Alluka entro a la habitación que compartía con el moreno, había sido un largo día y estaba lista para dejarse caer en su cama y simplemente dormir.
–¿Donde está Gon?–
El corazón de la morena dio un vuelco en su pecho mientras miraba asustada a su hermano.
–Oni-chan tonto casi me das un infarto!– Inflo sus mejillas una vez que se recupero del susto -¿Qué haces en nuestra habitación... Otra vez te saltaste las clases cierto?–
–Tss... Yo pregunte primero– Dijo desviando la mirada.
La morena solo puso cara de regaño mientras dejaba sus cosas en el escritorio.
–Gon aun esta en el salón. No termino unos ejercicios de matemáticas y el maestro le dijo que a menos que los terminará no podría salir... Quedamos de juntarnos en el comedor–
El albino solo se rio por lo bajo de las desgracias del pelinegro.
–Oni-chan no seas malo, Gon realmente se esfuerza... pero... las matemáticas definitivamente no son lo suyo– no pudo evitar reír al recordar la cara de pánico del moreno cuando vio que habían letras en lugar de números en un ejercicio –Hoy le preguntare si quiere que le enseñe– dijo risueña.
–Naaa déjalo... debe aprender solo...– Paso sus brazos por detrás de su cabeza y se acomodo mejor en la cama de su hermana.
–Oni-chan yo se que en el fondo también te agrada Gon–
–Te lo digo hermanita por la única razón que aun no lo mato es porque es tu amigo y nunca me perdonarás si le hago algo– se acerco a su hermana y deposito un beso e su cabeza.
–Mouuu– hizo un pequeño berrinche –Sabes que no puedo enojarme contigo cuando haces eso–
–Lo sé– dijo con una sonrisa, volvió a su posición anterior –Neee quiero que tengas cuidado– dijo serio sin mirarla.
–Cuidado con qué oni-chan?– Pregunto confundida.
–No me gusta que haya tanta gente a tu alrededor, podrían hacerte daño– frunció el ceño.
–Oni-chan...– dijo conmovida –Confió en el juicio de Gon para hacer amigos–
–Mh!– refunfuño –Por eso mismo digo que te cuides, no deberías dejar que se les acerque ese tipo–
–Bueno sinceramente creo que es más amigo de Gon que mío– rio apenada.
Realmente no se imaginaba haciendo amistades con gente mayor. El albino solo refunfuño una vez mas mientras se cruzaba de brazos.
–No será que estas celoso?– pregunto de forma picara.
–No seas boba, eres mi hermana– dijo molesto.
–Pero puede que estés celoso porque alguien más se interesa por Gon– respondió astuta.
–A que te refieres con alguien más– entre cerró los ojos –Yo no estoy interesado en Gon!–
La morena se río de la cara que hacía su hermano, ante esto el albino (como buen hermano mayor) se defendió haciéndole cosquillas y la morena (como buena hermana menor) se defendió de la misma forma. Ambos estaban riendo a carcajadas, la pequeña guerra fue bajando de intensidad hasta que ninguno de los 2 se movía y solo trataban de calmarse.
Finalmente los hermanos estuvieron hablando de su día, o más bien la pelinegra le conto de su día mientras el albino la escuchaba atentamente, no era que le molestará, amaba escuchar a su hermana tan animada y feliz.
Pronto iba ser hora de juntarse con el moreno. Sin prisa la pelinegra cerró con llave y juntos caminaron al gran salón esperando ver al moreno.
–Ahí esta!– dijo la pelinegra después de un tiempo de buscar al moreno.
El pelinegro tenía su cabeza sobre la mesa, mientras una chica rubia le daba palmaditas en la espalda.
Los hermanos se acercaron mientras escuchaban la conversación del moreno.
–Ese maestro me odia– dijo de forma derrotada.
–Ey! No todos los maestros pueden amarte, aunque realmente creí que podía darse en caso– respondió un compañero de salón mientras una gota de sudar corría por su sien.
A decir verdad, el moreno era como un imán para la gente. A pesar de que hace pocos días había comenzado el año escolar los maestros ya habían elegido su alumno favorito y ninguno de sus compañeros podía molestarse por eso ya que ellos mismos sentían simpatía por el pelinegro.
–No lo hago con intención– se defendió inflando las mejillas.
–Lo sabemos sunboy– dijo risueña una peliazul.
–Ponzu tu también– puso mala cara por el apodo –Shiro tu no les crees verdad?– preguntó a una joven pelirroja bajita.
–Y-yo... N-no creo que Gon-chan lo haga apropósito...– los ojos del moreno le iluminaron levemente – Pero definitivamente le agradas a todos– agrego con una risita al ver como el moreno dejaba caer la cabeza derrotado.
Todos menos Gon se estaban riendo. El moreno inflo las mejillas y miró hacía otra dirección.
–Alluka!– se sorprendió de ver a la morena a unos pasos de él.
–Ey! yo también estoy aquí– dijo el albino molesto.
–Killua!– exclamo en el mismo tono a modo de broma.
–Idiota...– sin preguntar se sentó junto al moreno corriendo al chico.
El moreno solo le hizo un espacio al albino con una sonrisa en la cara.
–Zoldyck– murmuro la rubia mientras veía como el albino tomaba asiento junto al moreno.
Ambos hermanos miraron a la chica curiosos.
–Ah!– Se sorprendió levemente al ver como la linda pelinegra la miraba –Lo siento, olvido que son hermanos– se disculpo apenada.
–Mi nombre es Alluka– se presento la pelinegra mientras se sentaba junto a la rubia.
–Mi nombre es Hina y soy compañera de tu hermano– respondió la joven –Que haces aquí?– pregunto dirigiéndose al albino.
–Obviamente acompaño a mi hermana– comento de forma agria –Y tú qué haces aquí?– pregunto molesto.
–Bueno... quería saber quien había robado a Meleoron de mi– dijo con un aire coqueto.
El albino solo miro al frente fastidiado. Quería preguntar quienes eran todos ellos, pero por la forma en la que Alluka estaba hablando con la chica peliazul podía suponer que eran compañeros de clase. Es que acaso no podía estar un segundo sin hacer amigos, pensó amargado, al menos un maestro lo odia.
–Y qué tal te fue en matemática?– pregunto fingiendo curiosidad ya que ya sabía la respuesta.
–Él maestro me odia– su cabeza nuevamente cayo contra la mesa –A pesar que no fui el único que no termino los ejercicios fui el único al que obligaron a permanecer en el salón– agrego deprimido.
Los chicos en la mesa rieron apenados sintiendo lastima del moreno.
–El viejo Peggy verdad? Ese tipo debería jubilar– dijo sin darle importancia.
–Pero el jubiló el año pasado– Comento la rubia.
–Es cierto– Le dio la razón a la rubia –El maestro de matemáticas es joven y atractivo... Lastimas que es tan aterrado– La peliazul se abrazaba a si misma mientras temblaba al recordaba al maestro –Por cierto no nos hemos presentado, mi nombre es Ponzu– Dijo mientras le guiñaba un ojo.
–Yo soy Pockle– dijo menos entusiasmado.
–Y-yo soy Shidore, aunque todos me dicen Shiro– dijo bajito la pelirroja.
–Mucho gusto– respondió hacia todos el albino.
Podía ser un dolor de culo con Gon, pero aun tenía modales... Cuando no se trataba de Gon.
–Shiro– Llamo a la joven un hombre.
La joven se volteo rápido para ver como su hermano se acercaba a la mesa junto a Meleoron. Ambos venían con bandejas llenas de comida.
–Hermano–
El albino arqueo una ceja al reconocer al chico. Era Colt, él y Hina eran sus compañeros de clases.
–Zoldyck?– pregunto una vez se acercaron a la mesa.
–Por qué se sorprenden de verme aquí– refunfuño molesto.
–Bueno por lo general estar con tu grupo... Es extraño verte sin Ikalgo alrededor... Sin ofender– agrego sin cambiar su tono calmado de voz.
El albino solo entrecerró los ojos, no tenía porque darle explicaciones a nadie.
–Es cierto!– el moreno comenzó a buscar algo tras el albino –¿Dónde está tu amigo pelirrojo Killua?– pregunto curioso de no verlo.
–Él puede hacer lo que quiera y no siempre estoy con él...ellos– se apresuro en corregir.
–Jejeje... Creo que deberíamos acomodarnos mejor en la mesa– Dijo el moreno sintiéndose incomodo de repente.
Gon les había avisado que unos amigos se unirían a la cena por lo que habían traído mas comida.
El rubio que había sentado frente al ojimiel y por lo mismo sus miradas se encontraban con bastante frecuencia, no era algo incomodo de hecho era casi gracioso, pero el albino no lo veía así, cada vez que eso pasaba refunfuñaba en voz baja y le robaba un trozo de carne al moreno, para recuperar su atención.
–Killuaaaa– Hizo un pequeño puchero –Deja de robar mi comida– Dijo mientras le robaba un trozo de camarón al albino y lo comía gustoso.
–Ese era mi último camarón–
El moreno le saco la lengua infantilmente, para luego reír de la cara del ojiazul. Y el ciclo se repetía, el moreno levantaba la mirada, se cruzaba con la del rubio, al albino intervenía.
–Tengo algo en la cara?– pregunto el moreno de forma risueña.
–Nop, solo que gusta ver como tus ojos se iluminan cuando sonríes– Respondió de forma serena el rubio.
Todos en la mesa guardaron silencio después del comentario, nuestro pobre albino casi muere por un trozo de carne que se fue por el camino equivocado luego de escuchar al rubio, tentativamente busco al moreno rezando porque no se hubiera sonrojado y volviera aun más torpe el ambiente, aun tenía presente su sueño y el incidente de la manzana, haciendo que su mente fuera un lio, se sorprendió al ver como el pelinegro había bajado la mirada y sus hombros se veían tensos.
–No sé qué decir– El moreno se mordió el labio pensado que lo habían descubierto. Tonto, tonto, tonto Kite-san y Kurapika te dijeron que cuidaras tus emociones.
–Tranquilo, así es Melo es un descarado que no tiene filtro– Comento la rubia de forma caprichosa y molesta, como si hablara por experiencia–Pero de todas formas tiene razón– Agrego a modo de broma.
El ambiente había vuelto a ser el mismo, todos comentaban y reían. Colt y Hina aconsejaban a los de primero para que fueran conociendo las mañas de sus maestros, mientras el albino acotaba una que otra cosa, los de primero escuchaban atentamente y de vez en vez hacían preguntas, sin embargo la pequeña ojiazul había notado un leve cambio en el moreno, será qué se veía más apagado?.
Continuará...