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Entre un Kilómetro y un Milímetro por AndyStrangeMc

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Notas del capitulo:

Después de tardar les dejo este homúnculo literario~ Ojalá disfruten.

 

 

Las siete dieron en el reloj y Kazunari sabía perfectamente que era momento de levantarse. Si tan solo el día anterior no se hubiese quedado pensando hasta más allá de las dos de la mañana, ahora no se estaría debatiendo entre las sábanas.

 

El día anterior actuó de una manera burda ¿Cómo fue posible hacerle tal escena a Shintarou? mostrando sus celos como si de amantes se tratasen, vaya incluso se preguntaba a sí mismo si su relación era algo similar a la de 'amigos' porque Midorima era confuso, por momentos era fácil de leer pero en otros era un completo enigma. Eso era lo que le hacía aún más interesante, bueno para Takao no era fácil separar qué era lo que no se le hacía interesante sobre el doctor.

 

Últimamente se daba el lujo de que fuera su primer pensamiento en el día y también el último, aunque a veces tenía otro tipo de pensamientos muy alejados del joven que portaba anteojos. Desde el verano pasado las cosas en el hospital habían cambiado para bien, su insomnio se iba erradicando a pasos agigantados y era porque en lugar de ovejas él veía una película de recuerdos que encabezaba Midorima.

 

Sí fuese más joven se atrevería a pensar que lo que siente es lo mejor, porque Shintarou es guapo, inteligente además que sabe un montón de cosas que él ni de chiste se imaginó dialogar con alguien. Entre tanta ventaja se encontraba él, entre lo sucio, mediocre e inútil.

 

No, para nada se está denigrando como le dice Daiki que lo hace. Es completamente verdad que así es y no culpa a nadie de sus errores, es humano y sabe perfectamente que puede ser así y que allá afuera hay quienes todavía son peor que él.

 

Si tan solo se conocieran en otras circunstancias, que fueran compañeros de instituto porque de carrera era obvio que no, Takao jamás se imaginó estudiar medicina ni nada referente al cuidado de otra vida. Prefería el arte, llámese música o pintura en acuarelas o pastel; Dichas técnicas se le daban muy bien que en secundaria, junto a compañeros hicieron una exposición donde dos de sus pinturas habían sido compradas y el dinero lo gastó en una guitarra de segunda mano, a la cual extrañaba.

 

Hacia un año que no pensaba en salir tan ferviente. Hace un año las ideas de suicidio no habían disminuido ni un poco. Si bien no lo había vuelto a intentar pero el anhelo estaba ahí, esperando a ser cumplido. Sin embargo al menos en las dos últimas semanas rara vez se acordaba de ello, Aomine también se lo comentó con una enorme sonrisa. Se lamentaba molestar tanto a su doctor y que sus avances fueran menores al nivel de compararlos con los de Akashi.

 

Y hablando de ese pelirrojo. Tenía que ir a verlo, Atsushi le dijo que quería hablar con él desde hace tiempo pero teme por lo que pueda decir. Akashi sabe todo desde que la mayoría se entere, por más secreto que sea a él no se le escapaba ni un mísero detalle. Lo agradecía pero hay cosas que se deben quedar en secreto, porque los secretos duelen menos que las mentiras.

 

Tiró la sábana lejos de la cama, así el frío entraría y lo obligaría a levantarse por ella, en dos minutos irían por la ropa de cama, ya que estaba prohibido estar mucho con ella. Por lo que preguntó sabía que era posible ahorcarse con ella pero ¿de dónde? si no había de donde colgar además que era imposible ahorcarse a uno mismo, sí... ya lo había intentado.

 

¿De cuántas maneras había intentado quitarse la vida ya? Era mejor no contarlas para evitar el recuerdo y una posible recaída. Pensando lo bien, no. No caería de nuevo porque ya no quería morir, necesitaba salir del psiquiátrico para poder salir con Midorima si éste aún deseaba hacerlo. Sintió un hormigueo desde el estómago que culminó en las mejillas provocándole la misma sensación. Tenía que ponerse pronto la ropa para salir y buscar al mayor como usualmente lo hacía.

 

~o~

 

Años habían pasado desde que Midorima tuvo un sueño tan relajante como el de anoche, pareció que durmió entre nubes de lo descansado que había amanecido el cuerpo. Ni los mejores masajes le dejaban ese gratificante sentir. Como habitualmente hacía  tomó un baño antes de irse, ya que siempre pensaba que olía a sudor después de dormir, porque aún los días eran cálidos y el calor en Tokio era bochornoso la mayor parte del tiempo. De igual manera tenía que disfrutar de los últimos días que tenía ese clima, ya que éste era demasiado cambiante entre estaciones y cuando menos lo esperara tendría una escarcha blanca sobre toda la ciudad.

 

También tomó el paraguas antes de salir de casa, el horóscopo le había recomendado uno y el objeto de Takao está vez se trataba de un bolígrafo con tinta roja. Fue más de media hora de camino y eso le desesperó, y él solía ser una persona paciente en ese aspecto. Kazunari le estaba cambiando, pero esos cambios eran buenos; su caparazón se desenvuelve frente al moreno, mostrándolo tal cual era. Un adulto caprichoso, gruñón pero también cariñoso y aprehensivo.

 

Registró su llegada diez minutos antes de la hora que debían entrar oficialmente, era normal en Japón hacer eso aunque Daiki violaba ese protocolo entre nipones. Fue directo a la oficina para comenzar con los informes y la agenda que tenía hoy. Aparte que ese día vería en persona a Kasamatsu Yukio, puesto que en días anteriores le había dicho que ya tenía avances de la demanda y los papeles para el reingreso de Kise a la universidad, suerte que el rubio había sido buen estudiante (increíblemente para él) y la universidad estaba gustosa de su interés por regresar.

 

También la otra semana era el nuevo estudio de Akashi para ver de nuevo si había algún avance, no quería escuchar de nuevo que ningún avance había sucedido pero ¿qué hacía? No era simplemente como si los medicamentos y la terapia funcionaran mágicamente de un día para otro, y aunque quisiera que fuera así a él le tocaba cargar con el estrés.

 

Si tenía poco más de diez meses para curar algo que no lo ha hecho en años... Se había metido en la boca del lobo, eran dos casos en uno o incluso más. Quizá para muchos era divertido o un verdadero reto, pero ahora que su cerebro lo razonaba más se quería dar de topes contra la pared más cercana.

 

Después de calmar su ansiedad se dispuso a ir con Fukui a entregar los papeles que había terminado de escribir con la letra más limpia posible. No tardó más de dos minutos de hacerlo, saludando también a Kagami y Himuro que estaban con el otro.

 

Los proclamados "hermanos" discutían acerca de Midorima después de que éste se marchó. Porque Himuro insistía en que a Midorima le gustaba Takao y viceversa mientras que Kagami decía que era imposible, que Shintarou no podía sentir ese tipo de amor, que solo tenía cosas raras en la cabeza.

 

-Los pude observar bien Taiga, Takao nos estaba viendo y más a mí con una mirada de "No te acerques" no pude haberme equivocado-

 

-Ver con un solo ojo te está afectando el cerebro y la vista. Ya te dije, sabes el caso que es Kazunari para que estés diciendo eso. No se pueden gustar, solo que a Midorima le gusta ser amable con los pacientes- y solo con ellos en expectativa de la mayoría de los doctores. -Y dado a ello se esfuerza por hacerlo sentir bien, bro. Deja de ver cosas donde no lo son-

 

-Taiga me conoces bien como yo te conozco a ti. No estudie tantos años para que vengas a decirme que no sé lo que veo. Ellos tienen algo... Así como tú con Tetsuya.- asentía con una sonrisa, sabiendo que era el punto débil del pelirrojo.

 

Su cara se tiñó de un tono rojizo que competía con el color de su cabello. -Kuroko es un caso especial... Él es apegado a mí porque le salvé la vida, no por otra cosa.

 

Una mueca maliciosa se estacionó en sus labios. -¿Lo ves? Es lo mismo, como a él le gustas, a Takao le gusta Midorima. Si Aomine trata bien ese punto y hace que tenga sentimientos más fuertes por Shintarou será una carta bien jugada.

 

-Explícare por favor.

 

-Kazunari tiene un candado en su corazón ¿lo comprendes? Fue juzgado por ser homosexual y más aparte ser violado también por hombres. Es como a un perro que le dieron un golpe por comer croquetas. Es algo que no se puede evitar, es su naturaleza pero él piensa que no es correcto lo que siente por lo que huye de sus sentimientos.-

 

-Tu punto es que si él llega a aceptar los sentimientos que tiene por Midorima entonces también comenzará a perdonarse a sí mismo, al igual que a superar sus traumas más severos.-

 

-Bingo~ no eres tan torpe como aparentas Taiga- siguieron discutiendo algunas otras cosas mientras eran escuchados por Nijimura a fuera de la oficina.

 

No era secreto para Himuro los sentimientos de Nijimura hacia su amigo de la infancia, y entendía su postura de alejarse por el bien de Takao, se necesitaba de mucho esfuerzo para evitar que los sentimientos salieran a flote. Aún así le pidió que no moviera ninguna de sus cartas para hacer que él se acercara cada vez más a Kazunari.

 

De ratos odiaba a Midorima por ser lo que él no puede, por poder entender a alguien que pensó que conocía perfectamente. De todos modos sonrío entrando a la oficina entregando su informe de la semana, no dejaría que le afectará la situación.

 

~o~

 

Aunque siempre recibía los objetos con una preciosa sonrisa, esta vez solo levantó un lado de la comisura intentando hacerlo. Era obvio que algo le preocupaba pero Shintarou decidió mejor no preguntar, ya que como había días buenos también los había malos.

 

-Parece que hoy de nuevo va a llover ¿verdad?- preguntó viendo el cielo de nuevo, antes de mirar al menor que yacía a su izquierda como siempre.

 

-No me gusta cuando llueve, eso significa que mañana no podremos sentarnos aquí juntos y solo pasar un momento rápido...-

 

-No lo creo. Puedo traer un trapo para limpiar, ya lo he hecho ¿lo recuerdas? Aparte de que no dejaría que algo como restos de agua me alejen de los pocos minutos que pasamos juntos... Pero si mañana no quieres venir esta bien, nos veremos el día siguiente a ese.- lo comentó por instinto, no porque realmente no quisiera verlo, además que pensó que negaría de inmediato 

 

Se tomó de la parte alta de la espalda, subiendo por la nuca y enredando sus dedos en los cortos cabellos de la zona. -Lo siento... Pero sí creo que mañana no podré venir Shin-Chan, no quiero salir de mi cuarto hoy, ni mañana... Espero que esto se me pase rápido-

 

Asintió en un intento de no levantar la voz cuestionando el porqué de sus palabras, era un juego de dos opciones que prefirió omitir. -Estaré aquí de todas maneras, no te preocupes.-

 

-Lo peor es que sí me preocupo Shin-Chan, lo hago todo el tiempo- puso el bolígrafo al lado de la mano del doctor, no alzaba la mirada por nada y prefería no encontrar a los ojos verdes que le quitaban los malos pensamientos por las noches.

 

Dejó escapar su aliento despacito, ajustó los lentes por el puente de su nariz. -Lo sé, sé que no es tan fácil quitarse la preocupación de encima y más con una frase tan simple como lo es "No te preocupes" sin embargo es como una respuesta natural que se dice, no se piensa demasiado solo se expulsa.-

 

-De nuevo no te estoy entendiendo en nada Shin-Chan~ solo dices un montón de palabras que suenan bien pero que no logró comprender lo que realmente quieres decir.-

 

-El contexto que quiero que entiendas, es que no es sencillo no preocuparse, y más si solo recibes un "No te preocupes" a cambio- no era bueno explicando, y siempre lo supo.

 

-Creo que ya entendí, es cuando alguien solo te dice esa frase como si por magia fueras a quitártela de encima, aparte que lo dicen solo para calmarte, no porque les preocupe lo que sientes en ese momento.- se levantó del asiento, poniéndose frente al doctor. -Por hoy me iré Shin-Chan... Lo siento- inclinó su cabeza hacia la izquierda, apenado por la situación pero solo siguió su camino caminando hacia su habitación.

 

Ir con Akashi no había sido la mejor idea, aparte que solo soltó más cabos en su mente. Creó vacíos y reveló inseguridades en él, se lo agradecía por ser tan sincero pero es que esa verdad le dolía mucho, comparable al desprecio que sufrió después de aquella fatídica noche.

 

Las palabras causaban un eco que hacía compás con los pinchazos que le daban al pecho. Porque Shintarou también era un hombre, eso involucra a que si quisiera salir con él no se podría. Era algo contra la naturaleza. También el tema del sexo, volvería a pasar por lo que tanto temía. No podía tampoco mancharlo con su cuerpo usado. Midorima debía ver que él no era un buen partido, que afuera hay personas mas hermosas que acoplarían perfecto.

 

Aunque el deseo ya le empezaba a consumir, imaginarse que lo envolvía en brazos, le hablaba al oído o sus dedos rozaran desde su cuello hasta los hombros. Y ni qué decir de un beso, algo que le robara el aliento pero sin ese toque sutil de anhelo. Eran cosas que quería, al mismo tiempo que repudia.

 

Se tiró en la cama cansado de tanto palabrerío que su mente revolvía. El sueño no fue difícil de conciliar, pero sí bastante sencillo de despertar por la pesadilla que se dio en su subconsciente. Pues estaba en el mismo lugar de ese momento, Midorima le besaba el cuello mientras suaves gemidos salían de sus labios, escuchar la voz de Shintarou contra su piel como lo hacía su aliento le provocaba múltiples hormigueos en todo el cuerpo. Las gentiles manos del doctor se colaban por entre la bata, tocando los muslos y caderas, como deseó tener de nuevo esas piernas bien trabajadas para que el otro pudiera disfrutarlas al tacto. Pidió a gritos que le quitara todo y calmara los fuegos internos que encendió con sus caricias, súplicas que se vieron complacidas con el acto que pedía, quitando toda la ropa de su cuerpo, dejándose ver desnudo, que pudiera observar todas las marcas que tenía, los brazos hechos añicos de todas las cicatrices más las que estaban por la pelvis, pero Midorima solo tenía un semblante tranquilo y sus ojos le veían como si fuera una obra de arte. Se colocó en medio de sus piernas, embistiendo de una sola vez pero... El rostro de Midorima ya no era el mismo, era el de uno de esos tipos.

 

Casi se cae de la cama, exaltado y sollozando en voz baja. Shin-Chan jamás le haría algo así... Él lo trataría con sumo cuidado y afecto... Nunca lo tocaría si él no quisiera ¿O sí? Después de todo es una perra caliente que busca saciar sus instintos carnales.

 

Lo peor fue darse cuenta que estaba mojado, totalmente manchado por el líquido blanquecino que hacía mucho no veía en esa cantidad.

 

-Soy un asco....- musitó seguido de una risa casi inaudible, apretando los labios para no llorar por la aberración que sintió sobre sí mismo.

Notas finales:

Sí, lo siento sé que me tardé demasiado y aunque quise hacer el capítulo una biblia fue imposible. No pondré excusas a mi mal comportamiento, solo les aseguro que lo terminaré y espero hacerme el tiempo necesario para que eso sea pronto pero darle el final que se merece porque como ya he dicho quiero que esto sea todo lo humano posible y que no solo las enfermedades desaparezcan por arte del amor y los deseos de Dios. Ahh ¡Muchas gracias por leer y llegar hasta aquí! Me alegra mucho que a estas alturas aún haya gente hermosa que esté al pendiente, los adoro mil -corazón, corazón- También muchas gracias por comentar y levantarme los ánimos y me impulsa a escribir con prisa :'D 

Ya saben que cualquier comentario, sugerencia, crítica, duda o semejante es muy bien recibida (y contestada) También les aviso que tengo una página de face(? con mi mismo pseudónimo, lo digo porque igual siento que a veces les da más pena el contacto directo y según ahí quiero hacer anuncios y si las cosas funcionan un Giveaway -3- igual falta bastante para que la página crezca~

sin mucho palabrerío más, espero seguirnos leyendo para la próxima~ Hasta luego corazones~

P.D: Lo siento por mis errores de ortografía y dramática, la dislexia no ayuda mucho.


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