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Mi novio suicida por Princesa de los Saiyajin

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Notas del capitulo:

De ahora en adelante, actualizaré el fic que quiera y en el que tenga más inspiración, por eso no actualicé otro antes de este en el orden en que lo hacía antes.


¡Disfruten el último capítulo de esta primera parte! (Abajo les explico)

 

(Segunda edición 15/01/2019)

14

Sin ti, la vida no es vida

 

 

A pesar de la muerte de su hermano y su madre, Tarble había aprendido a vivir con ello. Se sentía un poco triste, pero su corazón se alegraba al saber que ahora estarían en un lugar mejor, juntos, y sobre todo felices. Además, sabía que lo cuidarán desde donde quiera que estén.

     Otra cosa que le ayudaba mucho era el apoyo de Raditz. Le gustaba mucho cuando lo sentaba en sus piernas, como los niños pequeños cuando ven a Santa Claus en el centro comercial, y le hablaba al oído, cuando lo consolaba y le decía muchas veces "te amo".

     —Tarble, despierta—decía Raditz al menor, quien se había quedado dormido leyendo un libro en el suelo de su habitación. Había llegado, su padre le dejó pasar y se fue a quién sabe dónde, probablemente a un bar para ahogar sus penas.

     —¿Eh?—decía aturdido. Se talló los ojos para poder ver con más claridad—. Ra-Raditz...—dijo sonrojado.

     —Tu padre se fue, y me pidió que te cuidara—explicó y lo cargó, para colocarlo sobre su cama. Se sentó en la orilla y volteó a ver al techo.

     —¡Pero si puedo cuidarme solo!—dijo haciendo un puchero infantil.

     —No sé, no quiero que te pase nada. Por eso me quedaré contigo hasta que él vuelva—le dijo completamente decidido.

     —Pero...—no pudo terminar de hablar porque escuchó un ruido proveniente de la sala.

     Ambos pelinegros bajaron corriendo, y pudieron ver a Goku. Estaba sentado en el sofá, viendo hacia el frente. Tenía los brazos completamente vendados.

     —Kakarotto, ¿no deberías estar en casa?—preguntó el mayor.

     —Quería pedirle algo a Tarble—dijo y se puso de pie. Tomó al menor de la mano y comenzó a caminar—. A solas... —agregó y siguió caminando. Subieron las escaleras y, temblorosamente, entró a la habitación que era de Vegeta.

     —¿Qué necesitas?—preguntó y vio cómo él tomó la almohada y la abrazaba con fuerza, después se sentó a la orilla de la cama.

     —¿Puedo... puedo quedarme con... eso...?—preguntó señalando una pequeña libreta que estaba arriba de la mochila que usaba el de cabellera en forma de flama al ir a la escuela.

     —¿Eh?—un poco confundido se acercó, tomó la libreta que tenía escrito "Poesía "—. Creo que puedes quedártela—dijo comprensivo de que aquel muchacho quisiera algo de recuerdo de aquel chico que amaba.

     —Gracias—murmuró. Apenado, y con la vista perdida, decidió preguntar otra cosa—. ¿Y... puedo... quedarme con una... fotografía...?

     —Sí...—dijo. Fue a su habitación y regresó, para entregarle una fotografía de hace dos años, en la que sonreía alegre. Esa fue de la ocasión en la que Vegeta había ganado el concurso de ortografía de la escuela.

     —Gracias—la tomó y sonrió un poco al ver la imagen.

     —Si quieres, puedes quedarte también con la almohada—dijo y se sentó a su lado.

     —No... vendré más seguido, me gusta estar aquí... Espero no ser molestia.

     —No, para nada—dijo con una sonrisa. Se dio cuenta del múltiple vendaje que estaba en sus brazos—. ¿También comenzaste con eso?

     —...—no dijo nada, solo asintió lentamente.

     —Vegeta lo hacía muy seguido. Siempre nos preocupó, pero él no se daba cuenta. Creo que tampoco nosotros nos debamos cuenta de su dolor—comentó nostálgico. 

     —Amo a Vegeta. Quiero volver a estar con él —dijo triste mientras lágrimas solitarias rodaban por sus mejillas.

     —Yo también, pero creo que él está en un lugar mejor...

     Se puso de pie y abrió la puerta, dejando caer a un Raditz que espiaba colocando su oído en la puerta de madera, para poder escuchar la conversación de los pelinegros; al verse descubierto, se puso de pie inmediatamente para aparentar que nada ocurrió. Goku se puso de pie.

     —Iré... a casa...—dijo y salió lo más rápido que pudo.

     Apenas eran las tres de la tarde. Se puso de pie a un lado de la calle y vio un auto amarillo con un letrero arriba que decía "Taxi". Le hizo la parada y subió en él.

     —Al puente Wiss, por favor—pidió y el taxista comenzó el trayecto.

     Pasaron los minutos, estaba en un lugar alejado. Abrió el diario de Vegeta, lo hizo en la última hoja.

     —¿De casualidad tiene usted un bolígrafo ?—preguntó aprovechando que el semáforo estaba en rojo.

     —Sí—dijo y buscó en la guantera—. Toma—se la entregó sin voltear a ver hacia atrás, ya que había un oficial de tránsito cerca y podrían multarlo por no prestar atención al camino.

     Empezó a escribir. Tenía tantos sentimientos guardados, necesitaba desahogarse con algo. No quería ir a hablar con alguien, por eso quiso escribir:

 

____________________________________

 

Cuando yo te conocí, mi mundo se detuvo. Solo quería estar contigo, deseaba estar a tu lado por el resto de la vida. Creí que jamás te fijarías en mí, ¡pero lo hiciste!, y nos volvimos pareja. Sé que pasaste por muchos malos momentos, y querías acabar con tu vida. Y ahora que se cumplió tu deseo, soy yo quien quiere morirse. Quiero volver a estar a tu lado, aunque sea en el paraíso, o a donde quiera que vayan las almas. Yo te amo, Vegeta, lo hice desde un principio, y lo haré por siempre.

     Yo sin ti no puedo vivir, ¿de qué me sirve la vida si no es para estar a tu lado? Para nada… Vegeta, te amo como nunca antes he amado, y sé que jamás podré sentir algo por alguien diferente a ti. Deseo verte de nuevo, abrazarte, tocarte, besarte, entregarte mi amor…

Te ama

Goku

 

____________________________________

 

     —Llegamos—avisó el hombre.

     Goku bajó del taxi, le entregó el dinero y la pluma, y comenzó a caminar. El puente era exclusivo para personas, no para autos, por eso ese sujeto lo había dejado en la calle frente a éste.

     Quiero volver a estar contigo...—pensaba.

     No había nadie cerca. Subió a la orilla, donde estuvo de pie. Abajo había un río que corría con gran fuerza. Quería arrojarse, ahogarse y morir, para estar con su amado Vegeta.

 

***

 

—Gotenks, ve por leche y un poco de pan, llevaré por mientras a los demás niños a repartir volantes—dijo una mujer anciana, rodeada de cinco menores.

     —Sí, señorita Fasha—dijo.

     Caminó hasta llegar frente a la tienda, pero ver un leve reflejo del vidrio observó que en el puente había alguien que intentaba saltar. Volteó a ver a la persona.

     Es... es la palmera viviente de mi sueño...—pensó.

 

^^^Flash Back^^^

Gotenks no dejaba de moverse dormido. Su sueño era sumamente extraño:

     Estaba él, sentado en el suelo, y alguien se acercaba. No podía observar nada, había una luz muy brillante al frente. Vio algo, una silueta. Parecía una palmera, pero tenía brazos, los cuales movía mientras se acercaba.

—Te amo...—se escuchó una voz, proveniente de esa silueta.

     Gotenks despertó sobresaltado ante tal sueño.

^^^Fin del Flash Back^^^

 

Corrió hasta llegar al puente, tomó a ese chico de la camisa y lo atrajo hacia atrás, provocando que ambos cayeran. Goku, un poco distraído, volteó a ver a esa persona que se interpuso entre él y el poder ver de nuevo a su novio.

     —No lo hagas—dijo el menor viéndolo a los ojos—. Hay personas que te aman en este mundo—rogó y se puso de pie. Le extendió su mano para ayudarlo a levantarse; lo hizo lentamente, estaba atónito—. Tal vez estés pasando por algo muy difícil, pero quienes te quieren no soportarán tu pérdida. Busca ayuda, tus padres seguramente te apoyarán en lo que necesites. Intenta una vez más ser feliz, no hagas algo de lo que puedas arrepentirte—dijo.

     Goku, perdiéndose ante el parecido, o más bien completa exactitud que tenía con Vegeta, le acarició la mejilla, causándole un leve sonrojo al menor.

     —¡Gotenks!—gritaba preocupada la maestra a lo lejos.

     —Debo irme, pero sólo te pido que lo intentes una vez más —dijo y le sonrió, para después regresar con su grupo y encargada.

     —¿Vegeta?—murmuró al salir de su asombro.

     Escuchó cuando la mujer lo llamo Gotenks, pero no podía equivocarse. Esa sonrisa, esa mirada, esa voz, ese rostro, ese peinado, la suavidad de su piel... Todo eso era de Vegeta.

     Reaccionó, corrió hasta donde vio irse a ese joven, pero no encontró a nadie, probablemente ya se había ido con esa señora.

     —¿Vegeta?—volvió a murmurar mientras ladeaba su cabeza. Después volteó a ver al cielo—. ¿Vegeta?

 

Notas finales:

Bueno, pienso escribir otro fic, segunda parte de este, dentro de un mes (quiero descansar un poco, con este tengo ocho fics [uno en fanfic.es])

Ese fic se titulará: "Mi dulce ángel"

Bueno, les dejo la gran intriga de lo que pasará.

Espero que sigan también la segunda parte :D

~~~Insectos~~~


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