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Nueva oportunidad por Lilith Lawless

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Notas del capitulo:

Quizá éste sea el primer paso para una buena relación entre ambos príncipes.

 

¡Disfruten la lectura!

La habitación se sumió en un silencio un tanto incómodo. El despistado de Thor seguía sonriendo mientras que Loki aún analizaba las palabras que su hermano adoptivo le había dedicado; ¿La cosa iba en serio? ¿De verdad? Thor no solía bromear, más bien, era víctima de bromas.

<<Entonces… ¿Habla en serio? ¿Dejarme ir? ¿Pues a quién le importa lo que me suceda?>>

—Thor —Le nombró. El aludido se separó y sentándose en la cama le miró, esperando a que continuase hablando, cosa que el menor entendió a la perfección— ¿Estás ebrio?

El rubio ladeó la cabeza, confundido, como si de un pequeño cachorro se tratara—No, no que yo sepa —volvió a sonreír y se levantó de la cama—Iré a Midgard, vuelvo en un rato

Ahora el confundido era Loki, ¿Qué diablos pasaba por la cabeza de Thor? Ni idea ¿Por qué era tan suave con él? No lo sabía. Para cuando se dio cuenta, su hermanastro ya no estaba en la habitación, en cambio ahora su hermosa madre le miraba desde el lumbral de la puerta.

Frigga se acercó a la cama con pasos elegantes y de un salto terminó recostada a un lado de él, mirándole con alegría

—No eh hecho nada, ¿Verdad? —preguntó él en voz baja. La mujer dejó escapar una risita, para después negar numerosas veces con la cabeza

—Es eso precisamente —el pelinegro frunció un poco el ceño, dando a ver que no entendía absolutamente nada de a lo que se refería su madre— Loki… no traes puesto el anillo que anula tus poderes y no has hecho nada —Lo abrazó con ternura, ella siempre supo que su hijo no era malo, simplemente estaba dolido y buscó un refugio en la venganza, Loki simplemente quería un poco de atención, aunque quizá esa no fue la mejor manera de haberlo hecho.

El joven soltó un bufido y correspondió al abrazo. Era verdad, Thor no le había puesto el anillo ese y él no había intentado hacer algo para huir. La razón de ello era muy obvia: no tenía esperanzas ni quería tenerlas. Si lograba escapar, Odín lo encontraría si es que antes no lo hacían los midgardianos esos tan pesados que eran amigos de Thor o él, y si él lo capturaba estaba seguro de que la muerte sería la solución más placentera en comparación a lo que le haría pasar en el cuarto blanco. Al recordar los gritos de agonía sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal

<<No… él no debe encontrame… si lo hace, estaré completamente perdido>> pensó al momento que apretaba el agarre en la mujer, como si ésta fuese a desvanecerse una vez le soltara.

Frigga notó como una ligera capa de hielo tomaba lugar sobre las sábanas de la cama, cuando Loki se ponía nervioso o asustado solía bajar la temperatura a su alrededor e incluso caía hielo o nieve en ese rango, pero eso solo sucedía cuando ambos sentimientos eran bastante fuertes.

—Mi amor… cálmate —ella comenzó a acariciar la espalda de su hijo mientras continuaba susurrando palabras dulces su oído— Todo está bien, no volverás a caer en su poder. Thor, Odín y yo te prometimos eso, ¿Lo recuerdas?

Loki asintió con debilidad. No quería admitirlo pero de verdad estaba asustado; si bien le importaba muy poco si moría o no, prefería no hacerlo a manos de ese sádico desalmado con serios problemas mentales.

La reina le alejó un poco; sonrió tratando de alentarle o mínimo demostrarle que estaría bien ahora que se encontraba fuera. Depositó un pequeño beso en la frente del menor y se levantó de la cama—Duerme un poco, Loki

El hechicero volvió a asentir con la cabeza y apenas Frigga se hubo retirado él se acostó de nuevo cubriéndose con las pieles y sedas de la cama para tratar de dormir.

Comenzó a meditar sobre lo que le pasaba. Últimamente estaba muy cansado, dormía casi todo el tiempo; comía bastante poco, pues había perdido el apetito, ingiriendo comida solo para mantenerse respirando. En cuanto sus sentimientos… el asunto era bastante confuso: quería llorar pero no lo lograba, quería sonreír y tampoco, las miradas de rechazo por parte de los ciudadanos de Asgard ya no le disgustaban, los abrazos de su hermanastro y de su madre ya no le causaban nada. Quería estar aislado pero se sentía solo. Sabía que no se encontraba bien, pero tampoco mal.

Era extraño el estar así, era extraño el no sentir nada

Ser tan auto negligente

Perder la esperanza

Estar completamente vacío, tanto así que su vida perdiera todo significado y su único deseo fuese estar muerto.

Pero había algo que le mantenía atado a la cordura, no sabía que era pero una pequeña parte muy dentro de su ser le decía que todo cambiaría, aunque no estaba seguro de que fuese así.

 

Por su parte Thor ya se encontraba en Midgard, para ser un poco más específicos, el rubio estaba en el cuartel de Jane esperando a la aludida quien se había retirado por unos cafés para el equipo de trabajo.

Había pensado mucho las palabras que utilizaría para romper con ella, pues la chica tenía un buen carácter y era hermosa, no lo negaba, pero si era por Loki él haría lo que fuera. Gracioso, que te importe más tu hermano que tu pareja.

Jane abrió la puerta de plástico improvisada con una patada, teniendo las manos ocupadas con una charola que contenía varios cafés fríos del Starbuks previamente comprados para el viaje y puestos dentro de una hielera durante el camino para contrarrestar el cansancio y el calor cuando fuesen necesarios, y ahora le habían mandado al camper a por ellos. Concentrada en no tirarlos fue incapaz percatar la presencia de Thor. Terminó de repartirlos y agotada se dejó caer en la silla frente a la mesa donde trabajaba.

—Jane… —al escuchar a su rubio novio se levantó de un salto

—¡Pe-perdóname! No te vi y yo-

—Jane, debemos hablar —la interrumpió —Amigo Selvig ¿Puedo robártela un momento? —preguntó cortés, recibiendo la positiva por parte del doctor junto a una ligera risita

Thor salió seguido por Jane, quien extrañada por la actitud de su novio prefirió callar antes de preguntar algo que no debía o, admitiendo el ser a veces bastante torpe, sacar una de sus típicas frases inapropiadas.

Caminaron en silencio hasta quedar un poco lejos de la base, en la cual se estaban llevando a cabo las investigaciones y quedando justo frente a una roca plana algo grande, donde Thor decidió sentarse. Miró a la humana, repasando sus finas facciones; la chica se encontraba con la piel perlada por el sudor, producto del clima en el árido desierto, con su ropa ya pegada al cuerpo y el cabello amarrado en una coleta alta, aunque eso no impedía que estuviese esponjado.

—Terminamos —habló secamente mientras le miraba directo al rostro

—¿Qué? —ella tardó un poco en reaccionar del todo, pero lo hizo— ¿Por qué? ¿Es por los viajes?  A mí no me importa si te veo pocas veces y poco tiempo ¡El punto es verte! ¿O es que hice algo malo? —preguntó mientras sus ojos se aguaban

—No es eso, tu eres una excelente mujer pero muy pronto seré rey y debo casarme

—¡Nosotros dos podemos casarnos! —gritó ella con dolor en la voz. No quería perderlo, no a él

—Jane… entiende, voy a casarme pero no contigo. Debo contraer nupcias con Loki, él es de otro reino y el tratado de paz entre ese otro reino y Asgard dicta que debemos casarnos

Ella frunció el ceño notablemente ofendida —¿Por él? ¿¡Me dejas por él!? ¡Es un asesino idiota sin miramientos!

Thor también frunció el ceño, ¿Cómo se atrevía ella a insultar a su hermano? —Sí, cometió muchas fallas pero las ha pagado en Asgard y ahora está arrepentido

—Fabuloso, simplemente fenomenal… ¿Sabes qué, Thor Odinson? ¡Vete con el asesino ese! ¡Ya no me importa! —escupió con rabia mientras se daba media vuelta y a paso digno se dirigía de regreso al cuartel

<<¿Desde cuándo se muestra tan intolerante? ¿De verdad pensaba casarme con ella?>> se preguntó al perderla de vista dentro de la carpa. Suspiró, a decir verdad… el rompimiento no le afectó como él esperaba.

—Heimdall —le llamó, recibiendo como respuesta una fuerte luz que le envolvió y en cuestión de segundos ya se encontraba en la entrada a Asgard.

—Joven príncipe, ¿Cómo le fue?

Thor volvió a soltar un suspiro, ahora mucho más largo —Lo viste, ahora me odia. Aunque si te digo la verdad, ni siquiera me dolió —soltó con calma, como quien habla del clima

Heimdall sonrió —Creo que su atención está ahora en otra persona

—Quizá… —susurró para después caminar en dirección al palacio.

Durante el trayecto muchos asgardianos se metieron en su camino simplemente para preguntar con sorpresa si era verdad que iba a casarse con el delincuente de Loki, recibiendo siempre un seco “Sí” como respuesta más una mirada fastidiada que irradiaba un toque de cansancio.

Cuando finalmente llegó a su habitación con la intención de ver a Loki, se encontró a su madre discutiendo con él:

—¡Pero debes comer algo! ¡Loki Laufeyson, no seré tu madre biológica pero yo te crie y me vas a obedecer! ¡O te comes eso o te lo meto a conjurazos!

Loki soltó una sonrisa casi imperceptible —¿Y eso cómo se hace? —preguntó con tono de burla

—Tu no quieres saber eso —ella acarició la mejilla de su hijastro con mucha ternura y delicadeza— Sé que tu complexión es pequeña y delicada, pero incluso Thor se ha dado cuenta de que has bajado de peso… por favor, come aunque sea un poco

Loki negó con la cabeza antes de meterse el tenedor con carne a la boca. Si su madre se lo pedía de favor, ni como negarse.

Desde afuera Thor apreciaba la escena repleto de ternura, había algo en su hermano que le impedía odiarlo por más cosas malas que hiciese –y recalquemos que Loki siempre fue un bromista travieso y que más de una vez Thor terminó cayendo en una de sus jugarretas–

—Thor, deja de espiarnos —habló su madre desde adentro, obligándole a entrar con la simple frase

—No quise interrumpir —pronunció sonriente —Terminé mis labores en Midgard y estoy agotado, ya sabes porque —dijo haciendo referencia a que se la pasó viendo a Loki dormir

—Oh, eso te pasa por acosador —respondió ella con tono juguetón, para luego mirar que Loki solo había comido menos de la mitad del filete y se había terminado la taza de té, poniéndolo todo de regreso en la charola — Casualmente tu hermano también está cansado y como por lo visto ya no va a comer más, esto servirá para que duerman juntos después de casi seis años de no hacerlo

Ambos hermanos soltaron al aire un “¿Qué?” con tono relativamente estúpido

Frigga tomó la charola con los trastos y se dirigió a la puerta— Van a dormir juntos, ¿Okey? Recuerden que van a casarse, por lo tanto deben comenzar a comportarse como lo que son: prometidos y futuros esposos —finalizó saliendo de la habitación y cerrando la puerta

Los dos evitaron mirarse, omitiendo la presencia del otro lo más que pudieron, comenzaron a cambiarse. Thor se lo quitó todo y solo se puso un cómodo pantalón para dormir, metiéndose rápidamente a la cama; perdiéndose por completo al ver como su hermano se cambiaba: deshaciéndose poco a poco de cada prenda en su cuerpo, dejando ver su pálida piel unos minutos mientras doblaba su ropa, para después ponerse una especie de camisón color verde pasto con los bordes negros, el cual le quedaba ajustado, llegándole un poco más arriba de las rodillas y siendo algo transparente dejaba poco a la imaginación.

Después de unos momentos de quietud, el pelinegro se metió a la cama también, pero dándole le espalda a su hermano y estando en la orilla del colchón.

Sintiéndose ignorado, Thor decidió acercarse y pasarle un brazo al menor por la cintura, sintiendo como se tensaba pero al resignarse a ser abrazado, pudo relajarse un poco.

—Loki… te quiero —susurró a su oído.

El aludido no respondió, simplemente se acurrucó, aferrándose al calor del rubio.

Quizá por primera vez en mucho tiempo tuviese un buen rato de sueño.

Notas finales:

Holi(?) 

Oh por Zeus... ¿19 reviews? Los amo, de verdad :'3

Para las que odiaban a Jane, Thor ya le cantó las glondrinas xD

 

Espero sigan comentando así, recuerden que los comentarios alimentan el fanfic :3

 


Nos leemos en la próxima actualización :D


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