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Como la bella y la bestia por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

HOLA!! Wou a pasado un tiempo, siento la tardanza pero bueno, ya saben, escuela, calculo, examenes de recuperacion, tortura......EN FIN

Por fin he terminado el fanfic, este es e ultimo cap, pero no se desanimen, aun falta el extra (Con Hard)

Por ahora disfruten el ultimo cap..

 

 

Los padres de Derek y Jonathan estaban sentados en la sala, platicaban acerca del castaño, el doctor también estaba con ellos compartiendo las notas que tomo cuando hablaba con Derek.

-No puedo creerlo, suena a una total fantasía- Decía el padre.

-Es verdad, pero es poco probable que ambos chicos mintiesen del mismo tema. Según lo que me ha contado esa bestia ha estado allí por más de 200 años, algo extraño ya que nadie jamás le ha visto.

-Es porque estaba escondido- Contesto Jonathan.  –Tras un enorme muro de espinos, además siempre se contaron historias de gente que se perdía en el bosque, es obvio que nadie le había visto.

-Puede ser, pero de hecho te equivocas. Si es verdad esta historia de la bestia puede que también una de las historias de este pueblo- Todos pusieron atención a lo que decía el doctor.  –Hay una leyenda de una bestia y de una bruja, según esto ella fue quemada al no querer dar la ubicación del monstruo. Al final la bestia, en venganza, prometió que mataría a cualquiera que en el bosque entrara.

-Tiene sentido, esa cosa quería que me alejara en cuanto estaba frente al muro.

-¿Pero por qué no alejo a Derek? ¿Por qué quiere llevárselo? No lo entiendo- la madre estaba preocupada, su mirada lo decía con facilidad.

-No lo sabemos con exactitud, pero no importa mientras Derek permanezca a salvo en casa- El doctor se levanto para retirarse, se despidió de ellos y prometió guardar su secreto, según esto por su código de ética profesional.

-Nadie estará a salvo si esa cosa viene a buscarlo- El comentario de Jonathan solo asusto más a su madre.

-No digas eso hijo, no importa lo que pase, protegeremos a tu hermano.

 

Derek por su parte, daba vueltas en la habitación de Jonathan, no tenía idea de que pasaba con Eidan pero seguro no era bueno.

-Tengo que salir de aquí, no puedo quedarme sentado sin hacer nada-  Al dar por hecho que no saldría por la puerta comenzó a buscar otras formas de salir de allí.

 

La noche estaba por caer, no quedaba más de media hora de luz. Los niños miraban el cielo preocupados.

-¿Dónde está Derek?- Decía Beatriz.

-Ya es tarde- Comento Joaquín.

-Cálmense, esperemos solo un poco más- Dijo Esteban para calmarles.

- ¡Ya no lo soportamos más!- Gritaban las gemelas.  – ¡Queremos ver a Derek!

Dominic no decía nada, fue al jardín donde estaba Eidan, estaba recostado bajo el gran árbol, viendo a la nada con los ojos apagados. El pequeño ojos cielo, cuyos ojos también se habían apagado, se acerco a él. Eidan le vio pero no dijo nada, ninguno dijo nada, solo extendió su brazo, Dominic corrió y se acurruco bajo el mientras Eidan le abrazaba. Ambos necesitaban estar juntos, pues eran quienes más extrañaban a Derek.

-No se preocupe amo, Derek no nos mentiría… él nos ama mucho como para dejarnos- Eidan no le respondió nada, solo podía suplicar por que fuese verdad lo que el pequeño le decía.

 

En casa de Derek, su madre preparaba algo para el castaño, estaba anocheciendo y temía que le diera hambre. Cuando su comida estaba lista subió al cuarto, justo estaba por abrir la puerta cuando escucho un fuerte ruido.

-¡Derek!- Entró de golpe notando la ventana abierta, fue a ella y logro ver a su hijo corriendo rápidamente en dirección al bosque. -¡DEREEEK!

Su padre y Jonathan escucharon los gritos de su madre y subieron a ver qué pasaba.

-¿Qué pasa?- Pregunto el padre.

-Escapo, se escapo de la casa y va directo al bosque- Los ojos de su madre se llenaron de lagrimas.  –Esa cosa se lo llevara otra vez.

-No si puedo impedirlo- Jonathan corrió fuera de la casa sin que sus padres supiesen a donde iba.

Por su parte, los adultos decidieron que no podían llamar a la policía, sabían que no les creerían lo de la bestia así que tomaron unas linternas y fueron a buscarlo por su cuenta.

Para ese entonces Derek ya había recorrido todo el bosque hasta llegar al muro de espinos, gracias a que Jonathan se había abierto paso con el hacha  le fue más fácil pasar por él.

-¡Eidan! ¡Lo siento mucho! ¡Ya estoy aquí!- Grito fuertemente, una intensa alegría le invadió al ver el castillo, eso probaba que no estaba loco, lo probaba todo. Pasó la reja y corrió a la puerta principal, hasta que sintió una fuerte presión en el pecho.

Se dio vuelta y se dirigió al jardín, este estaba completamente marchito, pero no solo eso, a su alrededor habían crecido grandes espinos negros.

-¿Qué es esto? ¡EIDAN! ¿Estás allí? ¡Eidan respóndeme!

-¿Derek?- Escucho la inocente vocecita provenir de entre las espinas.

- ¿Dominic? ¿Qué haces allí?- se acerco a donde estaba el niño, pudo verle atrapado entre las espinas.

-¡Volviste, volviste! Derek te extrañe mucho, sabía que volverías- Estaba tan emocionado, su rostro mostraba una enorme y conmovedora sonrisa.

-Oh Dominic, en verdad lo siento, se que debí volver antes-  Juntaron sus manos a través de las espinas. - ¿Dónde está el amo? Necesito verlo.

-Aquí conmigo- Dominic le mostro detrás de él, Eidan estaba recostado en el suelo, se veía débil.

-¡Eidan! Soy yo, volví… ¿Por qué no respondes?

-Tardaste mucho- Dijo el pequeño.  –Pero aun no es demasiado tarde.

Derek no sabía qué hacer, las espinas eran imposibles de traspasar. Intento buscando una entrada pero nada, paso su mano a través de un hueco cortándose por accidente.

-¡Auch!- Una gota de sangre broto de su mano soltando su esencia única, una que Eidan conocía bien. La bestia comenzó a despertar olfateando ese familiar aroma, se levanto como pudo y se acerco a Derek tras las espinas.

-D…Derek, volviste…- Su débil voz, esa mirada que parecía reflejar su alma rota, simplemente no pudo evitar llorar al verle. El castaño seco sus lagrimas y le mostro una sonrisa. Las espinas abrieron paso lentamente, cuando hubo espacio Derek pasó y abrazó a Eidan con fuerza

-Volví, nunca debí irme de tu lado… perdóname-  . El corazón de Eidan latía como el de un ave que está muriendo, Derek se sentía tan culpable, jamás se perdonaría si algo le pasaba.

 

En ese mismo momento, Jonathan había ido a casa de alguien para pedir ayuda, jamás pensó en pedirle algo a ese tipo, pero ahora necesitaba a alguien que supiera usar un arma. Toco a la puerta de la casa y esperó.

-¿Quién es?- Cuando abrió la puerta le sorprendió bastante ver de quien se trataba. –Vaya, pero si es el hermanito de Derek, Jonathan ¿Verdad? ¿Qué te trae por aquí? ¿De nuevo vas a culparme por la desaparición de tu hermano?

-Cállate Matías, escúchame, hubiera preferido no venir contigo, pero necesito tu ayuda.

-Ayuda mía… ¿Tan mal estas? No puedo decir que no tenga curiosidad en saber de qué se trata, ¡Dime!

-¿Te gusta cazar no? ¿Qué piensas de tener la cabeza de una bestia?- En el rostro de Matías se dibujo una sonrisa. Ambos chicos caminaron al bosque llevando consigo la escopeta de Matías. Jonathan no confiaba en él, después de todo fue su culpa que humillaran a su hermano, pero si algo era cierto es que era un buen cazador.

-¿Y dónde está tu hermano? No me digas que esto es por él.

-Lamento decirte que sí, pero a ti eso no te importa. Yo quiero a mi hermano de vuelta y tú tendrás a la bestia.

-¿Qué clase de bestia? ¿Un oso, un lobo?

-Un demonio, un monstruo. Puede tener rostro humano pero no te dejes engañar, debes matarlo cueste lo que cueste.

-No me digas que te fumaste uno de los libritos de tu hermano ¿Monstruos? ¿Es en serio?- Matías se burlo de Jonathan, pero al ver su mirada seria se quedo callado.

-¡No estoy jugando!- En ese momento escucharon un ruido, eran los padres de Derek que lo buscaban.  –No dejes que nos vean.

-¿Por qué?

-Porque si lo hacen no nos dejaran ir con ellos, esto no es cualquier cosa- Matías escucho en la voz de Jonathan aquella preocupación y seriedad, algo realmente importante estaba pasando.

-¿Tanto te importa tu hermano? Siempre pensé que disfrutabas verle humillado como a todos- Aquel comentario molesto mucho al rubio, tomó a Matías de la camisa y le amenazo con el puño.

-Ya basta, te has burlado bastante de mi hermano, tanto que es ridículo ¿No será que el si te gustaba y solo finges para que nadie se burle de ti también?

-¿QUÉ?  Hombre no jodas- Se soltó del agarre de Jonathan- Tu hermano me agradaba, es verdad, pero de ahí a que me guste hay una gran diferencia, incluso digamos que ahora solo me causa risa. Si quieres que te ayude será mejor que no digas estupideces como esas-  Era obvio que no se llevarían bien jamás, eso no era un problema en verdad, podrían odiarse por siempre, pero ahora necesitaban llevar la fiesta en paz. Decidieron esperar a que los adultos se alejasen de allí y luego Jonathan le mostraría el camino a Matías.

-Es inútil, solo Derek y Jonathan conocen en camino- Dijo la madre desesperada.

-Tranquila, podemos encontrarlo, solo guarda la calma y sigamos buscando.  

 

En el castillo, los niños habían salido a buscar a su amo.

-¿Creen que Dominic este con él?- Pregunto Beatriz.

-Seguramente- Contesto Esteban.  -¿Dónde más estaría?

Llegaron al jardín encontrándose con una gran sorpresa, Derek estaba allí, había vuelto. Todos estaban tan felices que corrieron a abrazarle.

-¡DEREK!- Gritaron todos a la vez que corrían a verle. Dominic les detuvo, mostrando que Derek abrazaba a Eidan quien aún seguía débil.

-Derek… ¿Qué tiene el amo?- Pregunto Joaquín.

-No lo sé, pero no podemos dejarlo así, ayúdenme a llevarlo a su habitación- Todos le obedecieron al instante, tomaron al amo y lo ayudaron a caminar.

-Es ridículo, no soy un niño como para que me ayuden a caminar- La voz de Eidan seguía débil.

-Tranquilo, estarás bien, solo necesitas descansar, yo cuidare de ti- Una sonrisa se dibujo en el rostro de ambos, Eidan sabía que con Derek allí ya todo estaría bien.

-Vaya, que conmovedor- Todos voltearon a ver el origen de aquella voz encontrando a Matías sosteniendo la escopeta y a Jonathan a su lado.  –Así que era cierto lo de la bestia, y miren, Derek esta con esa cosa.

-¿Tu? ¿Jonathan por qué lo trajiste aquí?

-Porque no volveré a perder a mi hermano por culpa de esa cosa.

-¡No es una cosa!- Dijo Dominic llamando la atención del rubio. –El es nuestro amo-  Todos los niños se pusieron alrededor de  Eidan.

-¿Niños? Era verdad, también secuestro a estos niños.

-No es así, el no ha secuestrado a nadie, Jonathan vete y llévate a Matías contigo.

-¿Qué? ¿Irme? ¡Ha! Parece que no me conoces Derek. Esta es la primera vez que veo algo como eso, no desperdiciare la oportunidad de tener esos cuernos sobre mi chimenea.

Derek no dudo en ponerse frente a Eidan, cosa que solo hizo emocionar aun más a Matías.

-Oh, ¿Qué pasa? ¿Es tu nuevo amigo? ¿O será a caso que me cambiaste por él?- Siguió apuntándole como si no le importara que Derek estuviese en medio.

-¡Deja de apuntar! Mi hermano esta allí idiota- Jonathan intento quitarle la escopeta pero luego Matías le apunto a él.

-Tranquilo, ¿No pensaras que mataría a Derek? No soy tan cruel, solo quiero jugar un rato- Sin que lo notase, Esteban y Joaquín se habían movido de su lugar, ahora estaban tras de ellos.

-Idiota, debí saber que era un error traerte aquí- Joaquín tiró a Jonathan al suelo y Esteban con un ademan aparto la escopeta de las manos de Matías.

-¿Pero qué…? ¿Qué hacen mocosos?- Matías estaba sorprendido y algo asustado.

-No permitiremos esto- Dijo Esteban sacando su navaja.

-Este es nuestro hogar- Dijo Beatriz acercándose.

-Y es nuestro amo- Dijeron las gemelas al unisonó.

-No dejaremos que le hagas daño- Dijo Dominic con una mirada de determinación.

-Sera mejor que te largues Matías- Derek dejo un momento a Eidan y se acerco a él sin miedo.  –Ya basta, no lograras nada aquí.

-Les contare, les contare a todos, todo mundo lo sabrá- Dijo Matías desafiándole.

-¿Quién va a creerte?- Contesto Derek con una sonrisa sínica. Por primera vez veía a Matías tener miedo, todos lo rodearon asiendo que se pusiera nervioso.

-Aléjense, no pueden hacerme nada- En ese instante la navaja de Esteban flotaba frente a su cuello a milímetros de él.

Todos habían olvidado que Jonathan estaba allí, a solo unos pasos de la escopeta de Matías. No lo pensó mucho, la tomo rápidamente y apunto a la bestia. Le odiaba, odiaba tanto el hecho de que secuestrara a su hermano, las heridas que le causo, las marcas que dejo en el, pero sobre todo odiaba que Derek le prefiriera antes que a su familia, a una bestia, a algo inhumano y que no compartía su sangre. Odiaba la manera en que Derek le miraba, como si no existiese nada más fuera de ese castillo.

Todos sabían que una bala no mataría a Eidan tan fácilmente, todos menos Derek quien de inmediato corrió a él. Justo cuando Jonathan disparo se escucho el sonido de la explosión seguida por un grito de terror.

Los padres de Derek lo escucharon y corrieron siguiendo aquel sonido. No tardaron en encontrar el camino y el que antes fue el muro de espinos. Vieron salir corriendo a Matías quien no dijo nada, solo corrió sin mirara atrás.  Les sorprendió encontrar aquel lugar misterioso y mágico, aquel gran castillo, pero de entre todo eso jamás se esperaron ver lo que vieron.

Calló en el suelo despacio, como si su cuerpo fuese una pluma. La sangre broto rápidamente en su pecho manchando sus ropas de carmín. Derek estaba allí, tendido en el suelo y herido, mientras su hijo menor sostenía una escopeta con expresión de horror en su rostro.

Los padres del chico intentaron acercarse pero no pudieron, la bestia les detuvo con un rugido atroz. Era verdad lo que sus hijos contaban, aquella bestia existía, realmente estaba allí, interponiéndose entre ellos y su hijo.

 Eidan tomo a Derek en brazos y le miro aterrado.

-Derek… no… ¡Responde!- El castaño tosió un poco y abrió los ojos débilmente.

-Eidan…

-Maldito mocoso, tú sabías, sabías que una bala no me mataría ¿Por qué te pusiste en medio?- De los ojos de Eidan se escapaban lagrimas negras.

-¿Por qué? ¿No es obvio?- Derek sonrió dulcemente- Porque te amo.

Eidan no podía soportarlo, era la primera vez que le decía que lo amaba y sin embargo esto le entristecía aun más, no podía perderlo.

-No, no digas eso, no lo digas como si fuese lo último que me dirás. Debes quedarte conmigo siempre, no puedes dejarme. Una bala no va a matarme, pero si te vas moriré seguro- La mano de Derek acaricio el rostro de Eidan, este la sostuvo con su garra y la apretó a él sin querer soltarle. Todos los niños se acercaron despacio rodeándoles, todos menos Dominic, quien corrió y se echó sobre Derek.

-¡No! ¡No te vayas! ¡No nos dejes de nuevo!- Y aquella muñeca que ya no estaba hueco comenzó a llorar, todos lo hicieron, porque tenían miedo de perder a Derek.

Los padres del joven no sabían cómo reaccionar, no podían hacer ni decir nada, estaban asustados pero también sorprendidos. Jonathan estaba peor, se encontraba en el suelo de rodillas, rogando porque todo fuese solo una pesadilla. 

La madre fue y abrazo a Jonathan, no podía creer que le disparase a su hermano pero sabía que fue un accidente. El padre se acerco a donde estaban la bestia y los niños.

-Derek… - No le dejaron hablar, los niños se pusieron frente a él cubriendo a Derek mientras Eidan le miraba con furia, el brillo de sus ojos volvía a él.

-Es su culpa, es todo culpa de ustedes. Si no lo hubiesen tratado así, si no lo hubiesen obligado a escapar… el jamás me hubiera conocido…y todo esto jamás hubiera pasado.

-No digas eso…- Dijo Derek con voz débil.   –Yo estoy realmente feliz de haberlos conocido- Hubo un momento de silencio mientras el padre de Derek tomaba fuerzas para hablar.

-¿No puedes hacer nada?- Pregunto a la bestia.  –Un ser como tú, con esa apariencia poderosa… ¿No puede hacer algo?

-¡¿CREE QUE NO LO HUBIERA HECHO YA?! NO HAY NADA…No puedo… no tengo idea de que hacer…Mi poder no sirve para esto… NO SIRVE PARA NADA… - Mientras decía esto los ojos de Derek se cerraron.  -¿Derek? ¿DEREK?- Eidan lo movió y le llamo por su nombre esperando que reaccionara, pero era demasiado tarde. Su corazón había dejado de latir, pudo sentir como su alma se escapaba de sus manos lentamente hasta dejar un cuerpo hueco y sin vida.

-No, ¡DEREK!- Jonathan corrió a verle pero Dominic le detuvo lanzándose sobre él y golpeándolo.

-¡Todo es tu culpa!- Grito con lagrimas en los ojos mientras miraba furioso al rubio.

La madre se echó a llorar, pero el padre aun no perdía la esperanza, igual que Eidan no podía creérselo.

-Derek… por favor… aun hay muchas cosas que debo decirte, muchas cosas que mostrarte… Quiero que estés aquí, conmigo y los niños, todos te necesitamos.  Aun quiero escucharte contar cuentos con aquella emoción, porque podía verlo, tú eras feliz contando aquellas historias para nosotros. Por favor, aun nos queda mucho por vivir-  Acaricio su pálido rostro intentando recordar su sonrisa. Le dolía terriblemente el corazón, sentía que moriría allí mismo. Le abrazo deseando morir también y quedarse a su lado, lo tomo de la nuca despacio y le dio un último beso.

 

Todos vieron aquello, sobre todo Jonathan quien por un momento recordó las palabras de su hermano diciéndole que Eidan no era malo, que su apariencia hostil no significaba nada. Se sintió tan culpable, porque la única bestia allí era él.  

Pero luego, como si de un milagro se tratase, la luna ilumino el rostro del castaño, justo como en el día que Eidan le conoció. Y como si la luz le fastidiase en los ojos, parpadeo despacio. Eidan casi da un salto cuando lo vio, creía estar soñando, pero no era así, Derek abrió sus ojos a la vez que la herida en su pecho se desvanecía.

-¡Derek estas vivo!- Eidan le abrazo con todas sus fuerzas.

-Hey, despacio, aun me duele- Contesto el castaño con una voz como la de un niño que acaba de despertar de un largo sueño.

Sus padres y Jonathan estaban sorprendidos, por poco perdían a su hijo, pero por alguna razón volvió. Aun así, entendían que no volvió por ellos, más bien regreso para la bestia.

-Mocoso idiota, nunca vuelvas a asustarme de ese modo, me moriría sin ti.

-Eidan, no hables así. ¿Eh? T-tus… - El castaño apunto a las garras de la bestia.

En ese momento las garras de Eidan comenzaron a despedazarse, como una corteza vieja que se va rompiendo mientras se volvían ceniza. Al principio el de ojos amarillos se asusto, pero de inmediato notó algo debajo de ese cascaron que antes fueron sus garras. Sacudió despacio y descubrió entre las cenizas un par de manos humanas, su gran anhelo, unas manos más gentiles.

-¿Co… como? Estas son…

-Eidan, tus garras…

Eidan sonrió, tomo a Derek en brazos y lo cargó enérgicamente mientras reía como un niño.

-¡Derek! ¡Mis garras! ¡Ya no están!

-Lo veo, ¿pero como? ¿Por qué?

-¿Habrá sido ella?- Susurro Eleonora.

-Imposible- Contesto Leonora.

-¿No lo entiendes?- Dijo Eidan.  -Mis manos ahora podrán tocarte sin herirte, podre acariciar tu rostro mientras duermes sin miedo a despertarte. Podre pasar mis dedos alrededor de tus labios sin hacerlos sangrar. Estoy tan feliz, feliz de tenerte conmigo Derek.

Derek veía aquella expresión de completa felicidad en el rostro de Eidan, de inmediato comenzó a reír con él, todos los niños corrieron y les rodearon mientras reían y celebraban con ellos.

La familia de Derek nunca lo había visto tan feliz. El padre se acerco a donde estaban Jonathan y su madre, todos se vieron entre ellos y luego a Derek.

-Esa es su familia ahora- Dijo su padre mientras abrazaba a su esposa quien desconsolada comenzó a llorar.

Jonathan solo asintió con la cabeza aceptándolo, ya no podía impedir que Derek estuviera con Eidan, nadie podía, sabían que aunque lo encerraran él encontraría como volver a la bestia.

-Derek, nos asustaste mucho- Dijo Beatriz.

-Estábamos muy preocupados- Dijo Esteban.

-Pensábamos lo peor- Dijo Joaquín.

-Si- Dijeron las gemelas al unisonó.

-Derek- Se limito a decir Dominic. Eidan lo bajó para que así el pequeño ojos cielo lo abrazara, seguido por todos los niños quienes no querían soltarlo.

La familia del castaño se acerco a donde estaban. Los niños se apegaron más a él pero Derek se separo de ellos y caminó donde sus padres.

-Lo siento, pero… no puedo volver con ustedes.

-Lo sabemos- Contesto su padre. –Y también lo sentimos bastante, creíamos que si cambiábamos serias feliz, pero necesitas más que eso- Derek intentaba aguantar el llanto. Le dolía, ellos eran sus padres, su hermano, su familia, separarse era difícil, pero no más que alejarse de sus niños y su amado.

-Iré a visitarlos, lo prometo- Al decir esto su padre tomo sus hombros y negó con la cabeza.

-Matías no se quedara callado después de lo que vio, comenzaran a buscar este lugar y tarde o temprano lo encontraran. Tienen que levantar el muro de espinos, uno más fuerte, impenetrable.

-Tiene razón- Dijo Eidan mientras se acercaba a ellos. –Para protegernos y a este lugar es necesario cerrar toda forma de entrar.

Derek miró con preocupación a su familia, la madre solo asintió con la cabeza. Sus padres lo abrazaron por última vez, ese momento nunca lo olvidaría, por primera vez se sentía realmente amado y aceptado del todo por su familia. Cuando lo soltaron Jonathan se acerco a él.

-Derek yo… lo lamento tanto, no sabes cuan arrepentido…- Derek no le dejo hablar, lo abrazo con todas sus fuerzas.

-No te mortifiques, ya les he perdonado todo. Te quiero hermano- Jonathan no pudo evitar llorar, la nobleza de su hermano le sorprendía, realmente estaba agradecido de tenerle y arrepentido de perderlo.

Estaban ya en el muro de espinos, cada quien del lado al que pertenecía, se vieron por última vez. Eidan alzo su mano y las espinas comenzaron a crecer alrededor, más fuertes que antes y con rosas alrededor.

La familia del castaño le vio por última vez a través de los espinos, caminando de la mano de Dominic y Eidan  de vuelta al castillo.

-Vamos a casa- Dijo su padre y todos se fueron, dejando a Derek con su nueva familia.

 

-Bienvenido a casa- Dijo Eidan con una sonrisa que hizo enrojecer a Derek, aun más cuando lo cargo en brazos.

-¡EIDAN! No hagas…- El de ojos amarillos le calló con un beso en los labios. Dominic de inmediato apunto y dijo.

-¡El amo esta…!

-Si Dominic, me estoy comiendo a Derek- Contesto Eidan  en un tono de resignación.

-No, iba a decir que el amo esta besando a Derek- El y los otros niños rieron juntos, Derek y Eidan también lo hicieron. Por fin se sentían a salvo y felices, Eidan y Derek se vieron a los ojos, sabían que tenían mucho por vivir juntos y estaban ansiosos por ello.

 

Desde ese día, cuentan las personas del pueblo, que aquellos que entran a la obscuridad del bosque,  en ocasiones escuchan un piano a lo lejos, otros escuchan risas, risas de niños que juegan felices, otras dicen escuchar palabras de amor en forma de susurros que se las lleva el viento, todo, desde las entrañas del bosque.

 

Notas finales:

Y así termina, espero les haya gustado, comenten que les parecio.

Nota: Cuando las gemelas hablan de "Ella" estan hablando de Aurora... (No explicare mucho de eso, guiense por lo obvio)

NOTA IMPORTANTE DE VERDAD: 

Estoy muy indesiso de con que historia comenzar, les pido que ustedes me digan si quieren "Ojos de nebulosa 2" o "Rainbow VS. Monochrome" Del primero ya saben algunos, del otro solo he dicho el nombre pero como mini spoiler les digo que esta sera una comedia romantica algo...bueno, eso si no lo dire. Ustedes deciden chic@s.

Muchas gracias por seguir esta historia, en verdad que disfruto mucho escribiendo, así que esperen mucho más para estas vacaciones.

Nos leeremos luego~

 


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