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¿Tu dolor o el mío? por only_hope

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Notas del capitulo:

Esta es una de las pocas historias que me he animado a publicar xD
además de que es más bien un pequeño experimento para ver qué tan bien pueden salir historias de este tipo, así que estoy abierta a críticas, tomatazos... ¡lo que sea!

sin más que decir, espero les guste

El sonido seco de las embestidas era todo en lo que se podía concentrar, soltando gemidos de dolor que eran ahogados por culpa de la mordaza que traía en la boca y lágrimas que tampoco salían a causa de otra que se encargaba de sus ojos.
El dolor era agudo, terrible, y él estaba cansado… no pudo evitar sentir alivio cuando el otro se corrió dentro de él. Se dejó caer con dificultad en la cama, buscando un modo de acurrucarse sin molestar al mayor, sin éxito.

-¿Quién te dijo que te pusieras cómodo? – Preguntó este, tomando los rubios cabellos de su esclavo. – Nadie ha dicho que terminamos. ¿O estás cansado? – Todo aquello lo decía por burlarse, el pequeño doncel que tenía por propiedad y su salud eran lo que menos le importaba. Levantó al menor por el pelo y lo obligó a arrodillarse, quitándole la mordaza de la boca. – Límpiala. – Le ordenó.

Sus labios temblaron al igual que el resto de su cuerpo mientras se acercaba más a tientas a la zona señalada, obedeciendo la orden lentamente, lamió con temor el miembro de su amo. Una vez terminó, una mano tomó bruscamente su barbilla.

-Buen esclavo – Decía el amo. – Agradece que esté satisfecho, quizá mañana tenga ganas de más.

Le encantaba ver al muchacho apenas unos años más chico así, asintiendo sumisamente, esperando la siguiente acción de su dueño como el objeto que era. Lo levantó cual muñeco de trapo, llevándole entonces a “su estantería”.
El esclavo apenas y se movía, aunque trataba de hacerlo para no molestarlo, sus pasos nunca se igualaban a los del amo, quien lo jaloneaba, exigiéndole la velocidad que no podía alcanzar. Lo dejó caer en la silla de ruedas donde lo ponía, amarrándole de nuevo.

-Aquí es donde mereces estar – Era siempre su despedida. – Es todo lo que un bicho como tú puede tener.

Odiaba tener que dormir tan poco tiempo por las noches y tener que trabajar tanto por las mañanas, pero si eso implicaba poder disfrutar de ese trasero y esa boca… bien podía valerlo. Su padre no se había equivocado con su regalo de hacía dos años… pero eso nunca lo admitiría a luz pública. Porque su padre era ese tipo de personas con las que, por mucho en que se esmerara en encajar…. Simplemente no se podía, aun cuando él procurara la comunicación, o su progenitor le hubiese regalado un esclavo entrenado por años solamente para él… habían pasado demasiadas cosas que impedían la relación padre/hijo que ellos pretendían tener.

-Tu madre y yo viajaremos a Italia en unos días – Decía su padre en el elevador, en medio de esas conversaciones triviales que procuraban tener.

-Interesante – Dijo él sólo por decir, no se le ocurría algo mejor en esos casos. - ¿Me vas a dejar entonces tu porcentaje de la compañía?

El hombre mayor entrecerró los ojos unos segundos, captando la broma privada de su hijo. – Pues, no estaría de más, Logan. Aun cuando el porcentaje a mi cargo sea casi insignificante, algo es algo, y me da la posibilidad de darme la vida que tengo y la vida que tu hermano y tú tuvieron… incluso la que tienen ahora.

Soltó un suspiro, ahora venía la cantaleta de siempre acerca de los empleos y todo eso… - Está bien, ya entendí, gracias, Pa – Cedió, mientras que el otro negaba con la cabeza.

-Sólo te lo comentaba para que lo supieras, el director ejecutivo ya le asignó mis deberes a una compañera – Indicó – el viaje será la próxima semana, tu madre quiere que James y tú visiten más la casa antes de irnos.

Logan asintió. – De mi parte puedes contar con ello. Ni pienses que voy a tratar de convencer a James.

Su padre hizo otro gesto de desaprobación. – Lo haré yo, entonces, ese muchacho no se toma nada en serio nunca.

Las puertas del ascensor se abrieron, liberándolo de esa conversación que a fin de cuentas no iba a llegar a nada.
Durante el resto de la mañana no había pasado más nada interesante, las horas se iban sin dejarle algo, pero de eso acostumbrado. A la hora de la salida buscó a su hermano, y sabía que no lo encontraría de un modo que no fuera bajando por las escaleras.

-¿Y eso que no tomaste el ascensor? – Preguntaba James una vez que lo alcanzó. – No creí que fueras del tipo sano.

-¿Del tipo sano?  -Repitió Logan – ¿Desde cuándo se les llama así a los que evaden ese aparato para no toparse con sus padres? – Estaba diciendo lo que él había hecho, pero conocía a James, y estaba consciente de que eso era lo que hacía siempre.

-Llámale como gustes – Dijo este, encogiéndose de hombros. - ¿Ahora qué quiere papá? Porque apuesto a que estás aquí por él.

-¿No te lo dijo? – Preguntó Logan, viendo que su hermano menor se frotaba la cabello castaño como solía hacerlo al frustrarse.

-En la mañana mencionó algo de un viaje y un almuerzo – Admitió – Pero estaré haciendo… cualquier otra cosa, no me interesa mucho ir.

-Tienes que ir – Negó él. – No me dejarás ahí solo hablando de estupideces con él, si yo me jodo, lo harás tú también.

James rio por lo bajo. – Veré que puedo hacer, entonces, aunque… la sola idea de joderte a ti es una tentación.

-Idiota – Negó Logan, recibiendo una mueca del otro, quien acelerando el paso terminó de bajar el resto de los pisos y se perdió entre la multitud.

Hubo algún momento de su vida en que su situación familiar, al igual que el resto de su vida, tenían un sentido y ese sentido le gustaba. Estaba seguro de eso. Pero, de haberlo tenido, en un punto de su infancia, o adolescencia lo había perdido. Quizá ese sentido explicaría muchas cosas, sólo que de momento, no lo tenía, y era probable que nunca volviera a estar.

Entró a su casa de un portazo, buscando en el refrigerador qué cocinar, sus tardes tampoco eran tan excepcionales, muy posiblemente eran tan aburridas como sus mañanas. Aunque eso no lo desanimaba mucho.
No cuando tenía con qué desahogarse.
Al terminar de comer vertió un poco en un plato y fue a la habitación principal, donde había dejado a su esclavo la noche anterior.

El rubio se estremeció al sentir que le quitaban la mordaza de la boca, más no se quejó, sus labios adoloridos por estar constantemente abiertos o apretados formaron una “O” para recibir lo que fuera esta vez… comida….
Dejó escapar un gemidito… estaba hambriento. Pero debía ser paciente, sino su amo no lo sería. Masticó suavemente los bocados de sopa que se le permitían en lugar de tragar ansiosamente como lo deseaba.

-Veo que ya no estás tan cansado, ¿verdad, putita?  - Se burló. – Apuesto a que te gustaría comer otras cosas. – Rio, viendo al otro estremecerse ahí, atado en esa silla sin posibilidad alguna de huir. Llenó la cuchara de alimento y la introdujo en la boca de su esclavo, procurando no derramar nada. – Listo – Dijo, alejando el plato.

Fue soltando las cuerdas como de costumbre menos las de sus ojos y lo cargó hasta la cama, podía sentir el temblor del esclavo, pero eso era ya cosa de todos los días. – No deberías tenerme miedo… - Le susurró. - ¿A quién deseas, esclavo?

El muchacho rubio tembló más, aclarándose la garganta. -…a usted… - dijo bajito, sabía lo que vendría ahora. Su amo lo depositó en la cama mordiendo cuánto podía de la mancillada piel.

-¿A quién le perteneces, de cuerpo y alma?

-A usted… - Eran respuestas que él ya tenía impresas en su mente desde hacía años, pero pese a eso simplemente no podía dejar de sentir miedo y dolor cada vez que su amo hacía eso.

Y Logan estaba consciente de ello, disfrutaba creando posiciones dolorosas para el chico, verlo llorar en silencio, tratando de fingir cuando siempre terminaba arrinconándose en la cama, verlo ahí, temblando en algún rincón y forzarlo a continuar.
Era simplemente… hermoso.

Pellizcó con crueldad los pezones del esclavo, riendo por los gestos de este, y metió sin más la erección que le provocaba verlo así en la ya herida entrada. – Shh... – Jadeó, tapando la boca del rubio. – Tú no quieres gritar, ¿verdad?

Su esclavo tenía una mueca de dolor, de una estocada fue profundizando en el chico, sin soltar su boca hasta que este negó con la cabeza, ahogando un sollozo en la mano de su amo.

Cuando finalizó el amo cayó dormido, el esclavo no dejaba de temblar, sintiéndole aún entre las piernas, dejó escapar un gimoteo… estaba tan cansado de nuevo… pero sabía que, justo en la mañana, todo volvería a pasar.

Notas finales:

Los primeros capitulos pueden causar algunas dudas que espero sean respondidas a lo largo de la historia, sino es así, con gusto aclaro si no se entienden algo:3

rw?


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