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Los Sentimientos A Veces Cambian por LadyDeltaPhantomhive

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Notas del capitulo: *en un escenario* HOLA MUNDO!! ¿LISTOS PARA EL LEMON?

*Todos* SIIII *0*

*Delta* Pues no habra en este cap todavia ewe jajajaja :v ok no!

*super sonrojada* n///n/ ho-hola jeje pues aqui les traigo el siguiente, espero les guste es la primera vez que hago algo así e///e bueno, ya no los molesto, a leer!
La mañana había llegado y el Sol ya se encontraba iluminando todo a su alrededor, con pasos lentos y sigilosos se acercaba a la cabaña ¡esto era ridículo! cómo es que ahora le daba cierta inquietud acercarse, bueno, sería su último día y deseaba ir pero a la vez no, despues de todo no deseaba que Kouga se marchara, no sabía cuando lo volvería a ver y eso lo entristecía más, suspiró y dibujo una sonrisa en su rostro, no queria pasar su ultimo día triste, no deseaba que esa imagen fuera la que se llevara Kouga de él.

Suspiró y toco tres veces, como siempre, espero unos segundos y la puerta fue abierta, Kouga con esa sonrisa impecable y mirada hipnotizante le daba la bienvenida y lo dejaba pasar, se dirigió a la cocina mientras suavemente devolvía el saludo sentía sus ojos arder por las lágrimas que querían salir libres de estos pero se obligó a calmarse, suspiró y lo logró hasta que...

— ¿Qué es esta vez? -la voz grave y profunda cerca de su oreja junto a esas manos que se posaron en su cintura lo hicieron estremecer y tensarse, Kouga estaba detrás suyo.

— Yo-yo creo que un poco de...de fruta y...y -¡maldición! Esa respiración cerca de su cuello lo estaba haciendo divagar, nunca había sentido algo similar en su vida y las sensaciones eran intensas para él.

— Me gusta tu aroma -escuchó que le susurraba- es muy dulce -siguió mientras sentia aquellas manos subir un poco y luego bajar suavemente, acariciando sus caderas, suspiró.

— Ko-Kouga yo...no creo que...esto...-su respiración y su pulso se estaban acelerando y trataba de tranquilizarse respirando profundo, no lo estaba logrando.

Kouga no se detuvo, perdido en las respiraciones algo agitadas del menor, quien se estremecia bajo su tacto y había cerrado los ojos, su aroma dulce que le recordaba al de las rosas lo estaba embriagando, pego un poco más su pecho a la espalda del otro y sus manos ascendieron hasta acariciar el pecho, bajó un poco su cabeza y ligeramente respiró sobre el fino cuello. De inmediato sintió a Inuyasha temblar y dejar escapar un largo suspiro mientras hacia un poco de lado la cabeza, dandole libre acceso a su piel, el ambiente se estaba poniendo algo caluroso en esa cocina.

— Ko-Kouga -dejó escapar el nombre junto a un ligero jadeo, esto estaba siendo demasiado para él, ya ni recordaba a que había ido.

Le gusto demasiado la manera en que sonó su nombre en esos labios, mucho más animado comenzó a darle ligeros besos a la delicada piel del cuello del menor, este volvió a jadear un poco más fuerte, sus manos habían vuelto a acariciar sus caderas, cerro los ojos disfrutando del dulce sabor ligeramente salado de la piel de Inuyasha.

— ah...Kouga...mmm -sus sentidos se habían nublado, las corrientes eléctricas recorrian su cuerpo mientras su pulso latia aceleradamente, su respiración era más rápida y jadeaba sin control, hacía ruiditos que jamás en su vida espero hacer alguna vez, estaba sintiendo mucho calor, demasiado.

Ya no resistió el impulso, retirándose un poco muy a su pesar, giró el cuerpo de Inuyasha para dejarlo de frente, no perdió tiempo y volvió a acercarse hasta pegar completamente sus cuerpos, sus manos volvieron a buscar aquellas caderas y lo atrajo más, Inuyasha levantó un poco la cabeza para encontrar sus miradas mientras seguía respirando agitado, con las mejillas sonrojadas y la vista vidriosa, ¡Dios! verlo era un deleite.

— Inuyasha, eres hermoso -dijo con voz ronca y suave mientras se acercaba a los labios del menor, este suspiró.

— Kouga...yo...no entiendo que...¿qué haces? -pregunto con la respiración aún agitada mientras volvia a temblar ante la cercanía que tenian ambos, esto era nuevo para él y no sabía muy bien porqué se sentia tan deseoso de algo, no sabía el qué, pero queria algo, su cuerpo clamaba por más.

Sin duda ese joven era la cosa más dulce y exquisita que huviera visto en su vida, tan inocente a la vez, sonrió con ternura, eso aumentó su deseo de estar con el joven, su deseo por permanecer a su lado, cuidarlo y ser el único que lo viera de esta forma, y así sería.

— Confía en mí, es nuestro ultimo día mi cachorro -decía mientras los sacaba a ambos de la cocina y lo llevaba a la habitación que estubo ocupando estos días, Inuyasha se dejó llevar sin mostrar ningún signo de resistencia, por alguna razón se sentía emocionado.

Al llegar volvió a abrazar al ojidorado, como estubieran antes en la cocina, volvió a acercarse a sus labios, emocionado de por fin probarlos como deseaba hacerlo hace mucho y no había podido, Inuyasha cerró los ojos y entreabrió sus labios, esperando; no se hizo de rogar y lo besó, primero suavemente, sintiendo la suave textura de aquellos finos labios. Sus manos aumentaron un poco el fime agarre en las caderas del menor mientras sentia las manos de este aferrarse a sus hombros, Kouga aumentó la intensidad del beso volviendolo uno más pasional, adentró su lengua a esa cálida cavidad probando de su dulce escencia, sin remedio se vió totalmente embriagado; el menor respondía de la misma forma egerciendo un poco más de presión en el agarre de sus hombros.

Poco a poco lo fue conduciendo hacia la cama, que estaba un poco más atrás de ellos, lo depositó suavemente en ella, como si fuera algun cristal sumamente frágil y que en cualquier momento se fuese a romper; a falta de oxígeno terminaron el beso, sus respiraciones estaban agitadas, sus corazones acelerados y sus labios enrojecidos por la intensa caricia, Kouga se colocó mejor encima de Inuyasha, cuidando de no lastimarlo y no dejarle todo su peso, no quería aplastarlo. Se vieron a los ojos unos minutos y entonces volvieron a darse otro beso, las manos de Kouga que habían estado en su cintura, se dedicaron a acariciar su espalda, se volvió a estremecer mientras envolvía sus brazos alrededor del cuello del lobo, acercándolo un poco más a él.

Las manos del lobo se colaron intrusas en el haori que llevaba ese día, acariciando su piel, un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza y deshizo el beso para dejar escapar un suspiro, el lobo condujo sus labios hacia el cuello del menor, Inuyasha volvió a jadear perdido en todas las sensaciones del momento.

— ¡Ah! Kouga -gimió mientras sentía las manos de su compañero juguetear con sus pezones, sin dejar de besar su cuello, ¡Dios! sentía que le faltaba el aire.

Kouga fue quitándole el haori con una mano mientras la otra seguía estimulando sus pezones, bajando sus besos a la piel que íba descubriendo, Inuyasha bajó sus brazos del cuello del lobo y se aferró a las sábanas de la cama, totalmente entregado a sentir.

— ¡Kouga! -dejo escapar un pequeño grito de la impreción, la lengua del lobo jugueteaba con sus pezones y una corriente eléctrica la sintió llegar hasta su entrepierna, su respiración ya era difícil de calmar.

El lobo sonrió mientras seguía en su labor estaba demasiado excitado y su “amigo" clamaba atención, pero aún no era momento, debía de pensar en su cachorro primero, deseaba verlo aún más perdido en el placer de sus atenciones, siguió bajando entonces, sus besos siguieron por el plano vientre, debía de admitir que a pesar de todo Inuyasha estaba muy bien tonificado, sus músculos no eran tan pronunciados pero se marcaban bien; siguió hasta detenerse unos momentos en su ombligo, Inuyasha aumentó el agarre en las sábanas volviendo a estremecerse. Sus manos se entretenian en acariciar su pecho, caderas, espalda, toda piel que ya estaba expuesta, se detuvo por un momento sentandose para comenzar a deshacerce de sus ropas, sin perder detalle de la mirada deseosa del menor que lo observaba con atención desde abajo, sonrió como un depredador viéndolo con igual deseo, volvió a colocarse encima del menor mientras sentía las pieles de sus torsos rozarse, ¡Dios! eso se sentía tan bien, volvieron a besarse con necesidad, Inuyasha volvió a pasar los brazos por su cuello, aferrándose a él como si se le fuera la vida en eso. Luego sintió como el menor los bajaba para acariciar su espalda, repasando las marcas de sus músculos, luego seguía por su pecho y volvía a su espalda, se estremeció con eso y esas suaves caricias dadas por aquellas finas manos lo encendieron aún más, sin romper el beso se colocó entre las finas piernas del peliplata, haciendo que sus miembros quedaran cerca, comenzó entonces a mover sus caderas, de forma suave pero intensa, haciendo que sus miembros se acariciaran por encima de la tela de los pantalones que aún llevaban ambos.

— ah...ah...ah...k-ko...Kouga...¡ah! -gemia mientras se sentía arder ante esa exquisita fricción que el lobo comenzó entre ellos, se aferró con fuerza a él y deseoso de sentir más abrazó con sus piernas la cintura de Kouga.

El lobo respiraba agitadamente contra el cuello de Inuyasha, escuchaba sus jadeos contra su oido y la forma en que con esa voz tan excitada pronunciaba su nombre, eso lo animo a aumentar la velocidad de sus movimientos, sintió a Inuyasha tensarse ante el cambio para aferrarse aún más a él, gimiendo más sonoramente, lo deleitaba escucharlo, esa dulce voz agitarse por y para él.

— Ko-Kou..ga...me..ah...sien...¡ah!...siento que no...puedo...ah ¡ah! -se sintió extraño, sentía como si estuviera a punto de explotar y trató de decirselo a su compañero, aunque fallando en el intento, estaba tan invadido por todas esas sensaciones que ni siquiera podia hablar bien.

De repente el lobo se detuvo, no entendía ¿porqué se detenia? él no le dijo que lo hiciera, entonces sintió a este besarlo con vehemencia, respondió de la misma manera, seguía sintiendose arder.

Al separarse vió como este comenzaba a quitarle los pantalones y después hacia lo mismo con los propios tirándolos a...cualquier parte, no le importó en ese momento, quería que siguiera haciendolo sentir tan bien, de su garganta salió un quejido mostrándole al otro lo insatisfecho que se sentía, este le sonrió con ternura y cariño. Sentía su rostro arder al darse cuenta de que ambos estaban completamente desnudos, la verguenza lo llevó a taparse el rostro con las manos.

Kouga no cabía en todo lo que sentía en ese momento viendo lo tierno que se veía avergonzado, volvió a colocarse encima del menor y suavemente le retiró las manos del rostro, este le devolvió una tímida mirada, totalmente rojo y con los ojos aún vidriosos por el placer.

— No te preocupes mi pequeño, mi intención te aseguro que no es detenerme, sino todo lo contrario -dijo mientras lo besaba suavemente en los labios, el menor correspondió.

— Kouga, du-duele -dijo apenado al separase del beso, Kouga entendió, no podia seguir haciendolo sufrir con esa erección.

— Lo sé, por eso quiero que hagas algo ¿si? -pregunto cariñosamente, el otro asintió- quiero que humedescas con tu lenguita estos tres dedos, yo te diré cuando detenerte -dijo mientras llevaba sus dedos cerca de la boca del menor, le dió otro beso y después Inuyasha hizo lo que le había dicho y comenzó a lamer sus dedos.

Viendo el rostro algo dolido del menor que no dejaba de hacer su tarea, llevó su mano izquierda hasta el miembro del ojidorado, comenzandó a acariciarlo, subiendo y bajando su mano, lento y pausado, observando sin perder detalle el rostro de Inuyasha, que se contrajo en una mueca de total placer, sin abandonar sus dedos, el movimiento de su mano fue haciendose más rápido y entonces su compañero ya no lo soportó, dejó sus dedos de lado buscando inhalar aire mientras jadeaba haciendo la cabeza hacia atrás.

— ¡Ah! ¡ah! ¡ah!...agh...¡Kou-Kouga!...¡Dios!...¡Ah! -gemia sin control con los ojos cerrados totalmente perdido en la sensación, Kouga se excitaba más mientras lo escuchaba, retiró su mano y con sus dedos ya lubricados y sin dejar de lado su tarea guió el primero hacia la entrada del menor, lo introdujo poco a poco sintiendo al otro tensarse.

Su mano se movió más suevemente tratando de distraerlo de la intrusión, Inuyasha frunció un poco el ceño pero aún así no dejaba de gemir y jadear por la caricia que sentia en su miembro, lo estaba enloqueciendo. Bajaba y subia la intensidad de su mano haciendo que el menor jadeara más intensamente, consiguió hacer que se relajara y ahora que el primer dedo entraba y salía sin problemas comenzó con el segundo, volvió a sentir como Inuyasha se tensaba y aumentó la velocidad en su mano, lo que consiguió distraerlo.

— ¡Kouga! ¡ya no...! ¡no pue...ah! Si-ento que...¡ah!...¡AH! -su cuerpo se contrajo y arqueo su espalda, apreto aún más el agarre que tenia de las sábanas, y así fue como Inuyasha tuvo su primer orgasmo.

Durante todo el transcurso, Kouga ya había conseguido prepararlo lo suficiente, el menor lo veía con la respiración aún más agitada y la mirada vidriosa, pudo ver como ya algunas lágrimas habían salido de sus ojos, sacó los dedos recibiendo un quejido del menor, no de molestia, sino algo parecido a protesta, rió suavemente mientras volvía a colocarse encima y con sus muslos comenzó a hacerse espacio entre las piernas del ojidorado, este se dejó hacer mientras que al tenerlo ya de frente le tomaba el rostro con las manos y lo besaba intensamente, regresó el beso de la misma forma a la vez que se posicionaba mejor para penetrar al menor, sentirlo estremecerse debajo suyo lo estaba volviendo loco.

— Kouga -suspiró mientras aún seguian dandose pequeños besos.

— Inuyasha -susurró su nombre casi con devoción, le gustaba, ¡le gustaba tanto!- escucha, necesito que te relajes *beso* no quiero lastimarte *beso* te daré el tiempo que necesites para acostumbrarte *beso* no te presionare *beso más profundo*

— De acuerdo -suspiró mientras se abrazaba a él, sintió entonces el primer empuje que hacia el lobo- ¡arg!...uff...arg...-el dolor era punzante, trataba de respirar para relajarse pero no lo estaba consiguiendo.

— ah...mmm...uff...-le estaba costando mantener el control, ¡Dios se sentía tan bien estar así con él! pero no quería lastimarlo, sentia como el menor le encajaba sus garras debido a eso, por lo que se detuvo.

Inuyasha agradeció esto, relajo sus caderas y el lobo volvió a empujar, esta vez intentó contener sus quejidos todo lo que pudo, el otro volvió a detenerse unos minutos mientras le daba pequeños besos en el cuello, volvió a empujar pero esta vez lo introdujo de una sola estocada; Inuyasha cerró fuertemente sus ojos y no pudo contener un grito, unas lágrimas escurrieron de sus ojos, dolia, se sentía bien pero al mismo tiempo era una sensación extraña.

— Lo-lo siento -dijo mientras con sus manos apartaba esas lágrimas y lo besaba suavemente.

— Es-esta bien, solo...solo no te muevas -dijo suspirando, respiró hondo un par de veces mientras intentaba acostumbrarse a la sensación, el otro lo volvió a besar, suave y con ternura.

Entre esos minutos en los que solo se besaron cariñosamente el menor movió un poco sus caderas, con esta inconfundible señal de que ya estaba listo Kouga comenzó con el vaivén, sin dejar de besar a Inuyasha, suave, lento y profundo concentrado siempre en las expresiones del menor, este empezó a soltar ligeros quejidos que luego de pasar a suspiros terminaron siendo jadeos y gemidos.

Conforme pasaban los minutos el movimiento de las caderas fue aumentando y con ello el placer de ambos, jadeaban y suspiraban, sus pulsos acelerados a mil y el lobo buscando un mejor soporte colocó ambos brazos a los lados del rostro del menor, este envolvió su cintura con las piernas y se aferraba a él en un fuerte abrazo, gimiendo cerca de su oido, deleitandolo con su voz tan ahogada y excitada como la suya.

— ¡Ah! ¡Kouga! ¡sigue, no te detengas!...¡ah! -gemia sin importarle nada más que todas esas sensaciones tan placenteras que lo invadian, entonces...- ¡AH DIOS! -el lobo había tocado aquel punto que lo hacía delirar, con ese conocimiento se concentró en que sus estocadas fueran hacia allí.

— ¡Kouga!...ah...ah...ah ¡ah!

— ¡ah! Inuyasha...¡Dios! ¡me encantas! -respondió totalmente excitado, pasaron unos minutos así, totalmente perdidos en el placer, aferrados el uno al otro.

— ya-ya no aguanto más...¡ah!...Ko-Kouga...ah..ah -sentía que en cualquier momento desfallecería.

— Ha-hazlo pequeño...¡hazlo! ¡ah! -sintió como su miembro era deliciosamente apretado por esa estrecha cavidad y el menor sintió su cuerpo tensarse, se aferró aún más al lobo.

— ¡KOUGA!

—¡INUYASHA!

Ambos gimieron el nombre del otro mientras llegaban juntos al climax, el menor entre ambos y el mayor en el interior del otro, al terminar cayeron pesadamente en la cama, con las respiraciones agitadas y muy satisfechos, Kouga estaba recostado en el pecho del menor, sin salir aún de él, unos minutos después ya más recuperados el lobo salió con cuidado recibiendo un ligero quejido, levantó el rostro para ver a Inuyasha a los ojos, cansado, sonrojado y con una dulce sonrisa le devolvió este la mirada, se perdió en ella mientras le daba un profundo y suave beso, que fue correspondido.

— Kouga...me gustas -le dijo el menor tiernamente sonrojado mientras acariciaba su rostro con ambas manos, sus ojos brillaban y le daba una muy tierna y linda sonrisa. Esta vez no pudo reprimir el deseo de decirselo y simplemente se arriesgo.

— Tú también me gustas mi pequeño cachorro, y mucho -respondió con una gran sonrisa dándole otro beso, al fin podia decirselo y que fuera correspondido lo llenaba más de gozo, después se acostó en la cama de espaldas llevándose al menor consigo, acostándolo en su pecho mientras lo envolvía entre sus brazos, este se dejó hacer acomodándose en el pecho del lobo suspirando, estaba muy cansado y quería dormir.

Kouga los cubrió a ambos con las sábanas, y suspirando feliz se dejó envolver por la calidez que irradiaba ese cuerpo junto al suyo, lo abrazó un poco más fuerte atrayendolo más a sí mismo, ambos aferrándose lo más que pudieran sintiendo la piel del otro y grabandosela a fuego en sus mentes con el conocimiento de que se separarían luego, después de unos minutos cayeron en un profundo sueño, uno entre los brazos del otro.

Era su último día juntos y habían conseguido traspasar todas sus barreras, se acercaron aún más y no solo se habían unido sus cuerpos, sino que también lo habían hecho sus almas y sus corazones.
Notas finales: Solo una cosa u.u/ PORFAVOR DIGANME QUE TAL LES PARECIO!!! es el primero que hago y me base en lo que he leido de muchos fics jejejeje y pues hize lo que pude u///u por eso me gustaria que me dijeran que tal estuvo, eeen fin, nos vemos hasta el siguiente, ah! Y sorry por no responder comentarios, he estado algo ocupada y como el cap ya lo tenia listo solo lo subi, los respondere cuando me de un respiro jeje e.e matane!

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