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Mi novio suicida por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

     Este es un capítulo especial porque ya son más de tres años desde que este fic terminó (el 20/11/15), además de dar aviso de algo referente al fic y dar una pequeña invitación.

15

Capítulo especial

 

Dicen que la vida da muchas vueltas, y que puede cambiar drásticamente de un segundo a otro. Tal vez estés riendo alegremente, y en unos instantes por alguna mala noticia todo se derrumba.

      “La vida es un segundo…”

      A lo largo del tiempo uno debe aprender a enfrentar sus miedos, sus demonios internos. Uno debe aprender a luchar, y cuando caiga saber levantarse. Sin importar lo difícil que sea, eso nos hace fuertes.

     Vegeta y Judith se casaron hace muchos años, tuvieron un varón poco después de su primer año de matrimonio. Como era tradición en su familia, llevó su nombre, Vegeta. Y dos años después fueron bendecidos por el nacimiento de Tarble.

      Ambos tenían aspiraciones, soñaban en grande… Pero lo que causaba gran ternura en ellos era la actitud de su primogénito, porque siempre daba la cara por su hermano y cuidaba de él. ¿Si lloraba? Vegeta lo consolaba. ¿Si se lastimaba? Él se encargaba de curar sus heridas. ¿Si no podía dormir? Aceptaba el desvelarse con él para contarle historias que él mismo inventaba.

      Tanto tiempo juntos, tantas experiencias vividas. Y es que… el amor de hermanos va más allá de la razón, es inexplicable y un lazo muy fuerte que los ata para siempre. No se trata del vínculo de sangre, sino de su conexión estando juntos.

     Sin embargo, pese a que todos desearon evitarlo, la tragedia manchó su familia. ¿Qué es lo que pasó? Vegeta actuó como el mejor hermano, sacrificándose por salvarlo. Un suceso evitable e irracional, es verdad. Pero en pleno suceso había demostrado que estaría dispuesto a dejarse lastimar con el fin de que su adoración, aquel niño adorable de ojos negros, nunca fuera lastimado.

     La desesperación que tenía Vegeta por sanar el dolor de su alma y borrar de su mente el horrible suceso lo llevó a querer quitarse la vida. Pero… algo lo detenía. Simplemente no adquiría el valor de dejar este mundo por una única razón: su hermano. Si él no estaba, ¿quién cuidaría tan bien de él? La respuesta era simple, nadie cuidaría de él como lo hacía.

     Su pecho dolía, y sentía su garganta quemarse al tratar de soportar el dolor y fingirse fuerte. Lo cierto era que cada vez la opresión era mayor y aquel valiente corazón se debilitaba con el paso de los días.

     Negación. Estando en el hospital se aferraba en creer que nunca pasó, que los momentos vividos sólo fueron producto de una pesadilla. Sin embargo, ¿cómo engañarse si su cuerpo dolía y tenía los recuerdos frescos y recientes en su mente?

     Ira. Sentirse completamente débil por la forma en que fue humillado, ultrajado, por cómo fue utilizado como muñeco sexual mientras él no podía defenderse. Para desahogarse le gritaba a todos, se sentía completamente frustrado consigo mismo, y toda esa energía negativa lo llevaba a atacarse, herirse cruelmente golpeando la pared o arañándose los brazos.

      Negociación. ¿Qué hubiera pasado si no se regresaba aquella noche? Tanta incertidumbre lo carcomía, pero a todas las posibilidades que llegaban a su mente su familia se veía involucrada como víctimas. Así que él, como “un héroe y víctima”, hizo más que proteger a su hermano.

     Depresión. Pero, ¿por qué él? ¿Por qué de todas las personas en el mundo, por qué habiendo asesinos o criminales, tenían que haberle hecho daño a él, un alma pura e inocente que no merecía eso? Acabaron con su aprecio propio, apagaron la luz de sus días. La depresión lo inundó, le trajo tormentos, pesadillas, maldecía lo ocurrido y ya no quería continuar. Sus brazos estaban destrozados por tantas heridas que lograban hacerlo ignorar su dolor espiritual por el dolor físico.

     Aceptación. Nunca llegó.

     Por si fuera poco, a la familia regresó la tragedia vestida de la muerte, haciendo que la mujer que tanto amaban muriera. Y lo que le dio paz a Vegeta fue su propia muerte.

     Esa paz que tanto había deseado.

 

La familia Saiyan se veía de luto. La muerte de dos personas cercanas era algo que no podían aceptar de forma simple. Ellos dos, Tarble y su padre, no podían llenar el vacío que dejaron esas dos personas que siempre fueron sus ángeles.

 

Vegeta Saiyan.

     La repentina muerte de su esposa e hijo le había llegado de forma tan repentina que le fue difícil de aceptar, o siquiera comprender. Con dolor en su pecho había hecho los trámites necesarios para el descanso eterno de las personas que amaba, se había mostrado fuerte en todo momento. Sin embargo el abrazo de su nuevo amigo, Bardock, hizo que su alma se derrumbara, su fragilidad quebrara y él rompiera en llanto, maldiciéndose una y otra vez y culpándose de los eventos ocurridos.

     Deseaba poder abrazar a su hijo una última vez y decirle lo mucho que lo amaba, demostrarle lo orgulloso que se sentía por tenerlo como su hijo y decirle que era muy fuerte porque a pesar de todo él había seguido de pie por su hermano.

     La culpa y el dolor lo llevaron a querer buscar una escapatoria en el alcohol, esperando ignorar u olvidar. Sin embargo ocurrió todo lo contrario, avivó el momento de la tragedia, las emociones comenzaron a carcomerlo por dentro y aquel escape se convirtió en una adicción.

      El dolor ante la pérdida es inexplicable, no hay palabras para definir aquello que se siente cuando hay que decir “adiós”.

      Tal vez su hijo tenía razón, tal vez nunca entendió la gravedad de su situación, tal vez su pequeño Vegeta sufría más de lo que creía. Tal vez la única escapatoria que tendría sería la muerte; porque él sí notó que, pese a que su hijo había mostrado un poco de felicidad después de haber conocido a Goku, lo cierto era que las pesadillas (aunque no tan graves como antes) continuaban, el dolor seguía, las heridas las seguía provocando y las lesiones en brazos seguía haciéndolas.

     Al mismo tiempo se preguntaba, ¿y si él hubiera vivido lo que su hijo? Muchas veces deseaba retroceder el tiempo y cambiar papeles, pero era imposible. Incluso debía reconocer que la fortaleza de su hijo era motivo de orgullo, puesto que había resistido durante mucho tiempo… Qué pena que nunca pudo decirle abiertamente lo orgulloso que se sentía de él, lo mucho que le respetaba por siempre anteponer a su familia.

     Guiado por el dolor y la nostalgia entró en el vicio del alcohol, tomando hasta caer dormido para no pensar en su malestar, y al despertar que la misma resaca sea la que lo haga ignorar su situación y distraerlo en un martirio diario.

 

Son Raditz

     Hay ocasiones en las que a un amigo se le llega a considerar un hermano, eso pasa porque el lazo creado es demasiado fuerte. Por ello, pese a las dificultades, siempre perdurará esa amistad.

     El día que Raditz tuvo que alejarse de Vegeta por la relación que tenía con Nappa había sufrido mucho. Se sentía reemplazado porque ahora el tiempo del menor se veía acaparado por aquel sujeto. Cuando terminaron y volvieron a retomar su amistad, ambos habían recuperado el tiempo perdido y lo habían aprovechado al máximo.

      Hasta que cierto día todo se fue al diablo y Vegeta cortó toda comunicación con él. Se cansó de insistir y dejó que el menor se alejara, nunca se enteró de la razón, su mejor amigo no le tuvo la confianza para decírselo.

     Y no es que se dejara de preocupar por él, al contrario, siempre lo veía completamente deprimido, incluso en una ocasión lo había visto con sus brazos llenos de heridas. Siempre se preguntaba qué le ocurría al menor, hasta que cierto día la vida volvió a unirlos cuando fue a buscar en su casa a su hermano.

     Creyó que esa era una señal del destino para decirle que tal vez podrían retomar su amistad. ¡Claro! Porque para una amistad verdadera no importa el tiempo que estuvieron distanciados, sino lo que ellos sentían y que su unión no se rompería tan fácil.

     Sin embargo sus esperanzas desaparecieron el día que tuvo el accidente automovilístico, donde Vegeta terminó herido de gravedad y caído en coma, para que después decirle los doctores que había muerto por un paro cardíaco.

     Raditz sintió su mundo desmoronarse, ¿en serio había perdido a su mejor amigo para siempre? Un nudo se le había formado en la garganta, le quemaba como lumbre, sentía la bilis en su interior, incluso sintió unas tremendas ganas de vomitar en el momento que se enteró.

     Sintió aquella presión en su corazón, y una enorme culpabilidad lo consumió. ¿El desenlace hubiera sido diferente si él, en lugar de dejarlo, lo hubiera acompañado en todo momento? ¿Si él hubiera insistido más en acercarse Vegeta estaría en esos momentos con ellos? Posiblemente.

     El problema es que se tuvo que enterar de esa forma de una ley muy importante, a la vez que difícil: el hubiera no existe.

 

Tarble Saiyan

     Si pudiera regresar el tiempo, lo haría.

     Si pudiera pedir un deseo, pediría que su hermano estuviera a su lado.

     Si pudiera dar su vida por la de Vegeta, la entregaría sin dudar.

     Desde pequeño se sentía bendecido por tener un hermano como él, Vegeta era al mismo tiempo su mejor amigo, y lo protegía como un padre. En él lo tenía todo, con él se sentía feliz, era la mejor persona en el mundo.

     Recordaba las veces que su hermano siempre lo defendía de los mayores, o lo ayudaba con sus tareas. Recordaba cuando le enseñó a andar en bicicleta, cuando le enseñó a atar sus agujetas. Recordaba con un nudo en la garganta cuando era pequeño y su hermano le leía antes de dormir, o cuando lo dejaba dormir con él cuando tenía pesadillas a altas horas de la noche.

     Siempre se sintió feliz de ser la prioridad de Vegeta, ¡así era! Un día se enteró que su hermano salía con alguien. Y si él tenía algún evento escolar, su hermano cancelaba todos los planes con su pareja para estar con él. Siempre fue lo más importante para él.

     El día del incidente era muy pequeño para entender lo ocurrido, lo entendió hasta después. Y la culpabilidad lo llenó, por no haberlo detenido, por no saber afrontar la situación… Por muchas cosas. Siempre se sintió mal por Vegeta, no supo cómo acercarse a él. Siempre lo veía deprimido, cada vez más débil, observó en primera fila la evolución de la depresión de su hermano.

     Él presenció cuando dejó de comer bien, cuando comenzó a cortar sus brazos, él escuchó siempre sus gritos en las noches por pesadillas… Durante éstas sólo atinaba a sollozar, imaginándose el tormento al que fue sometido su hermano, tapándose los oídos porque sentía que si seguía oyendo moriría del dolor.

     Notó su frialdad, su desprecio hacia sí mismo… Él notó perfectamente todos los cambios que tuvo su hermano, y la forma en que lo estaba distanciando. Su hermano mayor ya no pasaba tiempo con él por su estado tan lamentable, y él no fue capaz de hacer lo que hizo Vegeta por él. No sabía cómo acercarse, no sabía qué decirle. Tenía tanto miedo de decir algo equivocado, o hacerlo sentir mal sin que fuera su intención. Así que ni siquiera trató. Porque las pocas veces que lo hacía, sentía la voz áspera de su hermano decirle que dejara el tema de lado.

     Recordaba perfectamente el alivio que sintió cuando Goku llegó a sus vidas. Su hermano había dejado de sufrir tanto por un tiempo, ahora se le veía sonreír como antes, ahora estaba amando con locura. Se estaba dejando llevar poco a poco por la felicidad.

     A veces sentía un poco de envidia porque aquel chico de cabellera alborotada había logrado lo que nadie en su familia, pero no podía sentirse mal por ello, al contrario, le estaba profundamente agradecido porque le brindó a su hermano paz, le brindó un amor sincero y era causa de su felicidad.

     Pero… ¿por qué la vida no dejó que siguiera así? ¿Por qué su madre tuvo que morir en ese accidente? ¿Por qué en esa misma semana tuvo que arrebatarle a su hermano también? Le dolió tanto verlo en esa camilla de hospital, estaba lleno de tubos y cables en su cuerpo.

     Lo peor es que podía ver una expresión de dolor en el rostro de su hermano, lo vio completamente herido, con su ceño fruncido y una mueca de pesar. Su hermano sufría mucho, pero todavía seguía luchando por abrir los ojos.

     Cuando el doctor le dijo que había muerto quiso creer que estaba equivocado, que su hermano estaba bien, que tal vez se equivocó de paciente… pero no. Era verdad: su hermano Vegeta había muerto.

     Desde el incidente, morir era uno de los deseos de su hermano, pero jamás lo había conseguido por parte propia. ¿Acaso la vida le había concedido su deseo por fin? Pero, ¿por qué ahora? ¿Por qué cuando por fin había encontrado a alguien que lo hacía feliz? ¿Por qué la vida tenía que ser así de caprichosa con él?

     Y el día de su entierro… no pudo despedirse de él. Los doctores se habían encargado de todo, y no fue capaz de verlo una última vez, no pudo decirle adiós. Vivía siempre con esa sensación de que no pudo despedirse, de que si tan solo lo hubiera podido ver una vez más ahora estaría en calma.

      En la actualidad era novio de Son Raditz, a quien conoció hace mucho cuando era amigo de Vegeta. Ahora estaban formalizados como una pareja feliz y estaban juntos la mayor parte del tiempo. Debido al incidente aprendió que nunca había que desaprovechar la oportunidad de decirle a alguien que lo quieres y lo importante que es para ti. Nunca se sabe cuándo será la última vez que puedas hacerlo. Lamentablemente, lo aprendió a la mala: cuando ya no podía decírselo a su hermano por su muerte.

 

Son Kakarotto Goku

     ¿Qué es el amor? Es la experiencia más hermosa, una combinación de emociones, sentimientos y reacciones químicas en su cuerpo. Lo más bello de él es cuando es correspondido, cuando la otra persona te ama igual o con mayor intensidad que tú.

     Goku por mucho tiempo estuvo estudiando en una escuela privada con enfoque en deportes, él era del club de artes marciales. Hasta que, al entrar a tercer año, decidió continuar en una escuela normal, y no había ninguna mejor que en la que estaba su hermano.

     Recordaba perfectamente cuando llegó, se había perdido y tuvo que llamarle por teléfono a su hermano para que fuera en su auxilio. Y resultó en que estaba a dos metros del salón que le correspondía. Siempre reía al recordar ese momento, la expresión de frustración de su hermano cuando llegó con él y le señaló la puerta más cercana con el número escrito en letras grandes, para después regresar a su salón.

     Cuando entró a su aula de clases y se presentó buscó un lugar disponible. Había muchos en esa aula, pero le llamó la atención un chico de cabellera en forma de flama. Éste se sentaba en la esquina de atrás, veía a través de la ventana con desinterés. Se veía sumamente misterioso y atractivo, por lo que se sentó a su lado y se presentó apropiadamente, pero no recibió respuesta por parte suya, lo que incrementó sus ganas por conocerlo.

     Conforme transcurría la clase lo observaba disimuladamente, su piel color crema era levemente pálida, pensó que tal vez estaba resfriado o algo así; su nariz era afilada, sus ojos eran de un profundo color negro, y sus labios rosados se veían suaves. Su ceño fruncido le daba un toque especial y masculino, y su cabellera larga y peinada en punta le hacía verse como un chico malo y agresivo, pero al mismo tiempo algo en él le atraía. ¿Acaso era su perfume?, no sabía qué, pero su esencia le atraía demasiado.

     Recordaba con una sonrisa cada letra del poema que escribió el menor en clases, sintió una calidez interna al imaginarse recibir palabras así. Cuando Vegeta salió de improviso de esa clase se le cayó su diario, el cual leyó a la hora del receso. Sintió cómo su corazón casi se detenía al terminar de leerlo, el saber qué tanto sufrió el menor, qué tanto vivió, la tortura de la cual fue víctima y que ha traído consigo estragos luego de tanto tiempo.

     Una sensación de querer protegerlo lo invadió, lo fue a buscar a su casa, hablaron, pasó tiempo con él y lo abrazó mientras ambos tomaban una siesta. Se sentía tan bien estar a su lado, aspirar su aroma, tocar su piel, sentir su calidez. Esa tarde había aceptado que se enamoró a primera vista del menor, y no sólo por su físico, sino por su ser. Porque a pesar de que el menor tenía gran atractivo, su actitud fue la que lo cautivó, y el estar con él por largo tiempo sólo confirmó sus sospechas.

     ¿Y el día siguiente? Casi lo pierde por un maldito que se aprovechó de él. Con miedo de decir algo incorrecto se acercó tratando de evitar su suicidio, y lo consiguió tras revelarle sus sentimientos. Se llevó una gran sorpresa al ser correspondido en su locura de amor, en la cual se permitieron darse una oportunidad de estar juntos.

     En un mes de relación aprovecharon para conocerse bien, y sentía que cada vez estaba más enamorado de él. ¿Acaso podía existir alguien igual de perfecto que Vegeta? No, no había nadie. Él era único, muy especial.

      Con él se permitió querer, querer libremente, aprender a ser fuerte para ser la seguridad que necesitaba el menor, ser su soporte en sus días de depresión y ser su aliado cuando se sintiera solo. Sentirlo cerca era un regalo diario porque sus abrazos lo reconfortaban y le daban fuerza y motivos para fortalecerse por él, ser más valiente por él, poder ser capaz de protegerlo a él.

     Su mundo se vino abajo cuando su madre murió, pero se mantuvo fuerte porque sabía que el menor iba a destrozarse y alguien tendría que poder protegerlo de sí mismo. Admiró cuando Vegeta se mostró fuerte y valiente ante aquel sujeto, sonrió al ver aquella fortaleza y su actitud. Cada día se enamoraba más de él…

      Entonces, ¿por qué lo reprimió si sabía que él sufría mucho? ¿Por qué le tuvo que gritar cuando sabía que él sufría demasiado y no podía controlar sus impulsos emocionales por el trauma que había sufrido? ¿Por qué lo dejó solo tras haberlo tratado mal, en lugar de siquiera esperar una respuesta por parte suya?

     Jamás se imaginó que la consecuencia de su acto sería perderlo para siempre. Verlo por tantos días en aquella camilla le causaban un fuerte dolor en el pecho, en el fondo tenía una esperanza que despertaría y que ambos se perdonarían y seguirían sus vidas juntos.

    Sus ilusiones de un futuro compartido se perdieron cuando el menor falleció y los doctores, por más que lo intentaron, no pudieron hacer algo al respecto.

     Negación: No podía ser cierto, Vegeta no pudo haber muerto. ¡Ellos dos debían estar juntos! ¿Y si se trataba de una broma de mal gusto? Incluso sería capaz de reírse si resultaba ser verdad, forzaría una sonrisa si el doctor admitía estar tomándole el pelo.

     Ira: No se trataba de una broma, en serio había muerto. Vegeta dejó de emitir signos vitales, ahora descansaría en paz. ¿Y todo por qué? Porque él, como el imbécil que era, no pudo controlar su molestia y le dijo cosas horribles aquel día. Ahora se maldecía, incluso rompió varias cosas en su habitación por el enojo que sentía consigo mismo, ¿por qué tuvo que decirle eso? Fue estúpido, ahora por él su novio había muerto. Cómo se odiaba por eso.

     Negociación: Pero, ¿qué hubiera pasado si él se hubiera contenido? Tal vez la respuesta era demasiado obvia: Vegeta ahora estaría con ellos, habrían conseguido su futuro juntos y habrían vivido felices para siempre.

     Depresión: Pero lo hecho, hecho está. No podía regresar el tiempo, había perdido para siempre a su novio. La tristeza lo invadió y ya no fue el mismo de antes. Para intentar aminorar el dolor de su alma comenzó a cortar su piel. La primera vez dolió demasiado, pero debía admitir que era más tolerable que el dolor que sintió cuando su Vegeta murió. Ahora debía admitir que fuerte no era. No soportaba ahora la amarga soledad en la que se encontraba.

     Jamás podría olvidar los pequeños detalles de su relación con Vegeta, fueron felices el tiempo que estuvieron juntos. Vegeta muchas veces intentó suicidarse porque no aguantaba su soledad antes de él, pero ahora que estaban juntos una armadura los envolvía y protegía su amor.  A Goku muchas veces le lastimó el alma que Veg tuviera tantas heridas y que por mucho tiempo trató de quitarse la vida.

     Ahora que por fin su novio había conseguido lo que por tanto había deseado, ahora no era capaz de seguir sin su amor, sin el calor de su alma. Sentir la culpa de lo sucedido lo hizo ver que no era tan fuerte como pensaba, ahora se la pasaba temblando porque sin él no era nada. Su voz siempre era quebrada, ahora estaba muerto en vida, su vida se acababa… No podía existir sin él.

     Ahora le suplicaba a la vida que no lo dejara abandonarlo, ahora no era fuerte. Sólo lo era por Vegeta, porque él lo necesitaba… Pero ahora que no estaba sus fuerzas se habían esfumado para siempre.

     Aceptación: Nunca llegó, simplemente no podía vivir sin él.

 

Goku, a partir de esos días, no volvió a ser el mismo de antes. Si no era con él, no estaría con nadie. Se la vivía sintiendo una gran soledad desde su ausencia, la cual nunca pudo llenar. Por eso quiso quitarse la vida, porque tal vez así podría volver a estar con Vegeta.

     Alguien evitó que se suicidara en el puente Wiss, y lo único que pudo notar fue su gran parecido con Vegeta. ¿Acaso se trataba de él?

      Tal vez sí, tal vez no. Ahora lo único que podía decir era que la esperanza no era la que moría al último. Lo que muere al final es el amor.

     Dicen que el amor todo lo puede, ¿qué tan cierto puede ser eso? No lo sabía con certeza, pero tal vez, tan sólo tal vez, sus deseos podrían volverse realidad. Y tal vez un día podría estar nuevamente con él.

     Para bien… o para mal…

FIN

 

 

Aviso

 

Mediante este medio les comunico que los primeros capítulos fueron editados (el contenido principal se mantiene intacto, sólo se mejoró la redacción y la ortografía sin que la trama se vea alterada).

     Asimismo, quisiera invitar a todos aquellos que terminaron de leer esta historia y quisieran tener “otro final”, o en su defecto la continuación de esta historia, pasen a leer Mi dulce ángel, que es la continuación de este fic. Aclaro que ya está en los últimos capítulos, se encuentra en su clímax. Hago mención de esto porque, al comparar las lecturas de este fic y su continuación, descendieron drásticamente, por lo que pensé que tal vez no fue visto el anuncio que había hecho en las notas finales del capítulo 14.

     Como pueden ver, también incluiré agradecimientos. Los actualizaré constantemente para poder hacer la mención debida de todas aquellas personas que estuvieron acompañándome a lo largo del fic y demostrándome apoyo.

     Por último, y no menos importante, quiero compartirles que este fic ya fue publicado en Wattpad, y les agradecería si me pudieran ayudar con un voto, o compartir el fic para que más personas puedan leerlo.


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