Vegeta quedo totalmente anonadado, pensaba que estaba bromeando pero sus palabras fueron tan liberadoras y sinceras, notando la expresión que tenia Goku, sacudió su cabeza tratando de volver a la normalidad.
“¿Estas jugando, no?..” Preguntó el mas bajo, alzando sus cejas con sorpresa. No es que como si Goku fuera de esos amigos bromistas, con el poco tiempo que llevaba de conocerlo sabia que no lo era. “No te estoy ofendiendo o algo así, pero es verdad eso?..” No estaba seguro de sus palabras, y el silencio que había conseguido su amigo le decía mil respuestas.
“Claro que lo es, Vegeta..” Con los ojos casi húmedos respondió. “Me atormentaban cada día, llenos de insultos y discriminación.. Por qué según ellos, sólo fui una zorra de unos chicos que me violaron en el colegio hace tiempo..” Sentía cómo por sus mejillas rosadas derramaban rápidamente lágrimas, dejando así a Kakarotto en el sofá.
“Pero eso no es excusa para que ellos te traten así..” Vegeta se acercó hacia Goku tomándolo de los hombros. “Esos miserables merecen la muerte, no sé cuanto tiempo habrá pasado desde ese entonces, pero tu no eres ninguna zorra y tampoco un raro.” Su antipática expresión regreso a él, después de que un nudo en la garganta se le hizo al oír eso. Ahora mas que nada, sabia que tenía que protegerlo a su manera, aunque eso le costara la expulsión del colegio.
“Tú no entiendes..” Goku fijo su mirada hacia su hijo, cosa que a Vegeta lo puso confuso. “Ellos me dicen raro porque ningún hombre puede tener bebés en su vientre, cómo yo..” Retiró las manos de el mas bajo de sus hombros. “O dime.. ¿Tu puedes quedar de la misma forma?.” Preguntó rodando sus ojos hacia él.
Ese cosquilleo que sintió al escuchar tal pregunta, Vegeta empezó a reírse era evidente que no y sólo consiguió esa respuesta del chico. Raro o no, Goku era su primer amigo en la ciudad, y debía de apreciar su amistad aunque fuera un caso especial. Aun sin tragarse el cuento que aquel niño de mirada inocente fuera su hijo, este le alzo sus pequeños brazos para que lo cargara y ambos chicos lo tomaran en cuenta.
“¡Papá!..” Pronunció con felicidad sin dejar de abrir y cerrar sus manos dirigiéndole una mirada llena de ternura. Añadiéndole una risueña risa , Goku sorprendido de que no se lo estuviera diciendo a él, si no a Vegeta.
“¿Kakarotto?.. ” Miró cómo su hijo le dirigía la mirada a su amigo. “Él no suele decir papá..” Limpio sus lágrimas con las manos, acariciándose sus propios brazos. Acomodó el flequillo por detrás de la oreja mostrando una sonrisa finalmente. “Me dice mamá..” Goku vio de reojo a Vegeta.
“¡Ya estoy en casa, Goku!.” Anunció una voz femenina desde la puerta principal, se podía escuchar sus pasos dirigirse hacia donde estaban los demás. “¿Cómo te fue el día de hoy?.. Disculpa por no llevarme a Kakarotto conmigo, pero hubo unos nuevos empleados y..” Decía bastante distraída, hasta que sus ojos fueron a dar con la mirada de Vegeta cargando a el bebé.
“¡Ah, me fue genial hoy!.” Goku se acercó a Bulma dándole un beso de bienvenida que solía darle de costumbre y con una mano le señalo la nueva visita.
“Buenas tardes, señora.. Gusto en conocerla, me llamo Vegeta.” Agito su mano junto con una encantadora sonrisa, qué Kakarotto hizo reír de alegría y comenzó a aplaudir.
Bulma parpadeo quedándose sumamente paralizada, no esperaba encontrarse a un muchacho cómo él. Sólo opto por darle una leve sonrisa e inmediato jaló a Goku con la excusa de que tenían qué ir a la cocina.
“Me alegro que hayas hecho una nueva amistad, pero traerlo a la casa no es muy conveniente..” Le susurró en el oído, viendo que Vegeta no les estuviera escuchando pero se encontraba más distraído con el pequeño.
“¿Por qué no?..” Preguntó con curiosidad. “Sabes todas las humillaciones por las que he pasado en el instituto, desde que tuve a Kakarotto. Todos esos rechazos cuando intentaba tener un nuevo amigo, o tan siquiera acercarme a alguien. Cada que había un nuevo compañero en la clase, los demás le decían que no hablaran con ‘el raro’. Pero Vegeta..” Mordió sus labios, mientras se acariciaba sus propios brazos que les estaban temblando, aun así no pudo dejar soltar una sonrisa.
“Está bien..” Suspiró encogiéndose de hombros. “Pero sí él te hace algo, se las verá conmigo. Queda advertido.” Lo miro con ojos desafiantes, esa mirada de ella hacía que Goku le tuviera miedo así que simplemente él asintió. La mujer no pudo evitar con orgullo.
Volviendo a donde estaban Vegeta y Kakarotto, se llevó una agradable vista de ellos. El pequeño que felizmente lo tomaba de ambas manos para sujetarse, Vegeta lo guiaba para que caminara a paso lento. Hasta que soltó sus suaves manos, Kakarotto con dificultad logro sostener sus pies en el suelo y comenzó a caminar lentamente hasta donde estaba el chico. Pero poco duró esa emoción, puesto que el niño se cayo sin conseguir llegar a su meta.
“Aún no sabe caminar.” Habló Goku acercándose a donde estaba su hijo, levantándolo del suelo. “Tiene sólo un año.” Limpiaba el cabello de Kakarotto y sacudía su ropa.
“Le estaba enseñando. Yo aprendí a caminar cuando tenia un año, o eso fue lo que me dijeron.” Contestó riéndose al ver qué el bebé apartaba las manos de Goku de él.
“¡Veg! .. ¡Eta!..” Grito el menor tratando de lloriquear y se sacudía traviesamente. “¡Geta.. Ta!..” Rompió en llanto al notar que su mamá no lo dejaba ir se con Vegeta.
Ambos se espantaron, y cada vez comenzó a llorar con más fuerza. Era la primera vez que el bebé lloraba con esas ganas de romper tímpanos, incluso a la hora de comer no lloraba, ni para ser cambiado de pañal. Rápidamente Goku obedeció a lo que quería llegar hacer su hijo, y se lo dio a Vegeta. Y para su sorpresa dejo de llorar , apretando los hombros en un abrazo.
“Chiquillo, yo no soy tu mamá.” Dijo Vegeta haciendo una mueca de fastidio y aún así, Kakarotto lo agarraba de su cuello contento. “Tenemos tarea que hacer, despegate de mi.” Intentaba zafarselo pero parecía que aumentaba mas el agarre.
“Vamos , Karot. Es hora de que vayas a dormir.” Sonreía , pero el bebé negaba con su cabeza. “¿Cómo que no?. Y tampoco iras a ver esa caricatura que te gusta?.” Preguntó acariciando el cabello.
Reaccionó levantando su rostro a una de alegría, soltó sus pequeñas manos de Vegeta no sin antes a ver arrancado un collar que llevaba con él.
“Uh.. Lo siento.” Goku entre sus brazos tenía a Kakarotto lamiendo el collar. “Eres muy rebelde, bebé. Daselo.”
Y sin conseguir que le hiciera caso, lo llevo a su habitación a recostarlo en su cuna y de nuevo lograr que se lo diera. Unos minutos después, Goku regreso a donde estaba Vegeta con los pelos al aire y con cansancio.
“No pude.” Pronuncio riéndose.
“No importa, cuándo se quede dormido, lo tomas.” Vegeta agarro su mochila. “De hecho, yo lo robe de mi padre. No es mio.” Dijo sacando su libreta, comenzando a escribir en ella.
Goku hizo lo mismo, sentándose a lado de él. Aún que jugueteaba con su lápiz sin empezar a escribir, hacia garabatos por toda la hoja. Todavía no se acostumbraba a tener a un amigo. Hasta que Vegeta lo saco de sus propios pensamientos.
“Ese niño es muy fuerte.” Habló estirando sus manos y cuello con dolor, Kakarotto lo dejo con varios rasguños.
“Si, pero no creas que yo soy así.” Respondió acomodando su flequillo nervioso. “El es calmado, pero creo que se emociono de ver a alguien nuevo.”
“Bastante diria yo.”
“Es razonable.. Su ‘papá’ es muy fuerte.. Y un maldito también.” Goku de solo pensar en él, no pudo evitar enojarse consigo mismo.