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No fue coincidencia por mistdowner

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Notas del capitulo:

Espero les guste el capítulo. Al fin sabrán lo que le sucedió a Jack en su pasado. 

 

Solo quedan...TRES CAPÍTULOS. Ya terminé de escribir la historia, solo me falta subirla. Pero antes de nada...¿Les gustaría que hubiera lemon entre Hiccup y Jack?

 

Espero respondan, para no morir de incertidumbre (??????) Quería subir el final justamente hoy, sin embargo debido a que el último capítulo es algo... Uh, bueno, depende de sus respuestas (?) 

Ese día, pudo faltar al trabajo. Su jefe amablemente le cedió un breve descanso luego de enterarse por boca del castaño por los problemas que atravesaba. Llevaba en manos un pequeño presente. Estaba decidido a ir allí. Era temprano. Demasiado, tal vez. Sin embargo, no se le ocurría otro momento en el cual asistir a aquella vivienda. Después de todo, si iba algunas horas más tardes, Jack de seguro se encontraría en el instituto. Suspiró. Allí estaba el punto exacto. Miró la casa a detalle. Era un tanto…navideña. Pero de todas maneras, le agradó. Tocó la puerta, y esperó a ser atendido.

-¡Te dije que te olvidarías algo, hijo! – escuchó una voz jovial del otro lado de la puerta. Al fin cuando esta se abrió, se encontró con la mirada sorprendida de Norte, el tío de Jack.- Oh. Tu no eres Jack.- comentó el gran hombre.- Pasa, pasa.- así lo hizo el castaño.- Lamentablemente, si lo que querías era hablar con Jack, llegaste algo tarde. El muchacho ha tomado la extraña costumbre de marchar al Instituto temprano, con la excusa de hacer ejercicio por las mañanas o algo así. Ya le he dicho que puede enfermarse, sin embargo él no escucha.- a medida que Norte iba hablando, Hiccup inspeccionaba el lugar con la mirada, encontrando algunas fotografías colgadas en las paredes. Una le llamó poderosamente la atención. En ella, se podía divisar a Jack con el cabello castaño, sonriendo al lado de una niña que no conocía de nada. ¿Castaño? ¿Jack no era naturalmente albino?- ¿Te gusta?

-Eh…Sí. – contestó algo cohibido por ser descubierto en medio de sus pensamientos.- No sabía que Jack era castaño…

-Bueno, sí, lo fue alguna vez… Actualmente, tiene la manía de decolorarse el cabello o algo así.- explicó el gran hombre, enarcando una ceja, como si no entendiera el porqué de esa actitud.

-¿En serio? Bueno…Él no me ha contado de esas cosas…- agregó el castaño, algo deprimido. Pensaba que conocía un poco más a fondo al chico, pero al parecer, se equivocaba, y bastante.

-Jack suele ser un poco reservado en cuanto a cosas pasadas.

-Ya veo. Solo uh… Pensé que así, podría volverme más cercano a él…

-Hay sucesos que cambian a una persona.- explicó el hombre.- Sucesos que uno prefiere olvidar…

-¿Qué sucedió?- un suspiro. Norte no parecía querer hablar del tema. Hiccup ya estaba por pedir disculpas por ser entrometido, cuando escucho que el gran hombre le pedía que pasara hacia la cocina a comer algo. Que alguien lo golpeara por ser tan curioso. Pero, vamos, ¿cómo no serlo cuando se trataba de Jack? Sabía tan poco de él… Ambos se sentaron en la pintoresca mesa, con leche y galletas de por medio.

-Es una historia larga, hijo.- expresó. El castaño de nuevo pensó que lo mejor sería no saber del tema. No sabía muy bien si era lo correcto enterarse por su tío, y no por Jack. Se lo pensó. La curiosidad burbujeaba en su interior, pidiendo respuestas.- Sucedió ya hace algunos años… Mi querida hermana, viajaba con su marido y sus dos hijos rumbo a un evento especial que sucede cada trescientos años. Lo denominan: la danza de la luna.- Hiccup tragó en seco. Entonces, Jack alguna vez tuvo una familia mucho más grande. Se incomodó. - No iban solos. Mi hermano y su mujer, igualmente se dirigían hacía allí con sus dos pequeñas hijas: Elsa y Anna. Sí, mis hermanos siempre han sido muy fanáticos de la astrología y esas cosas, al igual que yo.- una leve risa. Mostró entonces un pequeño juguete de la luna que colgaba el techo, a modo de adorno. Hiccup lo apreció profundamente. En el pequeño juguete podían divisarse pequeños detalles como hadas, duendes, huevos de pascua y copos de nieve.- Esa noche, el clima era pésimo. Emma, la hermana de Jack, había estado algo enferma, por lo cual las familias estaban manejando un poco más rápido de lo usual para llegar a destino y tratar a la pequeña.- Un silencio. Realmente parecía que el pobre señor no podía relatar la historia sin repetirla en sus sentimientos.- Las cosas… No salieron muy bien. Fue una catástrofe. En medio de una feroz tormenta de nieve, los autos perdieron el control, matando en el acto a los mayores. – Hiccup contuvo la respiración. Sintió como su interior se helaba de solo imaginar la escena.- Los únicos que salieron vivos de allí, fueron los menores. Sin embargo, la pequeña Emma, debido a su condición frágil, quedó en un estado de coma, además de que Anna casi fallece por un estado extremo de hipotermia. Fueron tiempos…Difíciles, Hiccup. Pasaron meses en los cuales los doctores hacían todo lo posible por atar a Emma a la vida, ayudando mientras tanto a la recuperación de Anna.- Un silencio sepulcral reinó en la sala. El castaño trató de no mostrarse muy batido por la noticia.- Jack tenía la esperanza de que su hermana sanara. Anna había podido superar esa difícil prueba, así que todos estábamos optimistas. Pero…- una pausa. Norte tuvo que aspirar algo de aire y llevarse una de sus manos a los ojos, quitando algo del agua que amenazaba por salir.- Un día, ella simplemente nos abandonó. Eso fue un duro golpe para todos, sobre todo para Jack. Dejó de reír. Dejó de jugar. Fue como si él igualmente hubiera muerto ese día.

-Yo no…

-Descuida.- Norte se levantó, ahora pareciendo más animado.- supongo que era necesario que lo supieras, eh? Ya sabes, así empiezan las relaciones.- y el gran hombre le guiñó un ojo pícaramente. Hiccup sonrió nervioso y desvió la mirada.- Oh. ¿Le has traído un regalo?

-A-ah, sí. Es algo que le hice yo mismo. Sin embargo, ya que no está…

-Estos chicos de hoy en día, siempre tan apurados… Anna y Elsa igualmente salieron, dejando a este pobre viejo solo. ¡Tengo una idea! ¿Por qué no lo dejas en su cuarto? Así, cuando vuelva, el tendrá una gran…¡Sorpresa!- Hiccup sonrió por las expresiones del hombre. De algún modo, le recordaban a Santa. Sonrió por la idea, y algo apenado, decidió aceptar la oferta del mayor. Así, ambos subieron las escaleras, hasta toparse con una puerta celeste con copos de nieve pintados en ella. -¿Te gusta? La decoré yo.- dijo con orgullo. Hiccup asintió divertido, imaginando que Jack moriría de vergüenza si supera que él estaba allí. – Bien, te dejo. Pronto abriremos el café.

Así, el hombre tan corpulento se perdió escaleras abajo, dejando solo al castaño, con el presente en la mano.

-Bien, solo dejaré esto y me iré. –Comentó para sí mismo. Al entrar, solo vio algunos juegos tirados por el piso, una televisión, algunos cómics… No se diferenciaba mucho de su propia habitación. Eso le hizo sonreír. Ahora bien, ¿dónde dejar el presente? Pensó en simplemente dejarlo en algún mueble, sin embargo la idea le pareció aburrida. Luego se le ocurrió meterlo entre las ropas, pero descartó la idea por miedo a que cuando Jack llegara, lo dejara caer. Finalmente, se decidió por dejarlo sobre la cama. Buena idea. Se aproximó hacia ella, y dejó la peque cajita decorada en el medio. Era perfecto. Ya estaba marchándose, cuando arriba de un escritorio desordenado, vio algo que le llamó la atención. Fue más como…Un presentimiento. Solo se acercó, curioso, abriendo el libro que contenía lo que buscaba. Su corazón dio un vuelco al reconocerse a sí mismo plasmado en el papel.

-Jack…

**************************************

-Ya llegué- anunció el albino, con su mochila al hombro y entrando desprevenidamente al café por la puerta trasera. Sin más pasó a tomar su uniforme. En la cocina, se encontraban Sandy, Norte y Bunny hablando mientras trabajan.

-¡Jacky!- lo saludó el gran hombre de barba.- Estábamos hablando de ti.

-¿De mi?- cuestionó el albino, enarcando una ceja y viendo curioso al notar como de repente Bunny se tensaba. Tal vez su imaginación, pero notó cierto movimiento entre el peligris y su tío que lo alertó.

-S-sí, solo eh… ¿Por qué no vas a casa? ¡Te doy el día libre!- bien, aquello era extraño. Muy extraño.

-¿Algo pasó?- preguntó, dejando de lado todo lo demás. Al momento notó como Sandy comenzaba a silbar, Bunny se enfrascaba más en el decorado de su pastel y Norte…se aclaraba la garganta.

-No, solo…Te ves muy cansado, hijo. Anda, ve. Toma algo de dinero, compra lo que sea que los niños como tu comen en estos tiempo y… ve a casa.- sin mucho retraso, Norte decidió darle algo de dinero. Jack no podía estar más intrigado con todo lo que sucedía. Decidió seguir la corriente a todos, y luego de saludar a Elsa, Anna y Tiana que iban y venían con las órdenes, se marchó por donde vino. Primeramente, compró unas bolsas de frituras, algo de helado y soda. ¿Qué? La comida basura le gustaba, pero nada como helado, sin importar la estación del año. Con todas las compras en bolsas, y algo mejor de humor, caminó hasta su hogar, abrió la puerta, y se dispuso a ponerse cómodo.

Cuando entró a su habitación, primeramente no lo notó. Luego de haberse cambiado, fue que se dio cuenta de aquel detalle sobre su cama. Lo tomó, sin entender nada, y lo abrió. Dentro, reposaba un hermoso collar en forma de copo de nieve. Al segundo,  su cerebro conectó todas las piezas, y se dio cuenta de que el remitente del collar no era otro más que Hiccup. ¿¡Cómo entró a su habitación!? Entonces, recordó el nerviosismo de Norte y el resto. ¡Ah! ¿Por qué nunca le preguntaban antes de hacer las cosas? Podría haberse enojado por semejante violación a su privacidad pero…No pudo. Solo apreció el collar con ternura, sintiéndose algo confundido y culpable por todo lo que estaba pasando. Finalmente, sonrió. Se lo puso, alegre, mientras terminaba de arreglar algunas cosas. Se dirigió hasta su escritorio, lleno de apuntes y demás que no solía tocar excepto en casos de extraña necesidad, y notó que algo estaba fuera de lugar. Él nunca dejaba ordenada ninguna carpeta. Extrañado, la tomó entre sus manos, y fue en ese momento en el que su dibujo salió despedido al suelo.

-¿Qué?- ni siquiera recordaba que había dejado eso allí. Se agachó para tomarlo, admirándolo. Debería dedicarse un poco más a pulir sus dotes artísticos. Sonrió por la idea, y ya cuando se disponía a irse, notó que había algo escrito en el dibujo. Lo giró, y no pudo hacer otra cosa más que sentir como la sangre corría a sus mejillas.

 

“Te veo mañana a las ocho, en la fuente del parque.”

                                                                                 Hiccup.

Notas finales:

* Se va a terminar otro de sus fics * (?)

 

Espero les haya gustado. ¡Por favor, respondan si desean lo que les pregunté! Me ayudaría muchísimo. <3 Nos leemos. Quizá en ...¿ Una hora? ¿Dos? Pienso subir otro cap más. 


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