Jonathan caminaba por el bosque, su madre le dijo algo que de inmediato le hizo pensar en donde podría estar Derek “Tu hermano llego a hablar de una bestia, de un monstruo que intento comérselo o algo así, me arrepiento de no haberle hecho caso”
Podría ser que la bestia fuera real, claro, tan real como un lobo o un oso, Jonathan no creía en fantasías. Se estaba cansando, ya había revisado el bosque antes, pero esta vez quería asegurarse de que no había nada allí, fue cuando lo escucho, una risa, aquella risa que no escuchaba hace años. Siguió aquel familiar sonido a través de los arboles.
-¿Derek? ¡DEREK!
En ese momento, en el castillo, Derek era perseguido por todos los niños quienes jugaban a ser pequeñas bestias que se lo querían comer.
-Podrás correr- Dijo Eleonora. –Pero no esconderte- Termino Leonora.
-No me atraparan con vida- Dijo Derek mientras trepaba un árbol.
-Ten cuidado, no quiero que termines llorando si caes de allí- La bestia estaba recargada en el árbol viendo como jugaban.
-No seas aguafiestas- Derek continuo trepando.
-Amo usted debería jugar también- Comento Beatriz quien llevaba cuernos de ramas en la cabeza.
-Si, además usted si es una bestia, el juego seria más real así- Esteban intentaba trepar para atrapar a Derek pero no le era fácil, a ninguno de los chicos, pues nunca habían trepado un árbol, de echo nunca habían jugado a eso antes.
-Entonces sería bastante fácil ganar.
-Es verdad, seguro el amo podría trepar el árbol y alcanzarlo- Dijo Joaquín.
-No hace falta ni trepar el árbol para atrapar a ese mocoso- Derek volteo abajo al escuchar aquello.
-¿Disculpa? No soy tan tonto como para dejarme atrapar fácilmente por ti, si lo haces seria solo por tus poderes, sin ellos no podrías atraparme.
-Acepto el reto- La bestia se levanto y le vio con una sonrisa picara. –Es más, ni siquiera trepare el árbol para atraparte, miren bien niños- Los niños hicieron caso y vieron atentos a la bestia.
-¡Ha! Nunca lo lograras si no trepas el arb…- La bestia golpeo con fuerza el árbol haciendo que este temblara y Derek callera de lo más alto. – ¡Ahhh!- La bestia solo extendió los brazos para atraparlo, estaba muy seguro de sí pero no se espero que por la fuerza de la caída ambos terminaran en el suelo.
- ¡Auch! Estas pesado- Dijo la bestia quien tenía a Derek encima de él.
-Fue tu culpa, no tenias que bajarme así, además fue trampa, tu fuerza bruta cuenta como un poder.
- ¿¡Fuerza bruta!?- Los niños los miraron discutiendo pero no pudieron evitar reírse.
-El amo se divierte- Dijo Beatriz.
La bestia no sabía que decir ante aquello, pero la risa del castaño le llamo la atención, amaba verle feliz. Sin darse cuanta comenzó a reírse también, no era esa risa malvada, era una gentil y alegre, tan alegre como la de un niño. Derek vio a la bestia sorprendido.
-El amo está riendo… SE QUIERE COMER A DEREK- Dominic se lanzo a ellos seguido de todos los niños.
-¿Qué? No, esperen ustedes, pesan mucho- Todos aplastaron a Derek y a la bestia. Estaban felices, Derek miro con una sonrisa a la bestia quien le devolvió de igual forma una sonrisa a la vez que se levantaba tumbándolos a todos y comenzaba a perseguirlos.
Jonathan lo sentía cerca, cada vez le escuchaba más claramente. Llego a donde estaba el muro de espinos, era el final del camino, no había nada allí, pensó que tal vez estaba confundido pero luego alcanzo a ver algo entre las espinas, era un pedazo del suéter de Derek.
-Estuvo aquí- Dijo con una sonrisa, por fin tenía indicios de la ubicación de su hermano, intento cruzar por el túnel pero era muy pequeño para él. –Maldición ¿Cómo cruzo por aquí?
Mientras todos se ocultaban de la bestia esta se percato del aroma humano, aprovecho que todos se escondían pera salir del jardín e ir a la entrada del castillo.
-¡Derek! ¿Estás allí?- Gritaba una voz al otro lado del túnel, la bestia supo entonces que alguien le buscaba, alguien quería llevarse a Derek, no quería eso, no, no lo permitiría. Extendió sus manos e hizo que de entre los espinos saliera fuego azul junto con un fuerte rugido.
- ¡¿Qué fue eso?!- Jonathan escucho aquel horrible sonido y vio como el fuego salía del túnel como si escupiese fuego un dragón, una sombra se extendió frente a él, una sombra con cuernos y con cola, una sombra que le hablo a través de su mente “No vuelvas” le decía con autoridad. No pudo evitar salir corriendo ¿Qué era esa cosa? ¿A caso Derek tenía razón? , no podía dudarlo, ¡Tenía razón! Hay una bestia en el bosque ¿Y si se comió a Derek? No, el le escucho, Derek estaba vivo, en alguna parte tras el muro de espinos, custodiado por una bestia.
Fue de inmediato a la estación de policía y conto lo que paso, obviamente nadie le iba a creer pero aun así lo hizo.
-Chico debiste golpearte la cabeza muy fuerte- Dijo uno de los policías que intentaba aguantarse la risa.
-Les digo la verdad, hay algo en el bosque y tiene a mi hermano, tenemos que ir a salvarlo- Incluso el rubio sabía que todo sonaba a locura pero no podía quedarse callado, no cuando había encontrado a su hermano.
-Escucha niño, estas cansado, has buscado a tu hermano por casi todo un mes, es normal que tu mente te juegue malas pasadas ¿Por qué no vuelves a casa? Descansa un poco, y su mañana en la mañana sigues creyendo que una bestia escupe fuego tiene a tu hermano tras un muro de espinos, entonces yo mismo cargare mi hacha hasta allá y cortare ese muro contigo.
El rubio debía admitir que el policía tenía razón, tal vez si estaba cansado, después de todo, esas cosas de bestias solo existían en los cuentos. Decidió hacerle caso y se fue a casa, pero no podía quitarse aquel escalofrió de encima, aun resonaba su voz claramente “No vuelvas” ¡Claro que volvería! Mañana en la mañana volvería, con o sin el policía.
En el castillo todo parecía estar bien, llego el atardecer y con él la hora de un nuevo cuento, esta vez Derek les hablo de Caperucita roja y el lobo, la historia concluyo con un final feliz, pero como siempre los niños no estaban satisfechos y comenzaron a comentar.
-Ese lobo era muy malo, se comió a Caperucita y a su abuela- Dijo Joaquín.
-Así es, era malvado, que bueno que el cazador salvo a caperucita- Menciono muy segura de si Beatriz.
-Pues claro, él era el héroe de la historia- Dijeron al unisonó las gemelas.
Todos estaban felices con el cuento, todos menos Dominic y la bestia.
-¿Qué les pasa a ustedes dos? ¿No les gusto el cuento?- Pregunto Derek. La bestia estaba a punto de hablar pero Dominic le gano.
-Es que el lobo era malo ¿No podía ser bueno? Me hubiera gustado que él y Caperucita se volvieran amigos como tú y el amo- Todos se quedaron sorprendidos por lo que dijo, más la bestia quien despeino al pequeño con gentileza.
-Eso mismo iba a decir yo- Dijo la bestia con una sonrisa. Derek se levanto y se acerco a Dominic.
-Es una suerte que nuestra historia sea distinta- La bestia y Derek se miraron a los ojos, como si compartiesen un secreto muy preciado. Dominic se dio cuenta y se puso celoso, corrió a brazos de Derek, la bestia también se puso celosa al ver aquella escena.
-Bueno ya basta, es de noche y eso significa que Derek es mío hasta el amanecer, ustedes vallan a sus habitaciones o algo- La bestia tiro del brazo de Derek y lo llevo consigo escaleras arriba dejando a los niños en el salón.
-¿Hoy no iremos al jardín?- Pregunto Derek.
-No, hoy quiero hacer algo diferente- Derek no entendía de que hablaba pero un ligero sonrojo apareció en su rostro, como si dedujera algo.
Subieron al tercer piso, llegaron a la habitación de la bestia y entraron despacio, Derek no se sentía tan cómodo allí, después de todo le traía algunos malos recuerdos.
-Tranquilo, no pienso herirte nunca más- La bestia apretó su mano y luego la llevo a sus labios, la beso dulcemente. –Quiero mostrarte algo- Lo llevo a donde estaba el cuadro de él y Aurora, esta vez Derek pudo verlo mejor, la joven era realmente hermosa. –Hoy quiero librarme de aquel recuerdo, ya no quiero vivir en el pasado, por eso, necesito que estés conmigo siempre- La bestia apunto al cuadro y este se prendió en llamas.
-No tienes que desacerté de un recuerdo por mi- El castaño le miro preocupado pero la bestia lo calmo.
-Es mi decisión, quiero que mi corazón te pertenezca completamente- Las sinceras palabras de la bestia retumbaron en su pecho. –Solo necesito tu respuesta.
Derek no sabía que contestar, estaba confundido en cuanto a sus sentimientos, el no odiaba a la bestia, le tenía mucho aprecio, pero ¿Lo amaba? No lo sabía, así que no podía responderle.
-Está bien si no respondes ahora, yo me encargare de que seas feliz aquí, conmigo- Sus ojos brillaban con gran intensidad, no era su mirada de ira, era distinta, muchas cosas habían cambiado en poco tiempo, Derek se dio cuenta que la bestia tenía un corazón realmente cálido. Se acerco lentamente a sus labios, lo beso dulcemente a la vez que lo sostenía de la cintura, Derek no opuso resistencia, pero tampoco se dejo besar, esta vez el también participo del beso. Rodeo a la bestia con sus brazos colgándose de su cuello, ambos se besaron cada vez más intensamente, el beso se profundizo cuando la bestia metió su lengua en la boca de Derek y saboreo aquel dulce sabor. Lo tomo de las piernas obligándolo a rodearlo con ellas mientras él lo cargaba a la cama. Lo recostó lentamente, se separaron y se vieron en silencio, recorrió su rostro con sus garras.
-No te obligare a nada, más porque aun estas confundido, así que no te asustes, no llegare tan lejos hoy- Fue directo a su cuello y lo lamio despacio de abajo a arriba, pasando por su mejilla, lamia su oreja y luego bajo despacio. Acaricio sus piernas, Derek no decía nada, solo soltaba suspiros con cada roce.
-¿Te gusta?- Pregunto la bestia.
-Cállate, no responderé a eso.
-Bueno, es obvio que te gusta- La bestia sonrió tiernamente. –Dime ¿Te sigo dando miedo?
-¿A qué te refieres?- Pregunto Derek.
-Bueno… ¿Qué piensas de mí? ¿Te asustan mis cuernos, mis garras o mis colmillos? ¿Te desagradan?- La bestia estaba preocupada en cuanto a esto, el no era un humano después de todo, su apariencia no era gentil como la de Derek.
-¿Qué si me desagrada?- Derek hizo una pausa, se levanto un poco y mientras temblaba beso los cuernos de la bestia la cual sintió un escalofrió ante esto, luego Derek lamio sus cuernos, como si lo anterior no hubiera sido suficientemente atrevido. –No me desagrada nada de ti- Dijo en un susurro tímido que apenas logro a escuchar.
-¡Suficiente!- La bestia tiro de nuevo a Derek a la cama. –No podre controlarme si actúas así.
-¡Espera! Dijiste que no harías nada raro- El de ojos esmeraldas se puso nervioso.
- ¿Cómo no hacer nada cuando tú me provocaste?- La bestia lo miro directo a los ojos, Derek lo hizo igual, se quedaron viendo largo rato hasta que se calmo. –Entiendo, pero si no puedo hacer nada por lo menos duerme conmigo hoy.
Derek se sonrojo ante la idea, no es que no quisiera, pero no sabía si podría dormir estando en una situación tan comprometedora.
-Por favor- Pidió gentilmente la bestia, Derek no se pudo negar, asintió con la cabeza. La bestia estaba feliz, beso sus labios despacio, luego se acomodo en su pecho.
- ¡Hey! Tus cuernos van a sacarme un ojo- Dijo Derek quien tenía los cuernos de la bestia a centímetros de su cara.
-Lo siento- La bestia entonces lo tomo a él e hizo que se recargara en su pecho mientras lo abrazaba. –Me gusta tu aroma, me relaja- Olfateo su cabello mientras decía esto.
-No digas cosas como esas, me ponen nervioso- Hace tanto tiempo que nadie le alagaba, que nadie lo mimaba o lo abrazaba con amor, realmente se sentía feliz en brazos de la bestia. –Quiero preguntarte algo- Dijo mientras cerraba sus ojos.
-Lo que quieras.
-¿Tienes nombre?- La bestia guardo silencio cuando Derek le pregunto eso. -¿No lo tienes?
-Sí, es solo… hace tanto tiempo que nadie me llama por mi nombre que se me olvida que tengo uno- Derek sintió algo de pena, debió preguntarle eso desde el comienzo.
-¿Entonces cómo te llamas?
-Eidan- Dijo la bestia. Derek de inmediato se levanto a verlo.
-¿Eidan?
-Si ¿Tiene algo de malo?- El de ojos amarillos desvió la vista.
-Oh no, no es eso, es solo que me imagine que tendrías un nombre más…
-¿Algo como Vlad o Dante? Pues no, mi nombre es Eidan, significa pequeño fuego- Derek sonrió al escucharlo.
-Eidan- Dijo dulcemente. -¿Puedo llamarte así desde ahora?- La bestia se apeno un poco, no estaba acostumbrado a que lo llamasen más que por “Amo” o “Bestia”
-Está bien, pero no frente a los chicos, no quiero que te imiten y me llamen así.
Derek no entendía cual era el problema con eso, pero respeto la decisión de la bes… de Eidan. Era como un secreto entre los dos, algo que solo ellos sabían y que los unía. Fue allí cuando pensó que tal vez si lo amaba, quizás realmente ya había superado las heridas del pasado y estaba listo para tomar el riesgo otra vez.