Caminaba por ese largo pasillo cargando unas grandes maletas y buscando la habitación BM-208, goma de mascar sabor mora azul, calzando unos creepers negros con unas hebillas doradas, minifalda tableada color cobalto y un crop top con unos gatos en el estampado, el pelo negro y lizo cayéndole hasta la espalda y unos lentes redondos con ese cristal que luce como un espejo en tono azul rey.
Cualquiera pensaría que es de ese tipo de chicas que pisarían tu corazón y después te verían retorcerte, solo por diversión. Y tal vez eso es cierto, en su antigua ciudad eso hacía todo el tiempo y no por que le gustara, pero siento la única chica "interesante", tenía que rechazar a mínimo un chico al día. Aquí las cosas serían diferentes.
No pasaron ni 3 minutos desde que bajó de la carroza azul cielo y ella ya había visto a dos chicas realmente hermosas; una chica que venía desde los cielos, montada en una alfombra voladora, la piel de sus hombros ligeramente tostada por el largo viaje en su alfombra mágica, el pelo chino color negro, amarrado en una alta cola de caballo que hacía resaltar ese cuello tan largo y elegante, un zafiro colgando de una gran cadena de oro, un palazzo negro con detalles dorados y unos zapatos flats blancos levantados ligeramente de la punta. Parecía una chica de el medio oriente y a lo mejor lo era, hija de un sultán o alguien con mucho dinero; sus cosas igual venían en dos alfombras voladoras.
La otra chica a diferencia de la chica morena, ésta era blanca como la luna y su cabello ¡Oh por los Dioses! Su cabello estaba pintado por la mitad de un color rosa y azul pastel, lo tenía peinado con dos coletas tipo "colegiala", portaba una falda con muchos olanes blancos que tenían lunas y estrellas por aquí y allá, una blusa blaca con la palabra "sassy" escrita en letras negras y en sima de ella tenía una chamarra de cuero negro, lo que más le fascinó a Ittzy es que la chica de el pelo asombroso llevaba puesto el mismo modelo de creepers que ella y eso sin duda sería un buen motivo para hablar con la chica en otro momento.
Ittzy Glass, la mismísima hija de Cenicienta, o como hizo que la llamen ahora Bertta Glass. Antes ella era conocida mundialmente por su belleza, carisma y por todo lo bueno que ella solía hacer, pero no más. Con el nacimiento de su hija Bertta se la pasaba culpando a Ittzy por todo lo malo que le pasara, perder a su esposo, arruinar su belleza, cuerpo y juventud, todo era Ittzy, Ittzy Ittzy. Así que ella no se sintió tan mal a la hora de que una carroza, la misma que llevó a su madre al baile, la llevara a dicho internado, ella ya sabía que su madre no podía pasar con ella otro año de peleas y la verdad era que Itt tampoco aguantaría más.
Y ahí estaba ella, triste aún por el "bajón" de ver que no sería la más hermosa como acostumbraba a ser donde vivía, también muy cansada por tener que llevar todas sus maletas ella sola a su habitación ¿¡es que ahí no tenían sirvientes que lo hicieran!? Ella no tenía la suerte de que unas alfombras mágicas llevaran su equipaje por ella, sintió celos por la chica oriental. Pero no era momento para eso, por más que tuviera celos ninguna alfombra aparecería para ayudarla, siguió su camino y entre tantas derechas, tantas izquierdas y muchas escaleras con pasillos decorados con papel tapiz color durazno y pájaros tallados en puertas, por fin encontró su habitación.
Pero justo cuando iba a entrar escuchó que alguien la llamaba ¡era la chica con el cabello de colores!
-Hola niña, lindo modelito el que llevas- no sabía si se estaba riendo de ella o hablaba así, tenía un ligero acento británico, justo el indicado para que a Ittzy le salgan canas verdes.
-No soy una niña y me llamo Ittzy ¿y túuuu?-le dio un leve toque en el hombro, no porqué quiera causar problemas o sea de ese tipo de chicas que anda golpeando a otras sin motivos, si no porqué pensó que la niña era tan irreal, tan magnifica que imaginaba que era una creación de su cabeza.
-Me llamo Han Medpoid y he escuchado que hoy es tu no cumpleaños y quería darte ésto-. Extendió su mano, forrada con anillos en todos los dedos y le ofreció un pequeño frasco que decía bébeme, el tónico que tenía dentro era de un color violeta.
-¿Mi qué?- Ittzy aceptó el frasco pero al momento de que tocara su mano Han se echó a correr y vaya que corría rápido, como una liebre a la cual se le hace tarde.
Ya por fin sola y enfrente de la puerta de su cuarto metió la mano a su bra, donde había guardado la llave de su habitación: una muy pequeña con dientes en forma de zigzag de color negra y con el número 208 grabada de una forma muy detallista. La encajó en el picaporte, abrió la puerta demasiado fuerte y escuchó un golpe de el otro lado de la puerta y después un ruido sordo de algo pegando contra el suelo.
-¡Ay! ¡Mi cabeza! ¡Pon más atención en lo que haces, estúpida!-. Vaya, buen inicio, Ittzy. Buen inicio.
-Lo siento, no es mi culpa que tu estuvieras a lado de la puerta ¿acaso ibas a salir?- La chica en el suelo no parecía tan molesta como había sonado, es más, estaba sonriendo -Por qué si es así, déjame decirte que no hay nada bueno por lo cual ir a buscar.
-Claro que iba a salir. ¿Tendría motivos para estar a lado de la puerta?- No se había fijado en ella, no era tan bonita como las chicas de la entrada pero sin duda tenía lo suyo, la piel un poco morena sin llegar al tostado, pelo color castaño claro, como la corteza de un árbol o de una hoja en otoño. Llevaba un pantalón y chamarra ambas de mezclilla, unas botas militares negras con verde pardo y varias pulseras negras y verdes de todos los tonos, la chamarra la llevaba remangada y el pelo alborotado como si lo hiciera a propósito, un estilo muy "salvaje" pero divertido y casual.
-Claro, soy Xerett Sianna ¿cuál es tú nombre, niña?- Xerett seguía en el suelo, entonces Itt le ofreció la mano para levantarse.
-Me llamo Ittzy Glass- la chica de mezclilla aceptó la ayuda, pensó que era más pesada y puso mucha fuerza al momento de ayudarla y salió volando de nuevo, cayendo ahora sobre la pared y golpeándose un poco.
-Si así será nuestra amistad, será mejor que vaya a que me consigan una nueva compañera de cuarto- reía mientras que con su mano izquierda se sobaba la cabeza.