Hizo una mueca al sentir como algo áspero pasaba por sus heridas.
-...ittai...- sentía la boca seca y le ardían los ojos.
-Sera mejor que no te muevas- le dijo una voz a lo lejos.
Cuando al fin recupero el control sobre sus sentidos, vio que lo áspero en su hombro era la lengua de la osa y la voz era de Kite que estaba sentado a un par de metros. Volvió a hacer una mueca cuando la osa lamio una vez más sus heridas. El cachorro estaba sobre su pecho y podría jurar que se veía arrepentido.
-Tranquilos los 2, estoy bien- acaricio a ambos animales.
Tiempo después, cuando la osa al fin creyó que su trabajo estaba terminado se retiro del moreno y comenzó a caminar junto a su cachorro. Cuando se alejaron lo suficiente el peli blanco soltó un gran suspiro.
-Eres increíble, como es posible que te enfrentaras a dos cazadores furtivos y a una madre de foxbear y aun estés vivo- el hombre se acerco a inspeccionar de cerca al moreno.
Cuando llego al campamento no se sorprendió que el moreno no estuviera, pero cuando empezó a escuchar los gritos de un par de hombres la cosa cambio. Se acerco rápido al origen del alboroto solo para encontrarse de frente con un par de alfas de mala muerte.
-Si no quieres morir a manos de una foxbear furiosa será mejor que te marches-
-Estaban cazando en este bosque?- era algo bastante obvio pero de todas formas debía preguntar.
-Mira no sé quién eres pero yo no quiero morir en este lugar como ese chico, así que si no te quitas de mi camino te dispararé- dijo apuntando directo a la sien del peli blanco.
Mala idea, en un movimiento rápido desarmo a ambos cazadores. –¿Un chico moreno de pelo negro?- pregunto apuntando con la escopeta a uno de los tipos.
Ambos estaban temblando de miedo –Amigo la osa seguramente ya se comió al niño, es tu culpa por- Mala respuesta, kite les disparo matándolos automáticamente.
Como si estuviera en piloto automático se acerco a los gruñidos. Su mente pensó lo peor al ver toda la sangre y como el moreno estaba aparentemente inconsciente en el piso, apunto firme a la cabeza de la osa, pero al ver como esta se paraba en frente del moreno como si lo estuviera protegiendo lo hizo titubear y bajar el arma. La osa pronto comenzó a olfatear el ambiente buscando algún peligro, Kite sabía que lo mejor para tratar a esa especie era darle su espacio, retrocedió un par de metros para no alterarla aun más, la osa conforme con su reconocimiento comenzó a mover al moreno y olisquearlo.
Kite esta asombrado viendo como el animal cuida del moreno como si fuera un cachorro más. Había leído un par de textos sobre este comportamiento atípico pero por lo general era cuando los niños aun eran muy pequeños y los animales con sus instintos primitivos los adoptaban y cuidaban, pero Gon ya no era un niño pequeño, al menos no tan pequeño.
-Kite-san...- dijo con algo de miedo.
El mayor dejo de repasar los eventos ocurridos concentrándose en el niño.
-Estas molesto conmigo?- dijo al borde del llanto, aun no se había movido, era muy probable que recién estuviera procesando todo lo que había ocurrido y lo cerca que estuvo de la muerte.
-No, solo asustado- respondió con sinceridad.
El moreno lo miro asombrado mientras se trataba de sentar de golpe, mala idea.
-Idiota! La herida ha vuelto a sangrar-
Ayudo a que el más joven se sentara para comenzar a inspeccionar su herida.
-Para tu suerte la saliva de los foxbear tienen propiedades curativas, solo necesito vendar la herida y estarás bien en poco tiempo- con cuidado recogió al pequeño acunándolo contra su pecho, procurando no dañar mas su brazo –Hay alguna otra parte que te duela?- Pregunto mientras avanzaba.
El moreno simplemente negó con la cabeza, no le diría que le dolía la espalda ni que le costaba respirar, no quería preocupar más al peli-largo.
De vuelta en el campamento, Kite vendo la herida y arropo al moreno para que no pasara frio. El moreno no dijo nada, pero él tampoco lo forzó a hablar pensando que a la mañana siguiente todo sería más normal.
Había pasado una semana del incidente y Gon apenas había dicho un par de palabras, su mirada todo el tiempo parecía perdida y donde por lo general había una gran sonrisa ahora solo había una línea recta, Kite estaba preocupado de que el pequeño se hubiera roto.
Él nunca había sido bueno con las palabras, no era que fuera necesario, por lo general cuando los omegas experimentan experiencias traumáticas buscan a otros omegas o betas para contar sus problemas y por lo general nunca guardan por mucho tiempo sus emociones, él estaba esperando que en cualquier momento Gon le hablará sobre su experiencia con los cazadores y la osa.
Era obvio que eso no iba a pasar pronto.
-Gon-
El nombrado se detuvo sin cambiar su expresión ausente.
El moreno no había dicho nada, se pasó la mano por la cara, no creía que esto sería tan difícil, respiro profundo y pregunto.
-¿Quieres hablar sobre lo que pasó hace una semana?-
Un sin número de emociones pasaron por los ojos del moreno, Kite pronto pensó que se largaría a llorar. Se comenzó a acercar al moreno para abrazarlo, cuando este apretó los puños y su semblante se arrugo.
Kite retrocedió por instinto pero no fue suficientemente rápido, el moreno se abalanzó y comenzó a golpear su pecho.
-Todo fue tu culpa! – el moreno seguía golpeando el pecho les mas alto mientras este no sabía qué hacer – Estúpido, tonto, bobo kite-san!- pronto las lagrimas caían por sus mejillas –Tonto tonto TONTOOO-
Aun anonadado supuso que Gon lo culpaba por dejarlo solo. Todo este tiempo trato de ayudar al joven para que pudiera valerse por sí mismo, pero solo ahora se daba cuenta de todo el daño que había hecho al volverlo dependiente de él.
Tomaría su error y lo cuidaría por toda la vida, cerró los ojos mientras abrazaba al moreno.
-No me toques!- chillo mientras se trataba de alejar de él – Los abrazos no solucionan nada!-
El peli-blanco lo soltó sorprendido, acaso Gon lo estaba rechazando?
-Si me hubieras entrenado mejor eso no hubiera pasado, si soy débil es por tu culpa!- sus ojos estaban llenos de ira.
El más alto se quedo sin palabras, Gon no estaba roto y lo que era más asombroso su mirada mostraba decisión.
-Gon... lo-lo siento-
Más asombroso era que él se disculpara, pero había tanto fuego en la mirada del pequeño que no sabía que mas decir.
-NO!- le saco la lengua.
Ahora estaba siendo infantil, Kite bajo la cabeza derrotado. Y él que se había preocupado por nada.
-Si quieres que te perdone debes ayudarme a ser mas fuerte!- la mirada del moreno se volvió cristalina –más más fuerte...- sus hombros comenzaron a temblar, pero seguía teniendo su mirada fija en el peli-blanco –para... para que nunca más vuelva a... vuelva a tener miedo!!!- ya no pudo aguantar más y comenzó a llorar desesperadamente mientras bajaba su mirada.
-Gon...- el peli-blanco parecía conmovido –...De acuerdo – se acerco despacio mientras volvía a envolver al más pequeño en un abrazo.
Esta vez no lo alejo, se dejo abrazar mientras seguía llorando aferrado a la capa del mayor. Un agradable olor a hierba buena se mezclo con un fuerte olor a pino.
No sabían cuanto tiempo estuvieron abrazados, solo hasta que el llanto del moreno se volvió leves sollozos se arriesgo a separarse del pequeño.
El moreno aun estaba hipando cuando susurro.
-¿Crees que algún día pueda encontrar a mi papá?-
-Me sorprendería si existe algo en el mundo que no puedas hacer...- respondió el más alto mientras se encogía de hombros.
-Kite-san?-
-Dime?- pregunto sin saber que esperar esta vez del niño.
-Cuando empezamos a entrenar?- pregunto con una gran sonrisa, aun habían lagrimas en sus ojos, pero sabía que el moreno ya estaba bien.
Continuara...