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Seré tu amigo
Vegeta reaccionó, lo empujó con fuerza haciendo que el más alto cayera al suelo.
—No quiero tu lástima —dijo fríamente, subió a su habitación y se encerró ahí.
Goku suspiró, tomó su mochila y subió a la habitación de ese chico. Intentó entrar, pero la puerta tenía seguro. De su bolsillo sacó un clip, de esos que se usan para ordenar las hojas para trabajos escolares. Se arrodilló e introdujo ese objeto de oficina en donde debería entrar una llave, lo movió varias veces y la puerta se abrió. Entró y dejó su mochila en el suelo, después volvió a cerrar la puerta.
—¿Cómo entraste, insecto?—preguntó el chico que estaba sentado en la orilla de su cama con los ojos hinchados, como si hubiera llorado.
—Mi padre me enseñó a forzar cerraduras... —respondió y se acercó a él, se sentó a su lado y lo volvió a abrazar—. No es lástima, quiero ser tu amigo—aclaró.
—Yo no tengo amigos—dijo secamente—. Yo debo estar solo, debo acostumbrarme...
—Vegeta, estoy seguro que la persona que quieres te aceptará, no importa nada... —intentó convencerlo.
—Mientes... ¿cómo puedes hablar de algo que no comprendes?
—Tal vez no lo comprenda, pero ten por seguro que te escucharé siempre, no te juzgaré y además jamás te abandonaré...
—¿Lo dices en serio? —preguntó viéndolo a los ojos.
—Sí... ¿Quieres contarme cómo te sientes?
El más bajito se quedó callado unos segundos. Su cama estaba en la esquina de la habitación, pegada completamente a la pared, por eso el chico de cabellos alborotados se hizo más hacia atrás para recargarse en ésta. Vegeta se acercó a él, y fue abrazado protectoramente.
—Me quiero morir... sé que a veces hacia travesuras, pero estoy seguro de que no merecía lo que pasó esa noche. Perdí mi virginidad de la manera más vil y horrible que existe. Siempre me había reservado para poder entregarme a quien realmente ame, ¿y qué pasó? Voy en la calle y cuatro sujetos me violan—dijo lo último con ironía—. Nadie querrá a alguien que perdió su pureza de esa manera, todos quieren a alguien que apenas este por hacer "su primera vez", estoy sucio, manchado... No merezco el amor de nadie—dijo llorando, mojando el pecho del mayor.
Después de llorar un rato, se tranquilizó. Goku le acariciaba su cabellera constantemente.
—¿Te digo algo? —le susurró—. La pureza está en el alma—le dijo cálidamente.
El menor se quedó dormido, se sentía tan protegido por el más alto, que no pudo evitar sentirse en gran tranquilidad. Goku también sintió sueño. Escuchó unos golpeteos en el cristal de la ventana, estaba lloviendo. Sintió una oleada de aire fresco, así que tapó al menor con una sábana, apoyó su cabeza en la del menor, y se quedó dormido.
Tarble estaba muy pensativo por lo de "suicida". Hace ya una hora que su mamá se había ido de compras, quería hablar con ella sobre eso pero prefería primero hablarlo con Vegeta. Entró a la habitación de su hermano, y pudo verlo abrazado con otro chico, ambos dormidos. Con mucho cuidado de no hacer ruido, volvió a cerrar la puerta.
Se recargó en ésta, mientras se sentaba en el suelo. Siempre que su hermano mayor se dormía, a los pocos minutos empezaba a llorar entre sueños, o simplemente gritaba por pesadillas. Pero ahora se veía en un estado de paz indescriptible. Escuchó a su madre llegar.
—¡Vegeta, ya vine, ven para que me ayudes a guardar las compras!—decía en voz alta.
—¡Shh!—dijo su hijo menor mientras bajaba rápidamente las escaleras.
—¿Qué ocurre, Tarble?
—Vegeta está dormido, lleva tiempo así y no ha tenido pesadillas.
—¿Qué? ¿De verdad?
—Sí, está dormido con un chico que tiene peinado raro.
—Ojalá y con él vaya superando lo que pasó—decía con esperanzas. A ella le destrozaba ver a su hijo sufriendo, daría lo que fuera por verlo sonreír como antes.
La mujer empezó a preparar la comida. Y luego de media hora su hijo y su amigo nuevo bajaron las escaleras, ya que Tarble fue a avisarles que la comida estaba lista. Su padre no había llegado, pero no le tomaron importancia, ya que a veces tenía juntas importantes en esa empresa. Después de comer fueron a ver televisión, Goku se sentó a la orilla del sofá, y Vegeta a su lado con los brazos cruzados. Tarble en el suelo, con las piernas cruzadas. Tocaron la puerta dos veces, así que Tarble fue a abrir.
—Ho-hola Raditz—dijo sonrojado. Conocía a ese chico, ya que era amigo de Vegeta y siempre estaba en su casa, al menos hasta que el incidente ocurrió. Siempre le había gustado ese joven, pero tenía que quedarse callado, quería ser amigo de Raditz y no asustarlo y hacer que se aleje de él.
—Ho-hola Tarble—dijo nervioso—. ¿Aquí está mi hermano?
—¿Raditz? —pregunto el chico de cabellos alborotados al escuchar la voz. Se puso de pie y fue a ver quién era.
—Kakarotto... nuestro padres están preocupados por ti, quieren que regreses ya—dijo con seriedad.
—Oh... —se decepcionó, fue con su nuevo amigo y le sonrió—: Vegeta, tengo que irme ya—dijo abrazándolo, le dio un beso en la mejilla, sonrojándolo—. Adiós, y agradécele a tu mamá por la comida, por favor.
Ambos hermanos se fueron, caminaban por las calles encharcadas. Apenas había cesado la lluvia, por eso el chico de cabellera larga tuvo oportunidad de ir a buscar a su hermanito menor.
—Te gusta el hermanito de Vegeta, ¿verdad? —preguntó de repente.
—¿Eh? Yo... —se puso completamente nervioso.
—Sabes que no tienes que fingir conmigo...
—Pues... Sí, me gusta, pero no quiero que me consideren un pedófilo por querer salir con un chico cuatro años menor que yo... —dijo decepcionado.
—Pero... no creo que sea tan malo. Su familia te conoce, por tanto te tendrán confianza—dijo intentando animarlo.
—No creo que Tarble se fije en alguien como yo...
—¿Y si sí lo hace?
—Tienes razón, Kakarotto...—intentó esperanzarse.
***
En la casa de los Saiyan. Vegeta fue a su habitación, seguía rojo como tomate. Ese pequeño beso fue suficiente como para que se emocionara. Entró y cerró con seguro, pero no se percató de la presencia de alguien que había entrado por la ventana.
—Hola, Vegeta...