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Como la bella y la bestia por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Lo se, lo se, habia dicho que en fin de semana actualizaria diario, pero tengo una buena excusa. El viernes andube por toda la ciudad como loco para entregar un trabajo de literatura (Tematica aburrida) para un concurso, llegue exausto a casa y sin ganas de nada. El sabado sali con un amigo de fiesta y pues... alcohol, musica, en fin, si tenia ganas de actualizar...pero al llegar a cas no habia luz electrica, mucho menos internet -.- 

De nuevo lo siento por eso, pero si sirve de consuelo creo que mañana tengo tiempo para escribir, así que esperen actualizacion pronto. 

Sin más informacion extra por el momento, les dejo este cap con algo e//////e ya saben... gócenlo.

“Todo el pueblo lo buscaba, había desaparecido sin dejar rastro, nadie sabía nada de él. Cierto vacío se sintió en su hogar, su madre no paraba de llorar, su hermano se la pasaba en la calle buscándolo, en cuanto a su padre, no decía palabra alguna, como si le hubiesen robado el alma, no hacia ni decía nada”

Han pasado algunos días desde que Derek se convirtió en el prisionero de la bestia, días en los que no ha dejado de pensar en su familia, aunque claro, él creía que no lo extrañaban. La bestia no se le acerco mucho en ese tiempo, desde aquel beso no le dirigió la palabra. Derek tocaba despacio sus labios cada tanto, recordaba ese beso, pero no lo entendía, fue su primer beso y se lo robo una bestia ¿Qué se supone que debería pensar? ¿Qué debería sentir?

-La cena esta lista- Dijo uno de los niños que estaba en la puerta de la habitación, Derek estaba sentado frente a la ventana.

-Gracias, bajare en un momento- Contesto en un tono triste, el niño se acerco a el curioso.

-¿Qué tiene? ¿Está enfermo?- El pequeño inclino la cabeza ligeramente, este gesto se volvía más común en ellos cuando preguntaban algo.

-Nada- Respondió indiferente sin dejar de ver por la ventana. El pequeño lo tomo de la manga del vestido y le obligo a voltear a verle, este tenía una cara triste, como si imitara la cara de Derek en ese mismo instante.  –Oye, no debes ponerte así por mí, después de todo solo soy un prisionero, anda, ya voy a bajar, no te preocupes- Dijo Derek.  El pequeño cambio su expresión por una menos triste, el castaño lo tomo de la mano para bajar con él. “Cálido” así fue como se sintió la mano de Derek sobre la fría mano del niño, nunca sintió una calidez así en su vida. Bajaron al comedor, todos los niños y la bestia vieron como Derek tomaba al pequeño de la mano, los niños sintieron curiosidad, se acercaron a ambos dejando lo que hacían en ese momento, los rodearon con sus miradas. Por su parte la bestia celaba ese roce entre sus manos, volteo y miro las suyas, garras como las de un grifo, un monstruo, nada que Derek anhelase tocar.

-¿Qué es eso que están asiendo?- Pregunto una de las niñas.

-¿Eh? Solo lo tome de la mano, se miraba algo triste- Contesto el castaño.

-¿Triste?- Preguntaron las gemelas.

-¡Bueno basta ya! Déjenlo sentarse a cenar- Dijo la bestia en un tono de autoridad. Derek se sentó a su lado como siempre mientras los niños ayudaban a servir la comida.

La cena transcurrió silenciosamente, al terminar el niño que tomo la mano del castaño fue el último en quedarse en la mesa. La bestia y Derek lo miraron desconcertados.

-¿Pasa algo?- Pregunto Derek.

-No lo sé, se siente raro-  Dijo el pequeño sosteniendo su pecho.       - quiero estar contigo. Derek se sorprendió por sus palabras, lo hicieron sentir feliz. La bestia frunció el ceño furioso.

-¿Dices que quieres estar conmigo? ¿Cómo es eso?- Se acerco al pequeño y le revolvió el cabello.

-¡Aléjate de él!- La bestia jalo a Derek del brazo hacia él, apretándolo con fuerza.

-¿Qué te pasa? Suéltame- Derek forcejeaba con la bestia mientras el niño miraba. Este no sabía lo que pasaba, no lo entendía pero supo que no hacia feliz a Derek.

-Amo, deténgase por favor- Dijo sin mostrar mucho sentimiento. Ambos miraron de nuevo al chico, la bestia decía que estaban huecos pero cosas como las que ocurrían desde la llegada de Derek demostraban que no lo estaban. Derek se soltó al agarre de la bestia quien aun no asimilaba la situación, camino asía el niño y lo tomo de la mano.

-Ven conmigo- Se lo llevo consigo dejando sola a la bestia.

-Malditos mocosos- Dijo en un susurro el de ojos amarillos que desprendían ira.

Derek y el niño subieron a la habitación, lo sentó en el diván que estaba frente a la ventana y se acomodo a su lado.

-Dijiste que querías estar conmigo ¿Por qué?- Derek esperaba una respuesta de el chico pero este no sabía que decir.

-No lo sé, creo que es porque eres diferente de todos, incluso de mí-  Derek sonrió tiernamente ante aquella confesión.

-Se que no tienen nombres, pero quiero llamarlos a cada uno por uno ¿Quieres un nombre?- Al niño le cambio por completo la mirada.

-¡SI! ¡Si quiero un nombre! - Su voz se escuchaba más viva, tomaba a Derek de las manos mientras daba pequeños saltitos de alegría. Derek rio al ver esa tierna escena.

-Bueno, nunca eh nombrado nada pero… creo que te queda bien Dominic, suena como un nombre fuerte pero gentil- Derek se rio de sí mismo, tal vez porque no creía que al niño le gustase ese nombre, pero no fue así.

-Me gusta, Dominic ¿Ahora ese es mi nombre? ¿Es mío?- Derek vio al niño y acaricio sus cabellos.

-Si, ese es tu nombre ahora- Los ojos del chico dejaron de estar congelados, se derritieron fundiéndose en un color cielo.

-Muchas gracias joven Derek, estoy muy feliz- Derek se sorprendió, esos niños nunca dejaran de impresionarle, ahora ya no se sentía tan solo, sabía que ellos y Dominic podrían ser su compañía.

En el tercer piso la bestia miraba por un espejo roto, veía su rostro, sus manos, su cola de león, sus cuernos, el jamás pidió ser así, desde siempre fue una bestia pero no le gustaba. Hace doscientos años, cuando era un niño, vagaba todas las noches en busca de humanos, gustaba de verlos a la distancia, eran tan distintos a él. Sin embargo, cuando creció y su corazón también lo hizo, sucedió lo inevitable.

-Ese mocoso estúpido- Dijo mientras apretaba los puños. Pensaba en Derek, la forma en que era con los niños, los trataba con gentileza pero a él le temía o incluso lo aborrecía, odiaba eso, le hacía enfurecer.

Un sonido de muchas voces llamo la atención de la bestia, bajo al segundo piso de inmediato escuchando cada vez mejor lo que decían. “Ahora yo” “Mi turno” “¿Y el mío?” “Me encanta” “Gracias Derek” Las voces de los niños no paraban de decir aquellas palabras. Se asomo a la puerta y vio a todos los niños alrededor de Derek, algunos incluso sentados a su lado y tomando sus manos.

-¿Qué sucede aquí?- La bestia entro rompiendo aquel alegre ambiente.

-¡Amo! El joven Derek nos dio nombres a todos- Dijo uno de los niños.  –Me llamó Esteban.

-A mi Beatriz- Dijo una de las niñas.

-Yo soy Joaquín- Dijo uno de cabello rizado.

-Nosotras somos Leonora- Dijo una de las gemelas. –y Eleonora- Termino de decir la otra.

-Y yo soy Dominic- Dijo alegremente el de apariencia más joven y que estaba más apegado a Derek.

-¿Qué clase de estupideces dicen? Son muñecas huecas no niños de verdad, dejen de hacer el tonto y vallan a trabajar- La bestia estaba molesta, odiaba tanto que Derek fuese gentil con otros.

-No les digas eso ¿Qué no vez que están reaccionando? Dijiste que estaban huecas, pero el único hueco aquí, ¡Eres tú!- Derek ya no soportaba el cómo trataba la bestia a los niños, era injusto, merecían ser tratados con cariño, no con odio, recordaba cómo el mundo exterior fue cruel con él y no quería que fuese así con ellos.

La bestia con un ademan aparto a todos los niños de Derek y  paralizo a este de pies a cabeza para que no se moviera de allí.

-¿Crees que puedes desafiarme así sin recibir un castigo?- Los niños miraban asustados, conocían el poder de su amo y temieron por Derek.  -¿Así que quieres jugar a la mamá con ellos? Bien, en ese caso jugaras a ser mi esposa también y como ya es de noche me perteneces-  El tono entre sarcástico y pícaro de la bestia hizo que Derek se asustara ¿Qué significaban sus palabra?  –Afuera todos si no quieren que mate a alguno de ustedes- No faltaron más palabras para que todos los niños salieran de allí, solo Dominic volteo a atrás y miro a Derek asustado.

-Estaré bien Dominic, vete, te veré al amanecer- Derek quiso calmar al pequeño de ojos cielo con una sonrisa poco convincente, sin más el niño tuvo que irse, ahora estaban solos la bestia y él, la puerta se cerró con seguro tras otro ademan de la bestia, tomo a Derek de la cintura y lo levanto con facilidad acercando sus rostros.

-Dime querida… ¿Quieres jugar un rato?- Aquella sonrisa perversa y la lujuria en sus ojos amarillos hacían temblar a Derek, lo tomo de la nuca y lo beso, no fue un beso tierno, más bien fue desesperado y algo tosco, la bestia saboreaba con su lengua el interior de la boca de Derek, mordisqueaba sus labios hasta herirle con los colmillos, era un beso posesivo, un beso celoso y carente de amor.

-Vasta, suéltame por favor, mis labios me duelen- Derek quería que se detuviese.

-Pero querida, acabo de comenzar- Con su garra rasgo el vestido del cuello a la cintura, le obligo a abrir las piernas y rodearlo con ellas mientras el saboreaba su abdomen.

-¡No! Ya detente, esto no me gusta… por favor- Suplicaba el de ojos esmeraldas pero no lo escuchaba.

-Sabes tan bien, todo en ti es tan dulce, se nota que nunca nadie te había tocado antes- La bestia comenzó a lamer sus pezones y a morderle el cuello con cuidado de no hacerle sangrar. Un cosquilleo dentro de sus pechos los invadió a ambos, pero ninguno sabía que era, para la bestia era sentirse poderoso ante Derek, pero para él era miedo, aun así ninguno estaba en lo cierto.

-L-lo…lo siento… perdóname…- Los ojos del castaño soltaban lagrimas desesperadamente, la bestia pudo sentir una punzada en su pecho, estaba a punto de detenerse pero no quería hacerlo. Beso dulcemente sus lagrimas y siguió con lo que hacía, solo que más lento, más tiernamente, como si su enojo se apagara y se volviese algo más.

-No me detendré, así que disfrútalo-Lo arrincono en una esquina de la habitación para que recargara su espalda,  metió sus garras bajo la falda del vestido y acaricio sus piernas despacio, seguía besando su cuerpo, de repente Derek dejo de llorar por el miedo, todo su cuerpo temblaba, cada parte que la bestia tocaba se sentía…bien.

-¿Te gusta verdad? – Le susurro la bestia al oído.  –Solo mira esa expresión en tu rostro, se nota que lo disfrutas-  Mordisqueo su oreja despacio mientras susurraba más cosas en su oído al mismo tiempo que sus manos iban subiendo por sus piernas.

-Cállate, no me gusta en absoluto, solo haces esto para burlarte de mí- Derek estaba seguro que la bestia hacia esas cosas para hacerle ver patético, después de todo no era el primero que se lo hacían.  

-Pero si estas más animado, mira, aquí- La bestia llego a su entrepierna y acaricio sobre la ropa interior.

-¡N-no! Ahh~ - gimió Derek, la bestia lo miro con sorpresa, aquel sonido era nuevo, le gustaba, le gustaba mucho, continuo tocándolo allí y en otras partes.  –Ahh~ no hagas eso, es peligroso, deten…Ahh~

-Pero se nota que no quieres que me detenga, no quiero dejar esto a medias.

Después de un rato de caricias, de lamidas y besos, Derek se corrió soltando un dulce gemido de placer, aquel sonido hizo que la bestia sonriera de oreja a oreja, aun jadeante lo tomo de la nuca y lo beso tierna y apasionadamente.

-Qué bueno que te gusto amor- Dijo la bestia en tono pervertido, Derek estaba rojo de la vergüenza, sus piernas y su cuerpo por fin reaccionaron y soltó a la bestia.

-Eres horrible, me hiciste esa clase de cosas sin mi permiso ¿Acaso no te arrepientes nunca?

-No si lo que hice lo disfrutamos los dos- Beso su mejilla y se dispuso a irse. –Buenas noches-  Le dijo en tono burlón y se fue de la habitación.

Derek aun estaba en el suelo, se levanto aun avergonzado de todo, corrió al baño y lleno la tina con agua, ni siquiera estaba caliente, se bañó en agua fría mientras temblaba.

-No es posible, esa bestia… pero aun así ¿Por qué yo…?- Mil ideas y preguntas vagaban a su alrededor sin darle descanso, esa noche toda su cabeza se lleno de aquel recuerdo y no lo dejo dormir en paz.

 

Notas finales:

Juju~ como me encanta dejar las cosas a medias XD 

Bueno espero que les gustase el cap y disfrutasen ese mini hard. 

Nos veremos luego~


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