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Los Sentimientos A Veces Cambian por LadyDeltaPhantomhive

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Notas del capitulo: Hola :D perdon, perdon!! Esque veran u.u cuando entregaron ya las notas finales (q por cierto pase el año, estoy feliz TuT) tambien la directora nos mando tarea y para ya el 16 de este mes 7-7 asi que tuve q empezar a trabajar y ahora me he tomado un descansito para poder subir el capi, asi que heme aqui jejeje e.e bueno, agradezco que me hayan dicho que les gusto el lemon n.n no saben lo que me preocupaba el haberlo hecho mal o algo por el estilo jajaja xD me alegra que no, bien, ya no molesto mas...a leer!!
El maravilloso Sol de ese día ya estaba comenzando a ocultarse a lo lejos, los destellos naranjas, rojizos y amarillos iluminaban las tranquilas aguas del lago, el sonido de la brisa era tranquilo y embriagador, un atardecer brillante y hermoso, lo hubiese apreciado más calmadamente de no ser por su estado de ánimo ese día.

Seguia con la mirada los movimientos que hacia Kouga mientras preparaba sus cosas para el viaje, se habían despierto hace unos minutos y despues de un rato de caricias y besos se dieron un baño para después empezar a alistar todo para la partida del lobo, emprendería su camino hacia su hogar esa misma noche, el corazón se le acongojaba y no pudo evitar desear que lo que pasó entre ellos se hubiese dado unos días antes, no pudieron disfrutar de esos nuevos sentimientos mas que por unas horas; dió un suspiro entrecortado y cerro los ojos por unos instantes.

Kouga terminó de hacer el nudo y fijar bien la tela que envolvía la canasta, el menor la había preparado con distintos alimentos para su viaje y como no sería tan largo, solo eran unas cuantas frutas, aún así la ternura por el gesto no tardó en sentirla en su corazón; escuchó al menor suspirar y volteo a verlo, la luz del atardecer le daba de perfil, era una imagen hermosa pero triste a la vez por su semblante, también suspiró, se alejaría de su hermoso cachorro y su corazón dolió ante ese pensamiento, pero estaba dispuesto a volver por él, después de todo se lo había prometido.

Abrió sus ojos en cuanto sintió la suave caricia en su mejilla y se encontró con Kouga viéndolo con ternura, trató de sonreirle pero no creyo lograr hacerlo pues el lobo entristeció un poco su mirada, elevó su mano para posarla sobre la que sostenía su mejilla dándole un ligero apreton, reteniendola lo más que pudiera.

— ¿Terminaste? -susurró bajo, pero estaba seguro de haber sido escuchado.

— Sí -contestó de la misma forma, no le gustaba verlo así pero tenia que hacer esto para poder estar con su adorado ángel, entonces recordó algo- quiero darte algo, como señal de que regresaré por ti -diciendo esto tomo su mano izquierda suavemente entre las suyas y para sorpresa del peliplata, el lobo le colocó un anillo, aquel que le diera aquella tarde en el kiosco- Es tuyo, siempre lo ha sido, eres tú quien debe usarlo -dijo con seguridad y le sonrió con cariño.

No podía creerlo lo miró con sorpresa y su corazón comenzo a latir desembocado, sentía que en cualquier momento se saldria de su pecho, sus mejillas estaban sonrojadas e inevitablemente se sintió muy feliz, y se lo demostró dándole una gran sonrisa- Prometo cuidarlo mucho, hasta que vuelvas -fue lo que logró responder.

“Te Amo" el pensamiento cruzó al mismo tiempo por sus mentes, pero ninguno se atrevió a exteriorizarlo en palabras, ambos sentían que sería más difícil; se observaron el uno al otro por unos segundos, el lobo había puesto sus manos en su cintura y pegó sus cuerpos, juntó sus frentes sin dejar de verse a los ojos, los dorados ya estaba acuosos por las lágrimas retenidas.

Inuyasha colocó ambas manos en el rostro del lobo, acariciandolo con ternura, le regaló una débil sonrisa que le fue correspondida y entonces se besaron, un beso tierno, suave y con la única intención de sentir la piel de los labios contrarios por unos momentos más, esta vez el menor no pudo evitar derramar una lágrima. Al separarse suspiraron y se abrazaron fuertemente, esta era la despedida.

Kogu ya estaba afuera esperando a su amo para poder emprender el camino cuando salieron por la puerta trasera de la cabaña, el Sol ya casi terminaba de ocultarse.

— Bien, ya debo irme -dijo mientras subía al caballo y tomaba las riendas, volteó a mirar al menor- No olvides la promesa que te hice cielo -terminó con algo de inseguridad al llamarlo así, pero esta se esfumó cuando vió esa hermosa sonrisa que le regalo el menor.

— No lo haré -le contestó sin dejar de sonreir- te estaré esperando cariño -termino con un suave sonrojo en sus mejillas y con aquella agradable sensación en el pecho.

El lobo sonrió, dió la orden y con un relinchido el caballo emprendió su camino hacia el bosque, Inuyasha los miró hasta que los perdió de vista, suspiró y cerro los ojos mientras sentía la cálida brisa de la tarde mover su cabello, lo esperaría el tiempo que fuera.

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La esperanza y la fé eran cosas que ya no tenia, un día, solo un día le quedaba y el plazo estaria vencido y su puesto como lord le seria dado a alguien más, temia en quien fuese a caer esa responsabilidad, no queria pensar en que su reino cayera en desgracia por que el nuevo lord no cumpliera bien sus funciones, ese mal presentimiento se acentuó en su pecho y supo que era por esto, porque al parecer ya no habria nada que pudiera hacer. La preocupación por su hijo y en el estado en el que se encontrara tampoco ayudaba mucho, su cabeza dolia y la depreción lo embargó, soltó un pesado suspiro.

Había ordenado que nadie entrara al despacho, queria estar a solas, ya había mandado a traer de vuelta a los soldados que se encargaran de la búsqueda, despues de todo ya no tenia caso seguir, veía fijamente a la ventana perdido en todos estos pensamientos, el negro manto de la noche ya comenzaba a caer, de la luz del Sol ya casi no quedaba nada; volvió a suspirar, solo le quedaba una cosa por hacer: resignarse.

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Feliz, así es como se sentía y los demonios junto a él lo notaban, despues de todo la sonrisa que llebaba de oreja a oreja ese día era muy obvia, el Consejo sin duda le daria el puesto que tanto ansiaba y ya con este y con las influencias que conlleva el cargo podria conseguir su otro anhelo, entonces ¿porqué no estar feliz con todo eso?

Kagura observaba a su jefe, la macabra felicidad de este era palpable, se reía a cada cinco minutos y era molesto, bueno, más de lo que ya lo era antes...no, esperen...no había diferencia. Suspiró cansada y hastiada, le había ordenado regresar, aún sin haberse deshecho de todos los candidatos al puesto, a Naraku eso ya no pareció importarle, claro, el maniático hombre estaba totalmente confiado de su triunfo, bufó enojada, internamente ella deseaba que pasara algo ¿el qué? No importaba, pero queria que ese algo le bajara el autoestima a ese desagradable ser, que todo se lo echara a perder y lo bajaran de su nube.

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Los tres integrantes del honorable Consejo se encontraban nerviosos, sí, lo estaban a pesar de aparentar ser frios con los demás, misteriosamente habían declinado al puesto de lord del Norte varios de los candidatos, diciendo ya no tener interes alguno cuando al principio se vió lo contrario.

Y en ese tiempo solo una propuesta siguió firme, la de aquel ser que no les dió muy buena espina, Naraku. Un día más que tenia el príncipe lobo para aparecer, eso quedaba, y si no lo hacía...lo que pasaría era ya muy obvio y con lo recientemente sucedido con los otros candidatos, no querian pensarlo pero de las opciones que quedaban solo una era las favorable, la de ese demonio de ojos rojos.

Siendo sinceros, no querian darle el puesto, pero si al finalizar el día de mañana no obtenian respuesta del reino Norte, no tendrian más opción, tenian que poner como prioridad a los habitantes del reino, sin un lord no tendrian como seguir y entonces todo se vendria abajo, no habria quien negociara por alimentos, seguridad, agua, ropa, etc., quedarian a la deriba y eso no lo podian permitir.

Como los de más alto rango, debian de responder a estos problemas como sus cargos mandaban y pensar en el bien de esas personas por sobre todo, sin favoritismos que influenciaran en su decisión. Por ello tendrian que cederle el cargo a Naraku, que de entre los candidatos restantes era el que mejor destacaba, los otros ya tenian ciertos aspectos los cuales no les favorecian y dudaban de que fuesen buenos lords y manejaran bien al reino.

Las cosas se iban complicando, lo único que podian esperar era que pasara un milagro y el príncipe lobo apareciera el día de mañana, por otro lado, el asecinato de la joven Ayame no dió muchos frutos, una espada fue la que acabó con su vida y no hubieron rastros de nada más, algo que delatara a su asecino; aunque por alguna razón dudaban de que fuese cualquiera, después de todo el último en verla había sido Kouga, según la información que tenian, el lobo escapó con ella el día de la boda con el menor de los hijos de lord Inuno Taisho. Cuando apareciera tendrian que interrogarlo, el abuelo de esa niña deseaba justicia y acusaba al joven del crimen, sin embargo ellos no podian decidir nada hasta cuestionar al joven y saber si era inocente o culpable, de ser lo último solo habria un castigo viable: la muerte.

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La noche había caído hace una hora, Kouga se encontraba pensando en que decirles a sus padres, obviamente las disculpas serian lo primero pero también tenia que decirles el porqué de repente mostrara interes en el príncipe menor del Oeste, no sabía si debia decirles la verdad, aunque temia que al hacerlo no lo dejaran estar con el menor, despues de todo él le había echo pasar semejante bochorno al dejarlo plantado, aún sentia culpa por ello y arrepentimiento pero ahora las cosas entre ellos habían mejorado, por eso se negó en seguir con esos pensamientos.

— “Le prometí volver y estar a su lado y él me esperará, así que no importa que pase o si tenga que enfrentar a sus padres y a los mios, cumpliré con mi promesa y entonces le diré lo mucho que lo amo" -pensó más animado y decidido, el menor se había ganado su corazón en tan poco tiempo; se disculparia devidamente con ambos matrimonios y aunque tuviese que enfrentar hasta al mismísimo Consejo, él y su cachorro estarian juntos.

Un poco más al frente divisó una luz, tal vez la de alguna fogata, a la medida que se fué acercando más vió a varios soldados con antorchas y al verlos entonces se dió cuenta, esos eran los soldados de su reino.
Notas finales: Espero me digan que les parecio :3 que tengan lindo dia, los quiero n.n/ matane!!

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