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Encontrar a los malignos. por Macaco

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Notas del capitulo:

Ya arregle lo de el capitulo anterior, si gustan pueden ir a verlo :) 

 

Corría con solo dos bolsos grandes, uno en cada mano. Podía con eso y mucho más, no había duda pero en realidad era casi lo único indispensable que él creyó que tendría que llevar a un internado, no es que no tuviera mucha ropa ¡vaya que la tenía! pero a Sorse no le parecía conveniente llevar tantas mudas de ropa, según él: "Puedes combinar tan solo éste short con otras cinco playeras y unos diferentes tenis" y así era, él sólo había llevado 8 shorts y 31 playeras y camisas, una para cada día de el mes.


Fest era el tipo de chico que le quieres presentar a tus padres como primer novio, excepto por el espontaneo mal humor, alto, fornido y guapo, caballeroso y cortés, con dinero y una familia de buen ver. Cabello café oscuro y siempre peinado, a excepción de cuando esté jugando basquetball o haciendo ejercicio en el gimnasio. Siempre usando sus fieles shorts y una playera sin mangas, las cuales eran sus favoritas, dejando ver así, sus trabajadas piernas y bíceps, no le molestaba presumir a veces sus atributos ¿por algo se mataba haciéndolos, no? El rey bestia, o también como lo conocen todos ahora, el psicólogo y psiquiatra, Ewnestio Fets. En su gran castillo era obvio que Ewnestio tuviera bellas damas con las cuales Sorse era todo un casanova, rompe corazones (y a veces también rompe relaciones) pero nuevamente no era toda la culpa de él, también culpaba a la buena genética de su padre y su bella madre.


Seguía corriendo, con el pecho subiendo y bajando y con las maletas golpeando sus muslos, el pelo pegado a la frente con un sudor perlado por toda ella, porqué hasta sudado el joven era muy bien parecido. Él era un chico muy puntal y lo citaron a las dos en punto en su habitación la BH-200 y ya eran la una con 46 ¡Iba a llegar tarde para llegar temprano! ¡Qué problema tan bestial! Como diría Ewn. Quería ser el primero en llegar, como siempre lo había sido, tan competitivo el muchacho. Por fin después de todo un maratón por medio internado encontró su cuarto, la puerta era simple pero con un grabado de un pájaro, como todas las puertas en el maldito lugar. Abrió y agradeció que no hubiera nadie aún, podía escoger la cama que el quisiera, el espacio de el armario que el quisiera, (aunque no es como si su ropa fuera a ocupar la gran cosa) arreglar su pequeño buro de noche que estaba a lado de su cama, la de la izquierda que estaba a lado de el gran ventanal.


Llevaba una hora arreglando todo su cuarto cuando escuchó que tocaban la puerta, pensando que sería un maestro o un empleado de intendencia fue a abrir la puerta y se encontró con un muchacho delgado de pelo rojo hasta los hombros.


-Perdón pero he perdido mi llave ¿me dejarías pasar? Soy tu compañero de cuarto- el chico entró sin esperar una respuesta por parte de Sorse, dejando a éste muy confundido- Soy Diaman. ¿cómo te llamas?


Cruzó sus brazos y observo por un momento al niño que acababa de entrar, no esperaba que su compañero fuera él, esperaba a alguien parecido a él, la verdad. Y él no lo era. Era delgado al grado de pensar que estaba enfermo, aunque era obvio que no lo estaba, una piel pálida que lucía aún más por ese pelo rojo. Llevaba un pantalón color menta y unos tenis grises con estoperoles por toda la parte delantera, una camisa de manga larga blanca con un gran once al frente de un tono verde pistache, se le distinguía un tatuaje en la parte trasera de la mano en forma de una rosa con vivos colores. El fleco era recto y el resto de el cabello demasiado lizo, demasiado, como si en su vida fuera a tener un solo nudo. Sus ojos eran azules como una piscina, al menos así los vio Sorse, y unas pestañas por las cuales las chicas matarías pero que a los chicos los trae sin cuidado, aunque a Diaman si que le importaban.


-Sorse, Sorse Fest, mucho gusto- extendió su mano y el pelirrojo la aceptó- ¿cuántos años tienes? solo curiosidad.


-Diecinueve, lo sé, no parece pero lo juro- levantó sus manos y miró el techo- ¡pero que lindo estampado!


Sorse no era de el tipo de chicos que se impresionaba por los detalles, ni siquiera los notaba, pero ese tapiz en el techo no lo había visto y en serio era lindo: tenía unas nubes de un típico día en su castillo con unos pájaros dibujados con un gran detalle y un atardecer que cambiaba de un amarillo a un rosa pálido.


-En realidad a mi no me parece tan lindo- caminó hasta la cama a lado de la ventana y se sentó- Siento ya haber elegido primero pero ya sabes la regla de oro: el primero elige.


-¡Qué regla tan tonta!-. el chico empezó a reír y acomodar sus cosas en su cama que le correspondía, a diferencia de Sorse, Diaman traía 4 grandes maletas y todas llenas a reventar- me alegro y preocupo que hayas ocupado tan poco lugar en el armario ¿eres de esos chicos que visten con el mismo short y una playera diferente solamente?


Sorse sintió su cara arder.


-La verdad es que sí, no siento necesario tener tanta ropa- volvió a cruzar los brazos y pensó que vivir con Diaman sería, probablemente un dolor de cabeza.


Mientras Lanze, el apellido de Diaman según le había contando él, acomodaba sus cosas en todo el armario. A veces invadiendo el pequeño espacio de él. Le contó sobre su abuelo el rey de los mares y de su madre, una de las 7 hijas con nombres parecidos, y la forma en la que ya no aguantaba salir de su castillo. Secrina Lanze paranoica porqué una mala bruja quería maldecir a su primogénito si él se atrevía a pisar el océano, obligando a su madre a poner una gran barrera entre el mar y su castillo y así obligando igual a Diaman a no conocer el mar ni nada que no sea el interior de el gran castillo de Secrina. Mientras más contaba el pelirrojo Sorse pensaba que al fin y al cabo no eran tan diferentes, a los dos los unía tener unos padres paranoicos, un completo encierro en un castillo y el gran deseo de ver que hay más allá de ese "gran lugar" que creen que sus padres les hicieron creer. También pensó que no sería tan malo vivir con él, si es que podía soportar todo el tiempo ese olor a coco que Diaman traía impregnado en la piel. Sí, definitivamente se llevaría bien con él.

Notas finales:

Éeste capitulo espero y no tenga errores, lo revise muy rapido pero ojala y no, gracias por leer y espero poder pasar a la compu el siguiente capitulo lo antes posible :) 


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