Tenían mas de 7 meses de haber llegado a Falas, se habían llevado bien todo el camino hacia lo que sería su "nuevo hogar por un buen tiempo" nada les había perturbado durante su trayecto.
Se establecieron cerca de un prado semi-boscoso, era una especie de edén que no quedaba lejos de la costa, en el lugar había una especie de jardín. Donde vivía Celeb con ellos; Gil Galad había hecho su pequeña casa cerca del jardín. Pero cercada de los árboles frondosos y bellos. Se iba temprano a las costas a pescar, para traerle a Oropher frutos, de los intercambios con los edain de Numenor; ya que no había frutos en la playa. El sindar no comía pescado, ni carne, así que el príncipe noldor cambiaba su pescado por frutas.
Oropher se sentía tranquilo, amaba Falas. No le disgustaba estar ahí y menos estando Celeb con él. El sindar le daba manzanas y zanahorias; y a veces le daban hierbas frescas. El pequeño tenía todo lo necesario, cada día crecía más. Y Oropher estaba satisfecho con ello. Cada día que pasaba, parecía estar un poco más enamorado de Gil Galad; quien había rechazado vivir en casa de Cirdan, solo por ser un príncipe. Le había dicho a Oropher que en Falas, se ganaba la vida trabajando. Y que él debía hacer lo mismo, porque no era príncipe de ese reino.
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Cirdan estaba trabajando en su taller, amaba hacer barcos. Se había encargado ya de los asuntos diplomáticos pendientes a su llegada, era muy hábil y siempre dejaba a la gente idónea en su ausencia. Lo que le evitaba muchos contratiempos.
Gil Galad se paseó por la playa, antes de regresar a su casa; se sentó un rato frente al mar. Deseaba un rato de soledad a pesar de lo que estaba empezando a sentir por Oropher , aun no aceptaba del todo su matrimonio; aun le resultaba estúpido.
Pensó en sus padres, en lo felices que habían sido los tres; hasta que un día Fingon lo había enviado a Gondolin para estar bajo la tutela de su tío. Tiempo después se había enterado de la muerte de ambos.
En Gondolin no era muy apreciado por su carácter indiferente con los demás; pero nadie le reprochaba su manera justa de hacer las cosas y de castigar a quien lo merecía. Por lo aspiraba a ser un buen sucesor.
Y en falas le conocían bien, sabían que era muy serio como lord Cirdan; muchas elfas y elfos en su época de juventud y soltería se habían enamorado de él. Se había liado con algunos, solo por mero placer. Y al final les había roto el corazón, pero había sido sincero desde el principio, solo quería adquirir experiencias en su vida no más. Por lo que Cirdan siempre le regañaba, porque aunque él quisiese experimentar, no le daba derecho a ser frío con los demás.
--Deberías de dejar de hacer esas cosas, no tienes derecho a humillar así a los demás
--Yo se los dije desde el principio, quiero adquirir experiencia. No necesito una pareja y tal parece que no entienden.
Gil Galad sacudió la cabeza y saco esa sarta de tonterías de su cabeza. Y se dejó embrujar por el canto de las olas
Oropher llego a casa de su hermano sabía que su esposo pasaba ahí antes de ir a casa; pregunto por Gil Galad a su hermano y este le dijo que debía seguir en la playa. Le dijo que tuviera cuidado si pensaba salir, le pido que se cubriera con su capucha pues empezaba a subir un poco el calor y Oropher solía desmayarse de más pequeño con aquel calor.
El sindar camino por la playa se encontró con varios amigos de su infancia. Platico con ellos largo rato. Y todos se sorprendieron al saber que había vuelto a Falas, les platico sobre Belerian; de cómo era la corte de Thingol, de Beleg. Y después de su breve estancia en Gondolin y de lo bella quera aquella ciudad; pero el aseguraba que nada se comparaba con la brisa de falas.
Gil Galad venia de regreso, se preguntó si algo había pasado. Pues vio a varios elfos reunidos, escucho la voz de Oropher entonces se abrió paso amablemente y vio a su esposo vestido con una túnica corta, sus piernas y sus brazos se notaban bastante bien. Aunque llevaba la capucha se veía muy insinuante su silueta. Noto que algunos elfos le miraban de arriba abajo; no cabía duda que el hermano de Cirdan, era el elfo más hermoso de los sindar y de los teleri.
Gil Galad se molestó y tomo a Oropher de la mano, se lo llevo a rastras del lugar cuando estuvieron lejos. Gil Galad se despojó de su capa y le dijo al sindar que se la enredara en la cintura, el elfo obedeció molesto. Y la capa hizo las veces de una falda larga para cubrir sus piernas.
Al llegar a casa de Cirdan, Oropher entro molesto. Se sacó la capa y la aventó en el piso.
--¡Arghhh! ¡Tengo las piernas todas sudadas!
Cirdan salió a recibir a ambos, Gil Galad recogió la prenda y se la dio a Oropher de mala manera
--Te la pones de vuelta o te cambias esas ropas. No quiero que andes enseñando las piernas ¡Eres un elfo casado! ¡Me escuchaste! No quiero volverte a ver caminando solo a fuera ¡Y tú no lo dejes salir solo!
El noldor se retiró molesto y Oropher se echó a llorar
--¡No es justo! ¿Y que hago? ¡Morirme de calor! ¡Cirdan para esto me casaste con él!
--Trata de entenderlo, calma. Hablare con él. Tranquilo.
Gil Galad dejo la canasta de pescado y después tomo el saco de frutas, estaba por salir. Cuando Cirdan le topo en la entrada.
--No seas injusto, el calor es muy fuerte. Y él es muy delicado, ya te lo he dicho.
--Eso ya lo sé, por eso me enseñaste medicina. Para cuidar de él ¿No? Ya sabía yo que tus rollos siempre tienen sentido, pero esta vez no. No pienso exhibir a mi esposo, para que otros se deleiten con lo que es mío.
--No seas tan aprensivo.
--Me querías casado con el ¿No? Tú y Turgon lo deseaban, pues ahora se aguantan es mi esposo. Y yo hago lo que crea más conveniente con él ¡Y si digo que no sale desnudo a la playa! ¡No sale!
--¿Y que harás entonces? ¿Matarlo de calor?
Gil Galad salió furioso de la habitación, Oropher no se había puesto la capa. Gil Galad se le acerco molesto, el sindar se asustó al verle parado frente a él.
--Póntela…
El sindar obedecido sin chistar, la voz del noldor se escuchó molesta y seca. Cirdan se sorprendió, pues Oropher solía ser muy caprichoso.
Gil Galad le cargo en el acto y lo subió al caballo, después ambos se marcharon. Una vez en su casa, Gil Galad bajo a Oropher y lo llevo hasta la cama, lo tiro en el colchón y comenzó a desnudarlo.
--¡No! ¿Qué haces?
--¡Qué no que tenías calor! ¡Pues te voy a quitar el calor!
El noldor comenzó a estimularle, Oropher se rindió ante aquellas manos. ¨Por una extraña razón su cuerpo le traicionaba últimamente ante Gil Galad; terminaba accediendo a sus deseos, El noldor se restregó contra él. Le abrió las piernas para penetrarlo. Oropher soltó un quejido, le estaba doliendo mucho.
--¡Ah! ¡No! ¡Me lastimas! ¡Detente por favor!
Gil Galad volvió a empujar un par de veces más. hasta que escucho llorar a su esposo.
--¡No!... ¡Detente Ereinion! ¡Me lastimas! Te lo suplico ¡Cálmate amor! ¡Me duele!
Gil Galad se le quedo viendo; el sindar sollozaba debajo suyo, estaba sorprendió de que le hubiera dicho amor y no solo eso, le había llamado Ereinion.
Entonces el noldor le abrazo y le pidió perdón, por sus acciones. Salió de él y le limpio con un paño fresco.
--Perdón solecito yo....no quiero ser así, pero es que me dan celos que los demás de te vean yo....
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Tiempo después Oropher cayó rendido a los pies de Gil Galad, después de un largo año viviendo juntos. No había noche que el sindar no calentara su lecho e inundara con sus gritos de placer la habitación, Gil Galad se había vuelto más lujurioso con él.
No tenía ojos para nadie, que no fuera Oropher. A pesar de haber probado en otras partes, antes de casarse con él; nadie le había dejado satisfecho, más que el sindar Oropher tenía todo eso que él había buscado en un elfo y en una elfa, era varonil fuerte, arriesgado y honorable y al mismo tiempo, era delicado y delicioso como una elfa.
Oropher se encontraba recogiendo hierba para Celeb, quien ya era todo un ciervo joven. Oropher había hecho un excelente trabajo, el cervatillo ahora era un ciervo hermoso y fuerte; Gil Galad observaba sus torneados muslos y su trasero cubierto por sus interiores blancos. El príncipe noldor sonrió levemente y tomo entre sus brazos a Oropher que se removió entre risas y evitaba los besos del pelinegro, Gil Galad lo apretujo y Oropher se rindió.
--¡Déjame cerdo salvaje!
--¡Ah! ¡Vamos amor! ¡Soy tu cerdito cariñoso!
--Noldor atrevido, ¡Suéltame me asfixias!
--Deja de contonearte así, me excitas cuando te mueves así.
--¿Así?...eres un sínico… aquí no, cochino...
Gil Galad le cargo y lo llevo hasta su establo donde dormía Celeb; los caballos estaban en el jardín al igual que Celeb.
--Pero aquí, si...
--¿Aquí? Noldor cochino.
--Si, aquí
El pelinegro se le fue encima, le ataco con besos cargados de lujuria y amor. Oropher le miraba lascivamente, amaba esa mirad de Gil Galad. Amaba que el noldor fuera posesivo con él, era algo raro y enfermo pensar así. Pero le resultaba excitante hacer aquello: últimamente tenía el lívido muy alto, dejo que su esposo lo montara en el establo. Después cambiaron de posición y Gil Galad le obligó aponerse ahorcajadas sobre de él, Oropher comenzó a galopar sobre su esposo Gil Galad se deleitó con aquel espectáculo, el ver brincar a su solecito sobre de él. le excitaba y le llenaba hata lomas profundo. Se abrazó a él y le embistió con más fuerza Oropher, grito de placer la voz jadeante de ambos era bastante audible. A tal grado que el joven cervatillo entro al establo. Oropher se avergonzó y se tapó en el acto mientras Gil Galad se reía de la situación, Oropher recordó las palabras de Cirdan el jamás sonríe.
Entonces al verle reír se aferró a él y clavo su cara en el hombro de este.
--¿Que pasa?
--Nada yo Le melin....
Gil Galad le abrazo al escuchar aquello. Entonces pensó en que ya era hora de tener descendencia, muy pronto le pediría a Oropher un bebé.
Turgon llego un día de visita, Oropher estaba preparando una ensalada. La coloco en la mesa y sirvió la comida. Turgon estaba orgulloso de ambos, parecía que su sobrino por fin había encontrado a su mitad. Oropher estaba por sentarse en la silla cuando se mareo repentinamente, Turgon le alcanzó y le ayudo asentarse.
--¿Oropher estas bien amor? ¿Qué tienes?
--Perdón mi señor, es que de pronto me he mareado un poco.
--No te preocupes por mí, llévale a descansar
Gil Galad cargo a su solecito y lo llevo a hasta la cama, tomo su temperatura y su presión. La cual estaba un poco baja. Le dio un beso en su frente y le dijo que durmiera tranquilo.
--¿Como esta?
--Está bien, solo necesita dormir un poco. Es todo.
--Perdóname por lo que voy a decir Gil Galad, ¿Supongo que sabes perfectamente bien a que se debe mi visita no?
--Si, lo sé.
--No veo aun nada en esta casa. Celeb ha crecido muy bien. Ya pueden viajar otra vez, no iras a Gondolin. Hay una nueva ciudad más haya, Imladris. Tu gobernaras haya y Oropher gobernara contigo y será propietario de Greenwood, por mandato de Thingol. Pero para que eso pase, necesito que cuando tu esposo se sienta mejor....
Gil Galad se levantó estrepitosamente de la silla, escucho vomitar al sindar Oropher estaba volviendo en un balde que estaba en la habitación. Estaba más pálido que de costumbre, Gil Galad le dio un remedio para sus náuseas y al fin pudo hacer que el rubio se durmiera. Le encargo a su tío a Oropher ya que necesitaba de la ayuda de un sanador de Cirdan. El sanador le acompaño, Gil Galad le explico lo sucedido en el camino.
El sandor pasó sus manos sobre el cuerpo de Oropher sin tocarlo. Hasta que paro en su abdomen, bajo un poco más sus manos y entonces le pido a Gil Galad que se acercara. Le dijo que se relajara y que tocara suavemente el abdomen de su esposo. El noldor obedeció y sintió ese ligero movimiento.
--Comprendo.
Gil Gald no se inmuto, el sanador suspiro. Ese elfo no cambiaba, solo sonreía para Oropher no para nadie más.
El sandor se despidió del rey y de su sobrino, Turgon pregunto qué había pasado ya que sabía que el sanador había encontrado algo y su sobrino se veía muy serio.
--Está en cinta, no puedo viajar hasta que nazca mi hijo. Él está muy delicado y debe descansar mucho, será un nacimiento muy difícil.
--Mandare a un sanador que es muy bueno. Es joven para la edad que tiene, pero es el mejor; se llama Elrond. Te llevaras bien con el, de hecho he pensado que él sea tu consejero.
--¿En Imladris?
--Si
--Bien, solo espero que mi esposo lo acepte.
--Solo espero no quieras matar a Elrond por ver a tu esposo semi desnudo por las revisiones.
--¡No necesito esa clase de consejos! ¡El no vera a mi solecito con esa clase de mirada! ¡Yo sé cómo mira un verdadero sandor!
--¿Y porque tienes esa cara de velorio? ¡Alégrate! ¡Muy pronto vas a ser padre! ¡Y yo por fin seré tío abuelo!
Gil Galad no dijo nada, siguió comiendo en silencio. Estaba completamente lleno de preocupación, no sabía si su solecito seria lo suficientemente fuerte para dar a luz. Y él tenía miedo de ser un mal padre, sin la guía de su hermoso sindar.