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Como la bella y la bestia por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda, pues qui les dejo un capitulo algo tierno o//.//o

espero lo disfruten

Jonathan estaba sentado solo en el salón de clases, miraba por la ventana, llovía muy fuerte, recordaba que cuando niños Derek solía mirar la lluvia por horas mientras leía, de hecho aun lo hacía, solo que ya nadie le ponía atención. Se sintió tan culpable, el jamás se imagino que su hermano se iría así de casa, lo extrañaba, no es que hablaran mucho, pero incluso se extrañaba su silencio.

-Amor, aquí estas ¿Qué haces aquí solo?- Su novia entró al salón y se acerco a él, jamás lo había visto así de serio.   

-No estoy de ánimos, con esta lluvia será más difícil buscarlo.

-¿Sigues con eso? Entiende que no puedes hacerlo tú solo, la policía local lo está buscando, han recorrido todos los alrededores y no lo han encontrado, tu hermano debe haberse ido lejos del pueblo.

-Entonces saldré del pueblo a buscarlo- Su novia jamás vio ese lado de él, estaba tan acostumbrada a que se burlara de Derek o que lo ignorase. Solo lo abrazo con fuerza para darle ánimos.

 

Mientras tanto, en el castillo del bosque negro, Derek seguía en la cama, no había bajado a desayunar, estaba tan avergonzado que no quería ver el rostro de la bestia nunca ¿Cómo pudo excitarse por él? Técnicamente era su secuestrador, por donde lo viese le sonaba a locura, al típico cliché del síndrome de Estocolmo.

-¿Derek?- Dijo una vocecita que provenía de la puerta, era Dominic quien se asomaba para ver como estaba.

-Hola Dominic- Dijo el castaño con un tono dulce pero triste, el niño se acerco a la cama del joven y le miro insistente.

-No ha comido nada ¿Está bien?- Derek le sonrío lo más sincero que pudo.

-Estoy bien, es solo el clima, me hace sentir cansado, aunque también me trae recuerdos.

- ¿Qué clase de recuerdos?- Pregunto Dominic mirando la lluvia como queriendo descifrar lo que sea que Derek mirase en ella.

-Bueno, cuando era niño me gustaba leer estos días, si pienso en lluvia pienso en los cuentos que leía.

-¿Cuentos?- Pregunto de nuevo el pequeño.

-Si, como la Cenicienta, Alicia en el país de las maravillas, la sirenita.

-No conozco ninguno, jamás eh leído un cuento- Derek no soporto aquella idea.

-¿Cómo es eso? Es imposible no conocer siquiera uno, ven aquí- Derek lo cargo y lo sentó a su lado, Dominic se puso algo nervioso.

-El amo no nos deja subir a las camas.

-Pues no importa, me la debe. Bien ¿Qué cuento quieres que te cuente?

-El que sea está bien- Dijo el pequeño.

-Bien, en ese caso…- En eso Derek vio que los otros niños miraban desde la puerta, les hizo una seña para que entraran y así lo hicieron, todos se acomodaron en un circulo sobre la cama y escucharon atentos.

La bestia andaba por los pasillos del castillo, hace un rato que no miraba a los sirvientes por allí, entonces lo dedujo.

-Seguro esos inútiles están con él- se cruzo de brazos, no entendía por qué le molestaba tanto que Derek se encariñara con ellos, suponía que era por qué a él no le miraba así, pero ¿Por qué eso le molestaba? ¿Acaso estaba…? ¡No! Eso no podía ser, ya le había pasado antes, solo terminó herido, no quería volver a pasar por lo mismo. Sin darse cuenta llego a la habitación de Derek, escucho que estaba hablando, se acerco un poco para escuchar que decía.

- Y entonces el espíritu de la sirenita beso al príncipe y a la princesa para despedirse, se convirtió en una hija del aire y al cumplir 300 años de buenas acciones tendría un alma inmortal. Por cada niño o niña buena que encontrase se le restaría un año, pero por cada niño o niña mala ella lloraría, y cada lágrima seria un día más. Entonces un día ella lograría ser inmortal y vivir en la gloria del cielo-  Los niños quedaron fascinados con la historia, pero no tardaron en tener dudas.   

-¿Por qué vendió su voz a cambio de piernas? ¿No es eso muy tonto?- Pregunto Beatrice.

-Era la única forma de volver a ver al príncipe- Respondió Derek.

-Debieron dolerle horrible si sentía caminar sobre espadas- Comento Esteban.

-Bueno, seguro que si- Antes de que Derek terminase de explicar le interrumpieron las gemelas.

-No podía hablar- Dijo Leonora.  –Y le dolía caminar- Termino Eleonora. –No valía la pena- Concluyeron las dos al mismo tiempo.

-Sobre todo si al final el príncipe se casa con otra- Menciono Joaquín.

-Esperen chicos, creo que no lo entienden- Derek intento que le dejasen explicarlo mejor.  –Es verdad que sacrifico todo lo que tenía por un hombre que al final… jamás le amo…- Derek sintió una punzada en el pecho al decirlo, por un momento se sintió identificado. –Pero no es el punto, la historia habla del amor desinteresado, ella pudo matarlo y volver al mar, pero lo amaba, a pesar de todo jamás podría haberlo lastimado, prefirió morir por su felicidad.

La bestia escuchaba sus palabras, una sonrisa se dibujo en su rostro, sintió la sinceridad con que Derek hablaba, supo que el era capaz de amar de esa forma, se pregunto si tal vez, Derek pudiese amarle así alguna vez.

-Pues a mí me gusto el cuento- Dijo Dominic quien seguía sentado junto al castaño.  -¿Podrías contarnos otro mañana?- Pregunto el de ojos cielo, luego todos insistieron también.

-Claro, me encantaría hacerlo- Todos los niños sonrieron felices, se acercaron a Derek rodeándolo con abrazos.

-¿De nuevo están perdiendo el tiempo?- La bestia les miraba de forma fría recargado del marco de la puerta. Los niños de inmediato se bajaron de la cama, todos menos Dominic que se aferro con más fuerza a Derek.

-Solo les contaba un cuento, no tiene nada de malo- La bestia se acerco lentamente a Derek  mientras los niños retrocedían, Dominic oculto su rostro tras el castaño.

-¿Y además pensabas hacerlo a diario?- Los ojos amarillos de la bestia se encontraron con los esmeralda de Derek, este se puso nervioso al igual que Dominic.  –Bien, pero solo si me incluyen- Dijo la bestia con una sonrisa algo tétrica, a Derek le sorprendió aquello, ¿La bestia quería escuchar cuentos? No le parecía algo muy de él.

-¿Incluirte? ¿Hablas en serio?- Cuestiono Derek.

-¿A caso parece que bromeo? Mañana a esta hora nos reuniremos junto a la chimenea todos, ya que obviamente querrás que ellos asistan, y me contaras cuentos, después de todo eres mi prisionero, para algo debes servirme-   Derek frunció el seño ¿Cómo se atrevía?

-Si ellos van no veo por qué no.

-Bien, esta decidido, mañana frente a la chimenea escucharemos otra de tus historias.

Dominic asomo su rostro y vio a su amo, pensaba que se enojaría pero no fue así, por su parte la bestia se aguantaba las ganas de quitar al niño y colocarse en su lugar al lado de Derek.

-Bueno, bueno ya es tarde, todos a preparar la merienda ¡Rápido!- Los niños hicieron una reverencia y salieron de allí, de nuevo Derek se quedo solo con la bestia, estaba nervioso. –Me gusto tu historia- Dijo finalmente la bestia sin verle a los ojos, Derek lo miraba desconcertado.

-Gracias- Respondió tímidamente, a parte de los niños nunca nadie le había dicho eso.

-Sobre todo me gusto tu explicación del ¨amor incondicional¨- Le dijo susurrándole al oído, Derek intento quitarse de la cama pero para cuando se dio cuenta la bestia ya estaba sobre él.  –No te asustes, no voy a comerte…aun- Le dijo con una sonrisa picara mientras comenzaba a besar su mejilla y bajaba al cuello, Derek se estremeció ante aquello pero no intento quitárselo de encima ¿Qué le pasaba? ¿Acaso le gustaba que lo tocara?

La bestia volvió a verle a los ojos quitando su flequillo de ellos.

-Me gusta cuando me ves así- Las palabras dulces de la bestia eran algo que no se esperaba, se acerco al castaño y lo beso con ternura, todo estaba bien en si… hasta que…

-¿Qué están haciendo?- Pregunto Dominic mientras miraba confundido desde la puerta. Ni la bestia ni Derek supieron que decirle, ambos miraban a Dominic sintiéndose incómodos.

Luego Dominic saco sus conclusiones.  -¡¿El amo quería comerse a Derek?!

-¿Qué?- Dijo la bestia. –No es verdad.

-Dominic eso no importa, solo espera abajo ¿Si? Bajaremos en un momento- Le dijo Derek para calmar la situación. Dominic no muy convencido obedeció a Derek y bajo al comedor.

-¿Ves por qué no puedes hacer lo que te venga en gana cuando quieras?- Reclamo Derek.

-¿HA? Tú no vas a sermonearme, seguiré haciendo lo que se me antoje cuando se me antoje- Derek torció los ojos ante su típica respuesta.

-En verdad que eres una bestia- Aun así, Derek no podía negar que comenzaba a disfrutar de aquellos dulces besos que le daba, no quería admitirlo, pero tal vez si estaba sintiendo algo de ¨aprecio¨ por aquella gruñona bestia.

Notas finales:

Pues espero que les gustara, comenten poc cualquier duda o comentario que quieran hacer.

Sin más por ahora... Nos leemos luego~


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