Antes de salir dejo a sus pequeños dormidos, toco la cabecita de Naurit quien ahora dormía tranquilo. Gil Galad le había convencido que cuando despertara vería a su ada. El noldor se sintió con la responsabilidad de cumplir aquello; dejo a Thranduil dormido en su cama con Naurit y Laer, le dijo que debía fingir ser Oropher para el más pequeño. El rubio mayor acepto se quedó en la misma cama con sus hermanitos; el rey noldor le dijo a Elrond que se quedara con ellos, que él se bastaba solo para traer de vuelta a su esposo Elrond le insistió en que llevara por lo menos a Ammale y a Magnâ con él. Al final ambos capitanes le acompañaron
Gil Galad se detuvo al pasar el vado, regreso a mitad del camino y vio cascos en otra dirección, siguió hacia el lado noreste habían tomado el viejo camino que llevaba a Lorilan. La sobrina de Thingol gobernaba aquellas tierras, era una elfa de cuidado y sabía que le daría protección a ambos si así lo deseaba.
Así que tuvo que tomar un atajo para llegar al paso verde e interceptarlos. Conocia bien el lugar, pero ordeno a Magnâ siguiera la pista por el mismo camino y que informara con su halcón si cambiaban el rumbo.
--Aran Gil Galad ¿He de aprender al capitán Ecthelion si los alcanzo?
Gil Galad respiró hondo deseaba pedir que le mataran pero sabia que eso le correspondía a su tío Turgon
--No tu prioridad es traer de regreso al rey Oropher si el capitán te ataca tienes todo el derecho de defenderte.
--Bien Aran nya
El y Ammale siguieron por el atajo, mientras iban por el camino. Gil Galad se preguntó muchas cosas así mismo ¿En qué le había fallado? ¿Por qué Oropher se había marchado de esa forma tan estúpida? dejando roto el corazón de Laer y Naurit; dejando en plena angustia el Thranduil.
Recordó a Ecthelion cuando la lluvia comenzó a caer sobre el, pareciera que el cielo sabia que estaba decepcionado y lleno de dolor por aquello, se preguntó si sería capaz de perdonar al rubio y sería capaz de controlar su ira. No quería pensar en ello sí quiera. Si Oropher se había revolcado con Ecthelion era capaz de matar a ambos. Al pensar en aquello le hizo arrear más a su corcel.
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Cirdan regresaba de Lorilan a toda prisa debía interceptar a Oropher antes de que llegara al paso verde y llegar antes de que Gil Galad los encontrara Galadriel la sobrina de Thingol tenía parentesco teleri con ellos y respetaba a Cirdan y a su familia por ello había advertido al señor de los cielos del escape del menor. Tenía que llegar antes que Gil Galad para poder abogar por su hermano, ante él.
Oropher después de muchos años, se sintió libre de galopar; libre de sentir el viento y la lluvia que caía sobre él, le reconfortaba el espíritu. Se entregó a aquellas sensaciones mientras iba detrás de Ecthelion, Oropher se deleitó con la música de la lluvia y el rio, era como si ambos cantaran en sincronía.
Entonces recordó a Gil Galad, recordó aquel poema que había escrito para él. Y que había recitado esa noche lluviosa. Donde ambos corrían descalzos pisando el suelo mojado, el noldor le había atrapado entre sus brazos y de la nada le había recitado un poema.
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Tus lágrimas son como la lluvia que refresca mi alma, le hace recordar que aún está viva. Y en su corazón pueden crecer flores y expandir el más bello de los jardines.
Y tus besos son el alimento de las estrellas. Y tus caricias son como el viento que susurra a mis oídos las palabras más dulces del mundo, sin decir palabra alguna.
Eres la luz de la luna que ilumina mis noches de soledad. Y eres el sol que calienta mi corazón cada mañana, mientras me embriago en el aroma que destilas como una pequeña flor en el jardín prohibido de mi alma.
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Entonces freno a su bello corcel blanco como la nieve. Se preguntó ¿Qué estaba haciendo? su mirada se volvió hacia su hermoso bosque y su corazón se volcó hacia sus tres hijos en especial al más pequeño.
------------Flashback
--¡Vamos! usted es fuerte mi señor ¡Ya casi está aquí!
--¡Dîn! que no puedo concentrarme ¡Y la herida se abrirá más! ¡Arghhh!
--¡Respira ada! Tranquilo aquí estoy
--Eso hago retoño mío…. Eso hago
--Por fin mi señor es un elfito.
Elrond le acerco aquel pequeño elfito de cabellitos delgados y rubios él bebe movía sus mitas y sus bracitos y lloraba a todo pulmon.
--Así eras tú, mi retoño; así de pequeño.
--Ada...
--Laer; ese es tu nombre. Mira nada más eres igualito a Gil Galad.
Oropher se soltó a llorar de alegría y de pena, su esposo no había estado ahí. Su pobre Thranduil, había tenido que tomar el lugar de su padre.
---------Fin del flashback.
Ecthelion se detuvo metros adelante, se percató de la comitiva de Cirdan; quien al verlo hizo correr más al caballo para darle alcance
--¿Te envió Gil Galad verdad?
--Sigue tu camino. Él se queda.
--El decidirá, si se queda o no…
Oropher bajo la mirada, apenas si puso atención ante aquella afrenta. Hasta que lo vio a lo lejos, vio ese gran corcel negro y a ese elfo con auriga en mano mirándole lleno dé furia. El sindar se llenó de miedo conocía a su marido enojado y esta vez se veía dispuesto a matarle. Arreo el caballo para llegar junto a Cirdan.
El noldor se acercó junto con Ammale y Magnâ iba llegando a todo galope. Gil Galad pasó de largo a Ecthelion, quien lo miro con recelo y atento a cualquier daño que le pudiera hacer al rubio. Pues el también sabia del carácter agresivo del noldor cuando algo le fastidiaba realmente
--¡Quítate!
--¡No!
--¡No te lo repetiré de vuelta!
--¡Escúchame Gil Galad! ¡Sé que hizo mal! Pero este no es el lugar para arreglar las cosas
Gil Galad acomodo su auriga y amenazó a Cirdan con ella. Oropher se asustó y le suplico que dejara a su hermano tranquilo. La guardia del señor de los cielos se quedó quieta y a la expectativa de las órdenes de su señor.
--Entonces ven aquí ahora mismo.
Oropher se acercó a su esposo, quien había hablado furioso y serio. Su mirada aún estaba llena de dolor y odio. Gil Galad jalo la rienda del caballo de su esposo ordeno a Magnâ y a Ammale esposaran a Ecthelion y lo llevaran a Imladris para juzgarlo, le pidió a Cirdan unos soldados para acompañar a sus capitanes y a él le pidió le acompañara de vuelta a Mirkwood
Los tres elfos partieron seguidos del resto de la comitiva de Cirdan antes de tomar el camino al bosque, Gil Galad bajo del caballo y le ordeno a Oropher hacer lo mismo.
Cirdan los observo alejarse un poco de ellos, rezo a los valar para que Gil Galad no golpeara a Oropher.
--¿Porque? Debería preguntar ¿no crees? pero no, en vez de preguntar idioteces de esa clase preguntare lo que es importante.
El sindar se sintió desprotegido, sentía que su esposo era capaz de matarlo ahí mismo si contestaba mal o si llegaba a titubear aunque fuera un poco. Jamás pensó ver al noldor tan enojado.
--¡Te revolcaste con tu amante verdad! ¡Te revolcaste con ese hijo de perra!
Oropher sintió más miedo, que de ira; al ver el rostro de Gil Galad más frio que el hielo, al ver como gritaba sin salirse de sus cabales. Como un general que inicia a un soldado cobarde en el arte de la guerra.
--Sabes, no hay justificación alguna para lo que hiciste. Y esta vez voy a castigarte de la peor forma que te puedas imaginar.
Entonces el sindar se armó de valor y contesto dolido.
--¡Estás loco! ¡No me acosté con nadie! ¡No lo hicimos! ¡Él no es mi amante como Elrond es el tuyo!
Gil Galad se giró sobre sus talones, Oropher retrocedió asustado y este le acorralo contra el árbol, Oropher escucho tronar la corteza por el manotazo de Gil Galad.
--Mira me a los ojos y dime que no lo hiciste.
--No, me acosté con el.....
--¿Sabes porque viene?
--Si...
--¡No! ¡No lo sabes!...!Porque si realmente lo supieras! ¡Note habrías ido con el!
Oropher no comprendió aquellas palabras, Gil Galad le dejo ahí parado. Volvió a donde le esperaban Cirdan y su comitiva, monto su caballo y le dijo a Cirdan que le pidiera a Oropher que montara.
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Una vez en palacio, Gil Galad se tumbó en la cama de huéspedes; estaba lleno de rabia y de tristeza. Por primera vez le dolía su corazón, por primera vez comprendió lo que era ser traicionado por el ser que amas; entonces recordó a sus antiguos "acompañantes" a esos elfos dolidos con él, sacudió la cabeza y se dijo así mismo
--Pero yo fui sincero desde el principio, solo quería experiencia...¿Entonces porque? ¿Por qué hiciste esto Oropher? ¿Porque?
Se descubrió a si mismo derramando una lagrima, una lagrima que se limpió en el acto. Después ya muy entrada la noche fue a la habitación de Oropher que dormitaba solo, sus hijos dormían en la recamara de Elrond. Por mandato de Gil Galad Oropher apenas sintió aquel rose en su pierna y abrió los ojos.
--No te obligare a nadas más, te puedes ir a donde te plazca. Ya no te amo no más....
Oropher sintió que el mundo se desquebrajaba, como el vaso que había tirado de una charolita que estaba sobre la cama. Lo vio darse media vuelta, estaba por irse pero el rubio le detuvo.
--¡No Gil Galad! ¡Eso no! ¡Son años de estar solo! ¡No soporto que sea definitivo!
--No tiene caso, no me mas...
--¡No! ¡Si te amo! no te vayas déjame explicarte....
Gil Galad se soltó de Oropher y lo sentó en la cama con calma.
--No me amas, no tiene caso. Mis hijos vivirán aquí contigo y se marcharan a Imladris cuando sean mayores. Y tú puedes hacer aquí lo que tu gustes, es más dejare a Ecthelion libre por si quieres vivir con él. Ya que lo amas más que a mí.
El noldor se levantó y estaba por llegar a la puerta, Oropher se levantó corriendo entre lágrimas y le sujeto con fuerza
--¡No me dejes Gil Galad! ¡ Goheno nin! lo hice porque me sentía solo y abandonado. No me estoy justificando ¿Acaso no te das cuenta que no me he ido a ninguna parte? ¡No te traicione!
Gil Galad no se inmutó ante aquellas palabras, permaneció en silencio. Oropher le observaba esperando por una respuesta.
--Pídeme perdón de verdad Oropher, no con tus patrañas
--¡Ereinion mírame a los ojos! ¡Mírame con esas ágatas azul profundo! ¡No me ignores! ¡Sabes que en mis ojos solo verás la verdad!
El noldor miro aquellas perlas, esas perlas que siempre decían la verdad. Esas perlas que eran su amor, su dolor y ahora su agonía.
--¡Si deseas matarme hazlo! ¡Si deseas golpearme hazlo! ¡Si deseas castigarme de la peor forma hazlo! No me opongo a ello, sé que mi soledad para ti no justifica mis actos.
Gil Galad observó a su esposo, este trataba de guardar compostura. sabia que le había dejado solo. Pero no porque él lo hubiese querido
--Prefiero todo eso a que me abandones, no quiero vivir sin ti. Estaba seguro que irías a buscarme si me iba, sabia que irías por mí. Lo único que quería era toda tu atención.
Gil Galad seguía atento a las palabras de Oropher, aún seguía con ese mal sabor de boca.
--Tuve mucho miedo, miedo de que tu amor por mí se acabara. Miedo de que aquella flama estuviera muerta desde hace muchos años; ya no me dices nada hermoso. Y sus palabras llenaron mi vació, esas palabras, de que solo sirvo para tener bebes y nada más.
--¡No puedo creer! ¡Que hayas hecho caso a esa estupidez!
--¡Lo sé! ¡Soy un idiota! Pero hay una cosa que has olvidado por el dolor que te provoque sin querer.
--¿Así que cosa es? porque todo a punta lo contrario, ¡Me mentiste! ¡Por eso te fuiste con él! y mi error...
--Y tu error fue ese mismo que cometió el hace muchos años. ¡Lo prometiste! ¡Aquella noche! ¡Y dijiste que jamás nos separaríamos! ¡Y que siempre nos protegerías, no lo llevaba a él y a ninguno de ellos! ¡No llevaba a mis hijos! o ¿A caso Celeb ya no es más tu hijo?
Gil Galad no dijo nada, cargo al sindar. Y lo tiro en el lecho, se desnudó y desnudó a su esposo. Entonces le beso imperiosamente, mordió sus tetillas. Oropher se retorció debajo de él, después sujeto la cara de Gil Galad y le obligó a besarlo. El noldor le sujeto y mordisqueo el cuello de su esposo; bajo hasta sus esbeltos hombros lechosos. Saboreo cada parte después se detuvo y se puso de pie.
Oropher se quedó viéndole, sabia que algo iba a pasar tuvo miedo pero sabia que lo que Gil Galad le hiciera se lo merecía.
--Espérame aquí, no te muevas. Si te vistes o si te mueves, no me vuelves a ver.
--Aquí estaré esperando.
Gil Galad se colo su bata y salió a la puerta; pidió trajeran al prisionero. Sus capitanes habían entendido perfectamente las órdenes de su señor. Ecthelion estaba en Mirkwood, Gil Galad recordó las palabras de su tío Turgon. De obligarle a cogerse a su esposo delante de la corte. Por ello Gil Galad le dejaría claro a Ecthelion que Oropher solo gemía para él y en sus sabanas.
El capitán de la casa de la fuente caminaba de un lado a otro, estaba preocupado por el rubio. tenía miedo de que Gil Galad se hubiese dejado llevar por la ira. Si este le tenía ahí. Era por algo. Escucho a los soldados abrir la reja, le esposaron de vuelta y reconoció los pasillos; vio a Gil Galad con una bata ligera y entonces pensó en lo peor.
--No te hagas ilusiones, no tengo esa clase de gustos. Además alguien como tú no está al nivel de mi esposo.
--¿Qué le hiciste?
--Aun, todavía nada
--Esperen aquí.
Oropher escucho la puerta abrir Gil Galad saco la cinta de la bata de Oropher y le vendo los ojos.
--¿Qué pasa?
--Confía en mí, como siempre lo has hecho. De eso depende que te perdone.
Los soldados le habían amordazado, entraron en la habitación y lo sentaron en la silla. Le amarraron y se retiraron. Gil Galad les dijo que se quedaran parados en la puerta después se acercó a Ecthelion para susurrar en su oreja.
--Vas a tener el placer de ver, cómo me cojo a mi esposo; de ver cómo me ama. Y cómo confía en mí ciegamente, de cómo ni siquiera con tus miserables palabras, me lo puedes arrancar del corazón. Y espero que después de esto, te quede claro que Oropher es mío.
El capitán de la fuente lo miro con odio. ¿Cómo se atrevía a semejante humillación? ¿Cómo podía humillar así a su luciérnaga?
Gil Galad se metió en el lecho, estímulo a Oropher; estímulo cada punto. Oropher se dejó llevar por cada sensación, soltó suspiros y gemidos audibles. Le excitó el tener los ojos vendados y sentir todas esas sensaciones a ciegas.
Gil Galad se acomodó y Oropher por primera vez le estaba dando sexo oral a su esposo. Gil Galad le prohibía esa clase de caricia porque Oropher era demasiado inocente para él. Se dio cuenta que aún era su pequeño capullo, era torpe en sus movimientos. Gil Galad no soporto más y le levanto
Oropher era como un niño indefenso en su cama. Se dio cuenta que nunca había tenido experiencias con nadie más, entonces el noldor cambio su aptitud. Y le beso con todo su amor y se dejó llevar por lo que sentía. Oropher sintió ese escalofrío, esa sensación de sincronización, esa sensación que tenía mucho de no sentir. Ese amor que tenía siglos de no profesarle su esposo. Sintió como Gil Galad entro en el de cómo lo invadía y le calentaba. Entonces se aferró a su cuello y dejo que este le cargara.
--¡Ahhh! ¡Ereinion! ¡Ahhh!
--¡Solecito! ¡Mi pequeño capullo!
--Le melin Le melithon anuir nunca me dejes ¡ahh!
--Im Le melithon anuir Anortithen
Gil Galad escucho aquella voz agitada y temblorosa, aquella voz sincera y suplicante, aquella voz de la que se había enamorado. Oropher tarareaba entre jadeos para su esposo, para después clavar su cara en el cuello del rey noldor Ecthelion volteo la mirada, odio ver aquello. Odio escuchar aquello.
Oropher se entregó por completo a su esposo, cuando llego al orgasmo se sintió en el cielo; aún tenía la cinta en los ojos. Gil Galad por primera vez está llorando frente a Oropher y daba gracias a los valar que su esposo, ni Ecthelion le vieran pues estaba de espaldas a este último y Oropher seguía con los ojos vendados. Se limpió con las sabanas y después beso a su elfo en la frente.
--Descansa amor, aun no te la quites. No te muevas confía en mí.
--Oropher se aferró a él y le beso en señal de que esperaría. Gil Galad lo tapo con las sabanas le dio un último beso, se colocó la bata y llamo a sus soldados. Los elfos sacaron al capitán con todo y silla; Gil Galad salió con ellos y llamo a otros soldados más.
--Llévenlo a su celda.
--Si Aran nya.
--No me mires así Ecthelion, aún no acabo. Te daré una oportunidad más, por respeto a Glorfindel que llega mañana. El capitán de la casa de la fuente se quedó helado. Y bajo la mirada.