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Entre un Kilómetro y un Milímetro por AndyStrangeMc

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Soltó las hojas en el mismo escritorio. Tenía la mano temblorosa, múltiples lágrimas le bajaban por el rostro cayendo incluso por su cuello. Era desgarrador haber leído aquello, más ver las fotos que se almacenaban en el expediente, cómo Kazunari tenía las mejillas hinchadas al igual que los párpados los cuales eran de tonalidades entre rosas y moradas. 

 

El labio roto, la ceja igual tenía una marca que ya había notado en el azabache. Le dieron escalofríos que culminaron en atragantados sollozos duros y pesados. Se llevó una de las manos a los labios por querer callar. Se sentía un estúpido.

 

Recordaba cómo hablaba de su hermana con él y también cuando hablaban de la propia, debió haberle dolido montones a Takao el hecho de que el estuviera hablando de su hermana casi todas las veces que charlaban, no pudo identificar que aquella amargura que se asomaba en sus ojos era por todo lo que había vivido hace varios años. 

 

Se golpeó la frente con la palma, debía calmarse porque le había prometido que no le vería diferente, que seguiría siendo el mismo pero... ¿Era necesario que viviera tan fatídico episodio? No, alguien como Kazunari no merecía tal escenario, jamás. 

 

La taza de café a medias ya se había enfriado y Midorima seguía dejando salir pequeñas gotas que le sabían saladas. Le faltaba el aire en ocasiones y se sintió débil. Tanto como cuando Ogiwara acababa de morir.

 

Al mismo tiempo se le venía a la mente cuando Takao ayudaba a sus compañeros, cuando se portaba como un hermano con Atsushi ya que éste extrañaba mucho a los propios y se apoyaba en el moreno. También le había visto reír y sonreír. Normalmente cerraba los ojos y enseñaba la mayor parte de los dientes.

 

Eran sentimientos agridulces. Pero él decidía qué hacer, si ponerse a llorar y pensar cuan trágica había sido la vida de Kazunari o en su mejor decisión, querer hacer que la sonrisa fuera eterna y sincera. No podría hacer que olvidará todo como un borrón y cuenta nueva, pero sí que viera el futuro, que se diera cuenta que no todo estaba perdido.

 

Metió todos los papeles en el folder, vio otra vez las fotos, incluso dio un vistazo rápido al chequeo médico. Dejó salir un suspiro y acomodó todo en su lugar, no sería fácil ni rápido pero estaba seguro que podría hacerlo. Salvaría a Takao del infierno en que se encontraba aunque pudiese quemarse. 

 

~O~

 

Había ido a lavarse la cara antes de pararse en el consultorio de Aomine; por su parte el moreno al verlo se quedó prendado de la sumisa imagen que tenía el de cabellos verdes. Tenía los ojos rojos, la bata desacomodada y las mangas mojadas, nunca se imaginó ver así a tan recta persona.

 

-Te dije que no era sencillo....- No quería sonar como el típico "te lo dije" aunque no había otras palabras que suplantaran éstas. 

 

Apretó los labios, quería ponerse en otro plan, en otro modo pero su cuerpo seguía temblando. -Me siento un idiota... Y es algo que no me gusta admitir, detesto el hecho de que no pueda ser estoico como siempre... Que Takao remueva todas esas emociones que había jurado esconder.- Por fin había explotado, bien sabía que siendo él un psiquiatra igual necesitaba terapia. -No lo entiendo. ¿Por qué tenía que pasarle eso? La taza de Homicidios es muy baja, no hay lógica en tal encuentro-

 

-Las cosas no siempre tienen lógica. Le tocó vivir eso queramos o no. No es algo que se pueda cambiar Midorima- él mismo se repetía esas palabras después de cada sesión con el moreno.

 

-No. Pero no me quedaré de brazos cruzados- se ajustó los lentes, le incomodaba la mirada fuerte del otro sobre los ojos.  

 

-Me gustaría que fuera tu paciente pero por ahora eso no puede ser.- Tenía varios motivos detrás de aquella decisión. -Pero tu trabajo platicando con él supongo que será suficiente-

 

No contradijo ni cuestionó su decisión, tenía tres pacientes por el momento y aunque quisiera atender a Takao sabía que había cosas que no podía hacer. -Prometí que no cambiaría mi trato después de eso... Pero tiene tantos miedos, pensé que era dismorfóbico, pero no es eso-

 

-Hafefobia- interrumpió. -Al menos no es tan grave como hace años, ya permite que ciertas personas lo toquen pero solo de los hombros para arriba y los brazos.- 

 

-Me di cuenta de ello.... Pero el incidente fue hace cinco años. El avance es muy lento- 

 

Soltó un bufido. -Mataron a su hermana Midorima, frente a sus ojos. Imagínate ello, yo igual pensaba que era demasiado tiempo el que llevaba de tratamiento pero hay muchas cosas enredadas en la cabeza de Kazu- 

 

-No me hagas sentir más imbécil de lo que ya soy.- cruzó los brazos. -Debe haber más entonces ¿cierto? El expediente se queda corto- 

 

-Astuto. Yo he sacado algunas cosas pero siento que la lista es más larga. Recuerda darle el expediente a Fukui.-

 

-Sí, aunque yo te recuerdo que ya pasan de las doce y aún no has hecho nada. Flojo- no evitó hacer una mueca de disgusto, aparte que el moreno todavía tenía una caja con restos de comida y una gaseosa que por lo visto había sido su desayuno. 

 

-Sí mamá Midorima, ahora mismo me pongo a hacer mis deberes- sonrío ladino, de lado. 

 

Dejó la réplica para después, solo se escuchó el chasquido de su lengua denotando su molestia por el estúpido apodo que le tenía su compañero. 

 

Entregó las cosas y regresó a su oficina a limpiar todo. Tiró el café frío por el lavamanos y se sirvió otro con la esperanza que el calor que emanaba la bebida se le contagiara al cuerpo y ablandara sus fibras internas. A un cuarto para las dos había acordado encontrarse con Takao donde siempre. Al menos ya estaba más tranquilo, pero aún sentía que se quebraría al solo verle.

 

~o~

 

La mañana había estado fresca, nada mejor que en época de verano y más con los tormentosos y elevados grados que le hacían sentir pegajoso el cuerpo. Le gustaba la bata del hospital, pero siempre debía usar suéter. No le gustaba que vieran las marcas en sus brazos y menos las cuestiones que rondaban al rededor de ellas; Era cansado querer explicar el hecho de porqué había sucedido.

 

También los tenis eran algo agradables. Ligeros y sin agujetas ya que era un riesgo que tuvieran una pues... Aún siendo cortas podrían ahorcarse con una de ellas. Vivir en el psiquiátrico era toda una anécdota y aventura, pero no era de esas historias que se cuentan en la casa de la abuela entre risas y comida. Sino un tabú que entre más guardado se tenía mejor, así se evitaba otros disgustos. 

 

Deseaba tener un reloj de muñeca, así no se tenía que regresar al salón principal al ver el enorme reloj en la pared. Juró que Midorima le iba a estar esperando, pero tal vez subestimó su carácter, quizás ese día no se verían, seguramente el mayor no estaba para hacerlo.... Incluso podría ser asco.

 

Odiaba esos pensamientos inútiles que solo le bajaban más el animo. Que le recordaban que no valía mucho como persona y que todo lo que vivía era su merecido, por ser alguien sucio y manchado.

 

Un frío interno empezó a quemarle. Sintió ansiedad al no descubrir al doctor en los cinco minutos que llevaba ahí. No quería que justamente él lo juzgara como todos. Que fuera de esos que solo piensan en "El pobre niño que fue abusado" No, odiaba ser la víctima en el caso, no se sentía del todo así.

 

Bajó la mirada y permaneció entre sus pies hasta que escuchó como otros pasos se acercaban a su persona, levantó la cabeza encontrándose con Midorima. Tenía los ojos ligeramente rojos y el cabello desordenado sin embargo se veía igual que siempre. Con ese porte recto que asombraba.

 

-Creo que te subestimé mucho Shin-Chan~- sonreía, era un alivio que estuviese como habituaba.

 

-No soy tan frágil como piensas- se sentó a su lado, respetando la distancia que consideraba justa. Justo después exhaló con profundidad, de le hizo un nudo en la garganta y se tomó del pecho. -En serio que no puedo creerlo... No, no pudo pasarte todo eso Takao-

 

Le vio y fue bajando la vista lentamente. -Pero pasó Shin-Chan. Todo-

 

-¿Qué es todo para ti? ¿Qué más tienes escondido entre tus heridas Takao?-  Cuestionó sin titubeos. Estaba cansado de esperar y tener respuestas a medias. Si le iban a decir la verdad que fuese entera, para que si se rompiese lo hiciera completo. 

 

-Hay demasiadas cosas que aún no pueden salir de mi boca Shin-Chan. Sé que ha pasado mucho tiempo pero no quiero ni siquiera recordarlas. Duelen como si me acaban de pasar ¿me explico? Puedo confiar en ti, pero tengo miedo de que huyas... Que me dejes solo como todos lo han hecho- 

 

-Pero yo no lo haría, ni lo haré.-

 

-Aún así... Cuando acababa de despertar en el hospital vi a mis padres sentados en un sillón pegado a la pared en la habitación. No se veían, ambos tenían el punto de vista en otro lado. Mi madre parecía que no había dormido en semanas, tenía el cabello sucio y la cara roja, mientras que mi padre no tenía emoción alguna.- tenía agua en los ojos al contarlo. -En cuanto vieron que había despertado se pararon, mi papá me dio una cachetada-

 

-¿¡Qué!? ¿A ti? ¿Por qué?- obviamente Shintarou se había molestado al escucharlo. 

 

-Porque "Te dije que la cuidaras. Por tu culpa tu hermana está muerta"... Yo solo quería que me abrazaran y me dijeran que todo estaba bien. Que había tenido un accidente y todo había sido una pesadilla.-

 

-¿Qué hizo tu madre?

 

-Se la regresó, le dijo que jamás me volviera a pegar y que no había sido mi culpa pero mi padre solo le contestó que "Eso le pasó por ser un maldito maricón"...- se abrazó a sí mismo llorando silencioso. -Aún así le pregunté que si entonces quería decir que me lo merecía. "Todo lo que te pasó es un castigo por ser lo que eres"- Midorima ya le había dado varios pañuelos, los cuales estaban en cuadritos. -Mis padres tuvieron muchas discusiones y peleas, todas ocasionadas por no tener control... Por una maldita llamada.-

 

-¿Una llamada? ¿De qué hablas Takao?

 

-Mirai se escapó cuando yo hacía una llamada. Hablaba con el chico que me gustaba...- se puso las manos en la frente, apretando la quijada. -Me distraje tanto que no noté en cuanto salió, por eso... Me dolían más las palabras que me dijo mi papá, porque eran verdad. Un simple descuido y lo perdí todo- 

 

 

-Pero tú no tuviste la culpa... Todo fue una mala casualidad.- Ahora sentía que tantos años de estudio no le habían servido de nada, no tenía palabras adecuadas para él.

 

-¿Tantas?... ¿Todo fue una maldita casualidad?... No, no Shin-Chan. Si yo no me hubiese distraído no habría pasado. Si nos hubiéramos ido por la otra calle tampoco.-

 

-Pero ya pasó todo y no fue tu culpa. Fue de aquellos que hicieron todo.- le partía verlo así, quería acompañarle en el llanto, pero las lágrimas se las tragaba. -Quiero que analices que no tiene que ver lo que prefieras o lo que pasó antes, es como justificar a los asesinos. "No la hubiera matado si no se aparecía" los culpables son ellos Takao- 

 

-Después de eso a todos les daba asco... Ni siquiera me veían a los ojos, mis amigos, mi familia. Por estar sucio, pero yo no quería Shin-Chan, ellos... Usaron mi cuerpo de la peor forma- se limpiaba los ojos, pero sus labios hacían un tipo de puchero que advertía más lágrimas. 

 

-Pero ¿por qué dices que sienten asco? No estás manchado Takao, ni sucio ni nada. No fue algo que hiciste por voluntad.-

 

-Porque me hicieron todo eso... Tocaron todo mi cuerpo- se encogía al hablar. 

 

-Yo... Haré que pierdas ese miedo, aunque sea como un grano de arena para hacer un desierto. Todos los días iremos poniendo ese grano hasta que el miedo se vaya. ¿De acuerdo?-

 

Le miró y regresó la vista al frente. -Creo que es imposible...-

 

-Las heridas cierran Takao. Aunque tarden mucho tiempo lo hacen. No puedo prometerte que pasaras las etapas más felices ni los mejores días. Pero sí que algún día podrás salir de aquí y recuperar lo más similar a tu vida.- Su respiración era más acelerada y Sonora. Era por la adrenalina que sentía.

 

Se mordía el interior de los labios y titubeaba en sus pensamientos. -¿Y si nunca pasa? ¿Si el desierto jamás aparece?-

 

-Entonces... No lo sé. No es una opción en mi mente- de su bolsillo sacó un reloj de muñeca y de lo entregó. -Tu objeto del día, en color marrón ya que es el color de la suerte.- 

 

Sonreía, como idiota. -Oha-Asa es sorprende.- se limpió la cara con una sonrisa. Le encantaba ver el reloj en su muñeca. -Gracias Shin-Chan... Por aparecer y todo lo que haces por mí- 

 

-No agradezcas nada.- se ajustó los lentes en el puente de la nariz, una leve curvatura en los labios le decían al otro que sonreía. -Puedes tenerlo por otra hora más. Regresaré por él mismo después de ir con Akashi regresaré contigo. ¿Está bien?-

 

-¿Irás con Sei-Chan?... Al parecer ya no tiemblas como antes~- no evitaba burlarse, debía romper esa atmósfera tan depresiva. 

 

-Silencio. No temblaba, solo... Era un poco ansioso. Pero sí, iré con él y regresaré contigo de inmediato. Solo no te pierdas- se levantó dejando al otro en la banca.

 

-Que te vaya bien Shin-Chan~ salúdame a Sei-Chan de mi parte- balanceaba los pies, dedicándole una enorme sonrisa. 

 

-Lo haré. No te portes mal Takao.- suspiró con tranquilidad, ambos estaban calmados y serenos. La conexión se hacía más fuerte. Aunque era similar a una telaraña, fuerte pero fácil de tirar. 

 

-Claro. Estaré aquí Shin-Chan~-le siguió con la vista hasta que se perdió de esta. Observó el reloj y con esa misma mano fue a parar a su pecho, en un intento de calmar al alocado corazón. -No... Esto no está bien...- se encorvó, odiaba sentir como los latidos galopaban sin parar. -No puedo arrastrar a Shin-Chan yo debo ser normal... Salir con alguna mujer..- porque recordaba que si salía con alguna chica su padre seguramente le perdonaría definitivamente. 

 

Los centímetros se disminuyen. Pero aún faltan cientos de metros.

Notas finales:

¡Hola qué tal mis hermosos corazones! Sé que me ausenté demasiado tiempo y el capítulo no es del todo mejor.. Pero fue complicado ordenar todas las  ideas en mi mente y darle una estructura a lo que queda de historia, me disculpo por todos los errores que pueda tener, igualmente espero que sea de su agrado~

 

En el capítulo pasado igual sentí que me iban a linchar por así decirlo(? Fue sorprendente que muchos lo aceptaron y me dejaron sus comentarios al respecto, les agradezco un millon :3

Bueno, sin más que decir muchísimas gracias por tomarte el tiempo de leer esta historia~ Igual gracias a los lectores fantasma, y a esas personas hermosas y magníficas que se toman la molestia de dejarme un comentario, marcar favoritos o follow~ ¡Muchas, muchas gracias!

Cualquier duda, aclaración, crítica, comentario o semejante es bien recibido~

Nos leemos pronto corazones~


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