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Los Sentimientos A Veces Cambian por LadyDeltaPhantomhive

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Notas del capitulo: Hola n.n/ espero esten bien jejeje aqui con el nuevo capi de la historia, sin mas..a leer!!
Iban de regreso algo desganados y decepcionados, no lograron encontrar a su príncipe y su lord ya parecia haberse resignado a esa idea, aun cuando le insistieron les ordeno regresar, entonces el sonido de un galope los detuvo en seco y de inmediato se pusieron en guardia, el sonido venia detrás de ellos y de entre las sombras emegió una figura, al estar ya cerca lograron identificarlo, no podian creer lo que veían, ese era...

— ¡Su alteza! -gritaron a coro, era su príncipe perdido, esto era un milagro.

— Buenas noches soldados -saludo el lobo- ¿qué es lo que hacen por estos territorios?

— Buscándolo señor, por ordenes de su padre -respondió uno de los hombres, estaban aliviados de verlo bien.

Bueno, era de suponer que su familia debía de estar muy preocupada, la culpa lo invadió.

— Como del plazo ya solo queda el día de mañana, nos dirigíamos ya hacia el Norte alteza.

Eso sí lo desconcertó, ¿de qué plazo hablaban?

— ¿Plazo? ¿cuál plazo? -preguntó confundido y pudo ver las miradas desconcertadas de los lobos- Es una orden, diganme qué es ese plazo.

— Bueno, a unos dias de su desaparición el Consejo mandó a llamar a su padre -comenzó uno de ellos- le dijeron que si usted no aparecía en dos semanas, destituirían a su familia como la gobernante del reino y le darian el cargo a alguien más.

— ¡¿Cómo?! -eso no se lo esperaba, maldijo mentalmente por ser un cobarde y no regresar pronto, este sí que era un grave error.

— Así es, por eso lo buscámos incansablemente, sobre todo después de enterarnos de la muerte de esa joven loba, sus padres se desesperaron aún más y...

— ¡Espera! -interrumpió- ¿muerte? ¿de qué...-se detuvo, las palabras “muerte" y “loba" se entrelazaron en su mente y abrió sus ojos de la sorpresa- ¿Ayame?...te-te refieres a que ¿¡Ayame está muerta!?

— Sí alteza, encontraron su cadaver seis días después cerca del palacio del Consejo.

Entoncés recordó la conversación que escuchó entre esa mujer y el hombre que la acompañaba ese día que escapó, él había dicho que se desquitaría con ella si fallaba, estaba en shock, muchas cosas en tan pocos minutos lo habían dejado sin palabras, esto era grave y tenía que hacer algo. Fijó su mirada en los hombres que tenia al frente y estos se estremecieron ante lo seria y sombria que era.

— Rápido, hay que llegar con mis padres de inmediato, dijeron que solo queda el día de mañana para que ese palzo se venza ¿no? -los otros asintieron sin atreverse a decir algo- pues no hay que perder más tiempo, ¡andando! -dicho esto último elevando un poco la voz hizo que Kogu corriera velozmente, los soldados le siguieron también en sus respectivos corceles, todos haciendo su camino hacia el reino Norte.

*************************************

La mañana llegó tranquila y apacible, las aves cantaban y el Sol se elevaba radiante en el cielo, estaba cepillando su cabello cuando tocaron a su puerta, distraidamente dio el permiso para que entraran y siguió en lo suyo.

— Buenos días -Sango entró con una radiante sonrisa, como todos los días en los que ella o Kagome llegaban para ayudarle en lo que necesitara en las mañanas. Se extraño al no recibir respuesta de parte de su amigo- ¿Inuyasha?

— Si claro, lo que digas -fue lo que vagamente le respondió mientras seguía con su cabello, tenia la mirada perdida en el reflejo del espejo, ese día llevaba una hermosa túnica color celeste.

— No me estas escuchando -dijo mientras se acercaba- ¿estas así por alguien? -preguntó con una divertida sonrisa, volvió a recibir un balbuceo y con la sonrisa extendiéndose más se acercó a una de sus orejas para susurrar- ¿será por cierto lobo en esa cabaña?

— ¡¿AH!? -se levantó de un salto al recibir aquella información y se giró a verla con el espanto reflejado en su rostro, ella solo rió ante su reacción y él palideció- ¿A...a...a qué te re-refieres con...? -eso debió imaginarlo, ella no sabe nada de eso ¿o si?

— Calmate Inu -le dijo sonriendo con ternura- Y sí, me di cuenta hace como unos seis días tal vez -dijo viendolo ponerse algo azul- me preocupé por ti y te seguí una vez, entonces los vi y con la descripción que Kagome nos diera de aquel idiota que te dejó en el altar puues...no fue difícil reconocerlo.

— Yo...bueno...verás...nosotros -dijo totalmente nervioso- Sango yo...es que no quise dejarlo y lo ayude así que -comenzó temblando y con la voz agitada.

— Oye respira, tranquilo ¿si? No estoy molesta o algo, calmate -dijo mientras lo sentaba en la cama y lo veía respirar profundo- no dije nada porque veía que su presencia te hacia mucho bien y fue la que te regresó los animos en estos días, claro, me dieron ganas de extrangularlo pero solo por eso no me meti en el asunto -termino algo seria y un aura negra pareció rodearla por unos instantes.

— ¿Tú volviste a...? -preguntó con timidez y un sonrojo en las mejillas.

— No, solo fue ese día, después no volví a seguirte -dijo comprendiendo lo que quizo preguntarle, Inuyasha suspiró aliviado enormemente- pero ayer te vi regresar algo decaído y hoy estas distraido ¿hizo algo? -dijo algo molesta ante la idea de que lo hubiese lastimado de nuevo.

— No, lo que pasa es que él ayer se marchó -dijo con una triste sonrisa- tenía que volver a su hogar y arreglar el error que cometió.

— Oh, ya entiendo -dijo más calmada y colocando una mano en su hombro en señal de apoyo.

— ¿Alguien más sabe de esto? -pregunto mirandola algo asustado.

— No, solo yo, no les dije nada a Kagome y Miroku -respondió sonriendole tranquilizadoramente- se conocieron mejor esta vez ¿verdad?

— S-sí -respondió sonrojado y sonriendo timidamente- mucho mejor -terminó con el sonrojo más pronunciado al recordar el día de ayer, sonrió aun más y su corazón se aceleró mientras sentía aquella calidez envolver su pecho- me dijo que le gustaba y yo se lo dije a él -susurró, al ver que su amiga no decia nada continuó- prometió que estariamos juntos, sin importar lo que pasara y que regresaría por mí -terminó sonriendo adorablemente y aún rojo.

Sango le sonreía feliz, lo estaba, se alegraba de que su amigo fuese correspondido y que al parecer ese lobo ya no era tan idiota si ya se había dado cuenta de lo especial que el ojidorado era; lo abrazó felicitándolo y este correspondió, feliz de que su amiga apoyara su relación con Kouga, no sentía el valor como para decirle “como" se despidieron pero eso mejor se lo guardaría para él.

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Se encontraban desayunando tranquilamente aunque el ambiente era pesado y triste, su esposa no se animó a decir nada para romper el silencio y siendo sinceros él tampoco sentia muchos ánimos, de repente el sonido de pasos corriendo a su dirección los hizo voltear hacia las puertas del comedor y vieron a un guardia llegar, corriendo como si la vida se le fuera en ello.

— ¡Majestadez! -decia el pobre, tratando de recuperar oxígeno- ¡tengo noticias mis señores!

— Oye con calma hombre, ¿qué sucede? -dijo el lord, seriamente y algo preocupado por la expresión del guardia.

Este ya ni siquiera logró responder cuando otra voz fue la que interrumpió, una voz demasiado familiar para los dos señores de la casa, que se pusieron de pie sorprendidos y con las bocas abiertas, sin dar crédito a lo que veían.

— Soy yo -dijo Kouga entrando, con la cabeza en alto, hablando respetuosamente- Madre, padre, he regresado.

— Ko-kouga...¡Kouga! ¡hijo mio! -grito aliviada lady Kira mientras corria y estrechaba entre sus brazos con todas sus fuerzas a su hijo- ¡Estas bien! ¡estas vivo! ¡gracias a Dios! -seguía repitiendo esas palabras mientras lloraba de felicidad al tener a su hijo de vuelta, este le correspondía con igual fuerza, la había extrañado.

— ¡Hijo! ¡Estas aquí! ¡Es un milagro! -decia su padre mientras se unía a ese abrazo, la opreción en su pecho se fue esfumando mientras gruesas lágrimas salian de sus ojos, estaba feliz y aliviado, su hijo había regresado.

— ¡Perdónenme! ¡En verdad lo siento tanto! ¡Estoy arrepentido de haber cometido esa idiotez y decepcionarlos! ¡Porfavor perdónenme! -Kouga también lloraba mientras suplicaba por el perdón de sus padres, de verdad le pesaba en el alma el haberlos preocupado y decepcionado tanto, se aferraba a ellos con fuerza.

— Lo hacemos, te perdonamos cariño -decia lady Kira al separarse un poco para verlo a los ojos- estas aquí y eso es lo que me importa ahora -volvió a abrazarlo con fuerza.

— Tu madre tiene razón, es lo único que importa, el que hayas regresado con bien, sano y salvo -dijo lord Daijiro, por ahora el alivio y la felicidad de tener de regreso a su hijo era lo único que les importaba- Te perdonamos hijo, te perdonamos -aumentó el agarre de ese abrazo.

Esa conmovedora escena tardó unos cuantos minutos más, los lords volvian a tener a su preciado hijo y estaba bien, estaba vivo, estaba con ellos y eso les quitó una enorme amargura de encima, brindándoles alivio y felicidad, volvían a estar juntos y eso era lo que ahora les importaba, solo eran ellos y nadie más.

Entoncés vino lo serio, platicaron ya más calmados sobre el plazo y todo lo demás, en cierta forma le alegraba el hecho de que al parecer su padre lo haría cumplir con el deber que dejó pendiente la vez que huyó, por lo que veía sí estaria al lado de su hermoso cachorro después de todo, sonrió internamente. Pero entre esa plática surgió entonces el secreto de la familia Taisho y se sintió palidecer, su padre seguía hablando pero ya ni lo escuchaba, no podía creerlo, su hermoso ángel era un...-“espera, piensa bien las cosas, ¿lo marcaste?"-repasó en su mente y no, no lo había mordido como se esperaría al haber elegido ya a su pareja, en esos momentos se contuvo porque no estaban casados y debía de solucionar su error primero- “bien, esta todo mejor entonces, aún no ha quedado en estado"-suspiró aliviado, no es que le desagradara la idea, era todo lo contrario, pero por ahora tenia muchos problemas que atender y no podría estar al lado de Inuyasha como desearía si viniese un bebé en camino.

Era de conocimiento para todo demonio que si encontrabas un doncel, que eran escasos y raros en aparecer, y estabas con él tenias que marcarlo para que su cuerpo e instinto supieran que ya tenia pareja definitiva, por lo tanto su cuerpo aceptaría esto y dejaría que engendrara un hijo, por otro lado, si estaban juntos pero no lo marcabas no pasada nada, así de sencillo; era como una especie de autoprotección que tenian los donceles a embarazos no deseados, ya que si un demonio solo lo usaba para pasar el rato y lo avandonaba el doncel moría de tristeza junto con el bebé, que no haria más que empeorar su estado, pues sintiéndose avandonado lo haria dirigir toda esa ira y tristeza hacia el bebé, por lo que intentaría cualquier cosa con tal de no tenerlo, sí, cualquier cosa.

Así que ese era el motivo de su alivio, pensar en que eso le pasara a su hermoso cachorro lo hacía temblar y sudar frío, sacudió la cabeza, mejor alejaba esos pensamientos.

— Kouga -su nombre lo trajo de vuelta a la realidad, puso su atención en su padre- No tenemos que perder más tiempo, debemos ir inmediatamente al Consejo.

— Claro, es mejor ir y que ellos me vean para que no duden de tu palabra si les escribieras de mi regreso -respondió serio mientras se ponia de pie.

Ginta y Hakkaku lloraron al verlo y lo abrazaron efusivamente, correspondió con cariño a sus amigos, los mejores que tenia, cuando fueron a informarles que prepararan el carruaje no dejaron disimular su sorpresa al verlo y en un instante se habían avalanzado sobre él, pasada la conmoción inicial el carruaje fue alistado y tras despedirse de su madre que les deseo mucha suerte emprendieron la marcha hacia el palacio del Consejo.
Notas finales: Bien, espero les haya gustado, hasta el proximo n.n/ matane!!

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