El moreno estaba plácidamente durmiendo en su cama, ajeno lo que pronto ocurriría.
El auditorio estaba en completo silencio, pese a las ropas vergonzosas de joven nadie se atrevía a realizar un comentario. El escenario se ilumino por completo dejando ver a otros jóvenes tras la silla del ya nombrado, igualmente incómodos aunque estos vestían una especie de toga.
Una nueva luz ilumino el escenario y un joven musculo vestido con un traje de tul estilo princesa hizo su aparición, los nuevos estudiantes no pudieron evitar reírse al ver alguien tan corpulento usando esas ropas. El joven solo los miro con falsa indignación mientras les hacia un desprecio sobre actuado, ganando aun más risas y uno que otro piropo por parte de los de segundo.
El aire abandono de golpe los pulmones del albino, el joven del babydoll levanto su cabeza para ver al recién llegado, dejando al descubierto su perfil... No era Gon. El ojiazul comenzó a respirar tranquilamente mientras se dejaba contagiar por el espíritu de la bienvenida, vio como su hermana parecía un poco más cómoda y se tapaba la boca para que no se escucharan sus risas.
–Creo que es hora de dejar algunas cosas claras– Dijo el chico corpulento –Soy su nuevo rey...reina...?– las risas no se hicieron esperar –Y estoy aquí para dirigir el consejo estudiantil y obviamente para proteger y ayudar a todos los que lo necesiten–
Ahora los estudiantes lo miraban admirablemente.
–A mis espaldas pueden ver algunos de sus amigos y compañeros, déjenme decirles que ellos son lo mejor de lo mejor en sus áreas... Chicos hemos visto sus reportes– Dijo a modo de broma –Estos jóvenes serán los encargados de liderar las diferentes actividades extra programáticas como; atletismo, natación, judo, esgrima, club de lectura, ciencias, debates, entre otros. No se asusten –dijo mirando la cara de pánico de algunos chicos por la responsabilidad que recaía sobre sus hombros –Mis doncellas se encargaran de guiarlos– Les hizo un guiño. Chicos igualmente vestidos de forma vergonzosa pasaron al escenario, uno con googles, otro con un cinturón de judo, un florete, libros y pelotas.
–Y en cuanto a ti, mi pequeña flor, tienes todo lo necesario para el otro año ser el del encargado de guiar el consejo, tienes mucho que aprender, pero descuida estoy aquí para ayudarte– le regalo una sonrisa amistosa –Y ahora que no hay más que decir, a celebrar a la nueva princesa y sus doncellas!!!– Levanto sus brazos mientras una música pegajosa comenzaba a sonar.
La morena no podía dejar de reír, había sido muy divertido, en algún momento mientras el presidente hablaba Wolf se había acercado a su hermano y estaban hablando tranquilamente entre risas.
–Oni-chan! Ya sabías que esto sería así ¿verdad?– La joven puso sus manos en puño sobre su cadera.
–Lo siento Alluka– le acaricio la cabeza –Pero si te lo decía no sería tan divertido – El año pasado cuando entre escucho por accidente a unos alumnos hablar al respecto y termino yéndose a la mitad del show ya que no le era divertido.
–Supongo que tienes razón– Dijo mientras veía a los hombres bailar en el escenario.
–Y dónde está su pequeño amigo moreno? –Pregunto el chico más alto.
La mirada de la pelinegra se volvió triste y Wolf entendió que había metido la pata, el albino lo miraba fiero pero se contuvo y respondió.
–No lo sabemos, creí que podrían haberlo seleccionado, pero no lo he visto por ninguna parte–
–Ese chico parecía agradable, seguramente está haciendo algún amigo por ahí –Dijo tratando de quitarle importancia.
Ambos hermanos se tensaron ante las palabras de otro. Se dijeron a si mismo que lo verían en la cena y con eso en mente trataron de divertirse.
Sin embargo llego la hora de la cena y aun no había rastros del moreno, Alluka casi no había tocado tu comida y Killua se sentía irritado, pese a que intento por todos los medios hacer que su hermana comiera, esta se negó tercamente. Los amigos de Killua también estaban preocupados, no era normal que un alumno desapareciera.
Iban de vuelta a la habitación de la morena en completo silencio y con los ánimos por el suelo. La morena abrió la puerta lentamente, pero pese a que esta ya estaba abierta no se movió del lugar, el albino extrañado se asoma por el hombro de su hermana y ve lo que causo tal conmoción, el moreno estaba plácidamente dormido en su cama.
El albino corrió a su hermana y entro rápido a la habitación, sin importarle que el pelinegro estuviera dormido, lo tomo por los hombros y arrastro hasta la orilla de la cama sacudiéndolo violentamente en el proceso. El más bajo desorientado dejo escapar un pequeño quejido mientras comenzaba a abrir sus ojos. Como si quemará el más alto lo soltó provocando que se fuera de bruces al suelo.
–Mouuuu Killua!– Se quejo sobándose la cabeza ya bien despierto –¿Por qué hiciste eso?–
Recuperándose de la impresión comenzó a golpear la frente del moreno, haciendo que este se quejara graciosamente.
–Maldición Gon! Como te atreves a asustar así a mi hermana... de nuevo!– le grito –Donde diablos te metiste, te buscamos por todas partes, Alluka ni siquiera quiso probar su cena por tu culpa–
El albino se estaba conteniendo para no golpear al moreno, será mejor que Gon tuviera una buena escusa.
–Lo siento, conocí a un amigo y perdimos la noción del tiempo –Dijo con una sonrisa sincera.
–Lamento mucho, haber sido tan misterioso– Comento el rubio –Pero debías actuar rápido, tus ojos estaban cambiando–
–Descuida, sabía que no eras una mala persona –El rubio arqueo una ceja sin comprender –Es que tienes el mismo olor que Leorio –dijo risueño, causando un sonrojo en el otro.
El rubio se aclaro la garganta –Mi nombre es Kurapika... Y te aconsejo que te mantengas alejado de Killua –
El moreno se alcanzó a agachar esquivando el gancho izquierdo que le quería propinar el más alto, el albino lo volvió a tomar por los hombros.
–Si no me crees su nombre es Kurapika, también estudia aquí– Dijo tratando de calmar la furia del más alto.
Al parecer había funcionado ya que Killua solo lo miraba asombrado. Hizo que el moreno se parara derecho y algo pareció cambiar en su mirada, le dio un escaneo minucioso mirándolo de pies a cabeza. Extrañamente el cuerpo del moreno se sentía cálido y como si una pequeña corriente eléctrica lo recorriera.
Kurapika era un alumno egresado, si estaba en la academia debía ser para el curso avanzado de Hatsu ¿Por qué estaría interesado en alguien como Gon? Será que también sabe Nen, tal vez era del tipo especial, usando Gyo en sus ojos comenzó a inspeccionar al moreno en busca de alguna anomalía en su aura, todo parecía normal, no tenía ninguna fuga, su aura aun no estaba despierta, no tenía nada que fuera relevante para que el rubio se interese en él. Entonces ¿Por qué? Mantendría vigilado al moreno por si las dudas, era muy poco probable pero podría estar usando Zetsu...
–Oni-chan deja de hacer eso, harás que Gon se ponga nervioso!– Exclamo presa de los nervios la pelinegra.
El albino pronto soltó al más bajo, dándose cuenta que lo tenía agarrado más tiempo del necesario, el moreno solo lo miraba curioso.
–En verdad solo estuviste con él? –Pregunto aun sin creerle.
–Umm!– Asintió con la cabeza –Estuvimos en una bonita habitación. Preparó un delicioso te y me dio unos pastelillos, aunque después de eso me dio sueño y me trajo a la habitación –Creo que dormí más de la cuenta, se rasco el cuello apenado.
–Bebe esto, es una infusión que ayudara a calmarte, puede que creas que estés calmado pero el gen omega son algo difícil de entender–
–Estuviste en el salón especial para maestros?– Dijo incrédulo.
–Oni-chan ya es suficiente, Gon está bien y eso es lo que importa– Dijo cansada
El albino aun tenía muchas dudas en su mente, pero por el bien de su hermana las dejaría para otro día.
–de acuerdo, si ocurre cualquier cosa me llamas y estaré en un segundo junto a ti. Descansa –Le dio un beso en la cabeza mientras salía de la habitación.
A la mañana siguiente el albino tampoco llega al desayuno. Una vez rumbo a su clase lo ven caminado junto al pelirrojo que traía una venda en el cuello y otra en la frente, ambos jóvenes se apresuran a juntarse con ellos.
–Oni-chan! – Saluda con un abrazo a su hermano –Sabes que no es bueno que te saltes el desayuno– Le regaña.
–Buenos días Killua, Ikalgo-san –El moreno hace una pequeña reverencia al dirigirse al último.
Killua aun estaba molesto con el pelinegro y no tenía intenciones de dirigirle la palabra, pero al ver como saludaba a su amigo las ganas fueron más fuertes.
–¿Por qué él es Ikalgo-san y yo solo Killua? –Pregunto molesto el albino, mientras apuntaba su amigo.
El moreno pestañeo lindamente– Oh! Lo siento, como te presentaste como Killua y nunca me dijiste nada... –Su voz se iba volviendo un susurro –Pero si quieres igual te puedo llamar Killua-san– Dijo sonriendo.
Las mejillas del albino se sonrojaron levemente –N-no déjalo así... Killua está bien –Dijo aclarándose la garganta.
Los ojos del moreno se iluminaron al recordar algo –Es cierto! –Dejo caer su puño sobre su otra mano –Como sabía que hoy tampoco alcanzarías a desayunar te conseguí esto –De su bolsillo saco una manzana y extendió su mano para ofrecérsela –Mito-san dice que el desayuno es el alimento más importante del día y que no hay que saltarlo, ya que nos ayuda a ser grandes y fuertes –Dijo lo último en un tono risueño e infantil.
–Pfff déjame decirte que tu tía te ha estado mintiendo, al menos en la última parte –Dijo divertido mientras le revolvía los cabellos al más bajo, demostrando lo pequeño que era.
–Mouuu... Killua no me molestes, ya verás que creceré y seré más alto que tu –Inflo las mejillas molesto –No mereces mi manzana –Dijo igual de molesto e infantil.
–Nop! Ya me la diste y solo para molestarte más me la comeré –Dijo como si le estuviera hablando a un niño pequeño mientras se reía y antes que el moreno pudiera esconder la mano le quito la manzana y le dio una gran mordida.
Tanto la pelinegra como el pelirrojo estaban en silencio mirando al par pelear. Akulla estaba feliz de que su hermano y Gon se llevarán mejor, hace tiempo no veía a su hermano bromear con alguien más que no fuera ella. Por otra parte el pelirrojo los miraba asombrado y no pudo evitar recordar cuando conoció al albino.
–Si quiero que me acepten en el grupo debo quitarle un pelo a Killua– pensaba en voz alta.
–Y por qué es tan importante que te acepten en un lugar donde ni siquiera les importas– Comento una voz a sus espaldas –Podría matarte antes que te des vuelta –
El pelirrojo sudo al sentir como algo filoso se clavaba en su cuello, tras el estaba Killua Zoldyck. Sintió como el objeto filoso salía de su cuello y se permitió respirar de nuevo. Al darse vuelta vio como el albino tenía un pelo blanco en su mano.
–Toma, esto es todo lo que necesitas verdad?–
–¿Por qué? – Pregunto perplejo.
–Sé lo que es sentirse solo– Dijo con simpleza.
–¡Te sientes solo!– Dijo asombrado.
–No es como si realmente me importara– El albino se encogió de hombros.
–Quieres ser mi amigo! –Dijo en un impulso demasiado fuerte y demasiado feliz.
–Porque no – El más alto sonrió de medio lado.
–Gracias! –Dijo aun más feliz.
–Ey! Los amigos no se dan las gracias– dijo sin borrar su sonrisa torcida, mientras empezaba a caminar seguido por el pelirrojo.
Ikalgo se entero que tenía otro amigo, Palm y al tiempo conocieron a Wolf, los cuatro eran un grupo y se cuidaban y respetaban. El albino siempre había sido alguien frio y misterioso, nunca reía o bromeaba abiertamente como Wolf o Palm, y las únicas veces que sus ojos se veían verdaderamente alegres era cuando hablaba con su hermana o la mencionaba, y aquí estaba ahora, frente a él bromeando abiertamente con un chico que hace unos minutos dijo que detestaba.
–Vamos Ikalgo–
El pelirrojo no supo cuanto tiempo estuvo divagando, pero los niños ya no estaban a la vista y Killua había vuelto a tener la mirada de siempre.
–De acuerdo... –Siguió cabizbajo al más alto.