¡Es por tu bien, Tony! . . . ¡Tony! . . . ¡Tony! . . . ]

 — ¡Tony! – el mayor regresó de su imaginación, se dio cuenta que todos en el comedor lo observaban. Ben lo agitaba del hombro.

 — ¿Qué pasa? – preguntó confundido.

 — Dímelo tú, estábamos platicando de la nueva base de los plomeros, y de pronto  te perdiste – nuestro héroe parecía preocupado.

 — Mil disculpas, estoy muy distraído, es todo – sonrió son la mayor naturalidad que pudo.

 — No te preocupes, muchacho. Ya estamos acostumbrados a eso, ¿verdad hijo? – Carl lanzó una poco sutil indirecta a su hijo.

 — ¡Papá! – se defendió.

 — A mi me grada que tengan una mente tan activa – Sandra abogó por los chicos.

 — Gracias seño . . . Sandra – respondió un tanto avergonzado – Y gracias por el delicioso desayuno.

 — No hay de qué, Tony. Eres bienvenido las veces que quieras – la rubia mostró una sonrisa sincera, su esposo sólo alzó su ceja.

 — Bien familia, hay una base entera que necesita a su líder – Max se levantó del comedor – Muchas gracias por el desayuno, para la próxima yo los invitaré – todos fingieron una sonrisa, excepto Tony (aún no probaba las delicias del abuelo Tennyson).

 — Adiós, abuelo – Ben se levantó a abrazarlo.

 — Adiós, papá.

 — Hasta luego, Max.

 — Adiós a todos. Tony, nos vemos mañana – Max salió de la casa, mientras Tony sentía un vacío en su estómago. No quería que Ben sospechara algo.

El desayuno terminó. Carl salió al centro a comprar productos de jardinería, Sandrá recogió los restos de la reunión. Tony se ofreció a ayudarla (más para evitar a su hijo), pero ella se negó, quería que los chicos se divirtieran un rato.

Ben subió a su habitación sin siquiera hablar con su chico, todo confundió aún más al ojinegro. Se sentó un buen rato en la sala, mientras analizaba las posibilidades a las que se enfrentaría al hablar con su pareja. Todos los escenarios le parecían perturbadores, pero lo que en verdad lo perturbó fue . . .

 — Tony – nuestro héroe lo llamó desde su cuarto.

 — ¿Qué pasa? – trató de sonar relajado.

 — Podrías venir, por favor – su voz era aterradoramente inexpresiva.

 — Voy – tartamudeó.

El futuro plomero (sí es que su novio no lo asesinaba antes) se dirigió al primer piso, trataba de alentar su paso para postergar lo inevitable. Cuando llegó a la puerta de la habitación, dudó mucho en entrar. Sus piernas temblaban mientras su garganta se secaba por completo. Cuando por fin abrió la puerta, su novio se encontraba recostado boca arriba en su cama.

 — ¿Me llamaste? – parecía que le hablaba a un dictador, en vez de a nuestro héroe.

 — Si, acércate – ese mismo tono de voz, cada vez asustaba más al mayor.

Tony cerró la puerta y se acercó con bastante cautela al menor, cuando estuvo situado a su lado, Ben se le quedó viendo fijamente, parecía detective observando al sospechoso de un crimen.

 — ¡Qué pasa? – el mayor se sintió incómodo con esa mirada.

 — ¿Por qué verás a mi abuelo mañana? – soltó la bomba.

 — . . . – el ojinegro palideció, tenía planeado todo un discurso para éste momento. Sin embargo, todo se le olvidó al comenzar el interrogatorio.

 — Tony . . .

 — Yo . . . no puedo mentirte – Ben alzó la ceja, mientras el mayor tomó una fuerte bocanada de aire – Acepté unirme a los plomeros.

 — ¡¿Qué?! – se sentó rápidamente.

 — Ben, no te enojes. Es sólo que . . .

 — Sabes, teníamos un trato.

 — Lo sé, pero debes entenderme. Siempre he estado del lado equivocado de la historia – se sentó a su lado.

 — ¿A qué te refieres?

 — ¿Recuerdas a los matones que nos atacaron?

 — Si, ¿qué hay con ellos? – su semblante era serio.

 — Yo pertenecía a su banda . . . era un criminal cualquiera – no pudo mirarlo a los ojos.  

 — ¿Eso que tiene que ver? – su enojo parecía más un berrinche infantil.

 — ¡No lo entiendes?, toda mi vida he sido el malo de la historia. Cuando vi en las noticias que tú eras ese superhéroe que nos había salvado innumerables veces, sabía que debía volver a verte.

 — ¿Por qué?

 — Porque eres mejor que yo, en principio vine a disculparme, pero me di cuenta que el motivo por el cual quería volver a verte, era sentir la compañía de alguien que hiciera lo correcto, alguien bueno – sus ojos comenzaron a enrojecer.

 — Tony, tú no tienes que ser un plomero para ser alguien – lo abrazó – tú ya eres alguien para mí.

 — Lo sé, y te amo por eso – besó su cabellera – Pero, necesito hacer algo bueno por mi cuenta. Los plomeros me ofrecen la oportunidad de ayudar.

 — Pero sí te pasará algo – lo abrazó muy fuerte.

 — Tranquilo, estaré bien, lo prometo – acarició la espalda de nuestro héroe – Además, sí puedo sobrevivir al Insaciable Ben 10 . . .

 — ¡Cierra la boca! – le dio un codazo mientras escondía su sonrojado rostro.

 — Te amo, Ben – beso tiernamente los suaves labios del menor, un cálido beso que limaba las asperezas de hace unos instantes. Sus bocas se fundían cada vez más y más, su respiración se volvía seductoramente intensa. Todo los conducía a un momento bastante íntimo, excepto por . . .

 — Amor, ¿quieres acompañarme al centro co . . .? – la señora Tennyson entró de improviso.

 — ¡Mamá! – apartó a su amante, quien cayó al suelo sorprendido.

 — Lo lamento chicos, no estoy acostumbrada a . . . esto – parecía bastante incómoda.

 — Mil disculpas seño . . . Sandra – se disculpó aún en el suelo – yo ya me iba.

 — Como gustes, Tony. Puedo llevarte a tu casa.

 — Yo lo acompañaré, mamá – interrumpió Ben, aún molesto.

 — Está bien, cariño. No llegues tarde – la rubia salió del a habitación.

 — Claro, mamá – nuestro héroe se asomó por la ventana, para rectificar que su madre se había ido - ¿En qué estábamos . . .? – comenzó a lamer el cuello del mayor, quien aún no se levantaba del suelo.

 — ¿Qué haces, Ben?

 — Te beso.

 — Pero, ¿no me acompañarías a mi casa? – se levantó y se paró frente a la cama.

 — No sabes lo que significa ser plomero, ¿verdad?

 — Pues . . .

 — Para ser Plomero, debes ir a la Academia.

 — ¿Y?

 — Y . . . en la Academia no podrás salir cuando quieras, será como una especie de internado.

 — ¡¿Qué?!

 — Y agradece que abrieron una en la Tierra, antes tenías que viajar a una estación espacial.

 — Entonces no podré verte . . . – se sentó en la cama, un tanto triste.

 — Nos veremos, pero no tan seguido. Por eso . . . – acarició el pecho del mayor.

 — ¿Y tus papás? – se resistía a caer en los encantos del chico.

 — No llegarán en un buen rato. Vamos viejo, ¿me dirás que tú no quieres?

Tony se convenció fácilmente por su novio, se recostó a su lado con tranquilidad y comenzó a besarlo. Ésta vez quería ir lento, pues no sabía cuánto tiempo tardaría en poder sentir al héroe. Rozaron sus cuerpos como aquella tarde en que todo comenzó. Acarició su cintura y subió lentamente la playera del ojiverde hasta desnudar todo su pecho. Baso sus tibios labios hasta los pezones de Ben y empezó a besarlos con suavidad.

Para nuestro héroe era extraña la delicadeza de su amante, pero no le molestó para nada. Se sentía en una de esas películas que veía Gwen, donde todo sucede en cámara lenta. El mayor retiró su playera y la de su tierno amante, lo abrazó y se postró sobre él, inconscientemente trataba de protegerlo.

Ben acarició su musculosa espalda, se deleitaba con lo fornida que era, a la vez de suave. Sus manos siguieron su recorrido mientras era amorosamente besado, bajó más sus manos y sintió el firme trasero de su hombre. Comenzó a masajearlo por encima de sus jeans, pronto el mayor sintió incomodidad en su parte delantera y en la de su novio.

Se quitaron el resto de la ropa, volvieron a entrelazar sus ahora desnudos cuerpos. Ben volteó al mayor y lo recostó boca arriba, besó desde su aterciopelado pecho, pasando por su fuerte abdomen, llegando al fin a su despierto miembro. Lo acarició con suavidad mientras besaba las piernas de su amado.

Tony se sentía en las nubes, nunca se había dado el tiempo de gozar tanto el previo. De pronto, sintió suaves lamidas de parte de su chico. De a poco lo introdujo en su boca, saboreándolo con una expresión bastante sexy a decir de Tony.

Ben relamía cada centímetro de ese grueso pene, derramando un poco de saliva para facilitar su labor. Su novio acariciaba su cabellera en señal de gratitud, antes de que él terminara, sacó la virilidad de su boca y subió para besarlo.

 — Voy a extrañar esto – pronunció Tony mientras el menor besaba su mentón.

 — Hagamos que te lleves un buen sabor de boca . . .

Ben se recostó en la misma posición en la que estaba el mayor, quien esta vez se encargó de atender el apetecible miembro de su chico. Primero lamió con cuidado sus testículos, masajeándolos con bastante suavidad. Luego, comenzó a succionar su virilidad, abriendo su boca para poder degustarlo completo.

El ojiverde movía sus caderas con un ritmo suave, sintiendo la cálida presión que ejercía la boca de su futuro plomero. Al poco, sintió la lengua de su amante que subía y bajaba por su juvenil miembro, esas caricias lo estremecían casi al punto del orgasmo, por lo que le indicó que parara.

Tony volteó el cuerpo del menor con bastante delicadeza, quería atender sus suaves glúteos. Acarició su espalda mientras con su boca probaba la tersa piel, pronto escuchó los suaves pero sensuales gemidos de su amante. Subió un poco para que Ben lamiera sus dedos, él atendió con gusto; humedeciendo con su boca tres dedos del mayor, su rostro reflejaba una mirada erótica al hacerlo.

Al sentirlos lo bastante húmedos, volvió hasta la entrada del chico e introdujo lentamente uno de los dedos. Nuestro héroe soltó un pequeño quejido de dolor, pero pronto la habilidad de su novio logró cambiar esa sensación por un placer indescriptible. Después de sentir que su amante se había acostumbrado, el mayor metió con cuidado un dedo más, ésta vez obtuvo un delicioso gemido por parte de su amante, no tardaría en meter el tercero.

Ben se maravillaba por el placer que le regalaba su hombre tan sólo con un par de dedos, nunca lo había tratado con tanta delicadeza. Cuando se sintió listo, le indicó al mayor que iniciará con la siguiente etapa de la diversión.

Anthony se recostó sobre la espalda de Tennyson, con una de sus manos lo abrazó por el cuello, mientras que la otra le ayudaba para introducir su palpitante miembro dentro de su ser. Inició con la prominente punta, despacio metió el resto, no quería que terminará nunca su idilio.

Ben se sentía extrañamente completo al estar su amante dentro de él. Con sus caderas, indico que necesitaba sentirlo aún más. Tony inició un lento vaivén, sus emociones fueron el condimento adecuado para su encuentro. Pronto sus gemidos inundaron la habitación de Ben, las caricias, los besos, todo era perfecto. Sus respiraciones se habían sincronizado en un sensual coro que los invitaba a poco a poco aumentar el ritmo de su amor.

Las caderas de ambos agilizaban sus movimientos, el ojiverde ahogaba sus gemidos entre sus sábanas, mientras que Tony le respiraba al oído. Sus pieles comenzaron a humedecerse por el calor que emanaban. La mano de Tony bajó sutilmente hasta la entrepierna del héroe, comenzó a masturbarlo al mismo ritmo que las estocadas. Sus espíritus estaban a punto de abandonarlos al sentir que sus cuerpos soltaban todo un mar de emociones, hormonas y excitación.

 — Benny – con su fatigada voz se acercó al oído del menor - ¡Ah!

 — ¡Ah! – cayeron rendidos sobre las sábanas humedecidas por el sudor y la tibia semilla del ojiverde. Se recostaron juntos, Ben aún con el latente miembro de su hombre, humedecido por el fruto de su amor.

Notas finales:

Pues espero y lo hayan disfrutado, éste capítulo será de muchas partes. La canción que me animó a escribirlo es Drag de la banda Placebo, no duden en escucharla. Les recuerdo que hay un grupo de facebook en el cual compartimos imágenes y fics de Ben 10, no duden en unirse (el ambiente es muy agradable :) ).

También les aviso que estoy planeando hacer un oneshot de Ben 10 con motivo de Halloween, no sé sí les gustaría (la pareja puede ser la que ustedes quieran). En mi perfil de Amor Yaoi pueden leer mis otros fics, son sobre Marvel. Y pues sí son muy buena onda, escriban un review.

Soy León Smith, les deseo muy buena semana y buenas lecturas.

 

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