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Te encontre por Airay

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Era temprano  aun, Kite dormía en un viejo sofá, mientras el niño comenzaba a abrir sus ojos. Lo primero que hizo al sentarse fue tensarse mientras miraba al hombre dormir en una posición incómoda,  sin embargo pronto se relajo al recordar donde estaba y con quien, ese hombre conocía a su padre, aunque no lo ayudara, el solo saber que existía alguien que conocía a Ging lo llenaba de esperanzas.

Se acerco a su mochila mientras tomaba una nueva botella para beberla, le quedaban 3 pero no importaba ya que Kite le dijo que le compraría más.

El recién nombrado comenzó a gruñir mientras abría sus ojos. Su mirada se encontró con la ambarina, volvió a cerrarlos fuerte gimiendo, realmente esperaba que todo lo ocurrido hubiera sido un sueño.

-Buenos días Kite-san!- saludo demasiado fuerte y lleno de energía.

En respuesta gruño una vez más. Comenzó a estirar su cuerpo mientras se acercaba a revolver los cabellos del niño –Gon...- Dijo serio –Debes volver con Mito-san- sentencio. Era lejos la mejor opción.

El moreno apretó los puños mientras miraba sin comprender al más alto –¿Por qué?-

-Puede que ahora no lo entienda... Y sinceramente me gustaría que nunca lo entendieras- agrego suspirando –Pero es lo mejor para ti- No sabía si eran sus instintos alfa o algo mas pero realmente le había agradado el pequeño. Cerró los ojos esperando no ver la cara de perrito apaleado que seguramente estaba haciendo el niño.

-Me niego- dijo con decisión, haciendo que el más alto lo mirara asombrado –Incluso si no me ayudas, hallaré de forma de encontrar a Ging. No me importa cuánto me tarde lo encontraré- Guardó rápido sus cosas, era obvio que Kite-san no lo ayudaría mas.

El chico estaba a punto de salir de la habitación cuando el peli blanco lo tomo del brazo –E-Espera- Dijo asombrado de la mirada decidida del más pequeño.

-No es necesario que hagas nada más por mi Kite-san- Se trato de zafar.

Qué importa que su tumba fuera un poco más profunda –Creo que no tengo más opción que ayudarte, pero primero quiero saber si Mito sabe donde estas-

El moreno lo miro asombrado –Ella... Yo le deje una carta antes de salir-  respondió sin pensar demasiado.

-Me lo temía, si vamos a comenzar esto debemos dejar algunas cosas claras- dijo serio. El más pequeño trago grave mientras esperaba que el mayor hablara.

 -Lo primero será  escribir una carta detallada a Mito, la enviaremos antes de irnos y a partir de ahora todos los meses le enviaras una- el niño asentía vigorosamente –Segundo... te entrenare...- los ojos del más pequeño brillaron como estrellas –Deja de hacer eso!- gruño exasperado mientras cubría la cara del niño con su gorro, escuchando una risa adorable.

-Pero si no he hecho nada Kite-san- Su voz fue amortiguada por el gorro pero aun era entendible.

-Como sea- sintió un leve rubor en sus mejillas –trabajaremos en el camino para corregir eso también... En tercer lugar, deberás obedecerme –ambos fruncieron el ceño, sabía que era contradictorio pero no quedaba de otra  -¿Estás de acuerdo?- Pregunto mientras venía el ceño fruncido del más joven.

Mito-san le dijo que era libre de elegir su destino y esa fue una de sus principales motivaciones para emprender su viaje. Ella le dijo que nunca debía dejar que alguien le diera órdenes...

Su labio inferior empezó a temblar mientras asentía con la cabeza, un nudo se alojo en su garganta sin darle opción de responder verbalmente. Mito-san lo siento.

-De acuerdo, iré a comprar un par de cosas, mientras quiero que empieces a escribir esa carta- Sin esperar respuesta salió de aquella habitación.

Una vez solo se desplomo en la cama mientras ocultaba su cabeza entre las cobijas, no entendía por que se sentía tan mal pero debía ser fuerte. Sorbito los mocos que no sabía que habían salido y empezó a escribir la dichosa carta.

 

 

Caminaban por un denso bosque, el moreno iba escribiendo mientras el más alto lideraba su camino.

-Creí haberte enseñado a siempre estar atento a tu alrededor- dijo sin mirar al moreno.

-Estoy atento Kite-san pero debo terminar la carta de Mito-san y tu aun no me dices cuando nos detendremos- respondía desinteresado mientras no paraba de escribir.

Ambos siguieron caminado en silencio. Una pequeña piedra fue lanzada la cual fue fácilmente esquivada por el moreno.

-Lo ves! estoy atento- Una sonrisa socarrona adornada la cara de chico. Más no duro mucho ya que el peli blanco barrio sus pies provocando que se callera sobre su trasero –ittai! Eso fue innecesario-  se quejo mientras se paraba adolorido.

-Eso demuestra que no estabas atento, pararemos en el siguiente claro así que guarda eso hasta entonces- siguió caminado sin esperar respuesta.

El moreno solo inflo sus mejillas mientras hacía caso y guardaba todo.

En pocos menos de una hora llegaron a dicho claro, allí el moreno dejo sus cosas en el suelo mientras se acomoda mejor sobre una piedra para continuar con su escritura.

-Gon mientras terminas eso iré a buscar algunas ramas y algo para comer- el peli blanco comenzaba a alejarse cuando escucho la voz de más joven.

-Quieres que luego te ayude?- respondió mirando al otro.

-Trata de pescar algo, vuelvo al rato- y comenzó a correr evitando perder más tiempo.

-Kite-san es tan raro a veces-

No le tomo mucho tiempo terminar su carta. Estaba buscando su caña cuando recordó que hoy no había desayunado, saco una botella y la bebió de un solo sorbo.

Luego de 2 horas ambos estaban sentados frente a frente esperando que se cocinen los peces mientras comían unas cuantas bayas.

-Kite-san que haremos este mes?-

-Entrenaremos tu agilidad- dijo sin mirarlo.

-Otra vez!- se quejo –Kite-san llevamos viajando más de 3 años y en todo este tiempo solo me has enseñado a sobrevivir en el bosque, a mejorar mi agilidad y resistencia, pero aun no me enseñas a pelear ni a mejorar mi fuerza – hizo un mohín por la última parte.

Puede pareces algo mal agradecido, después de todo Kite-san le había enseñado un montón de otras cosas, como sobre plantas exóticas y a cazar, también le había enseñado sobre su trabajo como cazador y por que era importante cuidar su entorno, sin embarso sentía que realmente estaba listo para un entrenamiento mas difícil.

El peli blanco aun no lo miraba, como lo haría si él sabía exactamente qué estaba haciendo.

-Recuerdas las reglas- dijo

El moreno se mordió el labio, las reglas... no eran LAS reglas era LA regla, obedecer. –Pero Kite-san, siento que solo me estas entrenando solo para escapar- respondió frustrado.

La miraba del peli blanco se había vuelto fría –No es escapar es espíritu de supervivencia- Dio por finalizada  la conversación, mientras se paraba y miraba hacia otro lado.

Cada vez era más difícil contener al moreno, lo cual era irónico siendo que en realidad es un omega, pero su sed por aprender era asombrosa, era como una esponja. Cualquiera que lo conociera pensaría dos veces antes de sentenciar cual era su herencia.

Pero la verdad era clara, no importa que tan talentoso fuera. Kite esperaba que con el tiempo y gracias a los supresores Gon pudiera cambiar su aspecto físico y al menos parecer un beta. Sabía que aun era joven y aunque ocultará su olor ese cuerpo pequeño y delgado junto con sus grandes y expresivos ojos ámbar dejan poco a la duda, las opciones de que en un futuro el cuerpo de Gon madure y cambie eran escasas, aunque de nuevo la esperanza era lo último que podía perder, Ging no era un hombre tan alto o musculoso pero era obvio que era un alfa. Kite solo debía esperar que la naturaleza se apiadara un poco del muchacho.

Hasta entonces debía mantenerlo a salvo.

Kite se veía tan abatido que el muchacho lo único que quería era pedir perdón aunque realmente no entendía lo que había hecho para que el peliblanco ponga esa cara, guiándose por sus instintos se acerco al más alto abrazándolo tímidamente.

-Lo siento- dijo bajito.

-No, tienes razón yo lo siento- Aunque inseguro devolvió el abrazo.

 

Luego del abrazo Kite había vuelto a desaparecer entre  los árboles, mientras dejo a Gon a cargo de armar el campamento. El joven esta juntando un poco de agua cuando escucho el llanto de un pequeño cachorro de foxbear, asustado busco la procedencia del  llanto. Él sabía, gracias a kite, que los cachorros de esa especie nunca se separaban de su madre y si estaba llorando solo significaba una cosa, cazadores furtivos, apretó los puños cuando al fin pudo divisar a 2 hombres cargados con rifles, mientras arrastraban al pequeño.

-Está prohibido cazar en este bosque- Grito parándose firme frente a los dos hombres.

-Quien te crees que eres mocoso al hablarnos de esa forma- Los hombres no parecían tomar en serio al chico –Sal de nuestro camino si no quieres que te saquemos a la fuerza-

-No hasta que dejen libre a ese cachorro- apunto al pequeño bebe que seguía llamando a su madre.

Ambos hombres entrecerraron los ojos y le dieron una segunda miraba al niño, lo que ocasiono que temblara inconscientemente –Estúpido mocoso beta, es hora que alguien te enseñe tu lugar- Se acerco claramente malas intenciones.

El moreno no se dejo intimidar, aunque no entendía bien a que se referían al llamarlo mocoso beta. Eludió de forma fácil todos los golpes que el hombre trato de darle.

-Mo-co-so...- Si antes estaba molesto ahora estaba hirviendo de rabia.

-Ya deja de perder el tiempo la madre puede venir en cualquier momento- y como se fuera un invocación se escucho un fuerte rugido –Mierda te lo dije-

Ambos hombres se miraron asustados mientras a lo lejos una gran mancha marrón se acercaba.

-Vámonos de aquí-

-No dejare que se lo lleven- el moreno tomo entre sus brazos al cachorro mientras este trataba de arañarlo asustado.

-Suéltalo ya mocoso- el hombre tironeo de la cuerda pero el moreno lo sostenía firme ignorando el daño que se estaba causando, el otro hombre comenzó a darle golpes con el mango del rifle pero nada, el moreno no iba a ceder.

-No tenemos tiempo, si no nos vamos ahora la madre nos matara también a nosotros, desde que este mocoso toco a la chia se condeno solo-

Miro por última vez a ambos antes de soltar la cadena y correr junto a su amigo. El moreno sonrió alegre mientras miraba al cachorro.

-ya estas a salvo- ignoro el dolor de su hombro mientras miraba como el bebe de gruñía de forma salvaje –Shhh shhh- lo arrullo para calmarlo mientras lo dejaba en el suelo.

Pronto sintió un aliento caliente en su cuello, la madre del bebe esta justo a sus espaldas.

-Grrrrrrrrrrroaaw- gruño en advertencia mientras el niño retrocedía con cautela.

-Tranquila yo solo estaba tratando de salvar a tu bebe- hizo una mueca al mover el brazo –Por favor déjame ayudar – se agacho despacio, la osa aun resoplaba pero no parecía que fuera a atacarlo –Solo sacare esta cadera del cuello de tu bebe-

El cachorro gimoteo mientras sentía las manos de moreno en su cuello, haciendo que la osa lo mirara de forma fiera.

-shhh... solo espera  un poco- el bebe pronto comenzó a arañar de nuevo, aunque parecía que la osa estaba más calmada. Finalmente logro sacar la cadena del cuello del bebe y este apenas libre avanzo al encuentro de su madre, el moreno los observaba mientras se agarraba el hombro adolorido para tratar de detener en vano el sangrado.

La mamá oso le dio un par de lamidas a su bebe para luego acercarse al moreno que parecía que pronto se desmayaría por la pérdida de sangre. 2 balazos se escucharon a lo lejos antes de que perdiera finalmente el conocimiento.

Continuara...

Notas finales:

-Se arranca antes de recibir los tomatazos-

Gracias a los que dejaron comentarios y e tomaron la molestia de leer mi historia, nos leemos dentro de algunos días <3


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