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What if Kai was the last ninja? por Room 13943

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Notas del capitulo:

Hola, gente... Me estoy muriendo de una terrible enfermedad llamada "gripe". Sí, esa que ha acabado con más de media población planetaria.

Bueno, ya hablando en serio (xD), enferma de lo que dices "ENFERMA", sí estoy, pero pronto sanaré y seré free! (Ba-dum tss). 

Lloyd empujó con toda la delicadeza que su fuerza le permitía al menor, dejándolo acostado en la cama. Unieron sus labios en un suave roce, que pronto se fue tornando más pasional. Ambas bocas se movían encima de la otra, y el hecho de que Kai estuviera luchando por tomar el control estaba haciendo que el rubio se vólviese loco, a tal grado que como siguiera así, terminarían ambos sin ropa.

El mayor rompió el beso, recibiendo como consecuencia un quejido furioso del castaño; eso le hizo sonreír. Cuando se separó un poco de la cara foránea —para apreciar el cuerpo que temblaba debajo suyo— se quedó embelasado; sintió un escalofrío recorrer su espalda y por poco se tentó a desnudarlo. Pero se controló, debía de hacerlo. Sonrió cariñosamente, dirigiéndo aquel gesto al contrario, recibiendo una mirada atenta, casi suplicante. Sabía a la perfección qué quería decir aquéllo, y no dudó en cumplirlo. Nuevamente, los dos pares de labios se unieron en otro ósculo que Kai se aseguró de volver húmedo; entreabrió la boca, dándole paso libre a la lengua que, como si fuera un niño curioso, comenzó a explorar la boca ajena, hasta que encontró la húmeda contraria, comenzando una guerra de golpeteos y toques. 

El menor se removió lentamente y con sus manos, tomó por la nuca al rubio, acercándose más. Aún así, no paraba de temblar y movió sus pies nervioso; quería llegar a más, quería hacerlo, quería que Lloyd lo tomara, que poseyera su cuerpo, sin embargo, tenía miedo. El sentimiento de pavor le carcomía todo el cuerpo, y lo hacía sudar frío. Y para cuando sintió una mano colarse debajo de su camisa, su temor aumentó, rompiendo el beso bruscamente. Apoyó sus manos temblorosas en el pecho del otro y lo apartó gentilmente, girando su cabeza hacia un lado. Lágrimas querían aún salir de sus ojos, rogando ser libres.

Por otro lado, Lloyd estaba confundido. Observó al castaño un par de segundos, recorriendo con su mirada las bellas facciones de su pareja, algo que podría hacer toda la noche, todos los días, sin hartarse nunca. Tomó una mano de ambas manos que se habían posado en su pecho con una misma, y la acercó a sus labios, besando la palma. 

—¿Tienes miedo, Kai?— preguntó susurrante, evitando que el otro se sintiera intimidado. Cuando vio el sonrojo que se formó en aquellas suavea mejillas, sabía que lo consiguió—. Está bien, no quiero presionarte... 

—¿Podemos seguir... con los besos?

—Si eso quieres, así será— Volvió a besar la palma de la mamo contraria, sonríendo cálidamente—. Te amo.

Kai enrojeció y asintió tímidamente. Muy pocas veces el rubio había dicho esas palabras, y cuando lo hacía, se sentía feliz. 

El mayor entrelazó sus dedos con los foráneos, y se dedicó nuevamente a unir ambas bocas. No le gustaba ver al castaño llorar, pero no podía negar que aquéllas lágrimas resbalándose por las rosadas mejillas, lo hacían lucir simplemente bello.

 

—¡Tengo una idea!— gritó Jay, entusiasmado.

Todos le miraron, inquietos. Él precisamente no se carácterizaba por sua ideas brillantes, en realidad, brillaban por su ausencia. Pero, ¿qué se le podía hacer? Había sido uno de los muchos castigos que el Sensei lea había impuesto —a todos, exceptuando a Jay— por no haber hecho la limpieza que les tocaba.

—¿Y cuál es esa genial idea, Jay?— se mofó el malherido de Cole, notoriamente molesto. No apartaba su mirada de Lloyd, y éste, a su vez, no para de sonreír a Kai, que se sentía incómodo por cómo el rubio estaba siendo observado.

—Un juego— dijo orgulloso.

—Oh, mierda— se quejó el moreno.

—¡Qué aguafiestas eres, Cole!— Frunció el estrejo—. ¡Será divertido! ¿A qué sí, Kai?

—Si tú lo dices, Jay...— murmuró éste, no muy convencido.

—¡Así se habla!

—Deja de enrollarre, Jay, y dí el juego...— habló Lloyd, irritado. Esta tontería había arruinado su maravilloso y meloso momento con su pareja.

—Aguanta, hombre, que estoy tratando de acordarme...

—Maravilloso— rió el moreno—. Ni siquiera sabes qué juego... ¿No crees que ya estamos muy grandes para estas cosas?

—Lo dice el señor maduro que también juega vídeojuegos... ¿No te has mordidi la lengua, Cole?— retó Lloyd, con una sonrisa cínica.

—Lloyd, por favor...— rogó el menor, jalando la manga del mencionado. Éste se calmó, o aparentó eso, y besó en la sien al chico.

—¡Ya lo tengo!— victoreó Jay, alzando una mano—. Se llama... ¡Yo nunca! 

—¿De verdad?— alegó el rubio, molesto.

—¿Qué pasa, Lloyd, eres un cobarde?— se burló Cole.

—No, simplemente no me gusta beber— sinceró—, pero acepto el reto...

—¡Decidido! ¡Haremos el "Yo nunca"! Y... Kai también está dentro— sonrió.

"Mierda...", pensó el menor.

Notas finales:

La verdad, el juego del "Yo nunca" siempre me ha gustado, nada más que nosotras en vez de hacerlo con alcohol, lo hacemos con un refresco sin gas (porque esa weá sabe horrible sin gas) xD.

Besos♥


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