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Entre un Kilómetro y un Milímetro por AndyStrangeMc

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Pasaban ya de las 9 por varios minutos, el último en salir había sido Kagami, se quitaba la bata de trabajo caminando hacia la sala principal, donde ya le esperaban el moreno y -el tipo raro- de anteojos. Por su paso revisaba los cuartos, cerciorándose de que estuviesen cerrados y por supuesto, con el paciente que correspondía en ellos. 

 

-Listo chicos- se tomo del cuello contracturado por estar agachado en lo que revisaba los papeles de un nuevo paciente. Dio un par de pasos mas cuando unos brazos le abrazaron por la cintura, pego un brinco por tal susto a lo que Midorima y Aomine estaban igual de impresionados, de hecho Daiki estaba igual o mas de asustado por el grito que dejo salir Taiga. Giro su vista y ahí estaba el pequeño 'fantasma' del psiquiátrico, Kuroko Tetsuya. El cual no hablaba. -¡Ahh Kuroko! Me sacaste un susto... ¿Qué haces despierto? deberías estar dormido, el toque de queda fue hace media hora- sólo recibió por respuesta a un joven mas aferrado a su espalda. 

 

-Tetsu... Tienes que ir a dormir, Kagami saldrá con nosotros- comentó sereno el joven de ojos azules profundos, que además era el doctor del chico gasparín -mofa que usaba con Kagami para referirse a Kuroko- 

 

-Kuroko- tomó al paciente por los hombros viéndolo a los ojos. Él había sido su psiquiatra antes de ser ascendido y dejado el cargo a Daiki. -Mañana podré comer contigo ¿te parece?- le dedicaba una de esas sonrisas tranquilas. 

 

Asintió,con un leve sonrojo que no fue percibido por los otros dos médicos, pero sí por el único que quería que lo notara. 

 

-Anda, a dormir. Nos vemos mañana ¿sí? Y... Por fin seria bueno escuchar algo de tu parte- 

 

Inclinó la cabeza a un lado sonriendo apenas, dio la vuelta directo a su habitación para dormir mas tranquilo esa noche. 

 

~

 

 -¿No ha progresado más verdad Aomine?- había tomado ya la segunda cerveza. El pelirrojo se desesperaba al saber que Kuroko no pasaba de la misma línea. 

 

-Sabes que no le hace caso a nadie que no seas tú Kagami, aunque uno le hable o se empeñe en hacerlo decir siquiera una palabra, parece que le han comido la lengua- bebió un sorbo de sake, necesitaba algo fuerte esa noche. -Aunque Takao parece entenderlo de alguna forma, siempre lo encuentra cada vez que se pierde por ahí- 

 

Midorima juró que su oreja creció y apuntaba hacia los otros, escuchar el nombre del azabache le llamo la atención de inmediato. Sus acompañantes lo vieron, notando tal curiosidad.

 

-Es mejor que Midorima sepa del caso de Kuroko- Espera, ¿de Kuroko? -Tal vez él también pueda ayudar, porque tú ganguro no sabes hacer nada- sonrío de lado para burlarse de su compañero, típico en la reacción de amistad que tenían ambos.

 

-Cállate idiota.- tomó la bebida para acabarla de una vez. Movió los ojos de la dirección de Kagami a la de Midorima "cuéntale", trató de decir con la mirada. 

 

-Hace dos años, hubo un sismo en una escuela preescolar. En ese momento ya trabajaba en el psiquiátrico, era un principiante. Midorima tú sabes perfectamente como es la ética de un médico, o al menos como debería ser.- El más alto asintió, tomando del té verde, ya que el alcohol era algo que detestaba. -El edificio colapso, lo mejor es que casi nadie resultó herido. Los bomberos y ayudantes voluntarios sacaron a cada niño y maestro de la escuela.- parecía molesto, demasiado para el relato. -Faltaba un maestro. Kuroko; todos pensaron que las pocas ruinas que cayeron por completo le habían aplastado y matado.-

 

-Fue una negligencia- aportó el moreno, llamando al mesero para que llevará más sake. 

 

-Pasaron tres días. ¡Tres!... No pude evitarlo y quise ir por mí mismo al escuchar a un perro chillarle al concreto. Levante una loza de no más de 10 kilos, y ahí estaba, totalmente asustado. Parecía que no había pegado el ojo en esas 72 Hrs.-

 

-¿y nadie le busco? ¿En serio?- ajusto sus gafas, reflejo por la sorpresa. 

 

-Gritó. Todo lo que pudo pero nadie lo escucho. Participaron más de 20 personas en la misión de rescate y ninguna supo de él- apretó la lata de la cerveza, cabreado por el recuerdo. -Pudo haber muerto, tanto por la falta de agua, comida y sueño. O si las maquinas se proponían levantar los escombros con él aún escondido.- 

 

-Desde entonces Tetsu no ha dicho una sola palabra. Al principio fue porque quedó afónico de tanto gritar y por el shock que le causó el estar en el olvido.- 

 

 

-Pero no parece avanzar en nada. Sus padres, amigos y alumnos le pedían que regresaran pero llega a comportarse como un niño dependiente de su madre-

 

-Que en ese caso es Kagami. Tetsu le seguía a todas partes, es por eso que se decidió que estuviera en el psiquiátrico- 

 

-Pero ¿no ha dicho nada? ¿Quejarse del dolor? ¿Dormido?- cuestionó el peli verde. 

 

Negó. -Nada, incluso le revisábamos la boca todos los días para ver si le faltaba la lengua o su garganta  estaba demasiado hinchada para poder hablar.- 

 

Quería preguntar, en serio deseaba decir "¿y Takao porque tiene esa fobia terrible a ser tocado en contra de su voluntad? ¿Debo de pensar lo que estoy pensando?" Pero de nuevo ese sentimiento de ser correcto y mantenerse al margen le impidieron retroalimentar alguna otra cosa. 

 

Ese día llegó casi a las 12 a casa, esos idiotas les encantaba tomar ¿¡que no sabían que mañana aun trabajaban!? Deberían de ser un poco más conscientes sobre eso. Un baño le vendría bien, le relajaría del día tan pesado que tenía, y el que iba a tener. 

 

~

 

Se refregaba los ojos constantemente, no estaba acostumbrado a los desvelos y menos a estar percibiendo el olor a cigarro y alcohol por más de media hora. 

 

-Mido-chin se ve realmente mal~ - comentaba el peli morado, chupando su dedo pulgar como si una paleta de hielo se tratase. 

 

-Murasakibara... ¿Qué te dije sobre chuparse los dedos?- fue hasta éste y le sacó el dedo de la boca, haciéndolo lo mas tranquilo posible. -No es bueno que lo hagas.

 

-¿Por qué Mido-chin?- formó un puchero con los labios, viendo el pulgar aún húmedo.

 

Notó aquella humedad y con su bata limpio la mano. -Porque tiene gérmenes que te pueden hacer daño, además es tu mano, y dime; Murasakibara ¿comes manos?- 

 

Negó rápidamente, sabia que ese no era un maibu que pudiera comer. -No Mido-chin... Pero quiero algo dulce, necesito comer dulces Mido-chin- De un segundo a otro su mirada lucia tétrica.

 

-No. Nada de dulces para tí hasta que te portes mejor- eso de tratar al joven como a un niño aun no se le hacia normal. 

 

Infló los mofletes, sentándose en el piso y cruzando los brazos mas que molesto. Quería dulces en ese momento pero Midorima no pensaba dárselos por ningún motivo. -Te aplastaré- refunfuñaba, pero Shintarou sabia bien que se le pasaría rápido. 

 

-Iré al jardín en lo que se te pasa la rabieta Murasakibara.- y tal como dijo caminó hacia afuera, encontrándose con las plantas con un exquisito color verde, había llovido en la madrugada y lucían radiantes, mini gotas aún eran visibles en las hojas de algunas. 

 

Necesitaba relajar su mente antes de ir con Akashi, siempre era necesario hacer ese paso antes de visitar al joven pelirrojo. Sabia que Tenía una doble personalidad, ya que de pronto uno se mostraba prepotente, orgulloso y altanero mientras la otra era una personalidad más cálida, humilde, humana e... Incoherente. 

Había revisado decenas de veces el historial y no le quedaban claros cuales eran específicamente las enfermedades de Seijuuro, en un análisis decía una cosa y en otro, otra; un cuento sin fin.  

 

Se encontraba sumido en pensamientos cuando el sonar de una rama siendo pisada le sacó del trance, por inercia volteo encontrándose con, asombrosamente; Takao, el cual estaba con los hombros caídos, de nuevo portaba un suéter de mas de dos tallas mas grande a la que le correspondía, aunque sabía que tal cosa era para ocultar las marcas de suicido, que intuiyó, le darían vergüenza.  

 

-Takao, es bueno verte mejor- soltó con naturalidad, no quería incomodarlo mas. 

 

-Supongo que ya no debo pedir disculpas ¿verdad?- acomodó su cabello hacia atrás, una triste belleza, pensó el doctor. 

 

-Por favor.- volvió a girarse, esperando a que el otro se le pusiera a la par. -No debes disculparte tanto.  Entre mas disculpas hagas, mas culpas te generas- 

 

-¿no se supone que disculparme me deje mas tranquilo?- camino, quedando un paso atrás del psiquiatra. 

 

-No, porque el disculparse te deja pensando en si la persona realmente te perdonará, si recibes una respuesta positiva quizás te calmes pero el pensamiento negativo es recurrente. Así mismo si la persona decide no perdonarte, solo habrá más culpa- 

 

Kazunari solo le veía sin entender nada, no era una persona muy lista, al menos así se consideraba él mismo. -Ahh...- atinó a decir, solo para hacer parecer interesante la explicación del de lentes.  -Hoy parece ser un día muy bonito- agregó cambiando el tema. 

 

-Al parecer. Un buen día para salir al campo y comer algo sentado en una manta con los amigos o familia- 

 

-Familia... ¿Cómo está conformada tu familia Shin-chan?~- sonreía, realmente curioso. 

 

Se sintió halagado, mostraba interés en su persona. -Es pequeña, como la mayoría de las familias en Japón, solo mis padres y tengo una hermana menor- giró al verlo, estaba viendo el caer de dos gotas.

 

-Una hermana pequeña, ¿le ganas por mucho?- sonreía melancólico. 

 

-No, solo dos años de diferencia. Ya esta graduada-

 

-¿a sí?~- suspiró, largo y profundo. -Yo también le gano por dos años a mi hermana- le veía a los ojos por fin.

 

-También tienes una hermana... ¿Y se parecen? Ya que tus facciones son muy únicas Takao, igual que el color de ojos- si pudiera le estaría delineando la quijada, y le haría una fotografía a la mirada, le encantaba. 

 

-Dos gotas de agua. Es como si me vieras con el cabello largo y una figura más voluminosa... No quiero sonar presumido pero es una hermosura~

 

-Te creo, aunque si sonaste muy presumido Takao- una muy ligera corvatura se fijó en sus labios.

 

-¡Ahh! Que cruel Shin-chan~ - sonreía, vacío. 

 

 "Aunque esté a solo medio metro mío se siente tan lejano" ahora se pensaba mas las distancias, fueran pocas o largas, seguía siendo un numero que deseaba fuera cero. 

 

-Me gustaría que salieras de aquí Takao, para que puedas ir a ver a tu hermana, seguramente te extraña- 

 

-Igual me encantaría verla Shin-chan... La extraño como no tienes idea- apretó los dedos contra su palma. -Pero no es fácil- 

 

-Nada es fácil Takao, pero eres un buen chico, joven... No debes pasar tu juventud en un lugar como este- se ajustó los lentes. -Ver a personas jóvenes en este tipo de sitios es lo peor que puedo ver. Esfuérzate- mostró una pronunciada sonrisa. 

 

-¡lo haré Shin-chan!- puso la mano hecha puño, mostrando coraje. -Esfuérzate también, Akashi seguro ya quiere verte~- bajo los brazos, tomando el izquierdo con el derecho. -Es hora de mi tratamiento, nos vemos después Shin-chan- saludó fugaz, yéndose del lugar con prisa. 

 

No acostumbraba sonreír pero ese chico... Ese chico sabía cómo sacarle una sin problemas, más bien simplemente se formaba en sus labios sin complicación alguna, no le molestaba mostrar un poco los dientes ni que se diera cuenta que su boca estaba un poco chueca. Le sonreiría cada vez que pudiera.

 

Fue a su consultorio por la libreta donde apuntaba todos sus avances y cosas que había podido averiguar de Akashi, al igual que un par de plumas que puso en la bata. 

Camino con prisa a la zona de salas de seguridad, había al menos otras cuatro aparte de la de Akashi, quizás después se pondría a leer las plaquetas donde decían los nombres de los pacientes. 

 

Divisó a una persona sentada justo en frente de la puerta que él visitaría, era alguien alto y con el cabello largo, por supuesto; Atsushi. El Niño gigante se encontraba con una oreja pegada al metal, susurrando cosas y con algo en la boca... Un ¿palillo?

 

Llegó rápido hasta el adolescente, verificando lo que traía en la boca, era una varita de papel perteneciente a una paleta de caramelo. -Murasakubara ¿quién te dio esto?- preguntó más que confuso, él no tenía dulces al alcance y menos sus compañeros o al menos no los que él conocía "bien"

 

-Aka-chin me dijo dónde podía tomar uno~- hizo una mueca que pudo entender que era de felicidad o de gusto. 

 

-Aka-chin...- vio la puerta, estaba cerrada y para acceder siempre debían introducir un código especial, todas las habitaciones los tenían. Además que ¿cómo se lo pudo haber dicho? Las paredes eran gruesas al igual que la puerta, porque normalmente a los pacientes que se les tenía en ese tipo de salas, se pasaban el rato gritando o golpeándose contra los lados. Miedo, eso sintió. -¿De dónde sacaste los dulces? 

 

-De la oficina de Nijimura- contestó como si nada, alarmando más a su doctor.

 

-Muy bien Murasakibara, déjame pasar. Necesito hablar con Akashi.- ayudó al que el menor se levantara y observó como éste susurro un gracias a la puerta. Cuando abriera ¿estaría pegado el pelirrojo a ésta? ¿Le recibiría con esa sonrisa tétrica de la otra vez? Escalofríos. 

 

Introdujo el código y abrió lentamente, Akashi estaba ahí, sentado al igual que siempre lo estaba. No tenía rastros de haberse movido, ni que arrastrara la silla por el piso hasta llegar a la salida. Eso era lo más perturbador de todo. 

 

-Midorima... ¿Eres tú verdad?- sonreía cálidamente. -Acabo de hablar con Murasakibara, quedamos en ir la otra semana a jugar un partido de baloncesto, deberías venir con nosotros. Será agradable- incoherencias. 

 

-¿Jugar? Y ¿planearon algo más?-

 

-Me gustaría tomar una taza de té y montar a caballo, hace tiempo que no veo a mi madrastra por aquí ¿se habrá enfermado o de nuevo se habrá ido de viaje?-

 

La mataste pensó el psiquiatra. 

 

-Deje asuntos pendientes en el consejo estudiantil, debo llegar mañana a primera hora- Midorima solo escuchaba mientras le tomaba del brazo para inyectar el medicamento, al igual que limpiar sus manos que por algún motivo se encontraban sucias. -Estoy planeando un viaje a Hokkaido, es un lugar interesante.- pareció que no sintió el pinchazo. -Debo ser perfecto, solo a los ganadores se les da todo- 

 

De nuevo ese tipo de frases relacionadas con el ganar o perder, la victoria y la derrota, pero esta personalidad le dejaba más tranquilo, ya que la segunda, la que había denominado como la sadica era la que de plano, le hacía pensar si había sido buena idea escoger la psiquiatría como especialidad. 

 

Le escucho todo lo que tenía que decir, vagueaba de ideas y de pronto repetía las mismas cosas o proyectos. Era 'normal' en él, que pensara que aún estaba en el instituto y que tenía al rededor de 16-17 años.

Pasada una hora y pico era hora de marcharse, ya había hecho las revisiones correspondientes y aplicado los medicamentos necesarios. Se había despedido y abría la puerta cuando la voz del heterocromático le detuvo.

 

-Dale mis saludos a Kazunari, Shintarou.- Midorima volteo de inmediato. -Sabes que es un paciente pero aun así te atreves a sentir lo que sientes... Paciente-doctor, eso es lo que son ustedes. Hay una línea que divide su relación Shintarou, ¿vas a jugar con fuego? Es mejor que conozcas tu lugar antes de indagar en asuntos que te causaron dolor con el tiempo- 

 

Si tan solo esa manía de saberlo todo se fuera con las incoherencias de la otra personalidad, Akashi no estaría en ese lugar. -Lo sé perfectamente, pero no estoy inmiscuyéndome en donde no debo. Ni estoy forzando las cosas a que sucedan tal y como quiero.-

 

-Ten cuidado, tus intuiciones no están alejadas de la realidad. Pero hay más de lo que piensas-

 

No contestó, solo cerró la puerta y se quedó ahí estático. -Mís intuiciones...

 

~

 

-Por fin esta semana regresan Nijimura y Tatsuya...- pensó en voz alta Kagami, al ver el calendario que tenía en el escritorio junto a un montón de papeles. 

 

-Hey, aquí tienes los estudios- llegó Fukui con un sobre en la mano, posándolo junto a la pileta del mismo material. -Son del nuevo- 

Notas finales:

Hola corazones~ Esta vez no tardé tanto en actualizar y de hecho quería subirlo desde el domingo pero resultó en un capítulo algo largo para lo que yo suelo hacer... ¡Espero que no sea tan denso como pienso! Y bueno Akashi me resulta difícil de interpretar, además que debo marcar mucho ambas personalidades del señor guapo.

Espero que sea de su agrado y ¿Cuándo se sabrá lo de Takao? ni yo lo sé, no sé si poner primero la historia de un par de pacientes más o seguir con los spoleirs sobre su caso que creo la mayoría intuye y sabe de lo que se trata pero hay más~

Por lo de las parejas me encontré con opiniones muy diversas y como ustedes saben me gusta complacer a quienes me leen así que esto estará lleno de ¿Fanservice? Habrá momentos para las parejas que pidieron y sí, habrán más personajes aún. -por si quieren pedir más personajes(? estoy abierta a sugerencias-

En fin (esta vez me extendí mucho lo siento ;-;) muchas gracias por su tiempo, por leerme, los reviews -que alimentan mi alma- favoritos, seguidores y lectores Kuroko~

Cualquier duda, sugerencia, recomendación, crítica o comentario es bien recibido *w*

Nos leemos luego corazones~


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