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Como la bella y la bestia por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Ahora viene algo cursi y melancolico XD

Disfrutenlo.

-¡No pueden rendirse! Tienen que encontrar a mi hermano- Gritaba Jonathan al jefe de policía del pueblo. Su madre lloraba en su hombro desconsolada, Derek no había dejado rastro alguno.

-Lo sentimos mucho, pero lo hemos buscado por todas partes, ese chico debió irse del pueblo, ya alertamos a la ciudad más cercana pero tampoco han dado con él, no podemos hacer nada más.

-¿Qué se supone que hagamos? Mi hermano está afuera perdido en alguna parte, mi madre no deja de llorar por él y mi padre está enfermo. No puede decirme que no hay más que hacer- El jefe de policía solo rasco su cabeza, ya no sabían dónde buscarlo, su caso era de lo más extraño, solo desapareció.

Jonathan llevo a su madre a casa, siempre tenían la esperanza de que Derek apareciera al entrar, se imaginaban verle recostado en el sofá que daba junto a la ventana, allí silenciosamente leyendo o simplemente perdido en sus pensamientos. Sin embargo eso no paso, al volver no había nadie allí, la casa se sentía sola, aun más con su padre enfermo. Hace unos días que no comía bien, se le bajaron las defensas y a causa del clima le dio una muy fuerte fiebre.

-Voy a ver como esta papá- Dijo el rubio mientras dejaba a su madre en la sala con una taza de té. Subió al segundo piso y entro a la habitación. –Hola papá ¿Cómo te sientes?- Ante la pregunta su padre no dijo palabra alguna, no había dicho nada desde que Derek desapareció.

-No puedes seguir así padre, Derek necesita que estés fuerte, pronto lo encontraremos- Sostuvo la mano de su padre con fuerza mientras intentaba no llorar.  –Te lo prometo.

Al día siguiente Derek despertó escuchando los murmullos de los  niños.

-Ve tú, eres más grande.

-No, ve tú, tú eres más listo.

-Vallan ustedes, son más valientes.

-¡No! Nosotras no.

Cuando se dio cuenta, los niños estaban frente a la puerta, todos preocupados y discutiendo algo importante.

-¿Qué sucede?- Pregunto Derek. Los niños vieron que despertó y se acercaron todos a la cama.

-Tenemos que salir a hacer nuestros deberes- Dijo Esteban.

-Pero tenemos miedo de que el amo siga enojado- Comento Beatriz.

-¿Qué tal que nos ataca como a Dominic?- Preguntaron las gemelas al unisonó.

-Tranquilos- Derek intentaba calmarlos.  –Si están tan asustados yo iré.

-¡NOOO!- Gritaron todos al mismo tiempo que se abrazaron a él.

-No vallas Derek- Pedía Beatriz.

-Podría lastimarte- Dijo Esteban.

-O comerte- Dominic dijo esto con una gran preocupación en sus palabras.

-No podemos quedarnos aquí para siempre, tengo que ir- Se levanto de la cama y fue a la puerta, todos lo miraban asustados, incluso Derek tenía miedo pero como dijo no podían permanecer allí el resto de sus vidas, debía ser valiente.

 Salió de la habitación cuidadosamente, intentaba no hacer nada de ruido, fue escaleras abajo y noto que no había nadie, reviso todo en el primer y segundo piso, la bestia no estaba allí. Pensó que esto era bueno y que debía llamar a los niños. Sin embargo algo le preocupaba, le apretaba fuerte en el pecho. Noto que la puerta principal estaba semi-abierta, salió y fue al jardín.

Las rosas de la entrada estaban marchitándose lentamente, era raro, se sentía un aura triste alrededor. Camino dentro del jardín notando además que no solo las rosas se estaban marchitando sino toda planta que allí estaba.

-¿Qué le ocurre a este lugar?- Se pregunto el de ojos esmeraldas quien luego de poco vio a la bestia recargada en un árbol, se miraba… ¿Triste? ¿Es eso posible siquiera? Jamás se imagino verle así, sus ojos se habían apagado, estaba tan cabizbajo y la expresión de su rostro mostraba dolor. Sintió tanta empatía al verlo, como si pudiese sentir lo que transmitía, era obvio, el jardín también lo sentía.  Se la pensó un rato, tal vez quería estar solo, pero quizá el podía hacer algo.

Se acerco lentamente, aun tenía miedo pero algo en la bestia le llamaba desesperadamente. La bestia se dio cuenta de su presencia y de inmediato se escondió tras el árbol.

-¿Por qué te ocultas? Es obvio que ya te vi- Aun que le dijo esto la bestia seguía oculta, no le gustaba que le vieran triste, nunca le gusto que nadie le viera así. Sin embargo Derek no se rendiría, se recargo en el árbol también y luego se sentó en el césped.  –Se que te hice enojar, lo siento, no debí meterme en tus cosas, pero es que te vi tan triste cuando dije que no sabias nada del amor, y recordé que los chicos dijeron algo de que este jardín fue hecho para alguien más-  En cuanto dijo esto el césped a su alrededor de marchito y se torno negro, de inmediato Derek se levanto y volteo a ver a la bestia quien seguía sin mostrar su rostro.

-Por favor, dime algo, tienes que dejarlo salir. Yo también la he pasado mal, se lo que se siente- Derek decidió que por primera vez hablaría de ello.  –A mí también me hirieron, me gustaba un chico de mi clase, creí que él sentía igual, pero no era así, se burlo de mis sentimientos, me hizo sentir patético, hizo que algo dentro se rompiese con tal fuerza que pensé que no volvería amar a nadie- La bestia alzo la vista y miro a Derek, pudo ver como sus ojos se humedecían al decirlo y como la voz le temblaba. Salió de su escondite y se puso frente a él.

-Yo también te herí, literalmente te hice daño, solo he demostrado que soy la bestia al que todos temen- Derek vio el arrepentimiento en sus ojos, supo entonces que la bestia no era lo que él siempre había creído.  –Lo siento…

-Está bien, ambos tuvimos la culpa- Con su mano tomo la garra de la bestia, no podía creerlo, Derek lo tocaba sin temblar, sin tenerle temor, era tan cálido, podía sentir sus latidos a través de ese roce, la bestia le apretó despacio, como si no quisiera dejarlo ir.

-No quiero que te sientas mal viviendo aquí, quisiera que fueses feliz a mi lado… pero si quieres irte será mejor que lo hagas ahora, antes de que no pueda soltarte- Un leve sonrojo apareció en el rostro de Derek, aquello fue lo más cercano que escucho a una confesión de amor.

-Yo no soy infeliz aquí, sabes que escape de casa, no tengo a donde ir- La bestia sonrió, no era su típica y siniestra sonrisa, era una sonrisa verdaderamente cálida, una sonrisa que podía trasmitir aquel misterioso sentimiento que escondía en sus ojos. De pronto las rosas y todo en el jardín renació, incluso más vivo que antes, un aroma dulce invadió aquel lugar.

-Gracias, en verdad me tranquiliza el saber que no eres infeliz, pero quiero más que eso- La bestia acaricio su rostro despacio, se acerco lentamente, beso sus labios despacio, fue un beso lento pero corto. Estuvo a punto de confesarle todo, pero sintió a una docena de ojos que los observaban de cerca.

-Se que están allí ¡Salgan! O me comeré a Derek- Dijo mientras rodeaba la cintura del castaño y lo apegaba a su cuerpo. Todos los niños salieron de entre los arbustos y fueron ante la bestia.

-Amo lo sentimos, nosotros no queríamos desobedecer- Dijo Joaquín.

-Pero queremos mucho a Derek, no queremos que se lo coma- Menciono Beatriz.

-Así que por favor- Dijo Leonora.  –Perdónenos- Termino de decir Eleonora.

-Por favor- Repitió Dominic. La bestia noto que este ya estaba bien y no tenía ni un rasguño.

-¿Cómo sano tu herida tan rápido?- Dominic miro a Derek y sonrió.

-Derek me curo, sus lagrimas son mágicas- Derek se sonrojo por lo que dijo Dominic, ahora la bestia sabía que había llorado, se sintió algo apenada por ello.

-Con que mágicas, entiendo- Soltó a Derek un momento y miro a los niños con autoridad.  –Escuchen bien, Derek va a quedarse con nosotros definitivamente, quiero que él se sienta bien aquí, y como al parecer ustedes le hacen feliz no me interpondré en que pasen tiempo juntos, pero algo si, al caer la noche el será solo mío, así que no nos molestaran ¿Entendido?

-¿Eso significa que seguirá contándonos cuentos?- Pregunto Dominic.

-Claro que si, después de todo el lo prometió- Todos los niños se alegraron mucho, rodearon a Derek y a la bestia mientras los abrazaban, la bestia no sabía cómo reaccionar a aquello, se mostro confundido, pero al mismo tiempo algo feliz. Derek también se sentía feliz, las cosas parecían ir para mejor.

Fue así como las cosas cambiaron, por las mañanas y las tardes todos comían juntos, Derek jugaba con los niños en el jardín y luego cuando estaba por atardecer les contaba un cuento nuevo, todos siempre tenían preguntas, pero disfrutaban mucho de las historias a las que Derek les hacia viajar. Al concluir ya era de noche y la bestia salía con Derek al jardín, al inicio solo hablan o comentaban algo del cuento, pero pronto formaron un lazo entre ellos.

-¿Tocas el piano?- Pregunto Derek.

-Solo a veces, la última vez que toque fue cuando te conocí.

-Sí, fue gracias a eso que pude encontrar este lugar- Derek dudaba de si hacer la siguiente pregunta pero igual lo dijo.  ¿Han entrado antes otros humanos?

-No desde hace mucho tiempo, eres el segundo humano en entrar aquí- La bestia se torno algo melancólico al decirlo.

-¿Quién fue el primero?- Pregunto Derek algo curioso.

-Aurora- Dijo en un tono triste, los ojos y la mente de la bestia se fueron perdiendo poco a poco, parecía estar en un trance.

-¿Qué te ocurre?- Pregunto Derek preocupado, no sabía que le pasaba, tomo su garra y sintió como si lo atravesaran con una espada, como si su alma se transportara a otro lugar. Pudo ver a través de los ojos de la bestia.

“Corría lo más rápido que podía, corría a través de los arboles intentando que nadie lo viera, tenía que encontrarla antes de que fuera tarde.

Todo el pueblo estaba reunido en la plaza, una gran muchedumbre estaba allí  “Quémenla” gritaban unos “Déjenla ir” gritaban otros. Aunque la cacería de brujas ya no era algo común en esa época los líderes del pueblo no encontraban otra forma de castigarla.

-Se ha encontrado a esta mujer hablando con un monstruo en el bosque, una bestia con garras y cuernos, una criatura diabólica que amenaza con atacar a este pueblo. Al no querer confesar su ubicación y admitir ser su cómplice se le ha acusado de brujería, la sentencia  a este crimen es la muerte.

La bestia alcanzo a escuchar esto a la distancia, se apresuro pero al llegar el fuego y un grito desgarrados le hicieron saber que era tarde”

Derek soltó de inmediato la mano de la bestia, estaba agitado, pudo sentir todo tan real, aquel grito se sintió tan cercano. Miro a la bestia quien no le dirigía la mirada.

-Desde entonces no salgo del castillo, hice crecer espinos a su alrededor para que nadie lo encontrara, intente que nadie supiese de este lugar. Pero, un día un mocoso de ojos esmeraldas llego aquí, no supe cómo me encontró o por qué quería que lo matara, pero supe en cuanto lo vi que estaba pasándola mal, no me atreví a atacarlo. Y con el tiempo, le he tomado mucho cariño- Tomo su mano de nuevo, le miro a los ojos, Derek estaba sorprendido por lo que vio, más que nada ahora entendía todo, entendía porque la bestia era así. Se recargo en su hombro, no sabía de qué otra forma decirle lo mucho que lo sentía, no sabía cómo decirle que lo apoyaba y que no lo dejaría solo, pero la bestia pudo sentirlo de inmediato.

-Por favor, tú tampoco me dejes.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, se que me retrace e.e pero bueno, así pasa. No se preocupen que no pienso dejar el fanfic por nada. 

Nos leeremos luego~


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