El noldor estaba llorando en el regazo de su amigo, odiaba a Gil Galad aunque sabía que aquel asunto no lo había iniciado el esta vez como tras tantas veces. Le odiaba, habia mancillado a su pequeña y dulce luciernagita; su dulce Oropher escucho sus gritos a lo lejos suplicando no ser violado. El rey Thingol le habia encerrado en una habitación junto a Glorfindel, lo suficiente mente cerca para torturarlo por haberse fijado en el prometido del príncipe. Le había dicho al rey Turgon sobre sus miradas durante la ceremonia de unión. El rey sindar les pidió fueran a la habitación por una capa para Oropher puesto que según el tenia frio Ecthelion acepto la encomiendo con la esperanza de poder acercarse a Oropher y hablar con el sobre esa absurda unión.
--¡Es un maldito salvaje!
--¡No puedes hacer nada! ¡Si haces algo! ¡El rey te expulsara!
--¡NO ME IRÉ SIN EL!
Glor guardo silencio y desvió la mirada. Ectelion cabildeo el asunto Glorfindel tenía razón. Tenía que pensar las cosas, sabía que ellos irían a vivir a Gondolin y eso le daba más oportunidades para escapar con su luciernagita, respiro profundo y se limpió sus lágrimas después se puso de pie y puso su mano sobre el hombro del rubio quien le miro con preocupación. Ambos escucharon el cerrojo correr Ecthelion y Glorfidel se quedaron mudos al ver entrar al rey Turgon.
--Capitan Golfindel, salga de la habitación. Deseo hablar con el capitán Ecthelion a solas.
El rubio salió de sala preocupado, sabía que el amor era capaz de cambiar a las personas. Y en el estado en que se encontraba Ecthelion era posible que este perdiera el piso e hiciera enojar a su rey.
--Aran nin
Ecthelion le hizo una reverencia a su rey y se arrodillo ante él. Turgon le pidió que se pusiera de pie. Después ambos tomaron asiento en una mesita que había en aquella habitación, observo a su capitán y vio sus ojos llorosos prueba de que lo que había dicho Thingol era verdad. El capitán estaba algo nervioso era la primera vez que su señor le permitía esa clase de confianza.
--Se lo que sientes por el esposo de mi sobrino.
El joven guerrero trago saliva, se puso pálido.
--Y también se, que clase de relación tuviste con él. Durante tus visitas a Falas sin mi consentimiento.
Ecthelion no dijo nada, espero el peor de los castigos. Pero el corazón se le apesadumbro, si lo expulsaban de Gondolin. Jamas volvería a ver a Oropher.
--Tu falta no están grave, ya que Cirdan procuro que le respetaras hasta que ambos “se casaran” cosa que ya no es posible. Pues to que ya es un elfo matrimoniado. Y según Cirdan, me ha dicho algo tuviste que ver con Glorfindel cosa que no es asunto que me atañe.
--Mi señor yo...
--¡No me interrumpas muchacho! ¡Aún no he terminado de hablar!
El joven guerrero guardo silencio y bajo la mirada.
He decidido que resguardes una de las puertas del reino. Perdonare tu falta y seguirás siendo el jefe de Bar-en-Eithel, ¡Pero una cosa si quiero que te quede bien clara! ¡No te quiero cerca del esposo de mi sobrino! Salvo que Gil Galad solicite tu servicio, o salvo que seas llamado y el esposo de mi sobrino este presente la corte. ¡Y en el viaje d regreso te quiero en la reta guardia! ¡No quiero miraditas! ¡Ni nada que se le parezca! ¿Te quedo claro?
El noldor asentó y por debajo de la mesa apretó los puños en su regazo, sabía que debía cumplir todo aquello. Habia jurado obedecer el mandato de su señor y como elfo debía cumplir.
--Como usted ordene Aran nin.
--Bien, en ese caso. Vamos a la sala a convivir un rato, tal vez partamos por la mañana aun no lo sé.
Gil Galad volteo a ver a Oropher, este aun le veía con miedo. Cuando intento acercarse, Oropher respingo. Y se escondió detrás de las almohadas.
--Ven, no voy a hacerte daño.
--¡No me toques! ¡No te quiero cerca!
--Deja de portarte así, no vez que si no vienes Thingol te castigara. Y no quiero que eso pase.
Oropher se quedó pasmado, no sabía que decir. Pero algo le decía que había algo de verdad en esas palabras ya que hace un momento el rey estaba molesto con él. Y si pedía estar solo, este vendría a preguntarle de nuevo, cuantas veces había sido violado por el noldor.
--¿Por qué dices eso?
--Porque mi tio Turgon, me ha dicho que el rey se pondrá molesto por tu pobre desempeño en la cama. A ellos no les importa si me amas o no, a ellos lo que les importa es cuantas veces pueda acostarme contigo en una noche.
Oropher se soltó a llorar amargamente. Nada de eso se le hacía justo y el no deseaba a ese noldor en su cama.
--Entonces lo que deseas es volver a...
Gil Galad no lo dejo terminar, le tomo de la muñeca y lo saco de la cama. Para sentarle en banco de madera. Acerco la cubeta y exprimió la esponja, enjugo las lágrimas de Oropher y después enjuago la esponja.
--Toma límpiate ahí.
Oropher se sonrojo, acepto la esponja y le pidió al noldor que se diera vuelta. Gil Galad se dio vuelta, Oropher comenzó a limpiar su intimidad y lo observo extrañado.
--¿Por qué?
--¿Por qué? Qué?
--¿Por qué eres así conmigo? No te entiendo.
--No es necesario que lo entiendas....
--¡No esperes a que con esto te perdone!
--¡No quiero tu perdón! no lo merezco. Solo termina, todavía debo peinar tus cabellos.
Oropher salió de la habitación de la mano de Gil Galad, muy a su pesar pero cuando vio al rey Thingol fuera, agradeció el consejo del noldor. Entonces lleno de miedo se agarró del brazo de Gil Gald por inercia.
--Vaya veo que tu esposo aquedado más que encantado, me alegro tanto.
--Asi es mi señor Thingol. Y vea que hermoso ha quedado.
Oropher sonrió levemente. Thingol les dijo que Cirdan deseaba verles en la convivencia, Oropher camino junto al noldor sin decir nada.
Al llegar Gil Galad suspiro aliviado. El brazo se le había dormido ligeramente debido a que el pequeño sindar iba colgado de él. Cirdan abrazo a su hermano y le sonrió a Gil Galad.
--¡Me alegro que estén de vuelta! ¡Ya tendrán tiempo para conocerse mejor!
Cirdan le dio un Abrazo a cada uno, Oropher se separó de su hermano y le pidió hablar un momento a solas con él. El señor de los cielos acepto y ambos tomaron asiento, mientras Gil Galad hablaba con su tio Turgon.
--¿Por qué Cirdan? ¿Por qué has permitido esto? ¡Tu sabes que siento hermano!
Cirdan guardo silencio y después volvió a abrazar a su hermano.
--Naethen Oropher, pero es lo mejor para ti. Gil Galad no están malo como aparenta, dale un poco de tiempo y una oportunidad para conocerte más.
--¡No es justo! ¡Nadie me consulto sobre esto!
--Baja la voz, no quiero que hagas un escándalo. Compórtate por favor.
Oropher bajo la mirada, estaba a punto de llorar. Cirdan le dijo que no llorara o la corte se pondría hablar. El joven elfo se tragó su amargura y su mirada se tornó seria.
--Bien, tomare eso como si Tú y Thingol. Me hubiesen vendido al mejor postor.
--¡No digas tonterías Oropher! no te vendí con nadie. Más tarde discutiéremos lo que gustes sobre este tema, por ahora solo te suplico te comportes a la altura.
Turgon le dijo a Gil Galad sobre la audiencia que había tenido con Ecthelion, el príncipe noldor Observo a Oropher quien seguía hablando con Cirdan. Y le vio más hermoso que nunca, después observo a Ecthelion de reojo. Por una extraña razón Oropher le habia movido. Y de la nada se llenó de celos. Deseaba llevarse al capullo lejos de la sala pero después, se relajó. Estaba pensando pura idiotez nadie le había interesado antes y no iba a empezar ahora.
El resto de la noche brindaron, Gil Galad había exagerado un poco en la bebida y se sentía algo mareado cuando todos se retiraron llego la hora de dormir. A la pareja se le asigno la misma habitación que ya habían usado, la cual estaba en orden como si nada. Oropher entro y se encerró en el baño esperando a que el noldor se durmiera, Despues de un rato salió y vio un bulto en la cama. Se acercó y vio que se trataban de las almohadas. Gil Galad lo apreso por detrás. Y Oropher sintió un enorme escalofrió recorrerle la espalda
--Hueles delicioso Meleth nín.
--¡Suéltame! ¡Noldor atrevido!
Oropher se dio vuelta y tumbo a Gil Galad en la cama. El sindar estaba por salir de la habitación y Gil Galad lo cargo por la cintura y lo aventó sobre la cama.
--¿Adónde vas Meleth nín? ¡Es hora de dormir! Y tu aun sigues vestido. No, quítate esas ropas pesadas.
Oropher le medio siguió el juego al noldor, comenzó a despojarse de sus ropas y se las arrojo encima al noldor. El rubio le echo encima la túnica y escapo de la habitación.
No supo a donde correr, entro en una habitación con sumo cuidado. Escucho gemir a un elfo. Oropher se quedó helado, se acercó a y vio aquellas siluetas. Una estaba a horcajadas sobre la otra, escucho al elfo gemir aún más alto.
--¡Ahh! ¡Asi! ¡Asi! ¡Más Ectheleion! ¡Más!...
Oropher entro en shock, cuando escucho la voz del otro elfo. Era la voz de su Ecthelion. Salió de la habitación, sus ojos estaban vidriosos camino por el oscuro pasillo sin rumbo hasta que se aferró aquel elfo que estaba en el pasillo.