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No fue coincidencia por mistdowner

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Notas del capitulo:

Dije que iba a subir este cap en unos días pero... ¡Qué rayos! Si no es ahora, no es nunca :'( (?)

Espero les guste este cap. 

*Actualiza rápido, ya faltan pocos minutos para que tenga que salir corriendo al colegio* (?)

Dioses. Por todo el Olimpo. Realmente no sabía que más hacer para recuperarse. Lo más seguro era que debía ir al doctor. Pero era tan cabeza dura que simplemente se la pasaba diciéndose que lo mejor era esperar a curarse por propia cuenta. Tomaba los medicamentos cuanto podía, mareándose muy seguido. ¿Cómo no tener una mala salud luego de los últimos meses con tal estilo de vida? Paseó su vista por la habitación. Todo estaba revuelto. Por un lado estaba su intento por reparar su celular. Por otro algunas prendas. Esparcidos por la cama, algunos dibujos. Se había aburrido tanto haciendo reposo, que había cogido su vieja maña de crear dibujos. Como en su adolescencia.

Desde un boceto de Toothless, hasta uno una linda obra de sus padres bailando juntos…¡había muchos dragones! Que nadie le preguntara el porqué. Siempre le agradaron esos enormes reptiles alados… Simplemente, muchos dibujos. Pero había uno que sobresalía del resto, uno que se llevaba la atención de todos cuantos pudieran observarlo. Tomó la obra.

-En serio, no sé que rayos…- Comentó mirando su dibujo. De solo mirarlo, se admiraba. Tal vez debería haber sido dibujante o algo por el estilo.- Es bastante parecido al original.- se sonrió.- Si solo Jack lo viese…- pensó en voz alta, suspirando. Entonces se sumió en los detalles. Sus labios, esa sonrisa ladina y juguetona, sus ojos con tanto detalle y luz… ¡Y su cuerpo! Era tan… idéntico al real. ¿Cómo había terminado dibujando a Jack? Ni él lo sabía. Solo se había dejado llevar. Y ahí lo tenía. Una perfecta obra de arte, plasmando lo mejor de su amigo. ¿Cómo estaría? ¿Esa chica sería su nueva novia? ¿Tendría tiempo de estar con él a partir de ahora? Vaya, algunas de las inquietudes que lo llenaban si que eran tontas. Pero…¿Cómo no tenerlas? … Finalmente, junto todos los dibujos, con el cuidado de dejar su preferido bien ubicado. Luego lo colgaría por algún lugar de la casa. Por ahora, trataría de lidiar con la fiebre y dormir un poco.

Pero no lo logró. Siempre que cerraba los ojos sentía que la cabeza iba a estallarle, y la preocupación se lo comía vivo. Suspiró. Se sentó en la cama, y miró a la puerta. A lo lejos pudo distinguir como Toothless caminaba perezosamente por la casa, como si esperara a que él se animara y lo sacara a pasear de una vez por todas. En serio quería. No solo sacar a pasear al perro, sino que, literalmente, salir corriendo al café y pedirle disculpas a Jack por su inmensa desaparición. Que nadie lo supiera. Pero lo había intentado. Claro. Solo llegó a estar unos minutos afuera. Lo suficiente como para sentir que el cuerpo le fallaba del cansancio, estando a punto de desmoronarse. Sabía que no llegaría muy lejos en su estado. Se tocó la frente. ¿Por qué rayos tenía tanto frío? Estaba tan abrigado y aun así… Miró a su alrededor. Lo único que tenía cerca, era aquella prenda azul de Jack. No. No podía usarla, verdad? Si ni siquiera era suya. La tomó entre sus manos. No había tenido oportunidad de devolverla…Y al parecer, muy seguramente, era la favorita del albino.

-. . .- Nadie lo vería. Prometía solo… Conciliar el sueño y ya. Luego se la quitaría y nadie sabría nada. Así, se quitó todos los demás abrigos de encima, y se la puso. Le andaba algo justa. Pero no se quejaba. Nada, en realidad. La olió. Dioses. ¡La olfateó! Tenía toda la fresca fragancia de Jack. Luego…Le preguntaría que tipo de perfume usaba. Porque, uh… realmente…No podía dejar de olfatear ese aroma. De nuevo, se preguntó porque sentía esa ansiedad tan absurda, mezclada contradictoriamente con una gran paz. Se recostó. Ya no tenía frío.

************************************************

-¿Hiccup?- comentó aquel hombre de extraña apariencia.- Ah, sí, ¡el pobre ha recogido el peor resfriado que hubieran visto mis valientes ojos!- continuó con ese tono vivaz.

-¿Entonces no ha venido?- preguntó Bunny.

-Oh, no. Lo mandé a casa a reposar. Hace tres días se desmayó por el simple peso de algunos metales. Ese chico sí que es un tema. -  Jack se dejó ver sorprendido. ¡Un desmayo! Y ese señor hablaba de ello como si no fuera nada extraño.

-¿Nos dices donde vive?

-¡Claro! A decir verdad, igualmente me preocupa ese chico. Hice la promesa de cuidarlo, pero ¡Ya ven! El pobre aun no supera a su chica.

-¿Promesa?- preguntó Jack.

-Oh, sí. Su padre y yo fuimos muy buenos amigos. Él murió hace tiempo. Se puede decir que yo terminé siendo algo así como su tío. ¡El pobre nunca ha encajado en nada! Será por eso que finalmente, a pesar de haber cambiado tanto, terminó un tanto solo. – siguió la charla el rubio hombre, tratando de anotar la dirección en un papel.- ¿Eres su amigo?

-Sí.- comentó seguro el albino.

-Vaya, ¡que suerte! Al pobre le hacen falta de esos, ahora que se mudó y esas cosas.

-No sabía de…Eso.

-Pues, sí.- afirmó el hombre, entregándole la dirección a Bunny.- Hiccup solía vivir con su padre en una ciudad totalmente diferente. Para no alargarme tanto, digamos que él no era exactamente el más fuerte de todos. Estoico solía decirme cuanto le extrañaba tener un hijo así. Pasó su niñez y parte de la adolescencia enamorado de Astrid. Hasta que luego de la muerte mi amigo, viniera a vivir a esta ciudad con ella. Yo le seguí, me daba algo de miedo que no la pasara de lo mejor. Y ahora estamos aquí.

- . . .Ya veo.- Con esa información, Jack entendió mejor la situación de Hiccup. Aun tenía mucha curiosidad  y preguntas, pero simplemente se las guardó. Ya le preguntaría él mismo al protagonista los detalles. Dicho esto, Bunny se despidió de aquel hombre, y tanto él como Jack salieron en busca de la dirección.- Oye, ¿cómo lo conoces?

-Conozco a muchas personas. Sobre todo a alguien como él, que siempre pide pastel de pescado bañado en cerveza.

-¿Eso es legal?

-Quien sabe.

Después de preguntar por algunas calles y buscar caminos, llegaron finalmente a la dirección. Al parecer Hiccup vivía en una casa de dos pisos, bastante linda a decir verdad. Jack sonrió. Ya quería ver la cara del dueño de ésta cuando lo viera en su puerta. Avanzó unos pasos, para luego detenerse.

-Bien, suerte, si necesitas algo solo llá…- Bunny no pudo continuar con sus palabras. Sorpresivamente tenía a Jack encima, abrazándolo. Fue tan extraño. Ellos nunca hacían ese tipo de cosas. Su corazón latió dolorosamente. ¿Por qué le hacía aquello? ¿Es que no notaba que solo le hacía más difícil dejarlo ir? Correspondió el abrazo con necesidad, llenándose de melancolía y despidiéndose de ese amor que no podría ser. Finalmente solo se rindió, luego de tanto tiempo enamorado. Tal vez era lo mejor así, aunque fuera peligroso. Era obvio que él no podría ser aquella persona que cuidara de él e hiciera nacer todos los días una sonrisa en su rostro. Pero estaba bien. Si Jack era feliz así… ¡Aun si ese tonto del tal “Hiccup” lo despreciaba! Él estaría allí, para animarlo. Porque lo quería lo suficiente como para dejarlo ir y desearle lo mejor. Así se separaron.

-Gracias.- fue lo último que dijo el albino antes de alejarse. Bunny solo sonrió. Ahora debía ir a llorar y descargarse por ahí. ¿Hacía cuanto que no tomaba una buena cerveza? Como fuera. Ya mañana se encargaría de hacer los mejores pasteles, y de buscar en otras manos un nuevo amor. 

Notas finales:

Listo <3  espero les haya gustado. 

Un saludo especial y muchos corazones y besos (así bien gay (?) Para Inori. Amo tus comentarios <3 <3  

Nos leemos <3


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