Vegita, el planeta hacia dos meses había sido restaurado junto con todos sus habitantes, un ser desconocido había decidido restablecer a la orgullosa raza guerrera.
Bardock, un Saiyajin de clase baja caminaba en dirección al consejo de guerra, él era uno de los más fuertes y había sido citado a una reunión para establecer conquistas. El palacio real estaba lleno de habitaciones, caminaba por los pasillos por donde debían pasar los de clase baja y escuchó de pronto mencionar a su hijo mayor
-oh Raditz – se detuvo para volver a escuchar eso, era un casi inaudible gemido, pero él no se quedaría quieto, nadie más pasaba por ahí y decidió empezar a forcejar la chapa de la puerta, no pudo y decidió sacar la hebilla de la correa para con el sujetador abrir la chapa.
Continuó escuchando esos gemidos hasta que la puerta se abrió, estando haciéndole fuerza cayó de bruces al suelo, al incorporarse palideció y de golpe cerró la puerta
-¿Raditz? Maldición que estás haciendo con el príncipe – su hijo mayor estaba boca arriba, con su abdomen lleno de semen y sujetando de las caderas a Tarble que se hallaba cabalgando sobre su enorme verga y masturbándose.
Los dos estaban atónitos no articularon nada, separaron sus cuerpos y se sentaron al borde de la cama con sus piernas encogidas
Por un momento el de cabellos alborotados, observo el viólable cuerpo de Tarble y el enorme cuerpo musculoso de Raditz, no podía perder una oportunidad como esa y acercándoseles tiró a su hijo sobre la cama – Mira putito, compartirás a tu principito conmigo y te follaré para que aprendas – se acercó más hasta besarlo
Tarble estaba confundido, miró la entrepierna del más viejo y vio ese enorme palo siendo apretado por su traje, entonces se dio cuenta porque su amante era bien dotado, estaba caliente, su entrada quería más, quería masajearse hasta quedar sin aire, y mientras el de larga cabellera forcejaba para salirse, él empezó a desabrochar la armadura de Bardock.
-¿Qué haces? – preguntó Raditz, extrañado vio como el príncipe ya había desnudado a su padre y los estaba masturbando a ambos
-Nada, déjate llevar – le pidió para voltear la cabeza al de cabello alborotado y besarlo
-Parece que alguien aquí está muy caliente – sonrió para tirársele encima y besarlo. Eran besos sin sentimiento nada más lujuria, eso era lo que se sentía
Por un momento Raditz observó con recelo la escena, pero pensándolo bien y conociendo a su padre sino accedían los haría matar de ser necesario, y para qué negarlo, siempre lo deseó, se tendió y buscó el duro órgano para empezar a tallarlo con su mano, luego se introdujo ese pedazo de carne llenado su boca, se atragantaba soltando arcadas al meterlo por completo. Siguió succionando hasta sentir la semilla caliente dentro de su boca, escupió en las sábanas.
Mientras tanto el mayor y el más joven se besaban, el primer al liberarse volteó a ver al de larga cabellera con malicia, se separó y se dirigió a él, lo volvió a tender y lo abrió de piernas – Con que esto quieres – dijo meneando su pene
Que escape tenía, estaba escupiendo en su entrada y metiendo dos dedos – así que no soy el primero, dime – el otro le reclamaba por su virginidad
-fue Tarble - se sonrojó, a decir verdad el pequeño príncipe se lo había metido unas cuantas veces, pero él siempre quería ser follado, se acordó y tomo al menor de la mano y acercarlo, pidió con su mirada que pusiera la verga en su boca
Obedeció dándole la espalda a Bardock y metiendo su rosadito miembro en la boca de su amante, de pronto sintió algo tibio en su entrada y su miembro ser apretado
El de la cicatriz en la cara empezaba a adentrase en la estrechez de su hijo al tiempo que lamia la entrada del príncipe, adentro estaba tibio y muy ajustado, desde sus resurrección no había tenido relaciones y estaba desesperado así que empezó a moverse y apoyarse en las caderas del príncipe saboreando la semilla de su entradita salía
Abajo Raditz trataba de no morder el miembro del menor, esa enorme verga estaba lubricada, pero hacía rato no era penetrado, dolía como un carajo, aun así lo disfrutaba, cada movimiento era una ola de placer, movió más su cabeza y su boca terminó llena de semen del príncipe, se relamió saboreando la exquisita leche y continuó chupándolo. Los tres soltaban sonoros gemidos, él se masturbaba a gran velocidad apretando las caderas del mayor con sus piernas – AHHHHHHHHHHHHH –dio en el punto, su miembro se contrajo y se liberó en su pecho.
El de cabello alborotado empujó al príncipe y recogió con su boca la semilla de su hijo mezclada con la del menor. Estaba a punto de llegar, el orgasmo del otro produjo un apretón a su verga logrando que se contrajera y lo hiciera liberarse – AH, AH, AH – Jadeó saliendo de él, estaba más caliente, era ese olor a sexo, esos gemidos el sonido de la penetración; lo estaba volviendo loco, alcanzó a Tarble tomándolo de la cadera, y acercándolo a su ingle lo penetró de una sola vez. –Mmm con razón te gusta – dijo mirando al de larga cabellera para su recelo, lo agarró de los cabellos y se lo tiró encima.
Ahora el príncipe y su amante se besaban mientras el primero era embestido desde arriba, - lo siento – le susurraba Raditz como tratando de disculparse
-tranquilo, mientras me ames no habrá problema - una sonrisa pícara lo calmaba, sus manos empezaron a acomodarlo para él también penetrarlo
Tarble ya estaba más que acostumbrado, hacía rato que era penetrado, pero ahora dos miembros llenaban su entrada, eran enormes, si no lo hacían despacio lo lastimarían, pero era afortunado, los musculosos hombres empezaron un vaivén lento, sólo podía agarrarse de la cabellera de su amante y levantar un poco su trasero para darles espacio
Los minutos pasaron y de tanto placer en aquella habitación se escuchaban gritos y respiraciones desesperadas, Bardock tomaba el pequeño cuerpo del príncipe para no salir de él, era trabajoso estar sentado sobre las piernas estiradas de su hijo, pero el placer era indescriptible, la lubricación de ambos miembros al chocar los hacía retorcerse
°°° Vaya este chico es una maquina °°° se recostó sobre Tarble y aumento el ritmo de sus caderas, su cuerpo escurría sudor y pronto su palo escurriría leche sabrosa
-AHHHHHHHH – un ensordecedor grito por parte de Bardock y su hijo se escuchó, ambos llegaron al tiempo, para entonces el menor estaba sin energías, salieron de él y el de la cicatriz en la cara se levantó como si nada
-se portan bien – rio poniéndose la ropa y yendo a la reunión
Tarble se tocó la entrada, de inmediato sus dedos se empaparon de semen, era incomodo, todo fue de rapidez, como algo fugaz
Raditz notó la incomodidad - Relájate – susurró para subirlo hasta dejar el recién penetrado esfínter frente a sus labios, sin dudarlo lamió y succionó sacando todo, lo dejó pasar por su garganta, acomodó al menor a su lado
-déjalo adentro - el príncipe volteó para besarlo, gimió al sentir su cavidad llena otra vez, lo extrañaba, extrañaba dormir sin un buen pedazo de carne dentro, era increíble seguía estrechó a pesar de lo de hace unos momentos
El de clase baja lo arrulló entre sus brazos y empezó a mover sus caderas penetrándolo suavemente, siempre que dormía con él era así, en sus sueños seguía moviéndose y así terminaba por correrse varias veces, al despertar estaba lleno de la sustancia blanquecina que le gustaba tanto.
En la reunión…
-Está decidido, encabezare un grupo de guerreros e iremos a un planeta llamado tierra - el rey hablaba fuerte, todos decidieron entonces empezar a alistar para marchar.